Por un documento ante el escribano Cristóbal Gallego con fecha de dos de junio 1519, nos encontramos al primer maestro de enseña primaria de la ciudad de Alcalá la Real. El vecino Francisco Bruna se comprometió con Diego de Santa Cruz, estante en Alcalá, y presente en la firma del documento, como maestro de bezar moços, a bezar a sus hijos, por tres ducados a bezar a sus dos hijos, leer una carta y escribir. Y los debía pagar de dos en dos ducados , tres en tres , de uno en uno y de medio en medio, y con fórmulas semejantes lo 1125 maravedíes anuales. El primer ducado desde el día de la fena hasta santa María, y los otros dos ducados. el primero cuando sepa leer en un libro y escribir de molde, y el otro cuando sepa leer y escribir de entrada a vista de un escribano. E l maestro se obligaba con sus bienes, que tenía en la villa de Alcaudete donde era vecino y lo que tenía en Alcalá la Real. Fueron testigo Diego Martínez, albañil, y Pedro Hernández, carpintero.
Trece años después por septiembre de 1532, se encuentran varios contratos entre Pedro Pérez de Salamanca, maestro de bezar, leer y escribir, y Alonso Cano el Mozo, hijo de Alonso Cano ya difunto, para enseñar a su hijo. Se detallan las funciones más especificamente:
-maestro de leer, escribir ordenado vuestro hijo que sepa leer decorando letra de molde, que sea romance, y asimismo, letra de tirado de cualquier escritura pública e carta mensajera, que sea legible, e que sepa escrebir de letra de redondo e de tirado asentado a vista e parescer de los escribanos públicos que nombre cada uno de nos lo suyo lo qual le tengo de mostrar edad bezado en tiempos y espacio de cinco años primeros siguientes que corren e comienzan a partir del día de todos los santos,".
-Cobraba cinco ducados en moneda usual de oro y una arroba de queso, bueno y sano y sanado; el primer ducado en el principio y el resto medio ducado y media arroba por el día de Pascua del resto de los años.
CONCLUSIONES
-Alcalá como otros pueblos y ciudades participaba de la obligación colaboradora a la hora de ejercer el derecho a la educación entre el cabildo municipal y la abadía. No existía competencia entre estos dos estamentos, y las ordenanzas municipales servían como base para legislar las relaciones contractuales entre el maestro y discípulos.
Sabemos que en ciudades como en Málaga hasta 1520 no se encuentra supervisión municipal para presentar fianzas municipales, curiosamente este documento adelanta a 1519, las relaciones de contrato con las fianzas exigidas.
Como en la ciudad costera se ofrece una enseñanza elemental , y recogiendo las palabras de Guillen Robles se " ofrece una visión optimista de la oferta educativa de
Málaga tras la reconquista en 1487, al indicar que los Reyes Católicos crearon
escuelas dotadas de maestros conocedores del árabe para impartir las primeras
letras y castellano a los musulmanes. La enseñanza elemental se circxmscribía a la lectura, escritura y unos fundamentos de matemáticas y se impartía fundamentalmente en centros de iniciativa
privada, por los conocidos como «maestros de enseñar mocos a leer y escrevir», «maestros de bezar mocos» o «maestro de mostrar mozos», que solían alternar
este oficio con otro. . En los libros de repartimientos se mencionan los lugares de enseñanza como «escuela de bezar mozos a leer», «Casa escuela», «las
tiendas de la escuela» «tienda e mezquita que hera escuela».
Este contrato alcalaíno coincide con el proceso se adscripción de los pupilos que comenzaba con la formalización de
un contrato entre el padre del alumno y el maestro ante escribano público, mediante el cual el docente se comprometía a enseñarle al discípulo a leer, escrbir y contar, al menos, y en algumos casos en régimen de internado.
La Iglesia abacial , como señalaban las Cosntituciones de Juan de Ávila, recogiendo las anteriores de tiempo de los Reyes Católicos, ejercía la catequesis-escuela o escuela
parroquial en las de Santa María y Santo Domigo cuyo objetivo era la enseñanza de la doctrina cristiana a cargo del sacristán. . Aunque su objetivo era el catecismo, parece que se trataba de una
escuela aneja a las parroquia a cargo de del sacristán.
La enseñanza secundaria se ejercía por el maestro de gramática, pero tuvieron que pasar los años y el preceptro llegara a la ciudad.
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