La
tercera etapa del camino mozárabe constituye el segundo día del paso del
peregrino por la provincia de Jaén. Pueden recorrerse en una sola jornada los veintitrés Kilómetros que comprenden el
itinerario entre Alcalá la Real y Alcaudete. Tras visitar el resto de los edificios y rincones
de la ciudad fortificada de la Mota, bajando por la Ciudad Oculta en medio de
las leyendas de los hombres de conquista, las de la Mora Cava y el Cristo de la
Piedra, se ofrecen varias alternativas de itinerario. La primera puede
iniciarse por el de Barrero, sigue por
la Fontanilla y por la Pasada
Baena. Dejando atrás el Peñón de los Espiritistas y las Tres Eras, por el camino empinado de esta fuente
ancestral, se llega al otro Camino Viejo
de Priego y Baena, y se vira en
dirección a la zona de los villares (el Bajo y el Alto y el Villar), subiendo
por la carretera local de la Jurada junto al Punto Limpio, y se pasa por el nuevo puente de la Pasada
Baena, para adentrarse por un camino transversal hacia el cordel de
Guadix-Córdoba. La segunda, emprende camino en dirección al Guadalcotón, por
el lado oriental de la ciudad de la Mota, tras dejar la fuente de la Tejuela,
obra de Martín de Bolívar a mediados del siglo XVI, descendiendo
por el camino de Jaén, para enlazar por la carretera de la Rábita y
confluir con el camino de la Corte.
Desde luego, la más natural debió bajar por la calle Real, contemplando la
zubia y el convento de la Trinidad, las casonas hidalgas y la iglesia de Consolación,
y dejando atrás el marco paisajístico
del barrio de San Marcos y de las Cruces, para llegar al final del Llanillo, luego proseguir por a la Tejuela y adentrarse por el Camino Nuevo, bordeando la Huerta de Checa y las Azacayas. Se sigue por el cordel de Córdoba a
Guadix, que no es sino el Camino Nuevo de la Corte hasta llegar a la Cruz de la bifurcación entre caminos alternativos de la
descendida de la Mota.
. Sin
embargo, tras haber disipado toda serie de dudas, el Cordel y camino de la
Corte se recomienda por responder a una antigua calzada romana en dirección a
otras vías más cardinales que se concretaban a la Ruta de la Plata. Tras pasar
por una concentración de casas de campo destinadas a segunda vivienda, aperos
de ganado y al ganado, dejando atrás la desparecida casería de los Urdas, se
sigue un camino empedrado con tapias del siglo XVI hasta llegar al puente romano. Su aspecto de gran sillería y antepecho para salvar la
altura del Guadalcotón, se asemeja al
diseño de la fuente del Cañuelo o la caseta de San Marcos, y se echan de menos los milenarios que
hasta los años noventa del siglo pasado se encontraban en sus inmediaciones.
Algunos lo denominan “ el mal llamado
puente romano”, porque fue renovado en tiempos del maestro mayor de obras Martín
de Bolívar (mitad del siglo XVI). La calzada sube por el paraje de la Mata, un pago de sembradura cereal
transformado en olivar y plantaciones de cerezos y esparragales. Se llega a los Prados de la Gitana, una zona de huertos que finaliza en ruta
alternativa de la carretera de Puertollano. Tuvo que ser este núcleo rural, que no
llega a aldea, un gran descansadero que se extendía en torno al abrevadero de
aguas que se canalizaban a los barrancos cercanos. Es un bello rincón de
viviendas rurales, a las faldas de la majestuosa Acamuña, donde el peregrino
se asoma para contemplar su hornacina con una cruz de la fiesta de
mayo, el lavadero de los años del hambre, la fuente, la extinta panadería, el cortijo
de las monjas.
Tras pasar por las últimas casas, de Puertollano, el camino
prosigue por el Cordel de Córdoba a Granada hoy se le conoce en todo su trazado
como Vereda de Granada, que discurre en paralelo a la carretera N-432. Comentan
las guías:“No hay problema en este tramo porque todas las bifurcaciones poseen
una adecuada señalización Tras caminar tres kilómetros y medio por esta vereda
nos encontramos por un túnel por el que cruzaremos la N-432, es un pequeño arroyo
no permanente y salvo tormenta se pasa perfectamente”. El camino, en concreto, recorre un
paraje cerca de la falda de la sierra de la Acamuña, lugar que jugó un
importante papel en la última guerra civil y donde hay restos de una antigua
atalaya y cuevas de los primeros pasos del hombre por la tierra. Desde su
altura se otea un escarpado barranco y un paraje excepcional desde donde se
puede contemplar otras sierras y montes a las faldas de la Sierra de San Pedro
y en el oriente , adentrándose a las vegas del Castillo por Fuente Tetar,
el arroyo de las Parras y la torre de la
Cogolla. Por esta “Vereda de Granada” que corre paralela a la derecha dela N-432,
se recorren unos 4 km entre bancales de
olivos hasta encontrar el comentado paso subterráneo, que se presenta de difícil
acceso en tiempos de lluvia, que permite cruzar la carretera a su parte
izquierda y seguir la vereda hasta casi llegar a Ventas del Carrizal entre
almendros y olivares, En esta aldea, se respira el mundo de la santería de los
pueblos del Sur de la provincia de Jaén, ya que aquí se encuentro enterrado el
afamado Santa Manuel, muy visitado, en su tiempo, por muchas personas, y que vivía por los montes cercanos del Dañador,
hoy de las Mimbres a este lugar.
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