Ante el escribano Cristóbal Gallego, se recoge una carta de poder en el legajo 4537, folio 483(264) del siete de julio de 1536, donde el barbero Pedro de Ochoa, vecino de Alcalá la Real, otorgaba su representación jurídica al procurador granadino Juan Gorvalán en la Chacillería Real de Granada. Por medio de ese documento, le transmitía su poder para responder denuncias, hacer diligencias e incidencias, apelar, mantner la defensa e intervención en querella civil y criminal, alcanzar provisión real y asistencia. Pero lo más importante era la defensa de su cliente por haber hecho oficio de barbero en otra parte sino era en la Mota de esta dicha ciudad. Y le concedía este poder siendo testigos Pedro de Jaén, el albañil Juan García y el odrero Cristóbal Salido.
Por lo que
Como sangrador se obligaba a hacer un examen ante las autoridades y dar centa, se denomina flebotomiano, pero en los textos alcaláinos aparece flemotomiano.
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