PRESO POR LA POLLA
El alcalde mayor vio
venir en este día de Cuaresma a Bartolomé de Arroyo por la plaza alta de la
Mota. Había pasado por las Carnicerías de las Entrepuertas, y en los tenderetes
y tazones no se encontraba apenas carne menuda. Ya, en la plaza baja, los
tenderetes olían a pescado de arenque y bacalao remojado. No lo dudó. “Es Cuaresma, y hoy viernes y abstinencia”,
se dijo en su interior. Algunos buleros vendían los pliegos de la Santa Cruzada
para verse libre de las penitencias
cuaresmales. Tras subir la escaleruelas,
saludó al párroco de Santa María. Entró
a la sala baja de la Justicia. Y saludó al alcalde mayor.
- ¿Otra vez, en nuestra tienda de escribano?
-Otra vez. Me remuerden las entrañas,´-le replicó
Bartolomé.
-¿No te lo habíamos arreglado todo?
-Ya lo sé. En prisión Juan Bautista de Palencia por las palabras ofensivas de su esposa María de
Contreras; recluidas en su casa su esposa y su hija.
-Mi señor, eran duras e insultantes.
-Ya, ya, ya, lo que no entendía bien era la acusación
que le hizo a su esposa de “ haberle hurtado la polla”.
- Lo entiendo. No es igual con ll que con y griega.
-Me parece que poya con y griega no ofrece mala
interpretación ni malicia. Recoge
la costumbre de arrendar los hornos pagando
la renta de la poya. En vez de pagar con dinero, se obligaba el
arrendador a pagar tres libras carniceras
de pan de trigo bien cocido en cada uno de los días de cocción, siempre que
fueran días de trabajo; y cuatro libras
las vísperas de las fiestas de Pascua.
-Ya, ya, además, le pagaban al propietario con una
fanega de ceniza.
-Sí, si, con más
exigencias, no se podía amasar más de un determinado número de celemines y
curiosamente se obligaba a que no se le elevara poya ninguna, siempre que no
sobrepasara este cupo de celemines
- No soy mal pensado, poya era la parte de renta del contrato por el
horno.
-Entonces, le
acusó de hurtar la polla con doble ll y resaltando su pronunciación.
-Yo creo que llevaba mala intención. A mi me suena a uno
de estos significados: una gallina joven, la apuesta de un juego muy peculiar o simplemente al órgano
masculino. Y me inclino por el tercero.
-Y, ¿por qué ha venido?
-Muy sencillo, mi señor, vivimos estos momentos en los que hurtar la polla se puede interpretar con los dos significados últimos. Por todos los rincones, comienza a extenderse polla y sus picantes frases con este ambiguo significado. Pues hay un juego , una modalidad de cartas que se presta a malas intenciones referidas al sexo.
-Pero yo no juego a la
baraja.
-Hombre , Bartolomé, la baraja es una fuente
de diversión, Yo creo que le han contado algo y se ha escandalizado.
-Vayamos al grano. A mi mujer le ha
acusado esa familia de hurtar la polla.
- Evidentemente. En el juego del burro,
se alude mucho a la polla.
- Yo he oído que la polla del burro era algo
que tenían que poner los jugadores y no precisamente un burro. Me refiero al
juego denominado del Hombre.
-Ya comprendo cómo se presta a malas
intenciones... Que si las pollas se
doblaban,.. que si se remetían, que si se sacaban… y a mi mujer se le acusaba
de que hurtaba la polla.
-No exagere ni malinterprete. Pues fíjese
quien metió la polla doblada con la carta de triunfo, pudo hasta clamar con
gozo ¡Polla corrida, triunfo en mesa!
-Entonces , de ahí viene que en este
Juego del Hombre se saque una polla como una olla. Está claro que llevaba malas
intenciones. Me viene bien usted a recomendar
y reprimir. Quiere que cambie de modo de pensar. Por eso he venido. Me lo han pedido todos los curas de
la ciudad. Uno me decía hasta unos
versos de Calderón :
César el juego aprendió
y un día que le jugó,
teniendo basto, malilla,
punto cierto y espadilla,
la tal polla remetió.
-Pero yo tengo la mosca tras la oreja.
Mi esposa no me ha hurtado ni a nadie la
ha robado la polla.
-No se sienta aludido, Bartolomé. Se lo voy a aclarar. En un lance de este Juego del Hombre, El que falla y arrastra, se mete en la banasta.
- Como si dijéramos : tenía una polla adentro.
-No lo comprendo, se lo voy a aclarar.
Primero, fallar en este juego del
hombre es tomar con triunfo el Rey o la carta de otro palo que uno salió
jugando ; segundo arrastrar es salir triunfando de las cartas superiores del
palo que se ha elegido por el hombre, de
modo que deben precisamente servir a los demás que juegan con él, echando carta
del mismo palo elegido.
-¿ y
meterse en la banasta?
-Ahí está la clave de la acusación de su esposa. Meterse en la banasta es una simple fase o trance familiar
del juego por la que aquel que ha entrado a la polla, y no ha
robado lo bastante para podérsela llevar probablemente, la da por repuesta. Y a
su esposa si hurtó la polla, quitó la apuesta.
- No lo comprendo, ni me esposa hurtó
polla alguna. Ni de la baraja, ni de
poesía. Pero, vengo a poner las paces.
-Ya me lo veía venir.
-Yo soy un analfabeto, un hombre sin letras
y genio. Pero personas de bien, nuestros caballeros, me lo han pedido que venga
a sacar de la cárcel a Juan Bautista y salvar
de la situación a su familia.
-Caro que sí. Me gustaría que le supiera que no tiene mala intención la frase, Es un trance para
una apuesta de la polla, como las
que dicen la metí doblada y saqué corrida. Olvídese de otros sentidos.
-Ya, ya me los dijeron muchos cristianos buenos que no hiciera caso a las palabras
textuales que mi María era una ladrona que había hurtado la polla, bueno la apuesta, mi señor.
-Sí y otras palabras injuriosas. Pero ,
Bartolomé, comprenda que es tiempo santo de cuaresma, y hay que convertirse y
perdonar. Olvidar la querella contra esta familia vecina.
-A esto he venido. Los perdono por temor
a Dios.
El alcalde mayor lo acercó a la mesa, cubierta
con damasco rojo, y una cruz de madera. Y , él puso las manos encima de ella.
-Juro ante la Cruz y Dios Nuestro Señor que desisto de la querella y perdono a Juan Bautista y a su esposa e hija Marías de Contreras. Mi intención es servir a Dios en el camino de la salvación.
-Que Dios se lo premie, infiel que tal
hizo que tal pague. Pero fallo que se acepta su perdón, y condenamos a sus
vecinos que a partir de junio de este año vivan alejados de su calle y vivienda, ese es el castigo para la familia de Juan Bautista. Y además
paguen todas las costas de este auto y personal y carcelería.
-Muchas gracias. Me marcho.
Salieron Bartolomé, el alguacil, los procuradores y testigos de la sala del alcalde
mayor. Al llegar a la plaza el alguacil comunicó el fallo del alcalde mayor a
Juan Bautista.
-Muchas
gracias, señor alguacil. Todo lo acataré y cumpliré. Ganó el
juego quien más bazas hizo, y el que no las hizo, pone lo que tenía la polla, ò lo que pactan los jugadores.
-Déjese
de bromas, que ha costado sus sudores.
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