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viernes, 29 de septiembre de 2023

EL DESNUDO EN LA PINTURA DE ANTONIO CAMPAÑA, EXPOSICIÓN EN CAPUCHINOS.





 

 En el Aula Magna del exconvento capuchino de Alcalá la Real se exhibe una nueva exposición de  la obra del veterano pintor Antonio Campaña Expósito. Natural de Castill de Campos, se inició en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, donde tuvo la fortuna de topar con famosos profesores , entre ellos Antonio Povedano, Dionisio Ortiz y Francisco Torralba  y obtuvo el título de profesor de enseñanza media como  agregado y catedrático de Dibujo.  recorriendo con su docencia diversos centros educativos de enseñanza secundaria y compaginando sus estudios con la enseñanza de modo que su huella se hizo patente en muchos pintores de la Sierra Sur formando el grupo ARPA y en cursos sobre pintura de la Sierra Subbética. Su profesionalidad le hizo valedor de ser un gran enseñante y se ejercitó en su dedicación artística siempre que ha presentado sus obras pictóricas o escultóricas.

             Afincado en la ciudad de la Mota desde hace casi  cincuenta  años, ha seleccionado para manifestación pública un elenco de otras treinta y ocho  obras, en las que recoge el último periodo de su versión artística sobre el desnudo, y  donde  el retrato de su hija Adelaida y  tres magistrales  bodegones complementan el conjunto expositivo.   Por encima de cualquier otra connotación  adyacente, sus cuadros denotan dominio del  arte pictórico en toda su esencia: la composición, la armonía, el color, el relato y discurso  visual y el encuadre reflejan una consagrada maestría de las técnicas  de un pintor ya consagrado y acicalado por los años, la docencia y el oficio. Parte del  axioma estético  y, haciéndonos eco de sus palabras "un cuadro es ordenar, componer formas, al margen de que las formas sean realistas en la interpretación naturalista o geométrica o en lo irreconocible , pero siempre pesa en su obra la armonía y la estética". Su verbo sintético conduce perfectamente a estas tres maneras de acercarse a la producción artística.

            Ya recogimos en anteriores comentarios que,  con su sensibilidad  por sus calidades pictóricas y su sinfonía inusual, nos muestra  en todas y en cada una de sus obras  un conjunto  armonioso,  una explosión de fuerza y un gran colorido de forma variada y vigorosa. Pero, en esta nueva muestra cada obra recoge un pequeño universo sobre variantes de  una temática cuestionadora del mundo actual de la mujer que interpela al espectador. Y, lo  realiza en forma de una simplicidad que complementa simbólicamente con todos los ingredientes que componen la obra: desde el encuadre paisajístico o arquitectónico hasta los cuerpos humanos o animalistas  pasando por la reinterpretación de una gran cantidad de objetos naturales,  mitológicos o bíblicos que aparecen en sus cuadros.  A cada  mensaje directo le corresponde una respuesta de color, composición y estudio anatómico de los cuerpos, en posición estática y en atrevidos escorzos. En esta pintura todo es sugestivo y se presta a la interpretación y el diálogo entre el pintor y el espectador sobre todos los aspectos del mensaje del cuadro.

  Para la obra de  Campaña el color es un mundo , y , en su proceso de estimulación sensorial objetiva, logra efectos subjetivos por haber elegido sabiamente las situaciones y el cromatismo adecuado y compositivo. En palabras de John Gage,  el color se convierte en una cantera de valores que el espectador debe descifrar, a los que añadimos llenos de contemporaneidad. En Campaña, además   al adanismo con el estudio del desnudo, proporciona una serie de lecciones de auténtico erotismo que discurre a lo  de la mayoría de sus composiciones como elemento fundamental, pasando por los elementos del surrealismo y la fantasía, en  la que, con incrustaciones complementarias y enigmáticas,  se incorporan todo tipo de sentimientos, vivencias y su visión del mundo sirviéndose  de los objetos presénciales que le rodean y de símbolos de la mitología y la tradición paradisíaca.

 

No obstante, cada una de sus producciones se concibe como un alumbramiento que ofrece diversos ángulos para su interpretación y su recreación refinada en la que predominan la interpretación onírica y los  arquetipos del inconsciente  colectivo. Es consciente el pintor que la simbología no es lo más importante  en un cuadro de caballete y  que siempre está en segundo apartado, de modo que le interesan más otros aspectos ya comentados a los que añadimos a la proporción áurea , la compensación de masas, los ritmos y desequilibrios , la unidad técnica el estilo propio. Por esos sus cuadros del desnudo se prestan a la versión consciente e inconsciente de los espectadores  para analizar el significado de su simbología atendiendo la idiosincrasia de cada uno  que se percibe con diferentes visiones del su mundo interior o de sus propias vivencias,  De ahí que su obra  se aparta de otras producciones artísticas que aportan una simbología neta y directa como es el cartel o la pintura de historia o religiosa.

             Sus cuadros son , esencialmente, esencia estética,  pero tienen la independencia de lo plástico en medio de una visión ilusionista, al mismo tiempo que  también  denuncian, cuestionan  y  crean una interrogación permanente a la hora de su contemplación. No dejan al espectador desapercibido ni insensible ante la contemplación de su obra. Atraen por el estudiado colorido e imantan hasta desentrañar el enigma de su razón de ser: desde interpelación total  de su cuadro Ponle tú el título hasta el  sincretismo artístico y  simbólico de  La sombra de la perspectiva inquietante pasando por el resto de las obras, entre las que destacamos Mujer y vaca, el feminismo campestre, Comunicación mamífera,  Recelando de Asclepio, La Justicia del feminismo, las señoritas de Sevilla, Ya llegas tarde, La otra cara del feminismo, Me voy  o Vendedora de higos . Temas candentes, en este caso  relacionados con el mundo de la mujer, como la maternidad, el sexo, las pasiones, los nuevos tiempos,  la frustración, autorrepresión, la moralidad, masculinísimo y feminismo, límites de género , los eternos valores frente al populismo y el postureo en todos los terrenos desde los sexual al campo político se dejan entrever y se subliman en el rincón más insospechado de su obra.  Introducen al mundo inconsciente, donde el surrealismo, lo onírico freudiano y lo daliniano dejan su huella, pero siempre con la impronta sublimada de un artista que eleva a categoría artística su discurso bajo la paleta siempre del dominio del color y la composición. Símbolos son los bíblicos del Génesis, los mitos  de Asclepio y de Europa, las formas geométricas que se  contemplan por doquier, y, sobre todo, las manifestaciones oníricas, son el vestíbulo para pasar del inconsciente al mundo consciente, de lo desconocido a lo conocido. Y, los dos instintos freudianos siempre presentes, el eros y el thanatos. La obra de  Campaña responde a dos aspectos platonianos con los que el filósofo enjuiciaba la obra artística; por  un lado, tras desechar tanto la copia o la imitación ficticia de la realidad, proponía dos objetivos básicos del arte, la utilidad, entendida en un sentido moral, como medio para formar el carácter, y la justedad que  debía atenerse a las leyes que rigen en el mundo. La noción de justedad se refiere a lo oportuno, acertado, conveniente y sin desviaciones hacia los extremos, ya que cálculo y medida garantizan la justedad, por herencia pitagórica. Consiste en la disposición adecuada de los elementos de una obra, su orden interno, la conveniencia entre las partes y el todo.

FRANCISCO MARTÍN ROSALES

Académico de Bellas Artes de Nuestra

Señora de las Angustias de Granada

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