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domingo, 6 de febrero de 2022

EN LA SEMANA DEL JAÉN. OBITUARIO JUAN CANOVACA, CENTENARIO DEL CRISTO. CEREZAS DE MANOLO PEÑALVER.

JUAN RAFAEL CANOVACA ARJONA

A veces, es difícil escribir una semblanza sobre una persona. El sentimiento desborda a las palabras y  se obstruye la mente por el cúmulo de tiempos compartidos o testimoniados en su entorno familiar. Peor, aún más, si lo repentino no da el sosiego para escribir tu relato, como cuando cantaba el poeta de Orihuela:

 Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

Pero, me vienen a la mente desde las primeras aventuras infantiles compartidas en el barrio alto de San Juan, donde quedaste huérfano de madre y aquella familia numerosa de la calle de los Caños luchaba por mantenerse  y salir a flote para evitar la diáspora a tierras catalanas, como aconteció entre tus hermanos. Podría recordar aquellos años que en el Palacio de Jabalquinto, en los que te formaste entre cantos inmaculados y sueños frustrados de misacantano, la única vía que tuviste para conseguir tu enseñanza autodidacta. Pues, pronto, tuviste que afrontar el mundo laboral y crear una familia, y, asumirla como un buen trabajador  y padre de familia (tu mujer Angelitas e hijos Juan Ramón  Miguel Ángel y Mary Ángeles).  Y, en el trabajo de la empresa de Condepols, intuiste tu futuro y el de los demás, cuando tu sacrificio significó la semilla que produce los bienes actuales del mundo del plástico.

Pero, no quiero dejar pasar las palabras de Miguel Hernández,

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

Pues, la madrugada de este día 30 de enero te cortó  un hilo de vida que comenzó con la entrega al mundo sindical, en la que creaste uniones locales en los albores de la democracia y defendiste durante muchos años a los trabajadores de la provincia de Jaén  en las mesas de negociación y  en el tajo; en los convenios colectivos y en los puestos de la administración; en la base y en la gerencia como diputado provincial. Un hilo de vida que acudió a hacer nacer aquella agrupación socialista en la transición y  representar al pueblo de Alcalá casi una veintena de años (1987-2003) en la Diputación provincial y en el ayuntamiento  de la ciudad de la Mota bajo las siglas  del yunque y tintero que rememoraban a tu abuelo, como edil y alcalde de la ciudad. Y ese hilo de vida cortó tu huella en la historia que promocionaste en su cultura y en toda la vida; en la Historia Enciclopédica  de  Alcalá,  Real y Abacial,  del Ayer, que tú tanto promoviste, como en los nuevos aires que cambiaron al pueblo que se transformó en ciudad con el festival de Etnosur; en la promoción universitaria de la ciudad de Alcalá con la instauración  de la UNED, de la que tanto te enorgullecías, como los encuentros de Obra Gráfica, congresos de Frontera o Abadía,  y el Conservatorio Elemental de Música  y el nuevo  Museo local;  en la defensa del patrimonio local con las rehabilitaciones de  todo del viario, rincones, plazas del casco, barrios de la carretera de Priego,  y  de Las Cruces, el  Palacio Abacial y Capuchinos  y el nuevo acceso a la Fortaleza de la Mota; tus amplios puntos  de mira que se proyectaban fuera de nuestras tierras con la promoción turística de la localidad través de la Ruta del Califato y de la Asociación de desarrollo de la Sierra Sur, ADSUR; tu fuente social `plasmada en la Residencia de Discapacitados y Gravemente Afectados 'Doctor Sánchez Cuenca'  o  la construcción de la residencia de ancianos “Nuestra Señora de las Mercedes”, a la que le pusiste la Medalla de Oro; tu olfato por los nuevos servicios en la Estación de Transferencia de Residuos Sólidos Urbanos, las obras de una ITV o en el campo económico con la consolidación del polígono industrial El Chaparral o con la puesta en marcha de la  Casa Pineda, que  se convirtió en centro dinamizador cultural y desarrollo económico del municipio.

 

Ese negro luto que acompañaron a las banderas durante tres días  quería manifestarte aquel sentimiento hernandiano hecho colectivo de estos versos

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
Pues, fuiste
un alcalde cercano a los vecinos, forjado en el mundo laboral desde el campo a la construcción y como analista de sistemas en la empresa de la carretera de Montefrío, capaz de enfrentarte a los problemas con entereza´, valentía y resolución, sacando temas como la ELA mureña, el botellón, o el Chare; volver como un trabajador a tu puesto del SAS, compartir la militancia durante toda tu vida, afrontar con gallardía  las dentelladas de la salud  y nunca abandonar el compromiso por la defensa de los derechos de los trabajadores.

 Y, en estos momentos no me queda más palabras, porque

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

Pues considero que aquella mano de hierro  no podrá   borrar de la lista a este  socialista histórico que se dejó  la piel por su pueblo, por la provincia, su gente, por la libertad, la igualdad y la convivencia.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
 
Pues. como dijo tu compañero Reyes, tu, Juan Rafael Canovaca has sido, eres y seguirás siendo un referente para las generaciones presentes y futuras.

 







 

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