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sábado, 14 de diciembre de 2019

EN ALCALÁ INFORMACIÓN. NAVIDAD

SE ACERCA LA NAVIDAD

                                               Se acerca la Navidad. Y no han llegado sus Vísperas con las fiestas de Santo Domingo de Silos, ni el Solsticio de Invierno está a las puertas de la esquina. Faltan varias semanas para las fiestas navideñas, está recién inaugurado el Adviento, y la aceituna se encuentra verde en las ramas de los olivos de nuestros campos. Pero, el mundo comercial puja y porfía por iluminar sus negocios, y obliga a las instituciones púbicas a alumbrados extraordinarios, con guirnaldas cubistas y árboles electrónicos  de Navidad, en este caso de redes de lucecitas de colores,para proteger los montes y convertirse en paladines de la de defensa ecologista. La luz le ha ganado el terreno al sonido musical. La estrella lucífera de la fortaleza de la Mota ha recogido, quinientos siglos después, el faro encendido de la Torre Nueva de la Cárcel Real. La imagen vale más que mil palabras, en este caso mil notas musicales.
Tan sólo ensaya la rondalla de los viejos alumnos safistas   villancicos navideños; y los nuevos amantes del flamenco entonan compases con letras del Niño de Belén preparando sus recitales navideños. Se anuncia el Belén Pasional del grupo parroquial de Los Apóstoles y Discípulos de Jesús, y, en lugar de los Reyes Magos, el   Papa Noel y Santa Claus comienzan a proliferar en las tiendas de los chinos  y se ofrecen en diversos tamaños y formas estandarizadas para adornar las puertas de los pisos y los balcones, jugando a ladrones buenos escalando escaleras de plástico. Parece el mundo al revés, ya no se espera la Epifanía para hacer regalos, sino que, en muchos hogares, invaden las costumbres anglosajonas de regalar por los primeros días de Navidad. La fiesta de Santo Domingo, sin mucho entusiasmo festivo, concentra en su semana la mayoría de los actos culturales y ágapes de amigos, empresas y asociaciones.
                                               Ha pasado el 450 Aniversario del Nacimiento de Juan Martínez Montañés. Y deja sus huellas.  Se convoca un concurso nacional de escultura, y se anuncia como actividad complementaria una nueva muestra en la ciudad de Sevilla. Es el momento de compartir la vivencia estética de una ruta por sus lugares de producción artística, o de acudir al Museo de Bellas Artes y contemplar in situ su paso por tierras sevillanas, desde el hercúleo San Cristóbal a la intimista Cieguecita de la Inmaculada Concepción, de retroceder al colorido del policromado de las tallas de Santa Clara, de palpar a corta distancia  las tablas de  San Juan Bautista del retablo de la iglesia de la Anunciación, de contemplar,  a modo de dialogo,  la imagen san Jerónimo de San Isidoro de Santiponce, de interrelacionar la gubia de sus obras de San Leandro o de Santa Ana con los cuadros de su pintor estofador el maestro Francisco de Pacheco.

Se acerca la Navidad. Y, sin embargo, la economía ha cambiado muchas costumbres y muchos sistemas de trabajo. Ya no se espera para dar el pistoletazo de salida la festividad de la Pura, ni que las aceitunas se encuentren  negras en los olivos marteños, en detrimento de los antiguos picúos. Se adelanta el tiempo de la recolección, se busca la ecología de los primeros aceites de caldo verdoso, y se llena la estación de emigrantes a la espera de la llamada de los patronos, donde predominan los africanos, de tez negra o de color membrillo, como referían nuestros antepasados a los norteafricanos. Ante la falta de mano de obra local, o, más bien el absentismo de los parados del terruño, abunda la oferta de unos trabajadores que acuden desesperados a paliar su pobreza  y de sus familias en tierras extranjeras con una temporada que a veces no alcanza ni los treinta días.  Se ha cambiado el sistema de esclavitud de siglos pasados por la oferta de personas que, a veces, sufren los desgarros de la deshumanización de nuestro tiempo. Ahora, el trabajador extranjero a cuenta del patrón, no es el instrumentum vocale de tiempos romanos. Incluso disfruta de alojamientos de nuestro recinto histórico y patrimonial de los campos y aldeas, comparte los derechos laborales de los convenios agrícolas y se integra armoniosamente en muchas familias agrícolas. Pero, todavía, perviven vestigios de sufrimientos de duermevelas al cielo frío de las noches alcalaínas, reciben la ayuda subsidiaria y asistencial de las entidades caritativas y no se puede comparar nuestro pasado migratorio en tierras europeas con el que reciben los nuevos emigrantes.
Se acerca la Navidad. Lucen banderas, en las fiestas profanas de la Constitución del consenso. Y el relato llena de ficción y evasión muchos hogares. Entre ellos, la mujer ocupa las páginas de los rotativos. Curiosamente, los alcalaínos no olvidan que son gente de frontera, y la mujer queda muy bien relatada por Juan José Montiel en su nuevo Premio del Relato Noche de Reyes en la VI edición , que convoca el centro alcalaíno de  la UNED. En hora buena, por tu premio tercero. Muy merecido.,   


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