Desde mediados del siglo XVI, se llamaba a la puerta junto a la muralla que daba a la Cusesta de Cambrón, PUERTA DE MARTÍN RUIZ, por vivir cerca el vecino Martín Ruiz Nieto. Debió ser una puerta bajo una torre, como hemos encontrado en algunas viviendas adosadas en el siglo XVII, Propiedad de Francisco de Quesada que arrendaba a Juan Rodríguez de la Rosa, adosadas lqas casas junto a la torre y linderas por otro lado con herederos de Alonos Ramírez y por otro con la torre de la Puerta de Martín Ruiz., en la calle de san Blas. AHPJ. LEGAJO 5010, Antón de Santoillán, 17 DE JULIO DE 1647).
En 1571, el cabildo municipal compró varias casas- de las
hermanas María y Ana de Torres- cercanas a este lugar para ensanchar la calle
Cava y limpiar la zona y adornarla, para ello hizo una pared a la parte “de la
puerta de Martín Ruiz bajo del Rastro”, ya que el sitio se había convertido en
un muladar y derrumbadero muy peligroso para las gentes y cabalgaduras que
pasaban por allí pues era la puerta principal de la Mota. Además, se ordenó en
un cabildo “se haga empedrar lo que está encima de la Puerta de Martín Ruiz, lo
que sirvió para formar una nueva calle”. Por el pago de la obra en el año siguiente, tenemos la fecha exacta de
la obra de la calle:
“Des cárguensele más mil e doscientos y veinte y dos meses, que pagó e se gastaron en
empedrar un pecado de empedrado en la calle de la Puerta Martín Ruiz, en que se
ocupó un maestro dos días, que ganó ocho reales; e otro maestro dos días que
son seis reales; y quatro peones en dos días que ganaron ocho reales y res
reales de dos días del obrero; y lo demás que fueron doscientos e sesenta e
ocho mrs. se pagaron a los que truxeron piedra y arena: que todo montó la dicha
contra de los dichos mil e ciento e veinte y dos mrs.: mostró la copia del
gasto firmada del señor Luis de Villalobos jurad, a quien e se acometió e
librança de ciudad. Su fecha a onze de julio de este dicho año”.
.. En 1622, se produjo el primer paso de su derrumbe con la caída de parte de la Puerta de Martín Ruiz junto con dos flancos que van a producir el deterioro del barrio: las calles colindantes con la muralla del Gabán y las Carnicerías, y, por otra parte, el flanco de muralla que daba al Rastro y lindaba con la calle Cava.
Son frecuentes los
arreglos de la muralla a principios del siglo XVII. En concreto, por la zona de
la Puerta de Martín Ruiz, se produjo un gran deterioro, que condujo a tomar una
serie de medidas a los regidores del momento, que estaban muy acuciados con le
crítica economía de aquellos años y hubo que echar mano a las rentas de los
labradores de los cortijos de propios. Así se recogían, en un legajo de la
subasta del reparo de las murallas, las obras programada EL RASTRO
(consistentes en traer cincuenta perpiaños
y poner cal y arena y puntales y las cajas para la dicha muralla) y su
correspondiente subasta:
“Estando en el Llanillo de esta ciudad a altas boçes pregonó que quien quisiere hacer postura en una caxa que había de hacer en la muralla de la Puerta de Martín Ruiz, de seis baras de largo, y seis de alto, que parese de parte a parte de la dicha muralla, dejando dos caños para que el agua no se detenga” El último cinturón de murallas, junto a la Puerta de Martín Ruiz, se encontraba prácticamente arruinado en 1664 y amenazaba las casas colindantes. Sin embargo, todavía lograron mantenerse los edificios públicos como las carnicerías, las tiendas de escribanos, las casas capitulares y abaciales y de la justicia a pesar de los intentos de traslado en 1653 y 1658. A todo ello habían contribuido diversas provisiones reales que habían permitido el traslado del comercio y algunos oficios desde la fortaleza de la Mota hacia el Llanillo, más abajo del arrabal de santo Domingo, sobre todo hasta la esquina del Rosario.
Ya en el último
tercio del siglo xix , sufren un gran deterioro las propias murallas de cierre del
cerco del barrio del Barrio de Santo Domingo, hasta el punto que el propio
ayuntamiento permitió a los particulares derrumbar todo el lienzo que lindaba
por la ermita de San Blas y la puerta de Martín Ruiz, que se hallaba en ruinas
con tal de dejar expedito todo el camino de San Bartolomé. Estas son las
declaraciones de 4 de marzo de 1872 por parte del concejal don Tomás Cortés
"hallarse ruinosa y amenazando
peligro una parte de muralla como de seis varas cuadradas y diez de altura al
sitio de San Blas, cuyo derribo se hace por ello necesario y, con el que se
perjudica a propiedad alguna particular por encontrarse fuera de ellas,
expresando se haría cargo de costear su demolición se le permitía utilizarse de
la piedra que resultara. La Corporación en su vista y considerando la
dificultad y costo que ofrece el derribo por la clase de estas construcciones
antiguas y el poco valor de la piedra en
esta localidad acordó acceder a lo solicitado y en evitación de los males que
pudiere ocasionar su desplomo, haciéndose esta concesión sin perjuicio de que ha de que quedar expedito el camino
que va al pie de la muralla , que se ha de obstruir este en manera alguna, para
lo que se removerán y trasladarán a otro punto los escombros que se produzcan".
Como consecuencia de ambos movimientos de poblamiento, estos barrios, de predominio campesino,
fueron los primeros en sufrir las consecuencias y se vieron obligados a
trasladarse a los nuevos núcleos rurales para asentarse en los nuevos
poblamientos que se ubicaban en terrenos
de propios y eran concedidos por el
propio ayuntamiento, y, por ende, el recinto fortificado mostró un declive
significativo, no apreciándose en este tiempo la continuidad ni la
habitabilidad en el barrio de Santo Domingo, que sólo, mantenía en pie su
iglesia y el lienzo meridional de la muralla, mientras gran parte del
poblamiento de la zona oriental había desparecido en torno a la
ermita de San Blas y la Puerta de Martín Ruiz. Como decíamos anteriormente: “Dentro de la fortaleza, se observa en el
grabado de Piero María Balde en 1669, el Arrabal Viejo de Santo Domingo de
Silos, con su iglesia y un barrio de trama musulmana comunicando por el alta
con los majestuosos edificios del barrio de la Mota, que sirven de tapial y
segunda muralla debido a su elevada altura que alcanzaba los tres pisos en
contraste de las casas del arrabal”.
Como consecuencia de ambos movimientos de poblamiento, estos barrios, de predominio campesino,
fueron los primeros en sufrir las consecuencias y se vieron obligados a
trasladarse a los nuevos núcleos rurales para asentarse en los nuevos
poblamientos que se ubicaban en terrenos
de propios y eran concedidos por el
propio ayuntamiento, y, por ende, el recinto fortificado mostró un declive
significativo, no apreciándose en este tiempo la continuidad ni la
habitabilidad en el barrio de Santo Domingo, que sólo, mantenía en pie su
iglesia y el lienzo meridional de la muralla, mientras gran parte del
poblamiento de la zona oriental había desparecido en torno a la
ermita de San Blas y la Puerta de Martín Ruiz. Como decíamos anteriormente: “Dentro de la fortaleza, se observa en el
grabado de Piero María Balde en 1669, el Arrabal Viejo de Santo Domingo de
Silos, con su iglesia y un barrio de trama musulmana comunicando por el alta
con los majestuosos edificios del barrio de la Mota, que sirven de tapial y
segunda muralla debido a su elevada altura que alcanzaba los tres pisos en
contraste de las casas del arrabal”.
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