Archivo del blog

domingo, 15 de diciembre de 2024

EL CURA, EL AMO, LA MUJER Y EL CRIADO

 

EL ARRABAL

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Alcalá la Real. Año 4. Número 15. Segunda Semana de JUNIO de 2004

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 Director. Francisco Martín Rosales.

 

EDITORIAL

 Hace años en esta revista , recoginmo el folcklore  rural. Y, sobre todo, loas cuentos que editamos, también en  Huerta de Capuchinos. 

En cuanto al cuento, el informante era  SIXTO LEÓN ARROYO. ERA  UN  O CUENTO CAMPESINO.

 

 

 

 

 

 

 




 

EL CURA, EL AMO, LA MUJER Y EL CRIADO

 

Había dos parcelas de tierra que lindaban, una con la otra. Una era de un padre cura, y la otra de un afamado labrador.  Tenía la familia un criado, de nombre  Pedro, que se dedicaba a todas las labores de labranza de su cortijo. En otoño, las labores de la vendimia, siembra y yunta; en invierno, la aceituna; en primavera, la escarda, y en verano la siega y las labores de la cosecha en la  era.

La señora del cortijo, por cierto, era muy religiosa y  mantenía muy buenas relaciones de vecindad con el padre cura de la aldea. Pues le invitaba  a compartir la mesa  con asiduidad en su  casa.

Cierto día, la señora mató un pavo y le invitó a comer al cura.

En otra ocasión, mató un gallo. Y, no fiándose del  criado, le dijo a su marido.

-He matado un gallo. ¿Porqué no vas a invitar al padre cura para que venga a comer con nosotros? Ahora, está trabajando con su yunta en el campo. No me fío de Pedro que no es buen mandadero. Le respondió el marido:

-Yo no voy, que no tengo ganas de andar.

Se dirigió a donde estaba el criado y le dijo:

-Te ruego que vayas al campo del padre cura, y le dices que se venga a comer con la familia.   

Ni corto ni perezoso, le asintió con la cabeza. Pero primero subió a una cámara, donde rellenó todos sus bolsillos con nueces. Después, marchó hacia la finca del cura. Cuando se acercaba a la besana que el cura faenaba, iba soltando nueces. Por fin se colocó delante su presencia y le dijo:

-Padre, me ha dicho mi amo que pronto llegará y lo apedreará.

        Pedro salió presuroso en dirección al cortijo del amo y llegó ante la señora, a la que le dice:

        -El cura no tiene ganas de comer.

Contrariada la mujer, le dijo a su marido:

-Anda, ve y le dices al cura que le he preparado el gallo para él. Anda, insístele. 

El marido, cuando se acercaba al cura, comenzó a coger las nueces, que había soltado su criado Pedro. Al verlo el cura, creyendo que el labrador vecino se encontraba en posición de tomar las piedras del suelo, por lo bajo gritó:

-Este ya viene a matarme a peñonazos. Era verdad lo que me dijo Pedro.

Salió corriendo, y no miraba al amo. Cayó varias veces tropezando con los terrones, Pero no desistía.

El marido le gritaba:

- ¿Adónde va usted? ¡Que mi mujer me ha dicho que se venga a comer un gallo! No corras, ven con nosotros.

Pero, el cura, no escuchaba  sino que, a  las voces  de    te ...a comer”, más aceleraba el paso y más corría.

- “Cosas de Pedro”. Con razón mi esposa no lo quería de mandadero..- Musitaba el labrador-.

 

.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario