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lunes, 2 de marzo de 2020

DIARIO DEL RUTERO POR TIERRAS SALMANTINAS


        




ITINERARIO SALAMANCA Y PROVINCIA          PUENTE DE ANDALUCIA


Huerta de Capuchinos y un numeroso grupo de  amigos de Mures salimos desde varios puntos de origen y Estación de Autobuses, aproximadamente a las 5 de la mañana,  de noche profunda,  con destino Alba de Tormes. Bajo la égida de Rafael Heredia, nuestro auriga mayor, comenzamos con Manuel Castillo hasta mitad de La Mancha, parando en Torres Mancha, donde hicimos una larga parada en medio de muchos grupos, escolares, asociaciones, que realizaban las mismas actividades de ocio por el Día de Andalucía














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Viernes 28 de Febrero. Punto de origen – Alba de Tormes- Salamanca
 Pasamos por las  inmediaciones de Madrid, Ávila y entre las provincias castallanas de Segovia y Salamanca y llegamos a  a Alba de Tormes. donde nos esperaba la guía Chus a las trece horas.Su origen se remonta a la alta Edad Media, en el momento de la repoblación cristiana, si bien su entrada en la historia va ligada a una de las familias más ilustres de la nobleza europea: la Casa de Alba. La villa guarda un interesante patrimonio, que le ha merecido su declaración como Conjunto Histórico. En la actualidad, la mayor parte del núcleo conserva la trama antigua, aunque ha desaparecido en algunos puntos. No obstante, el conjunto mantiene espacios urbanos de alto valor patrimonial como el conjunto formado por la plaza mayor y la plaza de Santa Teresa y su entorno próximo.
La villa alberga interesantes ejemplos de arquitectura civil, como el Palacio Ducal, el Ayuntamiento o el Pozo de la nieve entre otros, de carácter religioso destacan el Monasterio de San Leonardo, el Convento de las Carmelitas y las iglesias de San Juan y Santiago. También conserva algunos interesantes ejemplos de arquitectura popular. Paramos junto a la neogótica Basílica de Santa Teresa,  y nos dirigimos a la plaza, donde comprobamos el sabor castellano, de alllí a la iglesia de San Juan, la de los carmelitas descalzos, junto con su museo, y a la iglesia de la Encarnación de Santa Teresa, en cuyo interior vimos  el enterramiento de Santa Teresa, la sala de las reliquias donde se conservan el brazo y el corazón o distintos objetos que pertenecieron a la Santa. Nos dirigmos al castillo del  duque de de Alba, donde contemplamos la única torre conservada, donde se aloja un pequeño museo, con piezas de la excavación de todo el castillo, pasto de las tropas francesas. Los frescos de las sala cuadrada  dedicados a La Batalla de Mulber, con la presencia activa del duque, obra de los hermanos Passini y Ruiz de Carvajal  y su  busto de Pompeyo Leoni son dignos de destacar. Y me vino a la memoria la visita de hace unos años en los que rememoramos los moementos de las Edades del Hombre de 2015 . Llegamos de mañana a  Alba de Tormes, con una botella de viño do pais. Dijo Ismael " hoy cambiamos la vivencia exterior de la religión ritual del siglo XII, con sus caminos, procesiones y peregrinajes por la vivencia íntima del misticismo de San Teresa de Ávila. Aquï, visitamos  la exposición de Las Edades del Hombre 2015, con el título  ´Teresa de Jesús: maestra de oración¨. En esta ciudad, donde contemplamos la exposición de Venancio Blanco, el apostolado, y los restos mozárabes y un lienzo del Ecce Homo (siglo XVI) de  Morales en la iglesia de San Juan, iniciamos las Edad por el  quinto capítulo, Santa Teresa "Hija de la Iglesia", que se desarrollaba en la Basílica de Teresa de Jesús de Alba de Tormes y destacaba la importancia de la Santa en el mundo de la Iglesia. Se nos explicó que La Basílica de Santa Teresa era un templo inacabado de estilo neogótico empezado a construir en 1898. La idea inicial, pensada por Enrique Maria Repullés y Vargas, consistía en construir un templo que albergase los restos de Santa Teresa de Jesús para convertirlo en un centro de peregrinaje.as obras empezaron el 1 de mayo de 1898. El obispo Tomás Cámara fue el impulsor del proyecto para el que se pidió colaboracion económica del pueblo salmantino. La ubicación del templo, junto al río Tormes, dificultó la cimentación del mismo elevando su coste y haciendo imposible su finalización.En 1933, durante la II República, las obras se detienen definitivamente. El templo cuenta con más de 3100 m2, naves de once metros de altura y numerosas capillas laterales.No es hasta 2007 cuando el Obispo de Salamanca Carlos López Hernández replantea la obra con el arquitecto Ricardo Pérez Rodríguez-Navas, reiniciándose las obras inmediatamente, con el objetivo de cubrir el abside y el presbiterio hasta el crucero. La idea de transmitir la espiritualidad cristiana se representa  arquitectónicamente con la luz de las vidrieras que adoran la parte superior del templo, todas ellas con imágenes de la vida de Santa Teresa de Jesús y otras mujeres santas. .A principios de 2010 las obras vuelven a paralizarse, quedando pendiente posteriores fases que finalicen definitivamente el templo. Hoy existen más de 1000 m² cerrados que piden utilizarse para cualquier evento de tipo religioso.

Oteamos la plaza mayor y el torreón de los duques de Alba, antes de hacernos la foto colectiva.  Al salir de Alba de Tormes, nos despedimos del puente sobre el río Tormes y la silueta del castillo en el horizonte. 
































 Continuamos el viaje hasta  Salamanca, ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1988. Llegamos a un restaurante, donde  almorzamos comida castellana. Por la tarde, acompad<ñaos de la guía Carmen visitamos  el casco antiguo de Salamanca, donde iniciamos el recorrido ante la estatua de don Miguel de Unamuno  y el convento de las Adoratrices,  hoy  iglesia ortodoxa y las casas solariegas  de los hidalgos salmantinos, de allí al palacio de la duquesa de Alba, Monterrey, de las Conchas, la iglesia de los jesuitas y la universidad pontificia. 
No nos perdimos la portada de sus dos catedrales en busca de el  astronauta, la fachada de la Universidad con el acierto de la rana de la suerte, las Escuelas Menores, casa Rectoral, Casa Lis, huerto de Calixto y Melibea,  palacio del archivo de la Guerra Civil Española y la Plaza Mayor junto con la rúa Mayor y el colegio Anaya. Se nos descifraron algunos vitores y contemplamos la cúpula del espacio de Las Escuelas Menores, donde me perdí del grupò,  y el puente romano, así como la entrada y puertas de la ciudad. Por libre, acudimos al monasterio de San Esteban y de las monjas dominicas, el colegio Fonseca ,  mercado modernista, otros palacetes de hidalgos  y contemplamos el encendido de luces de la Plaza Mayor. Nos hicimos discípulos de Unamuno,  nos preparamos a escenas de Calixto y Melibea en tiempos de su estancia universitaria y qusimos grabar nuestro victor de este día tan completo recordando a los becados del abad Moya. 

De allí al hotel  de  Ciudad Rodrigo, no contemplando más que en la autovía, alguno que otro pueblo pequeño. El hotel Conde Rodrgio II se nos mostró taurino, con caballo y caballistas y al fiodo las murallas de Ciudad Rodrigo, muy bellas, inexpugnabale, recordando los tiempos de los franceses. Buena cena castellana y dormimos como lirones en una amplias camas.


















Sábado 29 de Febrero. 
Nos levantamos con los sones del himno de Andalucía en nuestro mobil y emprendimos el camino hacia los pueblos serranos de la Peña de Francia
Miranda del Castañar – Mogarraz – La Alberca – Peña de Francia
Desayunamos muy bien para afrontar hasta nuestro relato épico del día. Fuimos entre  los pies de la Sierra y comarca de las Batuecas, con ganadería de fondo, pastizales, miucho robledo, castañares, dehesas y algunas que otra vaca  o toro.  De nuevo con la  ayuda de la Gguía Carmen, iniciamos la aventura épica tras hacer una breve parada en La Alberca. Y este fue el relato en romance de frontera. 

Menos  mal que aguerridos,
y, de adalid ,el Heredia,
montamos en un caballo,
de motor para esta épica.
Llevamos de amazona
y de perita alfaqueca,
a Carmen, muy aviesa,
en afrontar  otras  gestas. 
Entre ellas nos relató,
subiendo empinada cuesta,
la de unos valencianos,  
que le causaron jaqueca,
pues se afanaron en  subir,
contrra lluvia, nieve  y marea,
en contra de su criterio
y su buena moraleja. 
Y, al llegar al santuario,
entre miles de afrentas,
cayendo rayos y nieves,
 desistieron en la cresta.
Nosotros, con chirimiri
algún que un viento rachado
y la mirada muy quieta,
miramos en cada curva
el cabello y coroneta
de nuestro paisano anterior
por no ver las barranqueras,
Nos comentaba el camino
de pereginos en senda,
que, antes de ir a Santiago,
hacían aquí una  espera,
Pasamos del robledal,
los pastos y los helechales,
 a las verdes pinedas,
 y  luego a granitos rocales.
Con el corazón pulsado,
mirando la pura piedra,
el granito, duro y pelado, 
la Virgen de esta Peña,
se nos comentó patrona,
protectora sempiterna. 
 Y llevaba la razón,
que no queríamos entenderla,
pensando en exagerada, 
y sobrepasa la regla. 
Pero, al llegar a las curvas, 
de la cima de la Sierra, 
un viento huracanado,
el Noto, Euro y el Austro
confabulados en guerra,
 no nos dejaron andar 
y, a punto de voltereta, 
las huestes muy diezmadas
- unos volvieron a l,a tienda
al  autobus del Heredia-
entramos en el santuario,
 rezando mil avemarías
y quedando a su encomienda
de la Virgen morenita,
patrona de esta tierra,
 de otros pueblos lejanos,
 nuestros hermanos de América.
Los hubo que divisaron 
entre nubes y  las nieblas
algunos montes lejanos,
de entre ellos los de Béjar. 
Pero no era un día  propicio,
y nos centramos en las celdas
de los frailes, su claustro
refectorio de merienda,
la vieja hospedería,
viacrucis y plazoleta.
Bajamos a una gruta,
donde allí se apareciera
esta Virgen pequeñita,
que nos cambió bien la vuelta. 
Ahora yo comprendía,
 aquel famoso  poema 
de la Peña de Francia, 
que, escrito como una gesta,
describio el milagro 
del devoto  Simön Vega.

Y me vi nieron los versos de Tirso de Molina
(Acto III, escena final)


TIRSO (pastor):  Nueso amo, venga y verá
la maravilla más rara
que en el mundo ha sucedido.
CONDE (de Urgel):  Quedo, necio.
TIRSO:  Oiga, que es brava:
el escolar que siguiendo
los carros de Salamanca
se mos vino tras nosotros
descubrió una imagen santa
dentro de una dura peña,
de donde salió más crara
que el sol, y llevando todos
azadones y palancas
desencajamos el risco
do la imagen se encerraba;
y cortando de los robles,
de enebros y encinas, ramas,
para adornarla, hemos fecho
(aunque humilde) una cabaña.
Mas hétela, se aparece.
(Descúbrese una cabaña de ramos en
lo alto, y en un altar de lo mismo,
una imagen de Nuestra Señora, con
luces, y a su lado Simón Vela.)
REY (Juan II):  ¡Oh Madre del gran Monarca,
que bajando del impíreo
hizo trono tus entrañas!
A dichoso tiempo vine.
¡Yo haré que te labren casa
donde estés con más decencia!
CONDE:  ¡Gran milagro!
ENRIQUE (Príncipe):  ¡Cosa extraña!
Pero ¿aquél no es Simón Vela,
y esta, la Peña de Francia,
que con tanta devoción
por nuestros reinos buscaba?
Amigo, tu suerte envidio.
SIMÓN:  Yo, señor, te doy colmadas
gracias por lo que te debo,
y el parabién de que salgas
del golfo de tus desdichas
al puerto de tu esperanza.
Rey don Juan, sol de Castilla,
esta imagen soberana
está aquí desde los tiempos
que Rodrigo perdió a España.
Haz, pues, que aquí se fabrique
una generosa casa,
y que su gobierno tengan
los Padres de la Orden sacra
del grande español Domingo;
porque ya el cielo me llama
para darme en dulce muerte
hallazgos de tal ganancia..
REY:  Yo haré, divina Señora,
lo que vuestro siervo manda.
Demos, Enrique, la vuelta
a mi corte, donde os hagan
recibimientos festivos;
y de Aragón y Navarra,
los reyes a alegrar vengan
bodas de nobleza tanta,
que al viejo conde de Urgel
restituirán a mi instancia
los estados que ha perdido,
pues ya sus desdichas pasan.
CONDE:  Llámete su augusto Roma.
ENRIQUE:  Esta imagen (de Dios Alba)
es la que España venera,
y esta, la Peña de Francia.
Tirso de Molina (1579-1648):
La Peña de Francia 

Como un rey entre dos damas,
 la guia y mi entrtetelas,
perdía ya todos los miedos,
bajé por aquella cuesta,
entre un viento amainado,
por la señora que vela
por tantos los peregrinos,
 que acuden a esta Sierra, 
a honrarla y casarse,
 a disfrutar de sus sendas, 
a subir como ciclistas,
 que tambien vimos su trepa,
y, aunque poco oteamos,
en la desacendida  la Alberca,
los valles, y los pantanos,
lls montes y cercanas sierras.
ya nos la imaginamos 
para los que pudieron verla.
Desde que bajamos, observamos los senderos en la montaña en zigzag, palpamos el desnivel desde seiscientos metros hasta la subidad de más de mil kin ientos, nos hicimos cuerpos de los cicilistas  y nos imaginamos las soberbias vistas y su  ubicación única, a 1.723m de altura.  Ya, tranquilos y relajados comprendimos que aquí se construyó un santuario mariano, el más alto del mundo, debido a la aparición de la Virgen en 1437. En la Peña de Francia , comentamos que existían, además del santuario, hay una iglesia, un convento, una pequeña plaza, una hospedería y el mirador hacia la Sierra de Bejar y Gata.






























Nos bajamos a la Alberca, y la visitamos muy tranquilos hasta las dos de la tarde. 
Hasta la hora del almuerzo, con Carmen visitamos este precioso pueblo serrano que destaca por sus cruces, sus dinteles, sus calles y de sus casas en los que resalta una arquitectura popular levantada a base de piedras y geométricos entramados de madera. Visitamos la Plaza Mayor, la antigua cárcel, la iglesia, el teatro, sus puentes y fuentes. Comprobamos que, en el corazón de la Sierra de Francia se encuentra esta localidad renombrada en el turismo nacional como uno de los enclaves más atractivos y, sin duda, sugerentes. Recorriendo su trama urbana y sus estrechas y empedradas calles  y las casas que recuerdan a los judíos conversos entre JHS y Ave Marias y se dejan ver  los buenos serranos comerciantes, compramos embutidos en Eusebio y una gorra con orejeras.  En el restaurante Doña Teresa, junto al puente del río de Francia, nos comimos un plato de habichuelas  y una ternera singular, en las  las que nos relamimos la comisura de los labios  de lo buenas que estaban para enguyir. 
Por la tarde , nos imbuimos de la propia Sierra y  de  su interior, donde se  alberga al Valle de las Batuecas, muy cerca de La Alberca. Este lugar, dado su carácter aislado, fue elegido por los carmelitas descalzos como lugar de retiro físico y espiritual. Hoy en este entorno natural se pueden hacer excursiones a través de sus senderos junto al río Batuecas. De aquí, destaca el Chorro de las Batuecas, una singular cascada que aporta un punto adicional para catalogar la zona como un pequeño paraíso.













Con el relato de Carmen, nos imaginamos al atardecer sequir  los pasos de la Moza de Ánimas. Oyendo su esquila, en la oscuridad, descubrimos  dinteles, escudos y grabados que te retornaban a otra época lejana en el tiempo pero cercana en el escenario y en los moradores que, desde hace siglos, han cuidado para nosotros este bello enclave.















 Sin duda la Alberca es la reina de la comarca, la más visitada, la que tiene más hoteles y restaurantes. En una década la Alberca ha cambiado mucho. Parte de su prosperidad viene del turismo, con multiples tiendas de recuerdos y gran oferta gastronómica. La Alberca posiblemente es el pueblo más completo de la comarca, y no es casual que por 1940 fuera el primer pueblo en recibir la declaración de Conjunto Histórico-Artístico.






De aquí fuimos a La Alberca Mogarraz. Sigamos esta descripción que comprobamos que bajamos de altura y viendo el río Francia " Sobre un altozano un caserío apretado destaca entre tupidos bosques de castaños, madroños y cultivos de cerezos y otros árboles frutales. La villa de Mogarraz constituye uno de los enclaves serranos en donde los avatares del desarrollo no han mermado las peculiares características de su identidad cultural y urbana. En sus sinuosas y estrechas calles se levantan magníficos ejemplos de laarquitectura tradicional de la Sierra de Francia, con bellos ejemplos de la casa de entramado desarrollada en altura. Mogarraz, Invita volver a visitar la Sierra de Francia  su paisaje, con altas cumbres a lo lejos, bosques profundos y pequeños pueblos con una arquitectura única en armonía con la naturaleza y el paisaje de la zona. También la Sierra de Francia es un lugar de leyendas, transmitidas de generación en generación, y de momentos históricos. Hay desde fortalezas, murallas e incluso antiguas explotaciones mineras romanas a cielo abierto, como en Las Médulas, en León, aunque ya cubiertas por la vegetación.
Para nosotros Mogarraz fue un auténtico descubrimiento. Decidimos alojarnos en este precioso pueblo por la originalidad de sus fachadas. Los cuadros que adornan las casas retratan a las personas que viven o vivieron allí, ¿no es original?. No recuerdo si algo parecido hemos visto antes, desde luego en España no, pero es diferente y vistoso. Le da un aire con mucho encanto. Como en los pueblos de los alrededores en su arquitectura abunda el granito y los entramados. A parte su casco urbano se puede recorrer por el eje principal, una calle estrecha que recorre el pueblo de arriba a abajo. Lo puedes ver en menos de hora, pero merece la pena parar en cada puerta para soñar o pensar en la historia de cada casa. Plazas porticadas, pasadizos, calles estrechas..., todos serán buenos caminos para dirigirse hacia la Ermita del Humilladero y, desde allí, hacia el bello Santuario de Nuestra Señora del Robledo. Deja que la magia y la quietud de este lugar te invada y percibe el sentimiento que emana de esta tierra. Te aportará otra perspectiva, otra forma de observar y disfrutar la naturaleza, los pueblos y las gente.
























Miranda del Castañar 

Carmen nos condujo a la  plaza de entrada por un camino de acceso suave. Y comprobamos . "Dos pequeños ríos, el Francia y el San Benito, delimitan el promontorio al que se aferra esta antigua villa situada en el corazón de la Sierra de Francia. Defendida por sólidas Murallas, las solemnes figuras de la Torre del Homenaje de su Castillo y de la Iglesia parroquial destacan en la inconfundible silueta de su caserío que desde el siglo XIII aglutinó el poder jurisdiccional de toda la sierra.
Por último, sin dejar de ser casi tan bonito como los demás está Miranda del Castañar, con una magnifica atalaya gobernando sobre los valles de la Sierra de Francia. Destaca lo que fue la antigua plaza de armas, o lo que queda, y la Puerta de San Ginés. Si tienes suerte, no habrá autobuses en la plaza, ya que éstos ocultan la grandeza y las vistas de lo que fue este lugar en el pueblo.
  
Es un gozo adentrarse en la villa por la Puerta de San Ginés, junto al castillo y la vieja alhóndiga y disfruta del recorrido de la Calle Larga. Experimentarás un viaje al pasado, a épocas en las que judíos y moriscos habitaban estas angostas calles jalonadas de casas blasonadas. Descubre las Carnicerías, la Cárcel, la Casa del Escribano, la de los Tejeda y las otras puertas de su muralla; sal por cualquiera de ellas y retorna al comienzo de su andadura bordeando la antigua cerca, disfrutando de las inigualables vistas que de la Sierra de Francia se obtienen.




























CIUDAD RODRIGO















Domingo 1 de Marzo. Ciudad Rodrigo
Desayunamos y nos fuimos  a Ciudad Rodrigo, bonita población enclavada junto al río Agueda y considerada uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de España. Reecordamos a los abades Valeriano Ordoñez Villaquir´
an y Sanchez Matas, asï como al obispo alcaláino Antonio Ceballos, que tuvieron relación con ambas ciudades,.  Con Verónica, entre fiestas del Carnaval de lToro, nos adentramos por las murallas, Comprobamos que Ciudad Rodrigo se destaca como uno de los principales conjuntos histórico sartísticos del oeste castellano.En las caballerizas nos comentó la historia desde los celtas hasta los franceses y su obispado. 
La ciudad guarda innumerables y destacados inmuebles declarados BIC (Bien de Interés Cultural), piezas muebles de gran valor y un sabor de tiempos pasados que quedó encerrado en los muros de sus murallas. Además, al patrimonio que alberga la ciudad del Águeda hay que sumar los tesoros que esconde su comarca. Visitamos varias plazas, la de Sanchez Arjona, un alcalde de origen andaluz, la del reigimiento, la plaza Mayor....varios palacetes de los äguilas, y otros hidalgos, la capilla de Pacheco, las iglesias de san Pedro, el museo de los Orinales, estuvimos en el Placio de los Aguilas contemplando varias exposiciones. 
Entre todos ellos cabe destacar de modo especial, por su importancia, la Catedral de Santa María y las murallas coin su Parador en el antiguo castillo. La primera, porque atesora una parte importante del patrimonio mueble de la ciudad en su museo catedralicio, además de ser por sí misma uno de los edificios ineludibles en la visita a la ciudad.
En cuanto a su recinto fortificado, cabe señalar que la importancia estratégica de la plaza de Ciudad Rodrigo justifica la existencia de un sistema defensivo tan cuidado. Dicho recinto data de época medieval, de tiempos de la repoblación.
Sin embargo, ese primitivo recinto medieval fue completado en tiempos modernos de Felipe V  con el sistema de baluartes, revellines y fosos que son los que le confieren ese perfil estrellado a la fortificación.
El puente o puentes le dan una panorámica única. 

Por último y para completar la visita a la ciudad,  recorrimos suss intrincadas calles, visitamos sus palacios, conocimos sus iglesias…Damos cuenta que  Ya desde los albores de nuestra civilización y a lo largo de los tiempos este enclave ha adquirido Arquitecturas de la Guerra que lo convierten en uno de los más interesantes conjuntos abaluartados de todo el occidente peninsular.
De aquí la comida en el hotel y salimos por la Vía de Plata hacia nuestra tierra a las tres de la tarde y llegamos sobre las una del día siguiente. Muchas gracias a todos los que no las han hecho posible. La Vuelta al Mundo de los Viajes, chofer Rafa Heredia y  un poco Miguel Ángel  guías, y alojamientos, Y destacar la sana convivencia y ambiente con nuestros amigos de Mures, que siempre nos acompañan en nuestro senderismo Un abrazo. 

































En suma, recorrimos una ruta que fue de la mística a la universidad, de la piedra caliza al granito, de la épica a la lírica, y de lo rural a la ciudad. de la Vega a la Peña de Francia, de las torres de concejo a las grandes caterdales, de los ríos y los puentes a las dehesas, entre encinas y robles, entre lluvia y sol. Unos días salmantinos más primavera que invierno. 

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