CABRERA Y SANCHO DE ARANDA
Alonso
de Cabrera hacía el repaso de su vida. Era el año 1532 y se reunió en su casa
de la ciudad amurallada de La Mota con el licenciado Aranda, un erudito de
aquel tiempo. Lo hacía ya libre. Ejercía su cargo de regidor del cabildo alcalaíno.
Fue un día de esos en los que el aburrimiento lo rompieron ante las continuas provocaciones de Sancho a
este capitán de soldados. Volvió a recordar unos momentos de su vida que
siempre pretendió olvidar. Borrarlos del mapa de su mente. A Sancho
de Aranda que estaba escribiendo un libro sobre la genealogía de su
familia, los famosos Aranda, le interesaba recoger aventuras y hazañas de los
Cabrera. Se habían emparentado con ellos y formaba parte del grupo de poderosos
de aquella élite alcalaína.
-Me
parece muy bien vuestro origen, Pero el de los Cabreras es también digno de
ensalzar- le inquirió Alonso.
-
Sí, claro estáis ligados a nosotros, por el casamiento con el tronco de los
Méndez de Aranda. Y tu lo sabes muy bien.
Alonso
comenzó citando a Juan Cabrera el único de la familia que había logrado
empadronarse entre las familias hidalgas de la ciudad a finales del silgo
pasado. Luego se remontó a las diversas ramas de su familia. Estaba muy
agradecido, había hecho todo lo que pudieron para lograr que se mantuviera vivo,
sobre todo a los Cabrera Saravia. En un momento de la vida, se pierden todas
las oportunidades y ya no sabe uno a donde se pondrán sus posaderas, si quedara
a vivo. Pero, Alonso se consideraba un privilegiado por su alcurnia.
-Me
parece que provenimos de la familia cordobesa de los Cabrera; y, por otra
parte, estamos ligados con los Saravia.
-También, otra rama cordobesa.
-María
y Juana Saravia están casadas con algunos Cabrera, muy cercanos a mi persona.
-Lo
sé, y, los tienes muy próximos a nuestra ciudad.
-Pariente mío era Rodrigo de Cabrera, casado
con Juan de Saravia, que alcanzó la alcaldía de Guadix. Y el otro Rodrigo de
Cabrera, que fue alcaide de Iznajar y su hijo alcalde de Loja. Y ahora su nieto
ostenta la misma alcaldía de Loja. Me ha ayudado mucho en reciente pasado.
-Todos
los Cabrera, hombres de frontera, capitanes y reputados vasallos leales a la
Corona.
II
LA CIUDAD DE BADIS Y EL PEÑON DE VELEZ DE LA GOMERA
LA CIUDAD DE BADIS Y EL PEÑON DE VELEZ DE LA GOMERA
-Me
hablaste sobre la frontera, veo que te refieres a la frontera nazarí.-Le inquirió
Sancho.
-Pero,
la frontera se encuentra en el mar. Muy lejana, con tantos corsarios en el
Mediterráneo. Sobrepasa la tierra de
Castilla. –le respondió Cabrera y siguió el licenciado ilustrándolo pues
era un versado en las crónicas, libros de memorias y comentarios a la manera cesariana.
Cabrera se quedó parado, boquiabierto ante el cúmulo
de datos y noticias. Comenzó a comentarle su amigo y pariente Sancho de Aranda
que, tras apoderarse de Melilla y de Cazaza, los Reyes, querían someter la costa
de la Berbería con una nueva plaza. Se tomó como nuevo objetivo, el peñón de
Vélez de la Gomera.
-Nunca se me olvidará aquel pequeño islote, desde que
lo vi desde mi barco, ofrecía una situación ideal.
-En la desembocadura del río Támeda, Bades por la
ciudad de enfrente, la antigua ciudad de Badis, -apostilló Sancho- decían que estaba poblada por unos 600
vecinos de aquel tiempo. Nos comentaron que era un puerto, nido de piratas y
corsarios berberiscos. Continuamente castigaban el litoral español No era esta
su única fuente de recursos. Sino que realizaba un enlace comercial con la
ciudad de Fez y sus corsarios.
- Badis tenía mayor importancia, interrumpió Cabrera- porque su puerto, ubicado entre el Peñón y la
ciudad, canalizaba buena parte del comercio del sultanato de Fez y sus
corsarios.
-Además era un pequeño arsenal para construir muy buenos
navíos, fruto de los alerces cercanos.
-Alerce, ah , desde mi mazmorra, los veía. Un árbol de hojas caduncas, un pino más, de
tronco derecho y corteza gris, ramas abiertas y hojas blandas; su fruto es una
piña menor que la del pino.
-Exacto.
-Continua.
-Soy muy lector, en lo que puedo de aquel escritor de
origen musulmán, ahora cristiano, Juan León el Africano vio en su visita a Badis.
-¿Qué decía?
-Se levantaba en las proximidades de una llanura, y estaba
coronada por dos elevados montes y su población vivía principalmente del mar,
por lo cual la mayoría de los recursos de sus vecinos provenía de la pesca, del
corso o del comercio marítimo.
-Clavado. Lo testimonio.
II
-Pero, prosigamos la historia. Las cosas no eran como
en nuestros reinos, formaba parte del
sultanato de Fe. Aquella región se sumió en la anarquía tras la muerte del
sultán Mohamed el Sheikh en 1504 y entonces se estableció en Badis Muley al
Mansur, primo del fallecido sultán y pretendiente al sultanato. Cuando sus
pretensiones a la sucesión se vieron frustradas, Muley al Mansur declaró la
independencia de aquella zona, donde reinó a partir de entonces.
-No me extraña que, con la caída del reino nazarí de
Granada, el conflicto entre el cristianos y moros se desplazara por estos lares Y los corsarios y piratas
berberiscos se convirtieron en un engorro cada vez más grave para los cristianos.
-No me interrumpas. Castill Tetuán, Targa y Badis eran las ciudades a
abatir. Los cronistas me comentaron una escuadra capitaneada por Pedro Navarro, conde de
Oliveto, emprendió un asalto que acabó en 1509 con la firma del convenio de
Cintra, en virtud del cual se reconoció la soberanía castellana sobre Vélez de
la Gomera, su puerto, peñón, fortalezas y términos y la costa entre Vélez y
Melilla. A cambio, Castilla cedió a Portugal el dominio sobre la costa africana
situada entre la cuenca del Massa y el cabo Bojador salvo Santa Cruz de la Mar
Pequeña.
- Como veo, en aquellos momentos, el avance de los
cristianos sobre la costa norteafricana parecía imparable.
- Después de haber conquistado el peñón de Vélez se
apoderaron de Orán en mayo de 1509; en enero de 1510, le tocó el turno a Bugía;
y, en junio siguiente, a Trípoli; aunque todo se
frenó en agosto de este mismo año con el desastre en Djerba.
-No todo fueron un camino de rosas en estas ciudades,
- Muchas, entre ellas la guarnición del Peñón sufrió
miles de penurias y carencias. Recuerdan que un escudero Hernando Briceño, en
nombre del alcaide y los soldados, tuvo que acudir a la Corte reclamando en 1518
que se abonaran los sueldos de dos años y siete meses que se les adeudaban. También
pidió que se les suministraran bastimentos, armas y municiones. Incluso algunos soldados renegaron después de
haberse amotinado contra el alcaide con la intención de apoderarse de las
embarcaciones para regresar a Castilla, dejando la fortaleza desamparada.
-Parece que, en el mundo de la Corte, no lo escucharon
a este escudero, ni siquiera en sus argumentaciones de que con la posesión de aquella fortaleza se
evitaba que el antiguo arsenal continuara construyendo fustas que asolaran las
costas peninsulares.
-Te aclaro lo de fusta.
-No es necesario.
-Las veía en Badis, eran unas embarcaciones estrechas, ligeras y rápidas, de poco calado,
impulsadas por remos y vela
-Simplemente, una pequeña galera. Yo sigo con mi historia. Baste recordar, que
antes de su conquista Badis había albergado alrededor de 1.000 cautivos
cristianos y desde su puerto habían operado 20 fustas piratas y corsarias
-Y lo sufrí en mis carnes. Pues, lo peor era que ni
con el Peñón conquistado no terminó con el tráfico comercial del puerto de
Badis, continuó siendo un importante centro de trata en el que
se negociaba la liberación de cautivos. Por otro lado, los comerciantes de
Málaga.
-Malditos sean. Esos que me han ayudado a salvarme,
-Pues esos mismos mantenían importantes negocios con
Badis, donde incluso disponían de factores permanentes. Son unos comerciantes y
no les importa más que el dinero.
-Yo lo constaté en el asunto más importante de mi
vida.
-Está claro. No valió de nada el control en el Peñón, pues lo reducido de su espacio impidió que aquella disposición e de regularse
el comercio en el Peñón se cumpliera.
Los convoyes venecianos de galeras comerciales también continuaron haciendo
escala en su puerto, mientras que los piratas y corsarios berberiscos
trasladaron sus bases a otros fondeaderos cercanos, como Targa o el Jebha.
-Ah, Castil de Pescadores, conocido como Marsa Uringa o punta de los Pescadores
-Desde donde continuarían realizando sus actividades. Pues andaban a
regañadientes con la ocupación del Peñón.
III
SU TOMA Y PÉRDIDA
SU TOMA Y PÉRDIDA
Sancho se explayaba sobre los cautivos, los corsarios,
los mercaderes, los rescatadores de cautivos y las relaciones entre genoveses,
turcos y beréberes. Tenía claro que el enemigo
cristiano no era fácil de aceptar para los habitantes de Badis, cuyos reyes,
Muley al Mansur y, posteriormente, su hermano y sucesor, Muley Mohamed,
intentaron recuperarla por la fuerza. Pero fracasaron. Lo consiguieron en 1520
recurriendo a la astucia.
- Al final todo
radicó en cortar la cabeza del alcaide y dejar sin mando el Peñón. –Le
interrumpió Cabrera.
-Pero los mentideros y las fábulas no han parado desde
aquel día. Cuentan que el alcaide, Juan de Villalobos, se relacionó con unos
alquimistas de Fez, agentes del sultán, Mohamed el Burtuqali, quienes lo
asesinaron después de haberse ganado su confianza y prometido proporcionarle
oro, lo cual permitiría a los magrebíes apoderarse de la fortaleza.
-Este es el primero, ¿el segundo?
- Otro cuento relata que, el alcaide fue asesinado
después de que un magrebí amigo suyo en
connivencia con Mohamed el Burtuqali. Le ofreció dos esclavas negras para
satisfacer sus ganas de carne de mujer. Tras esto, le llevó a dos muchachos,
travestidos en mujeres, quienes lo mataron y después enviaron señales de humo a
un contingente que permanecía a la espera y ocupó el Peñón por sorpresa.
-Como se comprueba. Siempre buceaba el punto flaco del
alcaide, la codicia de Villallobos.
-Claro y, por eso, el cacique de Badis recurriría a dos alquimistas de Fez que entraron en tratos con un soldado de la
guarnición que sospechaba que su mujer mantenía relaciones con el alcaide y
urdieron la traición que permitió a los magrebíes apoderarse del Peñón.
-¿Hay alguno más?
-Este último. Sin embargo, yo me quedo con el, de León el Africano. Relata que un testigo
presencial le refirió que el Peñón se perdió por la traición de un soldado que
mató al capitán por haberse burlado de su mujer. Tras lo cual entregó la plaza
a los magrebíes.
-De perdidos, al río
IV
Hubo
intentos de recuperarla, inminentes. Al recibir la noticia de la pérdida del
Peñón, el Cabildo municipal de Málaga se reunió el 15 de octubre de 1520 y
organizó una expedición de socorro a instancia del corregidor de la ciudad en
la que participaron dos naves mercantes en las que embarcaron el capitán Fernando de Arce, un alférez, un cirujano,
siete escopeteros, seis ballesteros y doce peones que nada podrían hacer para
recuperarlo.
-Fue
un intento vano.
-Ya
se acerca mi participación y presencia..., puse mi granito de arena en recuperarlo. Nosotros, tan leales a la Corona.
-Creo
que siempre fuimos leales y nos recompensó con creces, privilegios, mercedes,
repartimientos, ¿ qué esperábamos?
-
Nos convocó el cabildo municipal, presidido por el corregidor Francisco de
Alarcón. Lo intentamos, hicimos todo los
posible.
-Sigamos
con la historia del Peñón. Una vez que estuvo de nuevo en poder del rey de
Badis, Muley Mohamed, los corsarios y los piratas berberiscos volvieron a
emplear su puerto como base de operaciones y pronto desarrollaron una notable actividad.
-
Nosotros ya comerciábamos con los venecianos, en concreto con los asentados en
Granada, la lana, el ganado, el vino de modo que nos llegó la noticia por una carta de
Pelegrin Vernier, desde Palermo en agosto de 1521 en la que informaba que, en
aquellos momentos, fondeaban allí 24 fustas locales y cinco de otros lugares
cuyas depredaciones se habían convertido en un serio problema para la Corona.
-Eran
una amenaza y con valor añadido, colaboraban estrechamente con sus colegas de
Tetuán y Argel, lo cual les permitía ampliar el radio de acción de sus
incursiones. Supimos, tras el final de
este intento de recuperar el
Peñón que en 1525 el artillero llamado Hernando de Alvanir, había sido obligado
a ocuparse de las piezas de la roca después de haber sido capturado por los
corsarios. El artillero solicitó a un cristiano de Cartagena que se encontraba
de paso por Vélez que comunicara a Luis Hurtado de Mendoza, capitán general de
Granada y marqués de Mondéjar.
-Puedo
dar fe de ello. Lo presencié y
participé. El marqués de Mondéjar accedió a su proposición y obtuvo licencia de
Carlos I para emprender la empresa, para lo cual organizó una escuadra formada
por unas 70 embarcaciones con 1.500 hombres que partió de Málaga a finales de
septiembre o primeros de octubre de 1525.
-
Nosotros, siempre mantuvimos la lealtad con el Marqués, nuestro capitán
general. Su padre había residido en nuestra fortaleza antes de la conquista, su
hermano Antonio nació entierras alcalaínas.
-Siempre
que nos convocaba, no dudaba de nuestra lealtad y su vasallaje para defender la
Corona. Hasta en los malos momentos, nosotros nos sentimos de su parte en la
lucha de bandos con motivo de la muerte de la reina. Ahora no lo podíamos
defraudar. Y, ya teníamos experiencia de nuestra colaboración en otras
campañas, mi pariente Juan de Cabrera le proporcionó una compañía con motivo de
. Como capitán de las tropas alcalaínas, salí con una compañía de soldados. Nos
reunimos en Málaga. Y nos embarcaron en uno de los setentas navíos, yo dirigía
una de ellos. Sabíamos que algún secreto muy bien guardado tenía bajo la manga
el capitán general. Nos acompañaron clérigos y muchos soldados y marineros.
-Algún secreto se guardaba para tener tanta confianza.
-El marqués acudía con la confianza de que el artillero
estaba dispuesto a prestarle asistencia para reconquistar el Peñón mediante el
procedimiento de hacer que la artillería errara el blanco. Si lo atacaba, le
había insistido en que aquella operación se debería realizar durante la noche.
-Te puedo dar testimonio que, a pesar de que se había
previsto que llegaran durante noche, las naves arribaron cuando todavía había
luz y fueron vistas desde el Peñón, perdiéndose el factor sorpresa.
-¿Y qué aconteció, pues su final no fue el esperado?
-Tras llegar antes de lo esperado, algunos de los
capitanes consideraron que sería preferible atacar otro lugar de Berbería, pero
otros argumentamos que suspender el ataque sería un acto de cobardía e insistimos
en continuar, dando el marqués su conformidad.
-Otra hubiera sido la suerte si se hubiera cumplido
con el tiempo y lugar.
-Es fácil sacar conclusiones tras lo visto. Nosotros a
lo hecho, pecho. Pues, a la mañana siguiente, toda la escuadra realizó un
desembarco en el castillo de Alcalá
-No estaría muy lejos?
-Distaba del Peñón una legua por mar y dos por tierra.
Entonces, la artillería de la roca abrió fuego contra las embarcaciones cuando
se aproximaron a ella
-Y Hernando de Alvanir cumplió su palabra y erró la
puntería. - Pero el alcaide del Peñón sospechó que lo estaba haciendo a
propósito y amenazó con matarle si no acertaba, tras lo cual los cañones
hicieron blanco en sus objetivos y el marqués ordenó la retirada,
-Abandonando a su suerte a quienes habían desembarcado,
V
CAUTIVO ALONSO DE CABRERA
CAUTIVO ALONSO DE CABRERA
Sabemos muchos
de los cuales fueron hechos prisioneros o recayeron heridos o muertos. Entre
ellos, me encontraba yo. De la noche a la mañana, sin esperanza. cautivo con los grilletes puestos en mis pies y manos. Me
acordaba y añoraba la mazmorra de la Mota, Muchas noches soñé con su faro de la torre encendido esperando la llegada de cautivos. La humedad me invadía por todos
lugares. Tenían un buen botín. Lo sabía el sultán. Y menos más que valieron las buenas artes de mis
familiares. Rezaba a Santa María y a Santo Domingo, patrón de cautivos. No era rara la noche que me acordaba de aqullos trinitarios que habían levantado casa en Alcalá y solían ejerecer de rescatadores de cautivos. Imaginaba que las mandas de mis antepasados podían ahora emolearse para mi liberación,. Soñaba en mi huida, pero adónde llegaba con el mar en medio. Ya no tenía esperanza en un intercambio de rescate. No servía otra solución que su pago. Me moví con el sultán, busqué a comerciantes malagueños y de otras regiones, que dieran aviso a mis familiares. Y surgió una luz de esperanza, se contactó en Alcalá que estaba cautivo, que había que liberarme, se pusieron mano a la obra, buscaron fondos por doquier. Pero faltaban los protocolos de rescate.
Buscaron y rebuscaron enlaces comerciales, factores en
Granada y Málaga, frailes y trinitarios rescatadores de cautivos y cambiadores
de dinero. Se endeudaron hasta las narices. Habían pedido 150 ducados por mi
persona. Sabían que era una buena presa para conseguir beneficios, Eran
cosarios de vidas humanas.
-Creo
que el asunto lo llevó su sobrino Alonso de Cabrera Saravia, el alcaide y
regidor de Loja.
-No
fue el único, intervinieron sus hermanos Luís Mendez de Saravia, Rodrigo y Gonzalo de Cabrera.-Le replicó Alonso.
-Claro
que los primeros delegaron en su hermano Alonso por estar más cercano a Málaga
y a Granada, para solucionar papeles, poderes, contactar con mercaderes, entre
ellos jugó un gran papel el mercader alcaláino Alonso de Córdoba.
-Pero,
los mercaderes eran de otras tierras, si no , pregúntale al herrero Juan Muñoz.
-A
quien les pagó?
-Al
mercader de Cartagena Nicolás de Morales, Pero su cabeza valía menos, cien
ducados, no de oro.
-Da
igual, más vale la vida.
Es verdad. Dos años sin libertad, no tiene precio. Es
impagable, inconmensurable. Sufrir el hambre, soportar las enfermedades, la
humillación y la esclavitud no pueden compararse con ser libre. Pero Alonso seguía
con sus ansias de prosperar. No había roza de tierra que no cayera en sus
manos, trato que no sacara beneficio y censo que no participara. Había sido
agraciado con la herencia de Martín de Aranda sin descendencia. Buscaba fondos para hacer frente a sus obligaciones y a sus deudas de rescate, y eso que poseía un cortijo en Charila, de nada menos que 150 fanegas, junto a la Dehesa, su aval para afrontar gastos como el censo que mantuvo con Juan Rodríguez. Y Sancho le
recordaba la máxima que la virtud estaba en el justo medio. Parecía que no lo
comprendía. Como no comprendía, le respondía:
-” Ambido”
-Qué es esa palabra. Un acertijo. Una fórrmula
secreta.
-Tu me lo dijiste esta mañana. Vix, vocablo
latino. Casi,
apenas he hecho. Pues he perdido mucho y tengo que pagar deudas.
......
Y así marchó su vida. Negocio tras negocio, ya vendía lana, ovejas, vino, solares, engrandecía su hacienda con nuevos cortijos, que recibía de las herencias como el de Fuente Nubes. Y, en marzo de 1541, un nuevo pleito, siendo alcalde mayor Juan de Meneses en la ciudad de Loja. Se enfrentó con su persona. Nada menos que lo acusaba de haberse apropiado y cladestinamente raptado a su hijo Diego de Casbrera, para desposarlo con su hija. No comprendía cómo lo habían engatusado, era un niño de catorce años. ;Movió cielo y tierra por toda Roma,. es un decir por la Chancillería usando de las biuenas artes del procurador Juan de Jaén en la Chancillería de Granada. Su mente se le había quedado endurecida ante tanto atropello.
......
Y así marchó su vida. Negocio tras negocio, ya vendía lana, ovejas, vino, solares, engrandecía su hacienda con nuevos cortijos, que recibía de las herencias como el de Fuente Nubes. Y, en marzo de 1541, un nuevo pleito, siendo alcalde mayor Juan de Meneses en la ciudad de Loja. Se enfrentó con su persona. Nada menos que lo acusaba de haberse apropiado y cladestinamente raptado a su hijo Diego de Casbrera, para desposarlo con su hija. No comprendía cómo lo habían engatusado, era un niño de catorce años. ;Movió cielo y tierra por toda Roma,. es un decir por la Chancillería usando de las biuenas artes del procurador Juan de Jaén en la Chancillería de Granada. Su mente se le había quedado endurecida ante tanto atropello.
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