La hermandad de la
Oración de Jesús en el Huerto se remonta a los siglos pasados en torno a
principios del siglo XVII, donde muchos testamentos denotan mandas y encargos a
personas por cofrades de esta hermandad y por algunos documentos que hemos
expuesto en anteriores revistas de esta cofradía. Pero, ¿quedó ese pasaje del
Evangelio de Jesús tan sólo convertido en una manifestación religiosa que
salía la tarde del Miércoles Santo desde la iglesia de
Consolación, acompañado del Lavatorio de los Pies. el Señor de la Humildad y
un Cristo Crucificado? O ¿ha habido algo más? De seguro que las
representaciones y pasos de Semana Santa desarrollaron varias escenas de este
pasaje evangélico. De hecho, se hizo por los años ochenta del siglo pasado un
intento de reconstruir dicho paso por la hermandad del Señor del Ecce-Homo
dentro de la representación de las escenas de la Oración de Jesús, la dormición
de los apóstoles, la detención de Jesús y la llegada de la Tropa en
el templo de Consolación (acto efímero, pues no duró un año).
Decíamos, hace años en el libro
Pasos, que “debieron representarse en Alcalá la Real, pequeños autos con
motivo de la Navidad, Semana Santa y el Corpus Cristi. Claro testimonio de ello
son las Constituciones Sinodales de Juan de Ávila en el año 1542, que, en
muchos apartados, como luego haría el abad Moya en el siglo XVII, recogía
anteriores capítulos de las constituciones de los abades Gómez de Padilla y
Ordóñez de Villaquirán”. Incluso recogimos la alusión a estas
representaciones : "Somos informados que en algunas Iglesias y ermitas
de esta nuestra abadía se hagan algunas representaciones, juegos o
remembranzas: otras cosas semejantes no muy honestas y porque de los tales
actos se ha seguido y sigue muchos inconvenientes y traen escándalos en
los corazones de algunas personas ignorantes o no bien instructas en nuestra
sancta fe cathólica, viendo los desórdenes y excesos que en ella pasan
por ende o p.sc.et.a. statuimos y mandamos a todos los beneficiados y curas y a
otros clérigos in sacris que no hagan las tales representaciones ni den
lugar que en las dichas iglesias se haga ni consientan que se hagan velas en
las iglesias perroquiales sopena de dos ducados por cada vez que las hiziere o
consintiere hazer alguna cosa de las susodichas aplicadas la mitad para la
fábrica de tal iglesia y la otra mitad para el juez y el acusador".
Dentro de la vigilia de la noche del Jueves Santo al
Viernes Santo, se prestaba a celebrar con canciones y sermones de
Pasión, que a veces se continuaban con otras actividades representadas. En
torno al predicador se realizaban, sobre tablados, las escenas más
significativas de la Pasión, en las que debieron participar los apóstoles
dentro de las escenas de Pilatos, la Sinagoga, la Túnica, el Señor en la
Columna, Ecce-Homo, y, sobre todo, en la Santa Cena, Oración del Huerto y
la Negación de Pedro. No se conserva más que un texto de 1860 en el
Castillo de Locubín, en la que se describe la Pasión en forma de sermón
acompañado de escenas pasionales (se insiste a lo largo de las digresiones en
muchos detalles de representación y sugiriendo las escenas mientras
el sacerdote lo declama). En concreto está clara su presencia en este
título del pequeño legajo “La Santa Cena y la Oración del Huerto, pasos que se representan en
la tarde del Jueves Santo”. El sacerdote comienza haciendo la introducción
hasta la llegada de los apóstoles a la casa donde se celebraba la Pascua. Y, en
este momento aparecía Jesucristo, rodeado de los Discípulos; a continuación,
seguía describiendo la comida del cordero, que se complementaba con la escena
de Jesús repartiendo a los apóstoles los trozos del cordero mientras que
el sacerdote comparaba los trozos de carne con la pasión que iba a sufrir
Jesucristo. Luego, anotado con epígrafe el Lavatorio de los Pies de Jesús a los
apóstoles, lo recogía exhaustivamente, mencionando la traición, la reacción de
los apóstoles y el acto del lavatorio. Y tras ella, con el epígrafe de la Cena
Usual y diaria y la institución del Santísimo Sacramento, se relataba
el pasaje evangélico, mientras predicaba el sacerdote, en este caso un
capuchino, con gran solemnidad, sobre todo la Institución de la Eucaristía con
textos latinos. En la delatación del traidor Judas, se insiste en la postura de
san Juan como discípulo predilecto y la comparación con recibir la
comunión con mancha. Se alude a la Venta de Jesús con otro epígrafe, la
declaración del traidor, el intento de los apóstoles de defender a Jesús (mencionando
“dos espadas” para defender a Jesús), y el Huerto eran escenas con el mismo
formato entre discurso explicativo y montaje de escena mímico. Este último
pasaje se describe apartando Jesús a Pedro, Juan y Santiago, la agonía
y oración final, y la llegada del Ángel que le fortaleció ante la llegada de Judas
con toda la caterva de soldados romanos, judíos y sacerdotes para entregarlo,
la reacción de Jesús y pedro (quem queritis y la violencia). Una reminiscencia
de este pasaje recogía Domingo Murcia en su Pregón de Semana Santa de 1982,
cuando refiere que en el párroco preguntaba a las tropas de los judíos y
apóstoles que hacían la velada en la iglesia del Rosario y les preguntaba la
misma frase latina, a la que contestaban a Jesús
Nazareno. En un capítulo aparte, se desarrollaba la Sentencia y la Sinagoga
ante los Pontífices Anás y Caifás y la Negación de Pedro con las acciones
que realizaban los apóstoles o animales como el gallo (canta). Señala que cambian de
tablado. Terminaba el acto con la Sentencia de Pilatos.
No nos debe extrañar que este tipo de
representaciones frecuentaran en Alcalá, porque abundan las cofradías con la
tradición de pagar a los predicadores por el sermón de dichos días en la
iglesia de la Veracruz, en el convento del Rosario y de Consolación. Aparece un predicador
que va ilustrando la primera parte, titulada “EL HUERTO”, dividida en varias
escenas: La Oración de Jesús, reprehensión a los apóstoles por estar dormidos, y la
del Ángel. Esta se destaca cada una de las palabras con las que él Ángel
conforta a Jesús, mientras los apóstoles duermen; “en letra especial a mano, se
señala “se avisa a Judas” y se produce una nueva parte. La segunda tiene
lugar con LA LLEGADA DE JUDAS. En ese momento, dice Jesús, que aparece
subrayado:
-Levantaos, `pues
llegó la hora.
-Quem queritis (A quién buscais?).
-A Jesús Nazareno.
Y el resto del diálogo,
con la reprimenda de Jesús a los apóstoles por usar la violencia y cortar la
oreja de Malco.
Se menciona y
desarrolla la escena de la restitución de la oreja de Malco por Jesús (se
acota en el texto Jesús se la pone). También se lleva a cabo el prendimiento,
la huida de los apóstoles a sus casas y la marcha hacia la casa de Caifás.
Momento en el que el predicador se dirige al público y hace unas
reflexiones de contraste entre la mansedumbre de Jesús y la
agresividad de sus agresores; además, acompaña con una meditación y
oración en voz alta con estas palabras: Resta, pues, católicos, que la
contemplación de estos pasos de la pasión del Salvador, nos mueva a penitencia
de nuestros pecados, causa de tan lamentable tragedia, y que nos encienda en
amor hacia el Señor que tanto hizo por redimirnos, para que de este modo
podamos participar de los frutos de esta redención en la Gloria. Amén
El manuscrito manifiesta
que esta representación se celebraba en la noche del Jueves Santo, y se
escenificaba en un tablado, en donde se desarrollaba la presentación de Jesús
ante las palabras del sacerdote Anás. Se señala la Presencia de Caifás,
también, es digno de destacar dialogo entre Anás y Jesús; a la
respuesta de Jesús, dando testimonio de su predicación, un ministro de Caifás,
le propinaba una bofetada (como acotación en negrita “se la da”); siguen el
Consejo con gran movimiento de entrada y salidas; también se escenifican los
falsos testigos (escriben con letra negrita se presentan). Y con un fuerte
subrayado, que se mantiene en todos los diálogos con el Sumos Sacerdote,
copiados del Evangelio y terminado con “Reo, es de muerte- “; aquí finaliza el
proceso del prendimiento y se retira Jesús con cuerpo de guardia y
zaherido por el pueblo.
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