Otros los restringen a esta definición de los entalladores en el arte español a los que hacen tallas decorativas. Por ejemplo, en la obra de un retablo se distingue entre el escultor, autor de las figuras, y el entallador, que realiza la parte arquitectónica y ornamental. Y no nos extraña, porque es el caso del artista que vamos a comentar. Se llamaba Martín Pérez, y suele aparecer en los documentos como entallador. Ante el escribano Cristóbal Gallego en 17 de agosto de 1543 ( folio 680, 1 v), se encuentra un dato referente a un trato que firma con el sastre alcalaíno Pedro Mier, para pagarle 1.687 maravedíes por una capa y un sayo de paño fresado,
Por Lázaro Gila Medina, en el Libro Arte yu Artistas del Renacimiento en torno a la Real Abadía de Alcalá la Real, se ceñía a una breve biografía sobre su persona y su contribución artística. Lo situa en el segundo tercio del siglo XVI, y lo relaciona con muchas actividades agroganaderas. por su desahogada situación económica avaló a varios canteros en la construcción de la iglesia de Moclín, fiando al herrero Diego Cornejo y el cantero Iñigo de Viduaña a poner la piedra a las puertas del templo; también salía fiador del cantero Miguel Sánchez Vicaino, que, a su vez, lo hacía con el escultor feligrés de Sanm Cecilio de Granada Jusepe de Burgos.
En los registros municpales del AMAR, tuvimos la suerte de contar varias intervenciones, entre ellas en las casas de Cabildo y en la imagen de Nuestra Señora de la Puerta de la Imagen de la ciudad fortificada de la Mota, policromada por Pedro SARDO. La realizaron para la hornacina de la puerta de la imagen en el 1550, pagada por el doctor de aquella época, pintada por su padre y esculpida por Martín Pérez. En el libro de inventario de la cofradía de la Veracruz, aparecen algunas intervenciones suyas. En concreto, los tronos, las andas, los ciriales ( que costaron dos mil ochocientos cincuenta maravedís que pagó a Rodrigo de Figueroa) contaron con la labor de carpintería de Martín Pérez, entallador que alcanzó la suma de tres mil setecientos ochenta y dos maravedís para las andas del Crucifijo e imágenes.
Un nuevo documento nos amplia su ambiente familiar y su taller. Nos referimos al inventario de división de bienes que tuvo lugar ante el escribano Francisco Ordóñez en enero de 156O. Compareció el padre de menores Martín Relimpio ante el corregidor y el alcalde mayor para llevarla a cabo. A través del documento que se abre con el acta de presencia, se conoce su biografía y entorno. Estaba casado en primeras nupcias con Catalina de Trianos ( un monasterio de León muy importante) y, en segundas nupcias con Francisca de Moya. Tuvo por hijos del primer matrimonio Pedro Matías y Ana de Trianos que, en aquella fecha, no alcanzaban los veinte años. Con su segunda esposa, tuvo a Pedro, Diego, Cristóbal y Martín Martínez, también menores de edad. Había dejado su caudal alcanzando la cantidad de 188.252 maravedíes. Se le ve una persona activa que se veía obligado a firmar censos con diversas personas y entidades, entre ellas el Hospital de la Caridad ( 25.000), los hidalgos Pedro de Pineda, Cristóbal Sánchez del Postigo. También, lo hacía con el clérigo Gaspar de Oviedo(2.725), que algunos confundieron con el escultor afincado en Sevilla, el mercarder Rodrigo de Castro ( 1.428), la madre de su esposa Catalina ( María Ana de Torres, 15.000 por la dote).
También sabemos que vivía en una casa del Arrabal de los Mesones, cerca de las Entrepuertas, una casa que se veía obligada a pagar un censo al Hospital de la Caridad de 25.000 maravedíes, lindera con la casa del liocnciado médico Ocaliz, la calle y casa de los herederos de Juan de Morales ( valorada en 35.000 maravedíes y se le dieron a su hijo Pedro Matías y Francisca de Moya). Poseía una viña en el Cerrilo de los Palacios ( lindera con viñas de Juan de Narvaez y de la Caridad), como era muy frecuente entre los artistas que compartían otras labores de complemento.
Su labor artística puede dividirse en el complemento que mantuvo con otros escultores, el mismo como escultor, ensamblador y carpintero de otros artistas. En cuanto a los primeros, ya hemos destacado su relación con su participación artística con el dorador y pintor Rodrigo de Figueroa y el pintor Pedro Sardo. El mismo, como escultor, trabajó la madera con la obra de la imagen de la hornacina de la Puerta de la Imagen. Y como entallador, se refleja en todas las obras en las que participó junto con los enseres de la cofradía de la Veracruz, que abundan en su inventario para las andas, cetros, insignias, crucifijos.Por el inventario, se le ve también participando con Jusepe de Burgos, que le debía, según las declaraciones, 25.000 maravedíes, por cierto se encontraba este escultor en la ciudad de Granada. No es de extrañar que el ayuntamiento alcalaíno le debía seis mil maravedíes por el chapitel de la Mora y otras obras, lo que nos indica que que también trabajaba la piedra a la hora de la escultura. Y lo que abundan la labor de ebanistería, y elementos formantes de la aqrquitectura retablística y mobiliario familiar de lujo para la élite de la ciudad. A Andrés de Aranda, le hizo obras con una deuda de dos mil maravedíes, a Gonzalo de Cabrera tres mil y , sobre todo, su participación que se define de carpintería, en la cantidad que restaba de seis ducados en el Monasterio de Monjas de la Santísima Trinidad. Está claro que la diferencia entre el entallador y el maderero era signficativa, porque se cita a su abastecedor el maderero Pedro Ríos ( una deuda de 406 reales). Lo mismo que se complementaba con la albañilería en las labores de piedra, ciotando otros tres ducados que le debía el albañil Ruiz Cobo. Entre el mobiliario particular, los encargos se le miultiplicaron: Juan de Aranda Carvajal, Alonso de Jamilena (3.000 maravedés) Pedro Delgado Salmeron, Juan de Aranda Figueroa, el regidor Martín de Frías. Y su ámbito se ampliaba a otros gremios, como el cordonero Luís del Río (306) y otros lugares como el cantero prieguense Ortiz.
En los registros municpales del AMAR, tuvimos la suerte de contar varias intervenciones, entre ellas en las casas de Cabildo y en la imagen de Nuestra Señora de la Puerta de la Imagen de la ciudad fortificada de la Mota, policromada por Pedro SARDO. La realizaron para la hornacina de la puerta de la imagen en el 1550, pagada por el doctor de aquella época, pintada por su padre y esculpida por Martín Pérez. En el libro de inventario de la cofradía de la Veracruz, aparecen algunas intervenciones suyas. En concreto, los tronos, las andas, los ciriales ( que costaron dos mil ochocientos cincuenta maravedís que pagó a Rodrigo de Figueroa) contaron con la labor de carpintería de Martín Pérez, entallador que alcanzó la suma de tres mil setecientos ochenta y dos maravedís para las andas del Crucifijo e imágenes.
Un nuevo documento nos amplia su ambiente familiar y su taller. Nos referimos al inventario de división de bienes que tuvo lugar ante el escribano Francisco Ordóñez en enero de 156O. Compareció el padre de menores Martín Relimpio ante el corregidor y el alcalde mayor para llevarla a cabo. A través del documento que se abre con el acta de presencia, se conoce su biografía y entorno. Estaba casado en primeras nupcias con Catalina de Trianos ( un monasterio de León muy importante) y, en segundas nupcias con Francisca de Moya. Tuvo por hijos del primer matrimonio Pedro Matías y Ana de Trianos que, en aquella fecha, no alcanzaban los veinte años. Con su segunda esposa, tuvo a Pedro, Diego, Cristóbal y Martín Martínez, también menores de edad. Había dejado su caudal alcanzando la cantidad de 188.252 maravedíes. Se le ve una persona activa que se veía obligado a firmar censos con diversas personas y entidades, entre ellas el Hospital de la Caridad ( 25.000), los hidalgos Pedro de Pineda, Cristóbal Sánchez del Postigo. También, lo hacía con el clérigo Gaspar de Oviedo(2.725), que algunos confundieron con el escultor afincado en Sevilla, el mercarder Rodrigo de Castro ( 1.428), la madre de su esposa Catalina ( María Ana de Torres, 15.000 por la dote).
También sabemos que vivía en una casa del Arrabal de los Mesones, cerca de las Entrepuertas, una casa que se veía obligada a pagar un censo al Hospital de la Caridad de 25.000 maravedíes, lindera con la casa del liocnciado médico Ocaliz, la calle y casa de los herederos de Juan de Morales ( valorada en 35.000 maravedíes y se le dieron a su hijo Pedro Matías y Francisca de Moya). Poseía una viña en el Cerrilo de los Palacios ( lindera con viñas de Juan de Narvaez y de la Caridad), como era muy frecuente entre los artistas que compartían otras labores de complemento.
Su labor artística puede dividirse en el complemento que mantuvo con otros escultores, el mismo como escultor, ensamblador y carpintero de otros artistas. En cuanto a los primeros, ya hemos destacado su relación con su participación artística con el dorador y pintor Rodrigo de Figueroa y el pintor Pedro Sardo. El mismo, como escultor, trabajó la madera con la obra de la imagen de la hornacina de la Puerta de la Imagen. Y como entallador, se refleja en todas las obras en las que participó junto con los enseres de la cofradía de la Veracruz, que abundan en su inventario para las andas, cetros, insignias, crucifijos.Por el inventario, se le ve también participando con Jusepe de Burgos, que le debía, según las declaraciones, 25.000 maravedíes, por cierto se encontraba este escultor en la ciudad de Granada. No es de extrañar que el ayuntamiento alcalaíno le debía seis mil maravedíes por el chapitel de la Mora y otras obras, lo que nos indica que que también trabajaba la piedra a la hora de la escultura. Y lo que abundan la labor de ebanistería, y elementos formantes de la aqrquitectura retablística y mobiliario familiar de lujo para la élite de la ciudad. A Andrés de Aranda, le hizo obras con una deuda de dos mil maravedíes, a Gonzalo de Cabrera tres mil y , sobre todo, su participación que se define de carpintería, en la cantidad que restaba de seis ducados en el Monasterio de Monjas de la Santísima Trinidad. Está claro que la diferencia entre el entallador y el maderero era signficativa, porque se cita a su abastecedor el maderero Pedro Ríos ( una deuda de 406 reales). Lo mismo que se complementaba con la albañilería en las labores de piedra, ciotando otros tres ducados que le debía el albañil Ruiz Cobo. Entre el mobiliario particular, los encargos se le miultiplicaron: Juan de Aranda Carvajal, Alonso de Jamilena (3.000 maravedés) Pedro Delgado Salmeron, Juan de Aranda Figueroa, el regidor Martín de Frías. Y su ámbito se ampliaba a otros gremios, como el cordonero Luís del Río (306) y otros lugares como el cantero prieguense Ortiz.
El inventario refleja un ajuar, un vestuario, mobiliario, instrumentos, y otros enseres de casa de una persona con recursos adomodados, que sería farragoso exponer. Pero vamos a resaltar en un próximo capítulo algunos de elllos.
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