Archivo del blog

sábado, 30 de septiembre de 2017

EN ALCALÁ INFORMACIÓN. LA GRAN DIÁSPORA.

EL DÍA DE LA DIÁSPORA ALCALAÍNA


Hace ochenta y un año,  se produjo la gran diáspora de cinco mil personas de Alcalá la Real  en dirección a las tierras de interior de la provincia de Jaén. Se inició el día 30 de septiembre de 1936 en el casco urbano alcalaíno y prosiguió los días siguientes desde las aldeas meridionales hacia las norteñas. . Alcalá dejaba de pertenecer al gobierno de la Segunda República Española, y era tomada por las tropas dirigidas por el coronel  Basilio León  para pasar a la jurisdicción granadina,  que dependían del gobierno sublevado. Surgió un municipio  bifronte con las dos caras de Jano: desde la capitalidad alcalaína hasta Ermita Nueva quedó gobernada por  los militares que seguían a Queipo de Llano y Franco y dejaron el  ayuntamiento en manos de los seguidores del Movimiento Nacional; y desde la ciudad de la Mota hasta la cordillera de la Sierra de San Pedro, fue administrada por una comisión municipal integrada por los miembros de los diversos partidos y sindicatos  de Alcalá la Real y aldeas. Durante casi  dos años y medio de guerra civil, las dos Alcalá   compartieron frontera, tierra de nadie, escaramuzas bélicas, y penalidades.  Se vivió intensamente  el desgarramiento entre familias, la ausencia de  seres queridos, a corta distancia y sin esperanza de llegar a buen término. 
Durante muchos años se celebraba dicha fecha por los conquistadores a bombo y platillo y con un programa surtido de actos festivos y religiosos. Sin embargo, un profundo  silencio invadía en todas aquellas familias que huyeron, sin más hato que el puesto, y sin otra comida que la poca fruta silvestre que podían recoger en los linderos de las veredas y coladas que se dirigían hacia Castillo de Locubín,  Frailes y, sobre todo, Valdepeñas. La tragedia invadió en muchos rincones  de la comarca.
            Esta encrucijada de huida, con nombre de "desbandá", “espantá” o “despantá”, suele ser recordada y homenajeada en otros lugares de Málaga por el mayor número de personas que se vieron obligadas a dejar sus hogares en dirección a otros municipios costeros en poder de los republicanos. No se queda corta la diáspora alcalaína teniendo en cuenta que la población de Alcalá la Real  alcanzaba las 25.000 almas, a las que había que añadir los nuevos vecinos que se alojaron hasta aquel día triste  en estas ciudades procedentes de otros municipios granadinos del sector noroccidental, sobre todo de Montefrío y Pinos Puente. 
            Faltaría papel para recoger los relatos de todas las historias y vivencias que acontecieron a todos estos fugitivos por miedo a perder la libertad. Los hubo niños que estuvieron a punto de ser reenviados a las tierras rusas, jóvenes que se enrolaron en el nuevo ejército militarizado de tiempos de Largo Caballero; familias enteras que se alojaron primero en las villas de Valdepeñas, y, en posteriores etapas, en casas particulares, iglesias, orfanatos, conventos y otros edificios oficiales de  la capital jiennense  y en cortijos de la campiña y de otros  pueblos de la Sierra Sur. Algunos ya no volvieron a sus tierras y se vieron enrolados en otras guerras  defendiendo la democracia frente al fascismo; otros fueron  emigrantes en tierras catalanas, europeas o mexicanas durante toda la dictadura y no volvieron a su tierra hasta los nuevos tiempos de la democracia;  para otros el regreso a su tierra fue fatídico , porque le esperaban la cárcel o la muerte; y, para la mayoría, los años del hambre, la humillación y la persecución en los campos de concentración y en los batallones de trabajo.

            Se acerca casi a un siglo de este acontecimiento y todavía algunas generaciones retienen en su retina aquella escena que entre el bombardeo ascendía por la colada de Valdepeñas para buscar una tierra prometida. A algunos les vendría bien repasar estas tristes páginas para no repetir las fronteras por otros lugares hispanos.  Estas dos Alcalá reflejan perfectamente a lo que pueden conducir la desunión, la guerra y la ruptura del orden constitucional, Y más, en estos tiempos, en los que se echan en cara la palabra golpe. Historia, magistra vitae, qué duros somos de mollera para caer en la misma piedra. 

3 comentarios:

  1. Fueron tiempos durísimos y está muy bien el recordarlos. Han pasado ochenta y un año, y de esto casi nadie se acuerda o simplemente se ignora, pues apenas quedan protagonistas de aquella triste diáspora. Conozco muchos casos en Fuente Álamo, aunque la mayoría fueron del Bando Nacional. La fractura que la Guerra Civil produjo especialmente en Alcalá la Real, tardó mucho en cerrarse, pero se consiguió y se aprendió, después de una cruel dictadura que seguía machacando a los vencidos, que se podía vivir en paz, bajo unas normas que nos habíamos dado todos los españoles. Pero mirad por donde, la memoria parece fallarle a alguna gente, y de nuevo pretenden dividir a una sociedad por unos cauces rupturistas y antidemocráticos y sin gozar de la mayoría, quieren imponer sus ideas separatistas, buscando en definitiva, que se produzca una nueva diáspora de todos aquellos que no piensan como ellos. Por eso te felicito Paco, por recordarnos aquel triste episodio local, poniendo tu grano de arena para ver si alguien se da cuenta que la paz social sólo se consiguió con el diálogo y el respeto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La teoría de la equidistancia y la visión fraticida de la guerra civil es en sí una ofensa a los que sufrieron el golpe de estado del 18 de Julio y la posterior dictarura fascista. El derecho de autoderterminación de un pueblo esta reconocido en la normativa europea y los que votaron (la inmensa mayoria) votaron masivamente por el sí. Y lo hicieron pacíficamente, sin violencia. No como las fuerzas represivas responsables de más de 400 heridos, para que Usted venga a darnos de leccciones de rupturismo y de democracia.

      Eliminar
    2. Rectifico y doblo la cifra. Mas de 800 heridos en la jornada del unon de octubre.

      Eliminar