LUNA EN OLIVAR
(Cancionero de haikus)
En diversas ferias del libro de nuestra provincia, y, más concretamente en la del Castillo de Locubín, se ha presentado la obra poética Luna en el Olivar cancionero de haikus, con la presencia de su autor José Antonio Santano Serrano, cuyas relaciones con esta tierra y con su gente viene de tiempo atrás. Sobre todo, por estar ligado con el escrito r y paisano Manuel Peñalver Castillo, al que define en este libro con este haiku Es el olivo/De Manuel Peñalver/Filología. La Asociación Española de Municipios del Olivo, concedió, entre los mejores proyectos que difunden la cultura del olivo, este tercer premio de 2025. Santano natural de Baena, una tierra ligada a la Sierra de Sur por pertenecer a la subbética, es poeta, crítico, escritor, ensayista y presentador de programas literarios en radio televisión.). Fundó la corriente Humanismo Solidario, junto famosos escritores. Entre sus actividades literarias, ha codirigido la revista de poesía, arte y pensamiento “Cuadernos de Iponuba” y también la literaria “Cuadernos de Caridemo”, de Almería, Ha sido colaborador del Diario de Almería, con su columna semanal “Imaginario”, con Salón de Lectura” –reseñas literarias quincenales- y la columna, también quincena
l, “Estación Sur”. En esta línea, el periodismo lo ha recompensado con grandes premios. También ha publicado más de 20 libros.
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SU CANCIONERO DE HAIKUS DEDICADOS AL OLIVAR
Este cancionero recoge el testigo de aquel haiku
de Edwin Fi (Figueroa) con el regalo de un cuaderno en el que aparecía: Imperio
verde, / relucientes olivos/, fértil cosecha. A este le respondió con esta obra
con la que Santana domina completamente este tipo de poema japonés brevísimo,
compuesto por tres versos sin rima que suman 17 sílabas (5, 7, 5) y que suelen
abordar temas relacionados con la naturaleza y la vida cotidiana, en este caso,
el mundo del olivar en tierras de Andalucía y, especialmente en Jaén. El poeta
eleva el poema a una categoría superior por el dominio de elementos claves, así
como haber conseguido una perfecta brevedad y, una suprema libertad en la
excelente elección de palabras, sin rima, a los que hay añadir perfectos
conocimientos del mundo de la naturaleza y gente del olivo, bello contraste de
dos ideas en este espacio poético y de efecto estético, y el acierto de
conseguir extraordinarias impresiones o sensaciones al contemplar algo que
transmite de una manera excelente. De ahí que este haiku de respuesta a su
provocador consiguiendo el objetivo: De Puerto Rico, /llegan haikus de olivos,
/estampa de Edwin.
Es verdad que el haiku tiene sus raíces en la
poesía japonesa tradicional, pero su popularidad y adaptación han sido muy
significativa en muchos poetas de diferentes culturas y lenguas para expresar
sus propias emociones y percepciones. Según mi punto de vista, el jurado acertó
con el premio a este creativo libro, una joya, un diamante por ser una obra de
arte en sí, por su cuidada presentación y su creación artística en cada página
que aúna poesía, dibujo, música, entre otras artes, cuyo hilo argumental es el
olivar, una joya compactada en un formato 14 x14 y encuadernación en cartoné.
El libro contiene 205 haikus y 41 ilustraciones del autor del libro. Las ilustraciones
interiores son del propio poeta y la portada es de Paco Ariza Arcas. Como
complemento, el flamenco de la voz del Niño de las Cuevas y el saxofón de Pedro
Montiel y el audiovisual Luís F. García recrean la obra en el código QR impreso
en el libro. se recrea .
La buena elección del título “La luna en
olivar" evoca la conexión entre la luna y los olivares armonizando la
actividad productiva con el entorno natural para describir la influencia de la
luna en la agricultura, especialmente en la cosecha de olivas, ya que la luna
llena se considera un momento óptimo para ello. Por otra parte, presenta un
excelente prólogo del escritor y novelista Salvador Compán, con el que comparte
relaciones de ardentía de la palabra y amor del olivo, calificado por los
árabes el árbol de la bendición: Compán escribe/su prestigiosa prosa/ entre
olivares.
Recoge la fuente poética de Santano en el roce
con la realidad que genera la emoción y descubre la belleza inesperada de la
simbiosis de ideas o de imágenes. Y el taller donde Santano los talla con tu
paisaje interior y el dominio del lenguaje y en el lugar de tu paisaje de
Baena. Alcanza la tensión lírica en esta quintaesencia poética en doscientas
sacudidas emocionales, en evocaciones apenas esbozadas, en síntesis, de
alambique, en significaciones preñadas de contenido y esencias sublimes. Viñas
y olivos/el infinito cielo, /magia y silencio. Aunque el olivo se convierte en
memoria permanente, continuidad por encima de cambio y efímera vida, apunta en
este recorrido temporal y espacial sobre el olivar, en convertirse en un libro
de viajes y de historia por donde se avanza, camina y se hace memoria e
historia. Es un diálogo entre dos paisajes, el del interior del poeta con su
humanización del olivo y el natural que le rodea en su entorno natural, de
Baena y toda Andalucía. Es su biografía en presencia poética, no se queda en su
tierra, sino que aparece desde Colliure hasta el valle de Guadalquivir, pasando
por Voznar, Torreparedones o Víznar. Y el mismo Castillo de Locubín. Son el
pasado de la infancia, pero apelan al futuro de tus vivencias. Sombras y olivos/en
las verdes colinas/de lo absoluto.
El cancionero de La luna en el Olivar es un libro
para releerlo, por el gozo y empatía que transmite en cada una de sus
relecturas. El lector siente la sensación que el poeta transmite, una parte de
nuestras vidas, una simbiosis literaria con el árbol de la bendición, parecía
que con el olivo no terminaba el diálogo y hablaba continuamente y dedicaba en
cada momento epigramas de hoy para inscribirlos en nuestro interior. Por eso,
no puedo olvidar tus haikus sobre esta tierra castillera, donde aparecen todos
los elementos de esta obra, en que, ante la belleza del paisaje y la constancia
de un olivo, aparece con tu poesía que interpela en tus emociones y las de los
demás, como poeta que canta: Como poeta /que abraza/Frutos hermanos/ la
aceituna y cereza/de Locubín. O este otro como poeta que gime: La voz del aire,
/del olivar el eco/de la pobreza. O en nuestros poetas (Machado, Lorca, Miguel
Hernández…) Atardeceres, /un olivo en Colliure, / luz machadiana. O muy
cercana a nuestra tierra cuando inscribe: Aceituneros, /raza noble y bravía, /sudor
y ensueños/. O en el mundo el flamenco, como si fueron dos elementos
intrínsecos, el olivar y el cante, básicos para el mundo de olivar. Entre los olivares,
/fandango de Huelva, /himno sublime.
A la hora de la sinopsis final de este libro se
concuerda con tu agradecimiento al epilogista Jesús L Serrano Reyes: Crecen olivos,
/Cancionero en Serrano, / Sabia palabra. Es una invitación total y perfecta a
esta obra, recorrido sagrado, que despierta todos los sentidos, sinestesia
total en un horizonte verde de esperanza y la esencia de la sencillez. Pues El
olivar con Santano se convierte en mito y leyenda, mano de Atenea, árbol para
el recinto del Olimpo, se hace universal.
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