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domingo, 12 de febrero de 2023

LA CAPILLA DE SAN ANTONIO DE PADUA EN ALCALÁ LA REAL

 Hoy día se encuentran dos capillas dedicadas a San Antonio de Padua en Alcalá la Real. Una en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias; y otra en la iglesia de Nuestra Señora de Consolación. Ambas debieron provenir de conventos franciscanos o templos extinguidos. 

La capilla de San Antonio de Padua ya figuraba en los primeros decenios del siglo XVII. Catalina Ordónéz, esposa de Alonso Díaz de Rojas, y hermana del escribano Alonzo Ordóñez. Era natural de Alcalá la Real y vecina de Granada e hizo un testamento ante el notario granadino Martín de Navrrete- en 1620.  Aunque ordenaba una manda que fuera enterrada en la iglesia de San Justo y Pastor, su ciudad de origen no la olvidaba si moría en ella. Y quí esta la clave: " mando me entierre  en la capilla del Señor San Antonio  de Padua en el convento del Señor San Francisco , donde están enterrados mis padres, que es mía y de mis hermanos". Lo que confirma los patronos de esta capilla, propia de la familia Ordóñez y su fundación a finales del siglo XVI. 

LA FIESTA DE SAN ANTONIO DE PADUA. SU PRIMERA HERMANDAD. ANTES DE LA FERIA DE JUNIO.

            LA  HERMANDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA       


      El documento de fundación aparece en el legajo mencionado, folio 131 con el siguiente título EL CON
VENTO DE NUESTRO SERÁFICO SAN FRANCISCO  DE LA OBSERVANCIA DE ESTA PRIMERO TRATADO SOBRE LA FUNDACIÓN DE LA HERMANDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA.

      Fue fundada en este convento de Alcalá la Real el 30 de agosto de 1731. Asistieron el padre guardián prior fray Francisco de Cózar y el resto de los frailes y los caballeros y vecinos que firmaban  y que declararon
       “debido a que tienen gran devoción a San Antonio de Pádua que se venera en la capilla del Sagrario, ante la consulta de fray Antonio de Castilla, maestro provincial en Andujar en veintisiete de julio”, e hiciieron las siguientes CONSTITUCIONES
1º.  Extender el culto a san Antonio sin límite sexo ni limosna.
2º. El día catorce de junio debía celebrarse el cabildo ordinario y el sorteo de hermano mayor.
3º. Se daba por la misa de cada fallecido, un cuarto o seis real al final de ella.
4º. Se debía tener un arca de tres llaves, que guardarían el hermano mayor, un limosnero y el depositario.
5º. Se permitía recaudar para misas de hermanos:  una en entierro, ocho rezadas y una cantada por valor de veinte reales.
6º. La novena dedicada a san Antonio se realizaría desde el cuatro de junio hasta el doce de junio. En el día de fiesta , además de la misa, se hará procesión conventual con san Antonio y Santísimo Sacraemento en el claustro y en la calle por la hermandad y devotos.                                                                                                 
7º. Se gastarán en la fiesta 40 luminarias, 10 para hermano mayor, media docena de cohetes y dos ruedas.
8º. El depositario será el encargado de la recolecta y guardará las limosnas en el arca
9º. Dará de baja a los dos años que no haya pagado un hermano la limosna.
10ª. Admitirán limosna consistentes en alhajas del Santo.
11º. Se  dará cuenta cada año de las limosnas.
12º. El día catorce de junio se dirá misa por todos los hermanos fallecidos.
13º. Se pagará a los frailes seis reales.
Hay imágenes de San Antonio en la capilla de su nombre de Consolación y Angustias.
Hay dichos como un santo que logra encontrar lo perdido y al que se encomienda las mocitas para pretender un novio. Asíi recogíamos de Dolores Montañés, una centenaria en 1992 que nos refería  que estaba relacionada con la devoción dle Niño de San Antonio par pedirle un favor, sobre todo en el sorteo de los quintos.

Responsorio a San Antonio para encontrar lo perdido


San Antonio bendito de Padua,
que en Padua naciste,
en Portugal te criaste,
en donde Jesucristo predicó,
predicaste, 
y estando predicando 
una orde tuviste:
que a tu padre l
los ibana a ajusticiar,
del púlpito al punto bajaste, 
del púlpito no faltaste, 
Yendo por el camino 
 se te perdió el breviario, 
la Virgen María se lo encontró,
y tres voces te dio.

Beato Antonio,  beato Antonio, 
beato Antonio,
que el breviario 
 túe encontrarás,. 
Eñ breviario encontraste
y con el santo báculo
al muerto tocaste: 
¿Qué queréis vos?
-S te ha matado mi padre
 o el nombre del agresor.
-Ni me ha matado tu padre,, 
ni tengo licencia de Dios.
Lo que quiero que me dejes
en paza y graciia de Dios. 
Por la gloria de tu madre,
por la gloria de tu padre,
por los tres cuartos y medio 
que te faltaron para el entierro,
que tomes esto que yo quiero, 
( se hace una oración y petición)
Señor , te pido, 
Señor me darás, 
puertas abrid,
puertas cerrad,
perros, ladrad, 
gatos, aullad.
tres favores se te concederán:
lo perdido sea hallado,
lo olvidado acordado,
lo extraviado acercado.
San Antonio bendito, flor del desierto,
concédeme lo que te pido presto.

Romance del milagro de San Antonio de Padua y los pajaritos que se cantaba en  la ciudad. Esta variante fue tomada a Dionisio  Gámez Lizana y Domingo Mesa en 1988. Este romance religioso, muy difundido en Andalucñia, proviene de la tradición franciscana al santo de Padual, devoción relacionada con el amor a los animales. Interesante por la tradición faunistica del entorno de la Sierra Sur.

Divino Antonio precioso,
suplícale al Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.
Para que mi lengua
refiera el milagro
que en el huerto obraste
de edad de ocho años.
Desde niño fue nacido
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo, admiración.
Fue caritativo
y perseguidor
del mal enemigo
con mucho rigor.
Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa
con el sudor de su frente,
y tenía un huerto
en donde cogía
cosecha su fruta
que el tiempo traía.
Por la mañana, un domingo
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.
Le dijo: Antonio,
ven aquí, hijo amado,
escucha, que tengo
que darte un recado:

mientras yo estoy en misa
gran cuidado has de tener,
mira que los gorriones
todo lo echan a perder:
entran en el huerto,
comen el sembrado,
por eso te aconsejo
que tengas cuidado.

Se marchó su padre a misa,
a la iglesia se ausentó.
Antonio quedó  cuidando
y a los pájaros llamó:
venid, pajaritos,
dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.

y para poder cumplir
mejor  con mi obligación,
voy a encerraros a todos
en esta habitación.
A los pajaritos
entrar les mandaba,
y ellos muy humildes
en el cuarto entraban.
Por aquella cercanía, 
ni un pájaro quedó,
porque todos acudieron
como Antonio les mandó.
Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.
Viendo venir a su padre
los mandó  a todos callar;
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:
-Dime, Antoñito
dime, hijo amado,
de los pajaritos
¿qué tal has cuidados?
El hijo le contestó:
-Padre, no tengas cuidado
que para que no hagan nada l
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande
al señor Obispo
trató de avisarle.
Acudió el señor Obispo
con grande acompañamiento,
todos quedaron confusos
al ver tan grande portento.
Abrieron las ventanas,
Lass puertas al  par, 
por ver si las aves
se querían marchar.
Antonio les dijo a todos:
-Señores, nadie se agravie,
los pájaros no se marchan
a menos que yo no lo mande.

Se puso en la puerta
y les dijo así:
Vaya, pajaritos,
ya podéis salir!

Salgan cigüeñas con orden,
gurripatos y andarríos, , 
palomas y ruiseñores, 
tordos, garrafón y mirlos.
Salga el cuco y el milano,
salan tórtolas y ruiseñores.
águilas, grullas y garzas,
urracas y codornices.
Salgan gavilanes y avutardas,
lechuzas y, mochuelos.

Al instante que salieron
todos juntitos se ponen
escuchando a San Antonio
para ver lo que dispone.
Antonio les dijo:
no entréis al sembrado,
marcharos por montes,
por riscos y prados.
Al tiempo de alzar el vuelo
marchan con gran alegría,
despidiéndose de Antonio
y toda su compañía.
El señor Obispo
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.
Cuerpo de grandiosidades,
fuente de caridad,
depósito de bondades,
padre de inmensa piedad.
Antonio divino,
por tu intercesión
todos merezcamos
tu divina bendición.


También recogimos en 1991 este de Rita y San Antonio, de la misma centenaria y en el mismo año, y de otra mujer de Ermita Nueva. 

En Cádiz ( otros en Sevilla)  hay una mujer     viuda con una hija.
Joven, de buen parecer;     quince años tenía Rita.
Devota del santo      era aquella joven,
lo lleva en su pecho     como corresponde.
Lo tenía en su dormitorio,     en una urnia metido,
le pedía a san Antonio:     Concededme lo que os pido.
Quiere mi mamá que por el dinero 

manche yo mi honor Quiere comerciar    conmigo y  mi cuerpo.
Y  en esto entró la madre:     Dime qué has pensado, Rita.
   que etamos pasando hambres,     siendo tú tan rebonita.

Rita contestó llorando:     Tú eres una mala madre,
que quieres vender mi cuerpo  para comerciar mi sangre.

-Hay un caballero que me quiere dar bastante dinero por tu homestidad. 
Tú quieres que yo,     que por el dinero,
manche yo mi honor―     y entró el caballero.
La madre cierra  la puerta,     sóla quedaron los dos
y el caballero le dice:     Yo no he de manchar tu honor,
p
Yo me enteré que tu madre     quería vender tu honor;
yo pasaba por esta calle,     solo por comprarlo yo,
y yo entré en tu casa     y sobre seguro 
le entregué a tu madre     cuatrocientos duros.
Me vendió como una esclava,     conmigo podéis contar
pero sacadme de casa,     de al lado de mi mamá.
Pues si sois soltero, os podréis  casar,     
solo san Antonio     el premio os dará.
Yo no me puedo casar.     El caballero contesta.
Si a monja queréis entrar     yo hablaré con la abadesa.
Os pagaré el dote,     será lo mejor;
sólo san Antonio     es tu defensor.
Dice Rita: ¿de qué forma     saldré con vos en compaña?
―te haré  una paloma y      saldrás por la ventana.
Llegan al convento,     saltaron las tapias
y al caer adentro     el santo los ampara.
Dice: ¡Levanta, mujer!,     que ya estás en salvación,
yo soy aquel de tu urna,    quel que a tí  te libró.
Se hincó de rodillas,     le pidió perdón;
monja de san Antonio     y allí se quedó.
Más la madre cuando vio     que no salía el caballero,
llegó la noche y abrió     la puerta del aposento,
llegó al bofete     y había una carta. 
De que la suspende,     en vilo la arrastra.
Le dice a la desdichada:-    no tienes perdón de Dios,
tu hija ya está salvada     pero ahora te devoro yo”.
Se le lió al cuello     y la quebrantó,
ese fue el milagro     que este santo obró.

San Antonio ha sido  amparo de devotos,

que con la fe le han pedido.

Venid pronto y amparadme.

 Sobre la imagen de San Antonio, ver estos datos. 



Talla en madera policromada.

San Antonio de Padua con el Niño Jesús desnudo, recogiendo el episodio que relata la aparición.

La figura de san Antonio, sin apenas movimiento, tiene gesto sereno, con cabeza inclinada, túnica con pocos pliegues y capa corta que, según Martín González, envuelve como marco al Niño y define una silueta de composición cerrada. La figura del Niño en comunicación con el humilde fraile franciscano que tanta devoción despertó, esta dispuesta sobre un blanco manto.

La lucidez intelectual, el preciosismo técnico y la sencillez extrema destacan en este grácil trabajo postrero, de gran verismo y espiritualidad.

El cuidado acabado, de refinada sensibilidad pictórica, se revela en las delicadas carnaciones al pulimento y detalles como la disposición de las rayas del hábito, en contrapunto con la blancura del paño.

Alonso Cano aprovechó la importante aportación cortesana y andaluza de su tiempo en las tres artes que estudió y contribuyó a la creación de tipos, como bien ha resaltado Gómez Moreno.

Observaciones: Encargado por Alonso Antonio de San Martín siendo abad de Alcalá la Real. El nombre del abad de Jaén consta en una inscripción en la peana junto con el del artista que añade su condición de racionero y su vecindad granadina.




Nombre: San Antonio de Padua

Objeto: Escultura

Autor: Alonso Cano

Fecha: Siglo XVII. 1666-1667

Ubicación: Iglesia de San Nicolás (Ciudad de Murcia).

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