SAN
MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel |
Era una fiesta votiva de la ciudad de Alcalá la Real,
que se instituyó en los primeros decenios del siglo XVII y oficial como la de
San Blas. Se mantuvo hasta el siglo XIX. Solo queda imagen, donación de Francisco
Gámez a la cofradía del Cristo de la Salud.en el museo de San Juan, y varios
cuadros de pintura, uno de ellos de gran calidad en la iglesia de Nuestra Señora de las
Angustias.
Y EN CHARILLA
Algo oculto debe tener esta tierra; o algún espíritu especial baja todos los días desde el portillo Cerrado de los Llanos hasta la ermita de San Miguel. Ese arcángel que le dio nombre a esta ermita a finales del siglo XVI cuando se fundó al amparo de algún noble hidalgo, tal como se conserva en el escudo de una fuente cercana a la tahona de Charilla. Este arcángel que debió insuflar este espíritu superador entre vuestras gentes, para conseguir este entronque tan perfecto entre el personaje y el paisaje, el paisanaje y la naturaleza.
SOBRE UNA CAPILLA DEDICADA A SAN MIGUEL
EN LA IGLESIA DE CAPUCHINOS DE ALCALÁ LA REAL
La historia del convento de los
Capuchinos se presenta inédita en muchos aspectos. Viene este artículo a
colación sobre un aspecto de su templo. La noticia ronda sobre el 25 de mayo
del año 1759 y es un documento entre Diego Manuel García y Contreras, vecino de
Montefrío y estante en Alcalá , y el síndico del convento capuchino de Alcalá
la Real Francisco Cano Caballero. Este convento dependía del provincial de la
orden andaluza sita en Sevilla, titulada de Nuestra Señora de la Concepción,
fray Carlos Ardales, cuyo secretario fray Matías de Almonte le transmitió en 21
de enero de 1758 una carta de orden al convento capuchino de Alcalá, por la que
facultaba al síndico a realizar cualquier ipo de transacciones y contrataciones
de acuerdo con las facultades y privilegios transmitidos por los pontífices y
reyes católicos.
El vecino montefrieño había recibido por
escrito con fecha de del 23 de mayo de 1759 la respuesta a una petición de
patronazgo sobre la capilla de San Miguel en la iglesia capuchina de Alcalá la
Real, extramuros de ella, en la que ya había construido la dicha capilla y le
había colocado imagen y adornos , y por la que se comprometía en fomentar su
culto a este arcángel. Además, partía de las buenas obras y limosnas que había
otorgado anteriormente al convento. Pero, el nuevo contrato otorgaba el
patronazgo a Diego Manuel y sus descendientes con las siguientes condiciones:
_”Ha de tener la dicha capilla reparado de todas las obras que para ello se
ofrezcan para adorno y su decencia”.
-”ha de tener el altar de dicha calle
adornado de ara, manteles, cruz, candeleros, atril con su altar, y las tres
tarjetas para que se pueda celebrar misa en la dicha capilla”.
-Ha de poner una lámpara en la dicha
capilla delante de la imagen del Señor San Miguel y mantenerla encendida todos
los días dando para ello al convento seis arrobas de aceite.
Por lo que, este documento firmado ante
el escribano José Gutiérrez ilustra de un pasado de la actual Aula Magna de
Capuchinos, donde los huecos de los arcos de medio punto recuerdan un pasado de
memorias de misas bajo sus paredes y de alatares y retablos que desparecieron
sin saber el paradero de este san Miguel Arcángel desde la desamortización de Mendizábal
.
Este documento es una muestra del patrimonio perdido.
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