hoy septiembre alcalaino
SEPTIEMBRE
ALCALAÍNO
Curiosamente, este mes ocupa el
puesto noveno en el decurso anual y, sin embargo, no se corresponde su
denominación en modo alguno con el significante, ya que indica el séptimo mes
del año. Y parece como si fuera el mes de julio entre los calores que lo abren
y el veranillo de verano en su final por la fiesta de san Miguel. Incluso,
parece como si hubiera desbordado en festividades y actividades de ocio al mes
de agosto. Rara es la cofradía que no ha programado un acto festivo o de culto
por estas fechas, desde la Virgen de la Cabeza hasta la de las Angustias
pasando por la Aurora o el Señor de la Humildad. Ya no le dejan espacio en el
calendario apenas a la feria del rey Carlos II, porque nunca se celebra por las
fechas conmemorativas del arcángel guerrero, ni se parece a sus orígenes, ya
que la feria de ganado prácticamente ha quedado en una rara avis, con la
presencia de más camionetas de transporte que ganado. La industria y el
comercio, además, han sustituido el predominio del sector primario por el
terciario de los servicios.
Septiembre es inicio de curso, no sólo escolar sino también en
otros estamentos como los religiosos. Los estudiantes se recuperan del fracaso
del curso en junio para superarlo o iniciarlo con nuevos bríos y nuevas metas.
Septiembre rompe el paréntesis vacacional y nos baja de la nube agosteña
integrando a todo mundo viviente en el sistema productivo. Y, además, como decían
los romanos labor improbus, el trabajo es duro. Nadie lo valora como
algo agradable para el ser humano , salvo el fundador del Opus Dei que lo santificaba. Sin embargo, Virgilio no
se quedó en las Geórgicas en brindarnos este proverbio con el sujeto de la
acción. Lo completó con el Omnia vici,t derrota todas las cosas, supera
todas las dificultades. Por lo tanto, proclama el carácter práctico frente al
modelo humano de los griegos, donde predomina el carácter predominantemente
teórico. Una bella lección nos dieron estos pueblos, de cuyas raíces bebe el mundo
occidental. Y en septiembre es el momento de reanudar a andar, ejecutar proyectos
e iniciar empresas individuales y colectivas. De planificar y teorizar, pero, al mismo,
tiempo convertir la praxis en el
quehacer diario que culmina la cadena de proyectos o planes iniciados,
A empeñones y casi a empujones, nos ponemos mano a la obra. Con los
obstáculos propios y naturales, pero con las ansias del esfuerzo de superar
todo impedimento. Probablemente, sufrimos un espejismo utópico recordando aquella letra de la canción
Cuando llegue septiembre todo
será maravilloso; cuando llegue septiembre se ocultará la luz más pronto. Nunca mejor descrito la sensación de un mes en el que
la luz comienza a ocultarse cada día y trae la felicidad con la noche. Borra un
tiempo, que ha traído la decadencia y el retroceso, la pobreza y la inseguridad.
Pues, poco a poco van quedando en las cavernas los efectos de las pandemias que
proliferaban por doquier, de modo que comienzan a nacer la alegría y los datos favorables
en las buenas recuperaciones de los campos sociales, económicos y culturales. Pero,
para ello debemos cooperar todos, las medidas se conocen y en nuestras manos
están los recursos. Nos los desechemos, son ímprobos como el trabajo, pero
vencen todo lo que se les presenta a su alcance. Es el tiempo de retomar muchas
aventuras interrumpidas, reanudar senderos suspendidos, y culminar metas
propuestas. Se podrá cantar con sentido
aquel veros de la canción, venciendo las dificulatades y con los trofeos entre
las manos: Y la noche sin final será el encanto de septiembre para mí.
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