RUTA DEL CRISTO DE LA SALUD
CON
LA COLABORACIÓN DE HUERTA DE CAPUCHINOS DE ALCALÁ
PUNTOS DE RECORRID
Comenzamos en la Placeta de Juan y comentamos que en el siglo XVI el barrio de san Juan se encontraba a media construcción, su trazado partía de la calle Rosario, llamada del Pozuelo o san Juan y la que bajaba a los Álamos, con diversos nombres desde el Rojo hasta el camino que va a la Fuente Nueva. Más arriba, la calle que unía san Juan con la puerta del Cambrón se llamaba también Llana. La de por encima de la Iglesia Llana de la Trinidad; por encima del convento, la calle del Romancero, Zubia que quiere decir calle de paso de agua; la calle del Mudo; del Puerto y la Peste; Relimpios y Labradores...
La plaza es lugar de confluencia de
todas estas calles. Y la ermita de San Juan presidía desde finales del siglo XV
este lugar.
Seguimos por la actual calle Mazuelos que se se denominaba Llana de la Trinidad,
porque formaba un barrio en torno al convento de Nuestra Señora de los Remedios, perteneciente a la
orden trinitaria en su sección femenina. actualmente se ha reconstruido en
parte, y conserva los muros del monasterio y la portada principal, presidida
por la Santísima Trinidad. Pedro de Alcalá es un maestro de obras
desconocido en las obras del territorio abacial de Alcalá la Real. Y fue
nada menos maestro de obras de las iglesias de Priego de Córdoba, vecino de
esta ciudad, y trabajó en varias obras del territorio abacial por los años
setenta y ochenta del siglo XVI. También, intervino en las obras de las Casas
del Cabildo Municipal en lanzando el edificio municipal con la capilla
del Deán y en 1580 en la portada y obras del convento de las Monjas Altas.
LA CARRERA VIEJA
Llegamos a la Carrera Vieja, una call e o camino que
unía desde el Rastro hasta la Puerta Horadada. Ante de bajar la ciudad
fortificada de la Mota a la parte llana, todo aquel terreno debió estar despoblado
en torno a una carrera, donde se colocaron algunas alfarerías, un morabito,
alquerías y posadas. Años posteriores a la conquista de Granada, le
llamaron Carrera Vieja. El término de carrera, en urbanismo,
hace denominación a algunas vías en villas y ciudades, y cuyo trazado fue
con anterioridad camino, calle de gran longitud o camino real (o camino
carretero). La RAE por su etimología, procede del
latín vulgar «carraria», derivado del latín «carrus» (carro). De ahí
que, den callejero tradicional castellano,
"carrera" está relacionada con "camino ancho que admite tráfico
de carruajes", y por tanto susceptible de convertirse en vía principal o
camino real. Fernando Corripio la da como sinónimo de calle, y Julio Casares enumera varias acepciones: «camino real,
carretera o calle que fue antes camino», o conjunto de vías (calles) que ha de
recorrer una comitiva o procesión.
En un lugar cercano de la carrera
vieja, se encontraba un antiguo morabito. Luego, el monasterio de la Santísima Trinidad
debió ser un pequeño edificio (zubia o ermita en tiempos de los musulmanes)
transformado en vivienda de frailes y monasterio de monjas, que compartía
ubicación con otras viviendas y tiendas de artesanía en torno a la Carrera
Vieja. Esta se extendía desde la Cuesta del Cambrón hasta la Peña
Horadada, y poco a poco conformó varios arrabales en torno al convento de la
Trinidad, Peña Horadada, ermita de San Sebastián y monasterio de San Francisco.
Se mantuvo el nombre, y alguna parte de esta carrera hasta mediados del siglo
XVI, siendo sustituidos algunos tramos por la calle Lagares, Mesones, San
Francisco o San Sebastián. No es de extrañar que, por la parte de la Peña
Horadada, se mantenga su denominación como acontece en un censo que se hipoteca
con una casa de Mateo Sánchez de Checa en favor del jurado Pedro de Frías,
lindera con la de Juan Martínez, otra calle de la Peña Horadada y
la Carrera Vieja (Bernardo Pérez de Herrera 26 de febrero de 1553).
La fábrica de este convento es de piedra de cantería, buena fundación,
alegre, las oficinas de sala capitular, enfermería, refectorio, coro alto y
bajo donde se entierran las Religiosas muy decente, las demás oficinas buenas
lo bastante, el claustro que basta para procesiones claustrales y de Ánimas y
demás actos de comunidad.
La iglesia es mediana, de una nave con su retablo decente en el Altar
Mayor, tres capillas colaterales, y otros cuatro altares en el cuerpo de la
Iglesia.
1. IGLESIA
La descripción de este convento ofrece y presenta ciertas dificultades, no
obstante a través de los documentos notariales encontrados,
principalmente testamentos, y algunos testimonios escritos y verbales, puede
desarrollarse un pequeño boceto de su estructura, bienes muebles e inmuebles y
elementos decorativos. En palabras de Guardia Castellano, podemos describir la
iglesia de la siguiente manera:
-Su
ubicación se encontraba en sus primeros tiempos hasta el siglo
XVIII " en los altos de la ciudad actual, sitio céntrico por los
días de su fundación, pero que, al correrse al llano la población, quedó
situado al sudoeste de la misma, al pie de las murallas de la Alcalá
primitiva". Realmente no llegó a formar el centro neurálgico
hasta muy
- Su
planta, como en la mayoría de la iglesia de la Abadía, era en forma de
cajón y de pequeñas dimensiones: "La planta era “cuadrilonga”
rectangular, con unas dimensiones de 16,8 metros de largo (56 pies)
por 9 de ancho (30 pies).
-El material y aparejo de sus muros eran “de piedra cantería
labrada en las fachadas exteriores, pero de mampuesto en su parte interior".
-En su interior constaba de tres naves, divididas por cuatro pilares (seis
columnas), en las que se apoyaba el artesonado de la techumbre, al final
se encontraba el maderamen de techo formado por bovedillas. En la nave de la
Epístola, se abría varias capillas: una capilla que pertenecía al regidor Pedro
Veneroso, situada bajo el arco grande del coro; por la parte que salía a
la calle Real, otra de Hernán Cano, y una tercera en el altar mayor, la
del crucificado: según manifiesta esta memoria de 1617 "se diga una misa
cantada con música de órgano en el altar y capilla del Crucifijo, que es
colateral a la parte donde se canta la Epístola".
Por la parte de la nave del Evangelio, había otras tres capillas: una
era la de san Rafael.
En esta parte izquierda se encontraba el locutorio. Entre las sepulturas,
referidas documentalmente existían, la de la familia de Alonso Serrano (donde
estaba enterrada su hija María Ruiz en 1559).
- A
través de una escalinata, se levantaba el altar mayor que presidía un
retablo dorado y estofado, con un nicho en la calle central, en el que se
albergaba la imagen de Nuestra Señora de los Remedios; en las calles laterales
estaban colocadas las imágenes de San Juan de Mata y San Félix de Valois.
-Dos
coros cerrados con verjas dobles de hierro y madera: el primero a los pies de
la iglesia, colocado en alto y embellecido con muchas pinturas, efigies o
imágenes y el conocido Niño del Coro de mediano mérito, según Madoz, en
un relicario de plata y adornado de pedrería; y el segundo se situaba en
bajo, a la izquierda de la puerta de entrada, en su parte inferior tenía un
apostolado de escaso mérito de Jiménez.
-En la
fachada principal, se levantaba una lonja de un metro (cuatro pies) de altura
con doble gradas de escalinatas rústicas, que daban acceso a la puerta de
entrada. Esta portada se componía de tres cuerpos: en el primero un arco de
medio punto se sostenía por dos pilastras dóricas y se encerraba con una
cornisa, que daba lugar al segundo cuerpo donde albergaba un grupo escultórico
de la Santísima Trinidad, conservado en el jardín de entrada del convento
actual de la Fuente del Rey. La imagen de la Santísima Trinidad era de piedra y
de forma original con el Padre sedente, tiene el cuerpo muerto del Hijo
entre sus brazos y el Espíritu Santo en forma de palomas posa sobre el hombre
izquierdo del Padre que fija sus ojos en el ave, la que abriendo sus alas
arrulla. Es obra del entallador Jusepe de Burgos, vecino de Alcalá
la Real en la segunda mitad del siglo XVI. Se corona la fachada con un
tercer cuerpo que constituye una espadaña, integrada por dos cuerpos de
menor dimensión con vanos de pequeños arcos de medio punto y orlados por
pilastras y volutas.
2. LA SACRISTÍA
Junto a la capilla del Cristo Crucificado, estaba adosada la
sacristía del convento, que consistía en un cuarto pequeño.
3. CONVENTO
El convento era de forma
irregular; se extendía a lo largo de la calle Llana de la
Trinidad hasta el callejón de la Zubia y se adentraba hacia el solar,
lindero con la calle de la cruz de la Piedra. En su interior, un claustro
distribuía las diferentes dependencias del convento, que alcanzaba tres plantas
e, incluso cuatro según el desnivel del terreno. Hay constancias de que este
claustro presentaba dos corredores que daban lugar en la planta baja a sala del
locutorio y torno, la leñera, cocina, refectorio con cuadros de Jiménez,
lavandería, sala capitular y en las partes superiores, las celdas
de las monjas, muy reducidas de extensión, y, finalmente, los almacenes y
trojes de la tercera planta. Las fachadas del edificio ofrecían aspecto
compacto y robusto, iluminados por pocos vanos exteriores adintelados, y
por la calle Real, se accedía a través de un zaguán, donde estaba situado el
torno, que albergaba la imagen renacentista de la Virgen tornera.
3. OTRAS
DEPENDENCIAS
Junto al convento, existían un compás y la vivienda del sacristán del
convento. A los pies de la nave del Evangelio, estaba el osario, encima
del cual existían varias dependencias de otras tres celdas de
monjas dentro del Compás contiguas a la iglesia y capilla de Santo Cristo.
En cuanto a las dependencias del convento, podemos manifestar que, con el
documento relacionado a la gran reforma constructiva que hizo Luis de
Bailén a mediados del siglo XVII, se aclaran muchos aspectos de sus
construcción y estructura.
4. LA PLAZA
Como signo moderno de una nueva ciudad más abierta y extendida al llano, el
convento disponía de una placeta, que destacaba a la hora de los
acontecimientos públicos de la ciudad- pregones, mascaradas, estaciones de
penitencia…-, pues era punto obligado para detenerse el séquito de caballeros y
gente acompañante para escuchar el edicto municipal o detenerse el paso
procesional a la hora de hacer la estación de penitencia. A finales del siglo
XVI, destacaba este espacio abierto, porque durante unos años
–mientras se construía la Casa del Corregimiento en la Mota- el corregidor
licenciado Nino puso su vivienda en torno a la placeta, lo que indica que
había casas o casonas de hidalgos en este entorno urbano.
Unos años más tarde, en la ciudad del valle, esta placeta desempeñó un núcleo muy importante en el triángulo formado por los lados viarios del convento de Consolación, la iglesia de San Juan y la calle Real con sus vértices situados en las placetas de la Trinidad, Rosario y San Juan. De ahí que, edificios públicos como las nuevas Carnicerías, el Pósito o de otra índole se intentaran ubicar por este entorno. Y no sólo públicos sino también los comerciales como las tandillas de aceite, panaderías o tiendas de paño (en la placeta de la Trinidad siempre se fijaba una de aceite). El desarrollo de esta plaza viene interrelacionado con el declive y abandono de la fortaleza de la Mota. Pues, los vecinos se veían obligados a retirar los diversos materiales de las casas, puertas, hierros y tejados, para emplearlo en las nuevas edificaciones de la ciudad del llano. Sirva esta cita de la fortaleza para el barrio de Santo Domingo:
“Ante el corregidor el cura y beneficiado Francisco Méndez de
Aranda pide licencia para llevarse los materiales de las casas de la Mota,
que eran de sus abuelos, que están detrás de los corrales de las Casas
de la Justicia y de otras de María Ramírez en el Bahondillo, que las
quería para reedificar sus casas que tenía en la Placeta de la
Trinidad. La ciudad lo concedió sin perjuicio de las calles y edificios de
la Mota”.
En 1657, la ciudad del valle es
una realidad y, durante muchos años, el convento de la Trinidad se consideraba
un lugar céntrico, donde los miembros del cabildo municipal siempre
tenían en cuenta para ubicar edificios públicos y la plaza subsidiaria de la
fortaleza de la Mota, como las Carnicerías o tiendas de escribanos. Por
ello, la vecindad aumentaba cada vez más y necesitaba de servicios básicos como
el agua, lo que daba lugar a buscar sitios estratégicos para ubicar
fuentes; años antes a esta fecha, se valieron de los servicios del capuchino
fray Gregorio de la Calzada, que vino a Alcalá y los ubicó en la parte de
enfrente del convento de la Trinidad. En esta fecha mencionada anteriormente,
acudieron los regidores Leonardo de Viedma y Juan Vázquez a los alrededores de
la plaza acompañados de varios maestros de obras y reconocieron el "poco
en casa del Hospital Viejo, que parece ser caudaloso y que tiene corriente a
otra parte para que ponga una fuente en la calle Real, en la placeta de la
Santísima Trinidad ( frente al convento de la Trinidad) por ser la de mayor
concurrencia que se puede buscar de los vecinos de esta ciudad, pues con
eso todos los vecinos de la Mota, barrios de San Sebastián, san Bartolomé y
Santo Domingo se escapasen del gasto de agua que comprende la Mora para bever,
como para
5.-DESCRIPCIÓN DE MADOZ
La plaza albergaba, a
finales del siglo XIX, dos casas: una pertenecía a don Juan de Ortega y
era residencia de cuatros jornaleros; por otra parte el propio convento poseía
otra, que solía ser usada por algún sirvientes, sacristán o empleado del
convento.
Pero, con sus datos recogidos de
otros archivos, podemos ampliar su descripción. En concreto, Madoz alude a que
" fundado en 1828, al oeste de la ciudad, es irregular, con un
claustro pequeño y celdas reducidísimas. La iglesia, de tres naves
sumamente pequeñas, con algunas pinturas medianas y portada de
orden dórico, tiene dos coros, y en el bajo, un Apostolado, de mediano mérito,
de Giménez y con otros cuadros del mismo autor, que también lo es en el
refectorio. En el coro alto, además de otras muchas pinturas, efigies y niños
de mediano mérito, se conserva en un relicario de plata, adornado de pedrería y
bajo un arca grande, el llamado Niño del Coro, que está en la mayor
veneración tanto dentro como fuera del convento, aunque sean pocas las personas
que lo hayan visto; nunca expone al público ni se saca del coro. Para no dar a
las monjas d la Encarnación derecho de llevárselo , y esta misma dificultad
aumenta la veneración, representa al Niño Jesús recién nacido , de
longitud de dos pulgadas,, pero tan hecho y un colorido tan natural , que
difícilmente podría mejorarse; ignoramos la materia de que está formado,, y
acerca de su aparición, se cuentan hechos más o menos confirmados con
documentos que la comunidad posee.[8] A principios
del siglo XX, se mantiene la casa de la fábrica del convento y el
convento mantiene su vecindad con el número 91.
MONASTERIO DE SAN FRANCISCO
Nos dirigimos a este Convento franciscano de los
siglos XVI-XVII. Entre los artistas de la obra y su decoración
intervinieron: Ambrosio de Vico, Ginés Martínez de Aranda, Miguel de Bolívar,
Pedro de Mena, Manuel del Álamo, Melchor Sardo, Nicolás y Miguel de Raxis,
Jusepe de Oliva…
En 1840 se desprendieron algunas
bóvedas, por lo que el convento se abandonó definitivamente y se clausuró la
iglesia, aunque la casa de los venerables o sacristía sirvió de hospedería a
los exclaustrados ancianos que careciesen de familia. En estos años fue
desamortizado y pasó a propiedad particular. Con los sillares de las
ruinas se levantó una plaza de toros en la huerta del antiguo convento, que se
mantuvo hasta el año 1936. En la posguerra se desmontó la plaza y los sillares
se utilizaron para hacer casas y cercas de solares.
Descripción:
La iglesia estaba
conformada en planta por una nave rectangular y una capilla mayor cuadrada, que
se cerraba con una bóveda de medio cañón con arcos formeros. Presidía el
retablo la Inmaculada Concepción. Poseía tres capillas a cada lado y
otra a los pies, bajo el coro. Estaban dedicadas a Nuestra Señora de la
Soledad, Crucificado y Santo Entierro, Nuestra Señora de los Ángeles, San
Vicente Ferrer, San Antonio, San Diego entre otras…
La portada tenía dos
columnas de orden dórico y sobre la cornisa una hornacina con el santo titular,
rematándose con una bella espadaña. En cuanto a la casa franciscana hay pocos
datos; tan sólo se sabe que los claustros y el patio estaban contiguos a las
capillas laterales del evangelio junto con la capilla de enterramiento de Juan
Ramírez del Postigo, la cocina y la sala capitula. Las habitaciones daban por
la parte alta con la iglesia de San
Sebastián y casas de la familia Frías.
Los restos que quedan
en pie son el lateral de la epístola y la capilla mayor lateral, algunas estancias
en el subsuelo (como las bóvedas y criptas), la portada principal tabicada (la
imagen del santo titular se encuentra en el museo local), la basa de la
cruz que presidía el patín y las estancias de la casa de los venerables, que se
ha mantenido en pie hasta hace pocos años, cuando se derrumbó el tejado.
Estado de conservación:
Abandonado y en ruina
progresiva, con derrumbe de paramentos y bóvedas, y acumulación de
vegetación.
Se conserva la planta de la la cimentación del recinto del claustro
convertida en huerto y la caja de la
Sala Capitular.
SAN SEBASTIÁN
DÓNDE
SE ENCONTRABA LA ANTIGUA ERMITA DE SAN SEBASTIÁN DE ALCALÁ LA REAL?
Los cultos decayeron con el paso del tiempo, y de la ermita ya en el siglo
XIX, no se encontraba nada y cuentan que desaparecieron hasta sus retablos, en
uno de los cuales había varios lienzos dedicados a la memoria de la batalla. El
estandarte, actual pendón de la ciudad, se conserva en el Ayuntamiento, y se
exhibía en el día de Santo Domingo de Silos.
.
El emplazamiento de la ermita no se ha podido constatar ni excavar hasta
ahora. Ya decía Guardia Castellano" desapareció por completo hasta
el punto de no poder precisar cual fue su emplazamiento”. En
otro aparte, se aventura a decir " que ocupó un lugar inmediato
a lo que hoy es plaza de toros, por la parte del Poniente, no resta en la
actualidad ni aún los cimientos por los cuales venir en conocimiento de la
situación y capacidad de la misma".
Sin embargo viene esta nota para aclarar su ubicación
con motivo de dos de varios documentos relacionados con la familia de Juan de
Frías. Ante Alonso de Castro (legajo 4588, fecha de 15.10.1570) hay
varios documentos muy similares. El primero entre Juan de Frías, casado con Benita
de Santisteban e hijo de doña Juan López de Frías, y
el convento de los frailes de la Orden de San n Francisco,
representados por el síndico Gutierre de Padilla, por el que hacía donación de
una tercera parte de una casas " que todas juntas alindan con el
monasterio del Señor San Francisco y casa de Juan de Aranda Guillén y con la
calle al lado En que está el monasterio, y la otra a la iglesia y ermita
de San Sebastián, qual dé esta parte de la casa sin tinajas que ellas están
dentro"; se valoraban en 13.125 maravedíes.
En otro segundo testamento, Antón Cano y Juana López
de Frías cedían la novena parte de las casas anteriormente
mencionadas con los mismos términos aporta el detalle " que
todas juntas alindan con el dicho monasterio de San Francisco y con casas de
Juan de Aranda Villén y con dos calles al lado una que está el dicho monasterio
y la otra la iglesia y ermita de San Sebastián, se valora en 4312 maravedíes en
la misma fecha. E
El tercer documento, del mismo día Teresa de Frías
casado con Rodrigo de Cueto, ya difunto, también concedió la novena parte por
su abuela Juan López de Ávila, también concedió otra novena parte valorada en
la misma cantidad que la anterior donación.
Hemos encontrado más documentos similares del
resto de las partes y nos manifiesta que la ermita estaba ubicada
prácticamente al lado del monasterio y necesitó estas casas para
ampliación todo este terreno con el fin de hacer nuevos claustros y
dependencias por los años 1570, en el que se estaba realizando una ampliación
de las primeras casas principales del convento, No vamos a entrar en detalles
de la desaparición de ambos templos. Pero manifestamos que el camino que divide
los huertos actuales, donde estaban los claustros y unas casas que se
edificaron en los siglos pasados fue el lugar de dicha ermita de san Sebastián
y no un peñasco, que denominaban Sillón de la Reina, lleno de leyendas, donde
creían que se situaba la ermita.
.................................
SAN SEBASTIÁN, PATRÓN DE ALCALÁ LA REAL. SU LEYENDA Y
FOTO DE SU MAGEN
I
PATRÓN
Hubo una ermita junto a la fortaleza de
la Mota, en un barrio que se denominó San Sebastián. Su fiesta se celebraba
desde el siglo XV y era organizada por la cofradía de caballeros. Era patrón de
la cloración de los aires, peste, y reparador de ruinas. La fiesta decayó en el
siglo XVI. Solían hacerse mascarada y vísperas, procesión y fiesta mayor con
asistencia de hijosdalgo. el patronazgo estaba ligado con una pequeña batalla.
II
LEYENDA
DE SAN SEBASTIÁN
SAN SEBASTIÁN DE ALCALÁ LA REAL |
De la historia, esta acta del cabildo de 14 de junio de 1531
......
“Después el año siete (1507) y el de
21 (1521) sucedió una gran peste en toda esta comarca y fue tanta que la
Audiencia de Granada se pasó a esta ciudad como lugar más sano y,
por la sanidad y como santo abogado contra este mal, se hicieron procesiones
muy devotas por el clero y pueblo , y desde entonces el día del glorioso san
Sebastián ha ido la procesión con mucha devoción a suplicar e
interceder por la salud de este pueblo y por personas devotas
oficiales sastres se fundase una cofradía del |
|
......
Por el 1588 en los cajones de la
Iglesia Mayor se halló el pendón antiguo de la cofradía roto con la
figura del glorioso santo como queda referido , y la ciudad viendo que
era justo que se prosiguiese en la devoción y veneración
del dicho santo tan gran patrono de esta ciudad propuso en su cabildo de
22 de enero de dicho de 1588 que esta ciudad, justicia y regimiento
y las demás personas del cabildo fuesen cofrades de esta cofradía y que
asimismo se recibiesen de ella los demás vecinos que quisiesen
serlo y que el hermano mayor de la cofradía fuese el corregidor , que
entonces era y después fuese, y que se suplicase al señor Maximiliano de
Austria , que hoy es arzobispo de Santiago, y entonces abad mayor de esta
ciudad se mandase guardar por fiesta este día de san Sebastián, y
propuestas justas causas se mandó y se ha guardado y se guarda por fiesta
solemne y quedó fundada dicha cofradía, como consta por los libros del cabildo
de 1588.
En el cabildo del 18 de enero de
1589 se ordenó que esta ciudad como cofradía de la dicha cofradía que los
alcaides y oficiales de ella nombrasen la persona que abía de llevar el dicho
pendón y estandarte y ansi reparado aquel roto con nuevo tafetán
donde está la figura del santo lo llevó el doctor Jorge de Amaral, corregidor
que era de esta ciudad, el primero año que se fundó la dicha cofradía y
ansi los años después los oficiales de la dicha cofradía a n fundado la persona
que lo ha llebado y esto se ha usado y guardado”. -La leyenda se resume en que el capitán
Fernando de Aranda estuvo al frente de setenta caballeros y 100 peones frente a
los 400 jinetes moros y muchos más peones, Colocó su tropa en la vaguada
de entre los Llanos y la Celada, de tal manera que hizo una emboscada en
la que parecían muchos más los soldados castellanos. En medio del fragor
de la batalla, por la que hizo huir a la tropa musulmana, apareció la figura de
un caballero con un caballo blanco, vestido de verde, y con un manojo de saetas
en la mano derecha, que hacen que se considere que fue la figura de san
Sebastián, para algunos guiando con su estandarte las tropas cristianas, y para
otros con el estandarte que se les quitó a los musulmanes.
El BARRERO
Bajo el convento de San Francisco, se encuentra una
zona que se denomina del Barrero, donde se sacaba el barro para las alfarerías de la
ciudad. No fue el único solar sino que más abajo existen otros barreros.
También fue un lugar donde se alzaba la cruz de los ajusticiamientos y fusilamientos,
que tuvieron lugar hasta la Guerra Civil (1936).
Se encuentran restos del convento y muestras de las
hondonadas del barrero. Pertenecía a una capellanía del convento de la
Santísima Trinidad.
EL BARRIO DE SAN SEBASTIÁN
Por otro documento
ante el escribano Alonso Ordoñez (Legajo 4606, folio 200 r), se encuentra un
censo que realizaba María Jurada con su esposo Juan Sánchez
Santisteban y se lo pagaba a don Lui Méndez de Sotomayor. Se basaba
en que Pedro Gutiérrez Montañés, y Ana Ruiz de Medrano otorgaron una escritura
en favor de Francisco de Escobedo de unas casas en el arrabal de
San Sebastián (ante Bernabé Rodríguez, 30 de junio de 1534), luego se las dio a
censo a Diego Gutiérrez Torrevejano en 1540. Y especificaba el sitio
" en el sitio o de San Sebastián de esta ciudad, linde con la
calle que sube a la dicha ermita y el cementerio de ella y el canino que
va a la Fuente Nueva" estimadas en 26.000 maravedís.
Poir el camino, roto y descompuesto, y apropiado por los actuales labradores, contemplamos murallaa nazaries, puertas de la ciudad y barrios. El segundo.
BARRIO DE LA PEÑA HORADADA
Debajo de la muralla de Santiago o del
Aire, se encontraba el barrio de la Peña Horadada. Por este documento de
contrato de 1522 entre Juan de Salido y
Juan García Quijada, se avanza en su urbanización. Este es el texto
Concuerda el documento con las l Constituciones de Juan de Ávila, que habla de
una calle que bajaba y otra subía de la Mota-y
Bajmaos por una finca de olivar, por estar el cami no roto al camino de Roahuevos, explicamos su origen. y De allí a
EL
CERRO DE LOS PALACIOS O SAN BARTOLOMÉ
Por un documento algo anterior a 1540, entre Juan López de Gámez y su mujer
Ana Fernández vendieron a Esteban García, otra casa, en tes caso, con cuerpo
techado de teja y su posesión de solar, en el cerro de los Palacios, lindera
con solar de Diego Fernández Trevejano y tres calles reales calles
reales.
Otro documento de un censo de 1.000 maravedíes ante Bernabé Rodríguez en
9 de febrero de 1544, entre Pedro López de Ramos, Fernando Ramos, y su mujer
María de Moya, por una parte, y, por otra, con los herederos del regidor
Francisco de Aranda (Beatriz, y Francisca de Aranda), Estas cargaban la
hipoteca sobre unas casas que tenían en el Arrabal del cerro de los
Palacios, que lindaban con calle que descendía de la calle de La Puerta Nueva,
herederos de las casas de Martín de Peñalver y calle Real.
Lo que demuestra que La Peña Horadada se encontraba en un lugar diferente
del Cerro de los Palacios, algo anterior a ella y al barrio de San Bartolomé.
El barrio de san Bartolomé daba nombre al
antiguo de los Palacios atravesado por dos calles una que venía del Matadero y
otra de la Puerta Nueva. La ermita dedicada al santo ocupaba un lugar
principal. Así era la cofradía en 1568" Siguiendo las declaraciones
ante el corregidor, se presentó Alonso Contador, como prioste de la cofradía de
San Bartolomé y manifestó que esta estaba constituida desde 1544 por un grupo
de vecinos de la ciudad de Alcalá la Real. Se hizo una cofradía, templo y
ermita en las eras de los Palacios, gracias a sus limosnas, fue bendecida por
un obispo, y se domaron ornamentos, y se decía misa todos los domingos y días
de fiesta y otros días, porque en esos lugares o barrios no existía ninguna iglesia.
Y había una procesión en el día de San Bartolomé el 24 de agosto a la Iglesia
Mayor".
CAMINO DE SAN BARTOLOMÉ, MÁS BIEN
CARRERA DE LOS CABALLOS
El siete de octubre de 16000, el regidor
de origen genovés Pedro Veneroso, comisario de la obra de la
Carrera de San Bartolomé, dijo que en esta ciudad ay muchos
caballos e potros, e no se ejercitan por no estar acabado el suelo de la
dicha Carrera hoy; esto se podría hacer con facilidad y bien, y entrando las
aguas, no se podrá he de perder a lo esta fecha que pide a la ciudad mande eche
en pregón que se conforma a las condiciones que se hicieron y se dé orden
de dineros para ellos.
La ciudad mandó que se hagan condiciones por el dicho comisario y se
traiga en pregón el hacer este suelo y el domingo doce de este mes se
remate en quinientos ducados (AMAR. CAB. 14 de noviembre de 1600)
El
RASTRO Y EL MATADERO
Al otro lado de la muralla
del Arrabal Viejo, estaba el Rastro, lugar destinado para vender la
carne al por mayor. Desde allí se edificó una calle en 1576 hasta el Matadero y
desde allí se dirigía otra a la Puerta Nueva, que enlazaba con otra que
se dirigía a la Puerta Zayde. Además, otra, en forma de anillo y foso, iba desde
la puerta de Martín Ruiz hasta la de Santiago y
continuaba pasando por el Rastro. Existían unos soportales para
albergar el ganado y una Puerta de entrada para el barrio.
Antes de que existiera el matadero, el
cabildo alquilaba una casa para peladero de puercos. Este matadero se realizó,
en los primeros decenios del siglo XVI, la mayor obra en 1556. Todavía quedan
sus cimientos y caja de estanque en una de las fincas de olivar del arrabal. Se
componía de un corral cercado, donde en un gran patio se recogían los ganados,
provenientes del Corral del Concejo, situado a las laderas de los
Llanos, para sacrificarlos antes de ir a la carnicería, patio al que
se accedía por un portón o portada , y se encontraba con algunas galerías de
arcos para proteger ese de la intemperie, empedrado y con un pozo
en su interior junto con casa de encargado y varias habitaciones del guarda o
alcaide del matadero y cabinas para los animales y lugar de pesas de romana.
LA PUERTA ZAYDE
Calle del Postigo |
Por Entrepuertas, nos detuvimos en el barrio del Albaicín, se
hizo presente el adalid Pascual Sánchez, la captura del moro, el cautiverio en
Martos, los subterráneos, pasadizos, la contramina y el pozo de la mora Cava.
Cerca del Postigo, las tiendas de oficios y de los caballeros y entrada por la
puerta de Sánchez del Postigo,
ARRABAL DE SANTO DOMINGO
Describimos el paso de
la mezquita a la iglesia gótico mudéjar de
Santo Domingo, sus capillas, su sacristía y torre renacentista y el escudo del
abad Maximiliano de Austria.
El barrio de
Santo Domingo o Viejo, estaba poblado por
hombres de oficio, artesanos y campesinos, pocas casas de hidalgo,
fue el antiguo barrio de alquerías, con
su horno y su futura ubicación del Parador.
Desde allí, a l Rastro de venta de animales mayores,
por su entrada por la Puerta del Rastro, junto a la Alhóndiga. La calle que los
dividía era la Pie de la Torre.
Denuncia de los que destruyen el
patrimonio en sus jaurías y gamberradas.
Recreación del mundo del vino, sus
bodegas y el privilegio,
Y la vivienda de frontera.
PUERTAS MARTÍN RUIZ Y GRANADA
Siempre
fue una cuestión interesante de interpretar la ubicación de las Puertas de la
fortaleza de Alcalá la Real. Entre ellas, ofrecían alguna duda las de Granada,
Martín Ruiz, Rastro y Zayde. Las anteriores están prácticamente identificadas
en nuestro libro sobre la Mota y sus arrabales. Pero la puerta del Cambrón o
Martín Ruiz siempre nos inclinamos por la ubicación cercana a la iglesia
de San Blas, que, antes de su construcción, se encontraba un barrio de casas
con el nombre de Cuesta del Cambrón. Por una escritura entre el sastre
Alonso Sánchez como vendedor de unas casas a Fernando de Valladolid, podemos
manifestar que se acertó en aquella apuesta, ya que es muy explícito el
documento del contrato, realizado ante el escribano Francisco Ordóñez en 24 de
mayo de 1540 del Archivo Histórico Provincial de Jaén. Dice así: "unas casas con toda su posesión que les
pertenece, que yo tengo en la Cuesta del Cambrón de esa ciudad, que alindan con
casas de Alonso Hernández de Arjona, e casas de Juan Martínez de Jerez, e, por
las espaldas con el camino que está junto el Portillo de la Puerta de
Martín Ruiz, y va hacia la Puerta de Santiago".
La adquiría el comprador por 15.000 maravedíes.
Concluíamos que, entre los barrios de expansión de la
ciudad fortificada de la Mota, se encuentra este de la Cuesta del Cambrón,
posteriormente, de San Blas entre los que se concedieron, en forma
de grandes hazas, delimitadas
Esta casa se ubica perfectamente, en la zona de Cuesta del Cambrón, y, por el Portillo, o pequeña puerta a su espalda, la que existía en este camino era la de la Puerta de Martín Ruiz, que todavía se conserva. Pero afirmábamos que esta no puede ser ni la de Granada, ni la del Arrabal ni Rastro, está claro la ubicación comentada en otras ocasiones, y que se encontraron su base y arranque.
Con esto, podemos afirmar que la Puerta de Martín Ruiz
es la misma que la de Granada o del Cambrón, y la ubicación es el entorno de la
calle que bajaba por el Cambrón, a través del camino de Granada.
No nos olvidamos bajando desde la Puerta del Arrabal de
LOS MESONES DE ALCALÁ
-Este mesón
se encontraba ubicado en la calle de los Mesones, lindero con las casas de
Alonso Carrillo, el mesón de Pedro Fernández de Aranda, lo que manifiesta que
este espacio urbano compartía la zona residencial de viviendas familiares y
edificios de función de servicios, como los mesones.
-La vivienda y servicios eran compartidos por estas viviendas denominadas casas- mesones, de ahí que el arrendador se reservara todo lo que quedaba encima de la escalera, que estaba a mano derecha, con el nombre de aposento.
-También una
parte de cuadra para su bestia con la correspondiente entrada libre de ataduras
y sin pagar cantidad alguna se la reservaba para mantener el servicio que
todavía reservaba el arrendador. Y pone de manifiesto que existía una
caballeriza, donde se le dejaba reservada esta cuadra, como era frecuente en
estos mesones, alojamiento de los animales y para las personas.
-El
mobiliario del mesón refleja muy bien el número de habitaciones dedicadas al
alojamiento de viajeros: cuatro camas de ropas, cuatro colchones de lana,
cuatro frisadoras, una jerga, cuatro herpiles de esparto, once bancos de cama-
-El
arrendador , al final del arrendamiento, debía dejar limpias las caballerizas, y,
las puertas con sus llaves, como las recibía, lo mismo que las ropas y
aderezos de los muebles de la cama. Durante el arrendamiento debía cumplir
todas las cláusulas de pagos, renta y mantenimiento de las ropas, que no podía
sacar.
A partir de mediados del siglo XVI, se abrieron nuevos
mesones en la Tejuela y Llanillo, aprovechando los caminos y nuevas vías
a Granada, Jaén y Córdoba. El último paso, fueron los mesones de la zona de los
Álamos.
POR LOS ARRABALES DE SAN BLAS Y SAN JUAN
Por una rampa, damos con la Muralla
Tercera y anillo tercero de la antigua fortaleza, con
sus saeteras, troneras, puertas (Cambrón, Granada y Martín Ruiz), la torre
ladeada, el anillo exterior y la casa del Arrabal.
LA CALLE DE LA ZUBIA
ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL COVENTO TRINITARIO
La calle, que sube a la Mota tras el huerto de san Rafael, hace unos veinte años aproximadamente se bautizó, a propuesta del cronista, como calle del Romancero. Por papeles viejos del cabildo municipal, podemos manifestar que fue una calle que no tenía apenas vecinos y era de paso, cercano a los arrabales nuevos. El paso en concreto era de agua y se llamaba con un nombre árabe LA ZUBIA, tal como denominaban la calle en el siglo XVI. Durante más de seiscientos años, entre principios del siglo VIII y 1341, Alcalá la Real estuvo bajo el poder musulmán. Aunque la población estuvo encerrada en torno a la fortaleza de la Mota y el arrabal de Santo Domingo de Silos, debieron erigirse varias alquerías por el cerro de los Palacios, pagos de san Bartolomé, Peña Horadada, san Sebastián y san Francisco. Incluso, la antigua de Carrera de los Caballeros, llamada la Vieja, debió rodear el tercer cinturón de la muralla, continuar por la calle Cava y enlazar con el camino que provenía del Castillo a través de la calle Mesa, Ancha y final de la Real. Aún quedan vestigios de aquella época, uno de ellos es la maqbara, el cementerio hispanoárabe, descubierto por los años noventa del siglo XX en torno a los aledaños de este camino de ronda[1]. Recientemente, con la excavación en el antiguo convento de la Trinidad, es la intención ponerlo en valor. Una parte de este cementerio musulmán rondaba el camino que venía del Castillo de Locubín, y, a través de las actuales calle mesa, Ancha y la antigua cruz de Vázquez Mesía se adentraba en Real y Cava. En torno a sus dos lados se hallaba la maqbara -pues existen restos por la calle Real, del Mudo y Puerto con enterramientos horadados en piedra de similares dimensiones y forma-. La maqbara, está perfectamente localizada, en el lateral situado frente a la placeta de Carmen Juan Lovera, al final de la calle Real. La maqbara de la ciudad, llamada durante parte de la época andalusí Qal’at Banu Said (Alcalá de Benzayde), se ubicaba extramuros de la Fortaleza de la Mota. Los cadáveres se enterraban sin ajuares. Las austeras sepulturas se orientaban en dirección hacia La Meca. Este lugar fue excavado por los años noventa del siglo XX bajo la dirección del arqueólogo Carlos Borral i Querol; y recientemente se ha vuelto a excavar por el Campo Internacional de Trabajo bajo dirección de Carlos Calvo. En ambas excavaciones aparecieron varias tumbas horadadas a la roca sin ajuar alguno, que pusieron al descubierto el subsuelo del solar del convento Una de las calles o, mejor dicho, vías de acceso a un cenobio o una zubia, pequeño morabito de esta zona, donde estuvo enseñando un santón, y su entorno, como cementerio, recibió el nombre de la Zubia.
Por calle Caba, actual Mazuelos y antigua calle
del Cristo de la piedra, llegamos a las escalinatas de la Cruz, donde
recitamos la leyenda del militar Pineda y el fraile fundador Cristóbal
Gallego, parada en la mina del pozo del altozano y de canalización de aguas de
las monjas trinitarias. Desde allí, por la calle Zubia a la iglesia de San Juan
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