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sábado, 30 de enero de 2021

NUEVOS DATOS SOBRE LA ERMITA DE SANTA LUCÍA DE FRAILES

MANDA TESTAMENTARIA Y FUNDACIÓN DE MISA DE SANTA LUCÍA POR CONCESIÓN DE HUERTA

 





En artículos anteriores, ampliamos la historia de la fundación de la ermita de Santa Lucía de Frailes. Ante el escribano Francisco Ordoñéz, encontramos el testamento de Pedro de Valencia, que, en el libro de la Historia de Abadía de Alcalá la Real de Espinosa de los Monteros, aparecía como fundador de la ermita de Santta Lucía, ligada con los sastres y la familia de los Valencia.  El testamento tuvo como testigo al sastre Pedro de Espìnar,  Hernán Ruiz y Juan de Castillo y albacea su mujer. Se firmó en seis de junio de 1560. Se insinuaba que aclararíamos dudas  con el descubrimiento del dicho testamento, porque alude que dicha ermtia fue concedida por el abad Juan de Ávila, al que acudió Valencia para recibir el documento de fundación y erección en 1550; se comentaba la fiesta de Santa Lucía y del Corpus, cuando acudía la  santa a la Iglesia Abacial. 

Pedro de Valencia estaba casado con María Hernández y tuvo una hija de nombre Ana de Valencia, a quien dio 50.000 maravedíes de dote, a Anton de Valencia, barbero en la colación de Magdalena en Granada, que le dio 15.000 maravedíes para abrir la tienda y comprar instrumental, a Juan y a  Pedro de Valencia que le correspondía  una parte del quinto. 

Pero su manda más importante era la siguiente, que transcribimos:

"Item los dichos Pedro de Valencia y María Hernández decimos y declaramos que, de una conformidad, hicimos y edificamos de nuestra hacienda la ermita de Nuestra Señora Santa Lucía, que es en Frailes, término de nuestra ciudad, y compramos una guerta que están junto a la dicha ermita, para que permanezca y esté edificada,  y en que está ya reparada, es mi voluntad que, si así los permitimos, ordenamos y mandamos que,  el que quedare bivo de  nosotros, tenga y posea la dicha guerta los días que bivieremos  con tal aditamento y declaración que cada uno año perpetuamente nosotros o la persona o personas que nos sucedieren a nosotros, en la dicha guerta hagan de decir  una misa del oficio de Nuestra Señora Santa María; y la dicha misa se diga en qualquier día del año que la dicha persona que la posea o herede, la dicha huerta, se diga por mi ánima,  y se pague por la dicha misa dos reales al sacerdote que la diga, y se dé la cera para que con ella se diga, y se dé de comer al clérigo que vaya a decir la misa a la ermita , donde mandamos decir la dicha misa, y si más limosna debiera de llevar el clerigo que fuere a decir la dicha misa, mandamos que se le dé y reservamos en nosostros para declararla la persona que sucediere a la dicha memoria, y abemos a bien  y es mi boluntad que, el que quedare bibo  de nosotros,  posea la dicha guerta llevando los frutos, de ella y en cada año haga  por siempre jamás la dicha misa, la qual dicha iglesia mandamos que se pueda vender ni hacer enajemnamiento  de ella ni permtuación con mejoría, por quanto es mi voluntad, y asi lo queremos y consentimos que la dicha guerta está por mi puesta en el anejo de mi memoria de la dicha misa, y mandamos a la persona que me sucediere ,  la tenga bien labrada y reparada, de todas las labores que tubiere pòr necesidad, junmtamente con la dicha ermita quue baya en acrecentamiento, y no bengan en desminución, y si alguna vendida se hciere , que sea en en ningunía y sin niingún valor"

También, aportamos el documento que faltaba sobre la huerta anexa, la memoria de misa de Santa Lucía y su transmisión. Y reconocimos algunos nuevos datos del fiundador un vecino de San Millán de la Cogolla, el origen de la lengua castellana. 

Ante el escribano Hernán Sánchez, en 25 de mayo de 1558 (Legajo 4658 Folio 256 r/v) se llevó a cabo otro documento de donación importante para el culto  dentro de la ermita de Frailes. Ya nos hemos referido a una anterior y al testamento del donante el mesonero Pedro de Valencia, posterior a este. Por las buenas obras y buen servicio, que había prestado a la ermita, Pedro de Valencia le donó un solar para hacer una casa con que cuidara la ermita y los ornamentos qal sacristán. Y afirmaba“ porque tengo confiado de vos lo propio haréis, de aquí en adelante para que vivir  cerca de la dicha ermita resultara perpetuidad en tener guardado de limpiar e aderezar  e de tener la custodia y guardia los ornamentos y otras cosas de ella, movido con el dicho celo y en gratificación de lo pasado en lo que yo estaba obligado por facer la dicha obra,” hacía donación libre y sin ataduras “ de un solar para hacer una casa que está en mi tierra estaba junto al adyuvatoio de la dicha ermita y alinda con la qual hasta la puerta de la entrada de la dicha ermita, do está la primera cruz e linde de huerta del doctor Jarava  yendo por la calle hasta una encina que allí está y quedando fuera de ella y está entre los terrados  de mi y tierras de Bartolomé Montemolín”. Con esto donaba la casa del santero para guardar la ermita a perpetuidad, y muestra que era ya el culto frecuente en ella.

Un tercer documento está relacionado con la entrada a la ermita. Ante el escribano Gómez Muñoz Monte en 20 de marzo de 1566(Legajo 4760, folio 105). Estaba relacionado con la cesión que le otorgaba  el médico López de Jarava para poder entrar por detrás de la iglesia a través de una vereda que pasaba por su huerta y la entrada de aguas para el cultivo de la huerta donada por Pedro de Valencia al santero, para cultivarla. Citaba que la verenda o senda permitía el paso desde la ermita hasta una casa de su huerta que estaba junto a la huerta y ermita de santa Lucía por la parte detrás, y sólo podía pasar un hombre y una bestia, la Huerta de Diego López de Jarava  se situaba desde los molinos y el caz del nacimiento del agua hasta la ermita y era de su propiedad . Indicaba que el agtua pasaba  por delante de sus casas y provenía del agua de los molinos y del nacimiento del río, sutiéndose de ella para su huerta y quedaba un remanente, con el que  hacía dejación de concederlo para la huerta de la ermita por la buena obra que habían realizado. 

Un cuarto documento  ante el escribano Martín de Aranda en 1564, Pedro de Calencia arrendaba el mesón  de la plaza de la Mota, lindero con la tienda del cerero Alonso García al presbítero Pedro de Aguayo y tiendas y casas de doña Leonor de Aranda  el jurado Lope de Guardia por la cantidad  de 42 ducados. 




ante el mismo escribano recoge el testamento de María Hernández de Nájera, mujer de Pedro de Valencia (Legajo 4560, folio 572) en 15 de enero de 1566, por el que se refrendaba la fundación de la iglesia y la donación de la huerta relacionada con la manda de aplicarle por su alma una misa que había de decirse  en el día de Santa Lucía. También aparece referencia a su hijo Juan de Valencia en las mismas condiciones y un poder sobre sobre el mesón que tenía arrendado en la plaza baja, junto a la tienda del cerero Alonso García. Y la manda original extractada de dicho testamento. Esta es:




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