Hace unos días nos dejaba Paqui Fuentes Gómez. De tierras
santaneras de Alcalá la Real, provenía de una saga muy enraizada con este partido de
campo, que bebe de las aguas de la Fuente del Rey, la familia de los Gómez. Por
su madre Adelaida, siempre se vio ligada a esta zona y se curtió de la entereza
de la mujer aldeana para emprender el viaje por el mundo del comercio de
calidad de nuestra tierra. En su Despensa, desarrolló sus inquietudes de emprendedora,
se ganó a muchas personas por sus buenas dotes de comerciante ofreciendo la
lealtad en el compromiso entre la palabra dada de los productos. Y creó escuela
de atención a los demás con su familia.
Parecía
que le faltaba tiempo para el ocio. Y se unió al mundo del senderismo, ejercitándose
con la Asociación Adán Zumaque. Era una heroína del camino, y emprendió la ruta
francesa del Camino de Santiago en solitario afrontando adversidades, pero
dando muestras de una entereza que era digna de envidiar y de la que se sintió
muy satisfecha al término de besar al santo. No nos extraña que sus compañeros de senderismo, como Miguel
Ángel Serrano, recibiera su despedida con estas palabras “A veces llegan noticias que nunca quiere
qué lleguen. Nuestra amiga Paqui, del club Adán Zumaque de Alcalá la Real, nos
ha dejado. Después de compartir kilómetros de vida, kilómetros de risas,
vivencias y un sin fin de momentos. Hoy sólo me quedaré con tu mirada y tú
sonrisa...”.
El camino se quedó corto para esta mujer infatigable, trabajadora y
servicial. O en palabras de María Ibáñez Peinado: “ Se nos ha ido una gran alcalaína,
luchadora hasta el final. Descansa y sigue derrochando alegría allá donde
estés... Desolada por la noticia que acabo de conocer”.
Su huella ha quedado impresa en muchos amigos, como María Felisa Aceituno. “Un día me preguntaste que de dónde habíamos sacado esta foto que te había encantado volver a recordar nuestra infancia, hoy es un día muy triste para todos nosotros hoy nos has dejado el corazón roto. Descansa en paz amiga y allá donde estés, sigue sonriendo, y sigue dando esos consejos que aquí nos dabas, vuela alto, Paqui.
Una cadena de mensajes, repletos de manifestaciones de sentimientos de dolor, de profundos desvelos y de añoranzas por su pérdida, se encadenaron por estos días en las redes a la manera de los anteriormente recogidos. Su alegría de vivir quedó rota por el hacha traicionera y temprana de su triste final. Nadie quería esperarlo, ni que sucediera. Se quedó en el sendero más cruel que no permite el regreso, pero no nos podrá quitar la transmisión de esa empatía especial que transmitía a todos, esa generosidad de compartir la alegría de vivir con el gozo de su presencia.
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