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viernes, 15 de enero de 2021

EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN. QUOUSQUE, TÁNDEM, ABUTERE PATIENTIA NOSTRA?

 






Acababa el año 2020 sin apenas casos de esta maldita pandemia, e inauguramos el año 2021 otra vez encarrilando la cuesta de enero con el serón cargándose de nuevos contagios y desgraciadas muertes ocasionadas por este maligno virus. Creíamos que habíamos alcanzado el poder absoluto sobre nuestro mundo, y no nos esperábamos que el coronavirus causara al ser humano tantos problemas y nos hiciera ver tan nítidamente la fragilidad y fugacidad de la vida.  El mundo global no ha recortado los ciclos o las olas de contagios, ni ha puesto barreras, quizás lo que ha hecho es multiplicar el efecto expansivo a todos los rincones de nuestro plantea.
 Cuando uno recorre las páginas de la historia de las pandemias, se repiten los mismos procesos: su origen, su difusión y contagio, la labor del hombre para contenerla y aislarla, los ciclos, la búsqueda de medidas terapéuticas y medicinales, la gestión administrativa y las medidas socioeconómicas. Es verdad que a cada momento le corresponden unos medios diferentes, no es lo mismo el siglo XVI la transmisión de la previsión por medio de provisiones reales o comunicaciones de viajeros que el siglo XIX, cuando aparecen los boletines oficiales. Y más hoy día, cuando la noticia se transmite al segundo con los medios audiovisuales de comunicación. La noticia nos apremia, se repite la escena inmisericorde, y parece que no llega el final. Comentan los analistas que ha producido cierto cansancio en la población y desánimo a pesar de que inauguramos el año con la llegada de la salvífica vacuna, un abatimiento que no vislumbra la salida del túnel.
Por eso, este tiempo necesita de dosis de optimismo, de las lecciones ciceronianas. Hay que cortar por lo sano, en palabras molientes y corrientes. Clamar ante situaciones desesperadas aquella primera frase de las catilinarias, Quousque tándem, Catilina, abutere patientia nostra? En su traducción al castellano, ¿Hasta cuándo, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia? Pues, en tiempos anteriores, se respondía con los mismos medios y el mismo proceder sin batallas de papel ni torneos de salón, a la hora de luchar con la pandemia; mientras, ahora por cualquier rincón al que dirijamos la vista, nos ofrece a veces un panorama desalentador. No se vislumbra un mismo sentir y unas mismas formas de afrontar la situación. Como en otros campos, se prefiere interpretar el pasado con el resentimiento y la destrucción del adversario, como si se descubriera la pólvora y el bálsamo de Fierabrás para la solucionar los problemas de la vida. Y, si nos fijamos detenidamente, la pandemia es una lección histórica. Como lo decían los latinos, historia, magistra vitae. Aquí sobran los catalinas que se conjuran contra todos y todo para sacar provecho de la situación, los obnubilados que creen que van encontrar el paraíso terrenal, y los pesimistas que se regodean en la tragedia de la situación. Aquí los héroes y las heroínas son otros, y no son del Olimpo, son de carne y hueso. A los demás nos incumbe cumplir las medidas del cuidado y cuidarse, y dejar que, por un tiempo, Asclepio gobierne nuestras vidas.   Las bacanales y los trabajos de Hércules se reservaron a los semidioses. Es el momento de actuar simplemente como prudentes seres humanos, que, incluso, tuvimos la suerte de inventar la vacuna.

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