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domingo, 10 de marzo de 2024

LA CALLE ROSA. CONCLUSIONES

 

                        I


EL NOMBRE DE LA CALLE ROSA

 


Muchas veces, recorriendo el barrio de las Cruces, y comenzando el Via Crucis en el oratorio del Ecce-Homo siempre lo ligaba con la calle Rosa. Y esta con la leyenda de Mari Rosa y el capitán de los Blanquitos. En verdad que daba encanto y emoción al entorno de la cruz, el cristo pasionario y el crimen del capitán. Pero, muy lejano su nombre de calle a esa mujer. Como intuyeron Domingo Murcia y Antonio Heredia en el Callejero el nombre se debía a la familia "de la Rosa". Era normal denominar una calle por un vecino que le daba nombre o apellido. Andrés de Mesa le dio el apellido,  Écija el gentilicio de Diego Martínez de Écija, Pedro de Alba dio nombre y apellido, y pocos solo el nombre los Vicentes. De oficio. lA calle de las Zapaterías.O desaparfecidas como el callejón del Colodrero. 

Hemos encontrado la confirmación del hecho. En concreto en un documento del escribano Hernández Capilla, con fecha de 25 de septiembre de 1595, recoge exactamente el nombre de la calle, al comprar Isidro Hernández, Pedro Hernández de Castilla, una casa y choça en la calle que va a San Marcos, linde con casas de Pedro Rodríguez Ganadero y casas de Hernán García Granadino. Se valoraba en la cantidad de seis mil maravedíes y se debía a Pedro de Pareja, en la que estaba cargado el censo. 

Todo era fruto de una segunda etapa de la urbanización de la parte llana, en la que en la primera etapa las parcelas  o hazas concedidas a los descendientes de los conquistadores, vendieron en forma de censo perpetuo los solares, a los nuevos colonos de la ciudad  que abrieron calles y le dieron nombre, en este caso CALLE DE PEDRO DE LA ROSA. Y de ahí un paso calle  Rosa. En esta urbanización, los vecinos cercaban el solar, abrían cuerpo de casa, muchas veces de retama o de teja, y en ocasiones, palacios en torno al patio, y chozas y caballerizas, y otras dependencias. 


II

LA CALLE ROSA EN EL CATASTRO DE LA ENSENADA

La calle Rosa ya rezumaba  leyenda y pasión. La en lazaban a con la leyenda de Mari Rosa y el capitán de los Blanquitos. Incluso se ha olvidado la ocumentación del siglo XVI  en la que aparece dentro de una zona de nueva urbanización, denominada La Viñuela.  Lo que es seguro que ya se iniciaba el camino del Vía Crucis, antaño Calvario de las Cruces, con la primera estación de Jesús presentándose ante el Pueblo, El Ecce-Homo del Oratorio en el inicio de la calle Rosa, erigido  en los años cuarenta del siglo XVII por unos  devotos para práctica de piedad. Y culminaba con el Corral del Concejo, donde quisieron levantar la colegiata o Iglesia Mayor de la Mota, y la iglesia de las Angustias.  Junto al pilarejo cercano a este lugar.  
     Esta calle fue siempre  agroganadera por excelencia y casi por unanimidad, de pujareros y jornaleros. Hacía de espaldas del colegio de Cristo Rey;y de entrada de su internado. Su nombre se remontaba a la familia de la Rosa, que ya  avecindaban en 1587 al espartero Juan de la Rosa y a su familiar Pedro de la Rosa. Por el programa de la Virgen de 2018, Antonio Heredia cita textualmente que, en un documento del  legado de los Mora y Garrido, se denominaba la calle de la Juan de Rosa en los últimos decenos del siglo XVII, y en 1725, la familia de la Rosa avecindaba cuatro vecinas (las viudas pobres Catalina de la Rosa, Francisca,  Agustina  e Isabel).  
Me viene a la memoria los hermanos Vegas, unos campesinos que abandonaron estas tierras tras la posguerra, uno  concejal de tiempos de la  II




República,  y otro un dirigente comunista afincado  y exiliado en Francia, que atravesó clandestinamente todo el territorio español hasta llegar a tierras galas y volvió en tiempos de la democracia. una historia anónima muy interesante del exilio alcalaíno.  
Con el Catastro de la Ensenada, abundan los miembros de la familia de la Rosa, pero las viudas acabaron con la saga de esta familia en la calle Real y se trasladaron a otros lugares como la calle de las Parras, Peste, San Francisco, Vicentes y Barrero, e incluso emigraron a tierras de Frailes, cortijos del Palancares, Charilla, Santa Ana y la Hortichuela. En este registro oficial estos eran sus  42 vecinos:

 SECTOR PRIMARIO

Jornaleros

Santonio Carrillo ( 251), casado.
Francisco Moyano (254), casado, sin hijos. 
Francisco Díaz de Villalta (255), jornalero, casado, tenía cuatro hijas.
Francisco Márquez ( 258),  casado y tenía un hijo menor.
Francisco Esteban Dávila, (260)soltero, con un hermano jornalero. 
Francisco Calleja,(261) viudo, con dos hijos menores y una hija. 
Francisco de la Fuente, (262), casado, con una hija. 
Juan Vellido, el Menor,  ( 265).Casado con un hijo menor. 
Juan Canalejo (266), con un hijo menor y una hija. 
Juan de Dios Ragis ( 267), casado y con una hija. 
Juan Esgtedo (268) soltero. 
Juan de Rosales (269) casado, con un hijo menor y una hija. 
José Cobaleda ( 270), casado, con un hijo jornalero mayor de 18 años, , dos hijos menores y una hija.
Juan Muñoz (273),  casado, con cuatro hijos menores y una hija. 
Juan Callejas (274), casado,  con dos hijos menores y dos hijas. 
Luís Pérez ( 276). casado, con un hijo menor. 
Manuel de Moya (278), casado con dos hijos menores y una hija.
Miguel de Valenzuela ( 281), casado con dos hijos,.  jornaleros mayores de 18 años. 
Pedro Manuel Peinado, casado , sin hijos ( 286). 
Patricio de Moya ( 288), casado, con dos hijos menores y una hija. (
Pablo García, (289)mayor de 60 años, casado  y con un hijo menor.
Tomás de Checa (291), casado. 
Tomás Martín Vallejo (292). casado y con una sobrina. 
Pastor
 Francisco Galabardo (259).
Juan de Torres Gadea ( 275), con tres hijos menores y cuatro hijas. 
Ganadero 
José Martín de Rosales (271), ganadero , de 62 años, viudo.  y con un hijo jornalero, mayor de 18 años , y una hija. 
Pegujareros

Francisco Valenzuela (256), casado, tenía dos hijos,  de 18 años, jornaleros y una hija. 
Francisco Domínguez (257), El mayor,  tenía un hijo jornalero mayor de 18 años.
Manuel Martín de la Iglesia ( 280), jornalero pegujarero, con un hijo menor. dos hijas,. y un sirviente, casado. 
Manuel de Ballartas, casado, y con un sobrino menor (282).
 Pedro de la Cruz, pujarero y jornalero, casado, con un hijo menor y dos hijas .
Pedro Ruiz  Cortecero (290), casado. 
Desde el Mirador de la Fábrica Artesanal de Cerveza  en la calle Rosa, con un curso de la UNED. 
Viudos
Ana Francisco Vico, con tres hijas (252).
Francisca Molina (253), con un hijo menor.
Francisco de Castro, pobre , (283)  mayor de 60 años. 
Isabel Serrano Martos (264).
María Josefa de la Iglesia ( 277), con dos hijos mayores de 18 años, , uno soldado miliciano, el otro jornalero, y tres hijas. 
Maria de Muro (280),  con un hijo menor. 
Manuela Calleja ( 285), con un hijo menor.
María Callejas (286) , con un hijo menor y dos hijas 
Doncella
María Manuela Gutiérrez Vela, con una sobrina (283)

IV

Un documento  del escribano Francisco de Velasco ( en su legajo de  5195, folio 2500 y ss) versa sobre esta familia y es muy interesante para desmontar la leyenda y comprender el cambio del nombre de calle. En primer lugar se denominaba como calle del Peso Viejo que desembocaba junto al Pilarejo  y el Corrarl del Consejo. Por los testamentos e inventario de bienes así como su reparto, podemos confirmar que María de la Rosa vivió hasta 1667 en la casa de esta calle lindera con la Henán Sánchez de Hinojosa y la de Miguel de Valenzuela. y dice su testamento de 1657 " en lo alto de la calle que llaman de Maria Rosa".Y de ahí el nombre de la calle Rosa y el de la leyenda Mari Rosa. Murió ya viuda de Pedro Rodríguez de Castilla.Tuvo como hijos  a Francisco de la Rosa (1652), Juan de la Rosa casado con  doña Ana de Ibáñez Valenzuela (1656) que tuvo a María,  Lucia. Catalina y Pedro, muerto antes que la abuela, el capellan  Jua,n  Francisco    y Ana  Rodríguez de la Rosa casada con Sebastián Frías, cuya hija era Catalina( 1627-1637) que murió sin dejar hijos. Poseía sin terminar, en alberca, una casas en la calle de Diego Martínez de Izquierdo y Ecija,  linderas con casas de Bernabé Lopez Ramos y Juan León que se vendieron para gastos de entierro de sus hijos. 

 Casó por segunda vez con Bartolomé Sánchez de Castilla,  del que tuvo Bartolomé Sánchez y Pedro de la Rosa.  Fue enterrada en la capilla del Cristo de la Humildad de la iglesia de Nuestra Señora de Consoación vestida con el hábito franciscano y  acompañamiento de beneficiados, frailes, curas  cofradías 30 capellanes.  Se le dedicaron 400 misas,  en su primer testamento de 1657 fundó una memoria para que se dijeran dos misas al Cristo de la Humildad  por su alma y sus familiares el día de Todos los Santos  y Octava en el altar y capilla del Cristo de la Expiración, sobre una finca  de tres fanegas de tierra en el haza de la Fuente de la Salud , lindera con la del caballero Fernando Álvarez de Sotomayor.  Hizo el reparto de todos sus bienes, hacienda y dinero entre sus nietos, pues habían fallecido sus hijos. Su herencia ascendía a 292. 240 maravedíes divididas en estas  8 partes:

DOÑA MARÍA de la Rosa Clavera,   36.530.000 

Una haza  en el camino de Charilla, lindera con Mateo Cecilio e Isabel de Alarcón , llamada de Los Torcales, parte de las casas que cobrará de doña Ana  ( 6.225 reales). unas trevedes, un almirez con su mano,  peso de cruz, un caldero, otro peso de balanza,  media arroba de hierro, un bufete pequeño,  herrados de cobre, un bufete , 

JOAN      IDEM

La parte de las casas de su abuela en dinero 36,533 maravedíes que pagó Ana) .

Un arca y un caldero. 


DOÑA ANA IDEM


 Unas casas que que se adjudicaron a  Ana de la Rosa valoradas en 350 ducados: 135. 250 maravedíes: 


DOÑA FRANCISCA

Parte de las casas de su abuela en dinero 36,533 maravedíes. 


DON FRANCISCO  

Media fanega en el camino de Romperserones y otra haza en el camino del Castillo

Un arca de pino

Una caldera 

..........

A los siguientes 

DOÑA CATALINA MONJA, hija de aNA de la Rosa, que la crió en su casa y mantuvo gastándose has ta 400 ducados. 

DOÑA LUCÍA MONJA

 PEDRO  (1664)

Los  representó doña Ana de Ibañez , viuda de Juan Rodríguez de la Rosa  y su hijo Pedro de la Rosa muerto 1665, tuvieron dos hijas monjas profensas en el convento dominico de la Encarnación recibieron  una haza junto al Señor San Marcos , linderas con tierras de D.  Francisco de Cáceres  y de Pedro de Moya y camino de Charilla con una fanega y 9 celemines llamada de la Escucha para lucía.  ( 70 ducados: 39175 maravedíes)  y las tierras en el camino del Castillo linderas  con Diego de Rojas y camino con fanega y media  ( Charilla)

Tenía un familiar capellán Juan  Pérez de la Rosa. y como herederos Francisco de la Rosa que había muerto y Juan de la Rosa que tuvo como hija María de la Rosa,  en quien quedó la herencia y  doña Ana de la Rosa, . Tuvo por heredera a esta nieta  de nombre María de la Rosa.  Disfrutaba de los bienes de campo de su marido fallecido Pedro Rodríguez ( tres fanegas  en la Fuente de la Salud, diez celemines en una haza del camino de Charilla,  para maría) Media fanega en el camino de Romperserones para Francisco y otra ha<za en el camino del Castillo ;, al nieto Juan de la Rosa ( 36.533 de sus casas), y a Juan poerez de la Rosa capellan (36.533 maravedíes).

LA CALLE QUEDÓ CON EL NOMBRE. Y LA CASA  EN MANOS DE SU NIETA ANA, MENOR A LA HORA DE SU MUERTE  Y CUANDO LA CALLE SE LLAMABA DE MARI ROSA.

La foto es del libro del callejero  de Alcalá la Real de Antonio Heredia y Domingo  Murcia, a quienes agradecemos su publicación. 



Y ESTE ARTÍCULO  EN ALCALÁ INFORMACIÓN

CALLE ROSA ENTRE LA LEYENDA Y LA HSITORIA.

          Las calles son las arterias de la ciudad, la vida de sus vecinos y  la historia  de  su gente. La calle Rosa es un testimonio  de  la ciudad de Alcalá la Real. El escribano Francisco de Velasco versaba en 1662 sobre la familia de la Rosa  y con sus documentos se desmontaba  la leyenda  de esta calle y se comprendía  el cambio de su  nombre en su tiempo. En primer lugar, refería que  se denominaba  calle del Peso Viejo que desembocaba junto al Pilarejo y el Corral del Consejo. Pero, por los testamentos e inventarios de bienes, así como su reparto de los miembros de la Rosa, confirmaba que María de la Rosa vivió hasta su muerte  en una  casa de esta calle lindera con la Hernán Sánchez de Hinojosa y la de Miguel de Valenzuela, en concreto " en lo alto de la calle que llaman de María Rosa". Y de ahí el nombre de la calle de la  Rosa y el de la leyenda Mari Rosa. Murió ya viuda de Pedro Rodríguez de Castilla. Tuvo como hijos a Francisco de la Rosa (1652), a Juan de la Rosa casado con doña Ana de Ibáñez Valenzuela (1656) que tuvo por hijos a María, Lucia , Catalina y Pedro, muerto antes que la abuela, al capellán Juan Francisco y a Ana Rodríguez de la Rosa casada con Sebastián Frías , cuya hija era Catalina( 1627-1637) que murió sin dejar hijo .

Como antesala del barrio de las Cruces, y primera estación  del Vía Crucis con el oratorio del Ecce-Homo,  siempre se ligaba la calle Rosa con la leyenda de Mari Rosa y el capitán de los Blanquitos. En verdad que daba encanto y emoción al entorno de la cruz, el cristo pasionario y el crimen del capitán. Pero, muy lejano su nombre de calle a esa mujer de leyenda. Como intuyeron Domingo Murcia y Antonio Heredia en el Callejero el nombre se debía a la familia "de la Rosa". Era normal denominar una calle por un vecino que le daba nombre o apellido. Andrés de Mesa le dio el apellido a la calle que cierra la ciudad por el norte,  Écija el gentilicio de Diego Martínez de Écija a la calle que desemboca en la tejuela, Pedro de Alba dio nombre y apellido a la diagonal entre la Tejuela y Real . Pocas calles se llamaron solo por el nombre, como la desaparecida de los Vicente.

Todo era fruto de una segunda etapa de la urbanización alcalaína de la parte llana, en la que en la primera etapa las parcelas  o hazas concedidas a los descendientes de los conquistadores, vendieron en forma de censo perpetuo los solares, a los nuevos colonos de la ciudad  que abrieron calles y le dieron nombre, en este caso calle de Pedro de la Rosa. Su nombre se remontaba a la familia de la Rosa, que ya  avecindaban en 1587, al espartero Juan de la Rosa y a su familiar Pedro de la Rosa. Por el programa de la Virgen de 2018, Antonio Heredia cita textualmente que, en un documento del  legado de los Mora y Garrido, se denominaba la calle de la Juan de Rosa en los últimos decenios del siglo XVII, y en 1725, la familia de la Rosa avecindaba cuatro vecinas (las viudas pobres Catalina de la Rosa, Francisca,  Agustina  e Isabel).  

 Y de ahí un paso calle  Rosa. En esta urbanización, los vecinos cercaban el solar, abrían cuerpo de casa, muchas veces de retama o de teja, y en ocasiones, palacios en torno al patio, y chozas y caballerizas, y otras dependencias. Y unos años más tarde de Mari Rosa.

La calle Rosa ya rezumaba  leyenda y pasión. El Ecce-Homo del Oratorio, erigido  en los años cuarenta del siglo XVII por unos  devotos para práctica de piedad. Culminaba con el Corral del Concejo, donde quisieron levantar la colegiata o Iglesia Mayor de la Mota, y la iglesia de las Angustias junto al pilarejo cercano a este lugar.  

     Esta calle fue siempre  agroganadera por excelencia y casi por unanimidad, de pegujareros y jornaleros. Hace de espaldas del colegio de Cristo Rey; y de entrada de su internado. Hoy, conduce a la ermita de San Marcos y se hace senderista en la ruta de los Zumaques. Se transforma en vivienda turismo rural  y mirador de la Mota, artesana de la cerveza y testigo de un pueblo que se hizo ciudad. Es, en suma, una voz que reclama  la presencia humana de sus portones cerrados, requiriendo la llave de los nuevos inquilinos del siglo XXI. Una nueva urbanización, más bien una vuelta a su vecindario. 




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