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viernes, 10 de septiembre de 2021

hoy septiembre alcalaino

SEPTIEMBRE ALCALAÍNO



Curiosamente, este mes ocupa el puesto noveno en el decurso anual y, sin embargo, no se corresponde su denominación en modo alguno con el significante, ya que indica el séptimo mes del año. Y parece como si fuera el mes de julio entre los calores que lo abren y el veranillo de verano en su final por la fiesta de san Miguel. Incluso, parece como si hubiera desbordado en festividades y actividades de ocio al mes de agosto. Rara es la cofradía que no ha programado un acto festivo o de culto por estas fechas, desde la Virgen de la Cabeza hasta la de las Angustias pasando por la Aurora o el Señor de la Humildad. Ya no le dejan espacio en el calendario apenas a la feria del rey Carlos II, porque nunca se celebra por las fechas conmemorativas del arcángel guerrero, ni se parece a sus orígenes, ya que la feria de ganado prácticamente ha quedado en una rara avis, con la presencia de más camionetas de transporte que ganado. La industria y el comercio, además, han sustituido el predominio del sector primario por el terciario de los servicios.
Septiembre es inicio de curso, no sólo escolar sino también en otros estamentos como los religiosos. Los estudiantes se recuperan del fracaso del curso en junio para superarlo o iniciarlo con nuevos bríos y nuevas metas. Septiembre rompe el paréntesis vacacional y nos baja de la nube agosteña integrando a todo mundo viviente en el sistema productivo. Y, además, como decían los romanos labor improbus, el trabajo es duro. Nadie lo valora como algo agradable para el ser humano , salvo el fundador del Opus Dei  que lo santificaba. Sin embargo, Virgilio no se quedó en las Geórgicas en brindarnos este proverbio con el sujeto de la acción. Lo completó con el Omnia vici,t derrota todas las cosas, supera todas las dificultades. Por lo tanto, proclama el carácter práctico frente al modelo humano de los griegos, donde predomina el carácter predominantemente teórico. Una bella lección nos dieron  estos pueblos, de cuyas raíces bebe el mundo occidental. Y en septiembre es el momento de reanudar a andar, ejecutar proyectos e iniciar empresas individuales y colectivas.  De planificar y teorizar, pero, al mismo, tiempo convertir la praxis  en el quehacer diario que culmina la cadena de proyectos o planes iniciados,
A empeñones y casi a empujones, nos ponemos mano a la obra. Con los obstáculos propios y naturales, pero con las ansias del esfuerzo de superar todo impedimento. Probablemente, sufrimos un espejismo  utópico recordando aquella letra de  la canción  Cuando llegue septiembre todo será maravilloso; cuando llegue septiembre se ocultará la luz más pronto. Nunca mejor descrito la sensación de un mes en el que la luz comienza a ocultarse cada día y trae la felicidad con la noche. Borra un tiempo, que ha traído la decadencia y el retroceso, la pobreza y la inseguridad. Pues, poco a poco van quedando en las cavernas los efectos de las pandemias que proliferaban por doquier, de modo que comienzan a nacer la alegría y los datos favorables en las buenas recuperaciones de los campos sociales, económicos y culturales. Pero, para ello debemos cooperar todos, las medidas se conocen y en nuestras manos están los recursos. Nos los desechemos, son ímprobos como el trabajo, pero vencen todo lo que se les presenta a su alcance. Es el tiempo de retomar muchas aventuras interrumpidas, reanudar senderos suspendidos, y culminar metas propuestas.  Se podrá cantar con sentido aquel veros de la canción, venciendo las dificulatades y con los trofeos entre las manos: Y la noche sin final será el encanto de septiembre para mí.
 
 

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