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domingo, 19 de septiembre de 2021

DALE BATICOLA

 

 

DALE BATICOLA



 

NOTAS E HISTORIA DE LA TAUROMAQUIA EN ALCALÁ LA REAL. EL REJONEADOR JUAN ALVAREZ DE SOTOMAYOR Y TORREBLANCA.

Jesuín

 

 

;

I

UN REJONEADOR EN EL SIGLO XVIII

Juan Álvarez de Sotomayor y Torreblanca

 

 

Mira por donde que nos encontramos en LAS CASETAS DE FERIA varios amigos contertulios y aficionados a la tauromaquia. Y saltó uno de ellos:

-Anda, dale baticola.

- ¡Qué dices!

-Sí, baticola, una palabra muy taurina.

Y, echamos mano al diccionario de nuestra Real Academia desde las redes de Internet.

- Lo primero es una palabra yuxtapuesta, de bati, es decir batiir, ludir, rozar, y cola, aludiendo a la cola del caballo.

-¿Qué sentido tiene?

- Significa textualmente correa sujeta al fuste trasero de la silla o albardilla, que termina en una especie de ojal, donde entra el maslo de la cola, y sirve para evitar que la montura se corra hacia adelante.

-Por tanto, no se refiere a las corridas de toro, sino  a algo relacionado con el ámbito equino. Con los caballos, yeguas, mulos, asnos..

-Bueno, bueno, puede ser taurino.

-Mas bien del rejoneo.

-Los caballos y los caballeros jugaron un papel fundamental en la vida social de Alcalá la Real en siglos pasados. Hubo dehesas de caballos, cría para la caballería militar y para las labores agrícolas, y, hasta espectáculos, que preparaban al principio para la guerra, pero luego se transformaron en exhibiciones de caballeros en la ciudad de la Mota.

- ¿Te refieres a los juegos de cañas y otras variantes?

-A ellos me refiero, a escas cuadrillas de caballeros alcalaínos que hacían torneos, jugaban a las alcancías y lidiaban toros, primero en la Plaza Alta de la Mota, y, luego, en la plaza de la calle Real junto a la Fuente de la Mora.

-Y otras veces, en la Plaza Nueva de las Casas de Cabildo entre las calles Braceros y Bordador.

-A esas me refiero. Hasta tuvimos un rejoneador por los años cuarenta del siglo XVIII.

-Cuenta, cuenta…

-Sí, el señor Juan Álvarez de Sotomayor y Torreblanca, originario de Lucena (1685) y relacionado con una famosa familia militar. Hijo de Francisco Álvarez de Sotomayor y Elvira Méndez de Sotomayor y Torreblanca. Casado con Ana Fernández Ponce de León y tuvo por hijos a Francisco Álvarez de Sotomayor y a María casada cion don Fernando Bustamante.

-Todos hidalgos de alcurnia, por lo que escucho.

-Déjame que siga, que pierdo el hilo. Fue también caballero de la Orden de Calatrava en 1705.

-Otra vez, el uso del caballo.

-No hombre, en su tiempo un escalón en la vida social, que procuraban alcanzar las familias hidalgas. Era frecuente presentar una memoria de servicios para alcanzar los méritos para alcanzar el corregimiento y se encuentra en el Archivo general de Simancas su hoja de  servicios  con fecha de 24 de diciembre de 1743. Y, a través de este documento,  se conocen varios datos de su biografía.

-Vayamos por partes, para conocer al personaje.

- Entre 1717-1721 fue subdelegado de la Renta del Tabaco de las villas Cabra, Lucena, Puente de Gonzalo y Rute.

-Y ¿su vida militar?

-Se sabe que fue caballerizo de campo del rey Felipe V  e intervino en diversos campos de batallas, principalmente en la  campaña de Portugal.

-Pero, hablábamos de toros, ligados con estos caballeros hidalgos, que me cuentan que solían disponer de caballo, armamento y vestimenta.

-Tengo hasta los datos de este personaje cuando vivía en  una casona de la calle Real.

 

-¿Vestía en las tardes de toros de alguna manera especial?

- Disponía de un freno de cuello de pichón  y cubillos dorado  y sin corola, con una silla de jineta con funda verde bordada sin pertrechos, y una albardonada con cinchas y baticola solo.

-Ahí esta, ya comprendo darle baticola a alguien, como  hablan por este contorno.

-Pero eso es una frase, lo emplean para darle a cualquiera baticola.

-¿En qué sentido?

-Está claro, darle caña, batirlo con el látigo moral. Pero sigamos, con sus aparejos de caballo y vestidos. Disponía de otra silla con las guarniciones correspondientes para la silla volante, otro freno de mula con solo la cabezada, otra silla de caballo con estribos de hierro, cinchas, pretal y baticola. A esto se unían una percha de madera pintada para poner las armas, una espada, una rodela y broquel

- Esto hace referencia al caballo. Pero no  a él, refiéreme algo sobre su vestimenta.

- Te lo digo. Vestía con casaca de paño de superviva forrada de negro, otras veces de terciopelo negro con borneadura  forrada de felpa larga y con la espalda de  terrezuela encarnada; otras de paño de superfina negro forrada de doble blanco; si me refiero a los cazones,  eran negros del mismo paño forrados de crea nuevos y otros de terciopelo del mismo color   sin botones con la charretera de galón de oro,  otra con chupa de terciopelo de color de coral galoneada con galón ancho de oro forrada de tafetán blanco. Otra chupa de medianera y  raída forrada en tafetán con blanco sin botones ni galones ni ojales. Un ringuingorillo de paño de color de perla oscuro con botón del mismo paño. Solía colgarlos en una percha,  y guardarlos en maletincillo de paño viejo.

-¡Vaya vestidos de gala!y ¿sus faenas?

 

-Las tuvo.

-Cuenta, cuenta.

-Se sabe su intervención como rejoneador en unas fiestas de toros organizadas con motivo de la llevada a la Corte de la princesa de Portugal. El toreo a caballo  estuvo muy presente  en el siglo anterior y principios del siglo XVIII. Ocupó una  de las partes de las  fiestas tras  los desfiles de las cuadrilla de caballeros de cuatro en cuatro,  se trataba de plantar un rejón en el cuello de la bestia, de forma que el mango se partiera y el otro extremo quedara en las manos del caballero; ya que el rejón era corto el toreador debía de mostrar gran destreza para esquivar .

-Debió ser muy rejoneador nuestro corregidor.

-Claro que sí. Este toreo a caballo  consistía en alancear y rejonear toros, por cierto  suertes que debían ser realizadas desde el caballo; solo se desmontaba el jinete  para recuperar alguna prenda de su atuendo o para auxiliar a alguno de los peones que le ayudaban, de  modo que en estas situaciones el caballero debía dar muerte al toro sin montar de nuevo. Pues el toreo a caballo era una actividad caballeresca perfectamente reglamentada y monopolizada exclusivamente por la nobleza que ponía de manifiesto en estas fiestas el dominio que ejercía sobre la sociedad civil.  Y¡cómo alanceba y rejoneaba nuestro corregidor! Conservaba en su casa el casco con su albardón, dos adargas de jugar alcancías con pinturas de trofeos alcanzados, tres varas largas, las dos  de Haya con punta de hierro y otra de caña de la India. El éxito alcanzado le valió  otro contrato real  en 1726 con motivo del nacimiento de la infanta de María Teresa.


-Pero, eso fue en sus años mozos.

-Y además decayeron los rejoneos en las corridas por los de a pie. Y además se dedicó a la vida pública.

-Por lo menos, presentaba este currículo.

-Claro que sí , entre 1743 y 1744, fue elegido corregidor de Alcalá la Real, donde se mantuvo hasta que murió en junio de este último año

-Del éxito al fracaso. No lo comprendo

- Fue embargado en sus bienes. Curiosamente, debió ser a causa de una enfermedad relacionada con alguna cirrosis, porque fue empeñada su hacienda entre otros por Juan Benete, administrador de las rentas de aguardiente (200 reales), y por el farmacéutico en gastos de medicinas.  

- No me lo puedo imaginar.

-Pues, así de duro, de perdidos al río. Hasta sus criados don José Zapata, don Fernando de Leiva y don Marcos del Rey, el cochero y los ministros el menor  Juan de Cuellar,el mayor Felipe de Cortes tuvieron que hacer recuento de sus bienes y dar testimonio ante la justicia.

-¿Fueron muchos?

-No estaba mal. Por el pleito y los papeles del auto judicial, se nos describe su casa situada en la calle Real, donde albergaba sus bienes que son interesantes describir.

 -Cuenta, cuenta…

-Las ventanas y paredes de su sala de estar se forraban de cuatro cortinas de bayeta encarnada. Para dormir tenía un catre de campaña con varas de hierro y de palo y lienzo,  y se adornaba el dormitorio con un cuadro de pintura de san José con moldura dorada y de charol encarnado y celeste,  y otro también con  la misma  moldura, y pintura de Nuestra Señora  de los Dolores, y otros dos compañeras de pinturas doradas y de color de San Francisco y Santo Domingo. Disponía de 28 piernas de colgadura con la cenefa correspondiente con fleque encarnado, todo de brocatel con la labor de damasco, y más otros dos pedazos sueltos.

Brillaban dos espejos con marcos negros  y por el respaldo cada uno con águila imperial como sosteniéndolos con cordones y borlas de seda verdosa y la luna pintada con una mata de azucenas; el otro de los dos espejos de cuerpo entero con sus molduras doradas y coronación. La sala disponía de  media docena de taburetillos con suelo y espaldar enrejado  de caña y ellos de nogal labrado.

El corregidor se sentaba en sillas de bayeta de Moscovia encernada con clavazón doradas y viejas. Escribía en bufete de nogal, mediano con su hierro. Además, en otra sala había seis taburetillos viejos de baqueta de moscovita con tablas. Entre los muebles, dos contadores antiguos con embutido de caray  y palo santo,, en la coronación del uno una pintura de san José y en la de otro de san Francisco con nueve gavetas, y la de en medio con su puerta clavazón dorada y bufetes correspondientes. Más familiar, una mesa redonda de pino forrada en banda negra . Calentaba sus pies con una concha de brasero con  ascuas y brasas, junto a una arquilla pequeña de nogal. Se cerraba la sala con dos vidrieras sin postigos.  

 


 

Creaban un ambiente caldeado cuatro paños de lana viejos, una cortina de bayeta vieja con vara de hierro, un baúl forrado de bayeta encarnada claveteado con achuela. En las  gavetas  estaban los papeles   y las cartas particulares y órdenes. En un rincón varias fundas de cañones de escopetas.

Entre los muebles de oficina, un enjugador de palo, una papelera o contador pequeño con siete gavetas que por estar cerradas con se registraron , y  dos mesillas de pino; en las paredes, estaban colgadas cuatro láminas de molduras negras y doradas de pintura fina del Desposorio, Anunciación de Nuestra Señora, Aparición del Angel a san José, y la Circuncisión, también 0tra lámina compañera del Niño Jesús con moldura de dorada y de colores,  y dos láminas compañeras de la cabeza de san Juan Bautista con sus molduras doradas y colores.

En la cocina dos mesas de cocina, una de nogal con hierros, y otra de pino; no la faltaba la espetera para colgar los cacharros de cocina; también se encontraban  los enseres de calentarse, dos tarimas de braseros y  una caja sin pies ; dos faroles para dar luz  a la casa. Y hasta un coche con tres vidrios rotos en sus ventanas. Ah, no faltaba su espada.

-No me decía que enfermó…

-Si, los cajones estaban llenos de recetas, con letra médica ilegible, pero la reclamaron.

-No sería tan derrochador.

-En modo alguno. Te contaré. En los últimos años del reinado Felipe V volvieron a establecerse los repartimientos y hubo momentos muy tensos en la ciudad. Vinieron precedidos de una petición de trigo y cebada por el intendente de Sevilla en 1741 para la tropa que se encontraba en Cádiz, Málaga, Algeciras y otros puertos. Aunque la ciudad se negó a dicho intento de envío de trigo por las circunstancias de miseria que pasaba  el pueblo, una nueva imposición que se creó, denominada del diez por ciento, de nuevo hizo resurgir los conflictos entre los recaudadores y los vecinos, produciéndose una muerte violenta  en la noche del 27 de agosto. Para aliviar a los labradores  se prorrogó la espera de los arbitrios de tierras, y se volvieron a repartir las tierras laborables para gastos de milicias. Pero, al año siguiente, se originó un nuevo  conflicto con el administrador del Voto de Santiago, que trató de aumentar la imposición de los labradores. La injusta medida provocó el impago de algunos de ellos y su consiguiente apresamiento. La intervención del corregidor anterior logró aliviar la tensión llegándose al acuerdo de cobrar sin abrir nuevo despacho y el pago  una cuartilla de trigo por cada yunta de los pujareros  siempre que se excedieran las quince fanegas de tierra, permitiéndose la unión de dos yuntas y para los que alquilaran o añadiéndose  a los que tuvieran una yunta también una cuartilla por cada diez fanegas.

-Pero tengo entendido que no todo fueron desgracias.

-Es verdad que en Alcalá no afectó la peste en el 1742  que se extendió en Andalucía . Pero en 1743, se originaron varios brotes y pleitos de  vecinos del Castillo por el segundo repartimiento de contribuciones sobre las heredades, tratos y comercios, destacando don Alvaro de Clavijo y provocando un conflicto por excederse los alcaldes ordinarios de la villa. 

-Esto sería igual a otras ciudades.

-Sin duda, Aunque todo el reino recibía los efectos de continuos repartimientos y arbitrios, en el Castillo se habían coaligado los alcaldes pedáneos, el teniente de alguacil mayor, el escribano y los receptores nombrados  para hacer caso omiso de la reintegración del trigo del Pósito, y no pagar las deudas ni cualquier imposición Varios asuntos trataron de  solucionarse felizmente al final del reinado. Un nuevo concordato entre la Santa Sede y la Corona obligó al estamento eclesiástico a contribuir a las cargas militares. La labor del anterior corregidor Bernardo de Riquelme y Salafranca, sobrino del Cardenal Molina, presidente del Consejo de Castilla consiguió, gracias a sus influencia, que muchos asuntos fueran aplazados y las deudas pudieran pagarse de un modo más desahogado, consiguiendo aliviar la situación de los labradores y jornaleros que constituían el grueso de la población. Por eso no es de extrañar que al ser nombrado miembro de la Real Hacienda  Nacional fuera visitado por el cabildo en 1744 para alcanzar otros favores, política usual en las cortes absolutistas.

-Pero a  Juan Alvarez de Sotomayor le gustaba el riesgo taurino.

-A pesar de que los ganaderos protestaba cada vez más de la pérdida de tierras comunales, en 1743 tuvo lugar una remedida de tierras, delimitando las medidas, sitios, montes y cabida de tierra. Es muy sintomático el informe de la situación el siguiente argumento que se hacía para solicitar de la Corona 3.000 fanegas de roturación para pagar los atrasos, que se habían acumulado en impuestos como los de la paja-para la milicia-, otros extraordinarios como el del diez por ciento y los rutinarios sobre los consumos, tratos y actividades.

-Qué situación más difícil.

-A ello voy, con estas palabras suyas:  hallarse el común de vecinos de esta ciudad y su lugar del Castillo en términos imposiblles, porque no abiendo tratos ni comercios más que sembrar de granos, reducidos a labradores, que el que más sólo maneja cuatro pares de bueyes y estas labores plantadas en tierras arrendadas y los pujareros en tierras concejiles, en que, pagada la renta, mozos y consumo de millones, no pueden volver a sembrar y cultibar, y que en los diez años de que dimana dicho atraso, han sobrevivido muy estériles cosechas, lo que es muy notorio especialmente a este Reyno de Jaén, y juntamente la Extraordinaria Contribución del diez por ciento y los aumentos de la paja, que una y otra bien importan hasta 15.000 reales lo que imposibilitar de costear en el todo y siempre que den resultas de uno a otro....los apremios militares por el atraso del cabezón despachados en el intermedio de diez años , permaneciendo largas tempestades y encargándose de cobrar de los primeros contribuyentes y estos ...han conseguido causar exorbitantes costas que an ascendido más de 25.000 reales ...y el vecino se halla imposibilitado y la deuda incobrable por la muerte, ausencia e infelicidad de los mayores  contribuyentes y a pedir limosna de puerta en puerta... 

-Y lo cogió el toro.

-Claro que lo cogió en picado. En 1744, fue investigado por impago por el abogado y corregidor interino Sebastián Díaz de Heredia,
-Sus hijos quisieron ver la corrida desde las gradas ocultos en el burladero,

-Pero se fajaron con los capotes de los abogados para poder hacer frente a las embestidas de los morlacos que le embestían- contestó mi amigo.

-Un día era el sastre que le reclamaba las cortinas y las esteras y alfombras; otro día, fue ele mercader Mantero que le reclamaba los vidrios y otras mercadurías; el que más embestida era el boticario con el médico Cisneros, factura y receta, receta y factura ..le pedían el coche, las cortinas, las telas, los vestidos...

-No daban abasto-

-Pero, torearon liquidando cuentas de arbitrios, de propios , de impuestos….

-Y, al final, tuvieron que vender algunos bienes.

No hubo trofeos para el rejoneador tras su muerte.


[1] AHPJ. 5315. Legajo suelto. José Manuel Guardia. Año 1743.

 

 

 



[1] AHPJ. 5315. Legajo suelto. Jose Manuel Guardia. Año 1743.

 

 



II

Esta conversación fue tras  el

 

 

triunfal festival con doce orejas y cuatro rabos, que 

 

 

 

 

 

 

 

se celebró este festival en Alcalá la Real el 18 de febrero de 2007

El Cordobés

Con lleno en los tendidos de la plaza de Alcalá La Real (Jaén) se habían lidiado novillos de Mari Carmen Camacho, de buen juego en general. El 5º fue premiado con la vuelta al ruedo.

Jesulín de Ubrique, dos orejas y dos orejas y rabo.

El Cordobés, dos orejas y rabo y dos orejas.

El novillero Javier González, dos orejas y rabo y dos orejas y rabo.


Mi contertulio exclamó sin pensarlo:
-Dale baticola.
-A quien?
-Estamos en  feria....
-Pero sin toros.

 


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