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jueves, 15 de octubre de 2020

SEGUNDA PARTE DE LAS CASAS DE LA TERCIA Y PALACIO ABACIAL, Y EL MAESTRO DE CANTERÍA DOMINGO DE AMASA






 Escribíamos , meses atrás, que nuestro patrimonio alcalaíno disfrutaría de una  monumentalidad muy significativa, sino se hubiera producido el desplazamiento del eje urbanístico  desde la ciudad de la Mota hasta la ciudad llana  hasta tal punto que derivó en su completo abandono. Este es el caso de la pérdida de muchos  edificios que fueron sustituidos en la ciudad llana. Algunos  han  conservado algunos vestigios, o se han reconstruido, pero de otros lugares  las excavaciones arqueológicas nos han permitido distinguir su ubicación, a lo sumo , su planta baja reutilizada posteriormente con estos fines.

Ese es el caso de la CASA DE lA TERCIA Y EL ALHORÍ, de la Iglesia Mayor Abacial, las llamadas tercias  Tercias. En concreto, se vio afectado en la operación urbanística que por los años sesenta del siglo XVI  se produjo en el entorno del Bahondillo y confluencia con la Calancha.  Ante el escribano Alonso de Castro, en seis de abril de 
1565 acudieron, por parte de la representación abacial,  el señor provisor de la Iglesia Mayor Licenciado don Gil Hernández, y, por otra parte,  los canteros Domingo de Amasa ( en ocasiones Amansa), y Alonso de Tudela, hijo de Martín Sánchez Vizcaíno.
Se comprometieron al destajo y obra de la Tercia y Alhorí; e indica el provisor que " se a començado a haçer y se haçe para el pan de los diezmos de essta ciudad a los que los dichos Domingo Damasa y Alonso Martínez de Tudela  con las deliberaciones y condiciones siguientes".
Continua el contrato de obra con una serie de puntos muy interesantes sobre este edificio.
Su entrada se detalla con dos puertas a la que se obligan a los dichos maestros " de hazer una pared a la mano izquierda como entran por la puerta principal del dicho alhorí con una puerta en la parte de la que les fuere señalada, sigún y de la manera que está fecha a la otra pared que está fecha a la mano izquierda, como entramos al dicho alhorí".
.La unión de las paredes se describe así " se a de hazer el arco que ba de atravesar  de la una pared a la otra , y los dos arcos que sean de hazer desde la dicha pared que ansy hycieren hasta el remate de la dicha Terca, que va a en rematar  en la pared del dicho alhorí que está entre él y las casas de Martín de Alcalá Salazar, escribano público, en que de presente bive Marina Pérez, haciendo en medio  de los dichos  dos arcos un pilar sygún  y de la manera qye están fechos los otros pilares que están acabado en la otra parte del dicho alhorí".
Los demás muros y tejado  se detallan " sean obligados de continuar y hazer y acabar de hazer todas las paredes del dicho alhorí , desde donde al presente  están fechas, une es desde encima del  releje y encamarado , porque las que están fechas  desde allí se an de subir  en el alto que les fuere pedido, para que se pueda echar  y cargar  sobre ellas el texado del dicho alhorí, salvo el tablamento , porque tenido de hazer tablameniento , no an de ser obligados  los dichos Domingo Damasa y Alonso Martínez de Tudela a lo hacer si no fuere pagándoseles y aviendo sobre ello lo nuevo concertado.
-La portada se especifica "  Sean obligados a hazer  una puerta principal que salga a la Calancha como la portada de del beneficiado Pedro de  Aranda, e de la portada  baxa del dicho alhorí e de otra manera  que lleve tanta costa  qual de ella le fuere pedido por el dicho señor provisor, e, por el obrero de la dicha obra y otra portada llana a  que de presente está començada  a  façer  frontera de las casas  de mí el dicho escribano”.  Los vanos se definen .”  asimismo se an de fazer  todas las ventanas  y luces que les fueren pedidas  en las dichas paredes  haciendo las ventanas  del tamaño que les fuere señalado y que las dichas ventanas sean muy bien labradas  y con sus escarçanos  y capialçados  y dexar en las dichas paredes para que lo ayan enbedriadas en ellas hasta dos chimeneas en las parte que fueren señaladas”.
-Se resalta sobre las chimeneas “ que deben ser francesas  y sufriéndose que vayan embebidas en la misma pared, se hagan de piedra y no sufriéndose más de la una parte por no ser tan gruesa  la pared que an de hazer  el resto lo otro con un tabique de yeso  haciendo el brocal de las chimeneas de piedra. 
 Los escudos abaciales presidirían el edificio “ Item sobre las portadas y ventanas en la parte  de las dichas paredes que les fueren pedidos poner los esqudos que les fueren dados  con que se los den labrados, y para el hornato de ellos an de poner algún tablamento e guarnición  de buena piedra que convenga. 
La parte del armazón se exige que “ sean obligados como fueren haciendo  la dicha obra  de de armazón y `poner las vigas  que se ovieren de poner  para ir encaramadas de ellas si tan  bien an de hacer  en la pared ,  que de ir sobre los arcos de la dicha obra , y en las otras que atraviesan de la las portadas  que fueren menester  y les fueren pedidas  para los atajos que oviere  de hacer  en ellas” .
El revestimiento de las paredes  se ilustra “ que las paredes que ovieren de hacer por de dentro del dicho alhorí an de ser de buena mampostería salvó las  portadas y brocales de chimeneas qe an de ser de piedra labrada”.
Muy interesante para su ubicación al referirse a los materiales “ la pared de la dicha parte baxa que mira al campo y hermita de San Bartolomé a de yr de sillería labrada de la manera que está labrada desta blanco abajo  no como la que va más labrada sino como la que está de baxo del dicho tablamento y letrero . Y la pared que sale a la Calancha   a de ser también de sillería  mejor labrada, sygún y como está coneçada a hazer  y puestas dos hiladas del  frente de las casas del señor Provisor”.
Los maestros se comprometían a terminar la obra bien fecha , y a vista de oficiales in pode abandonarla ni los materiales ni el trabajo de su manos hasta averla acabado. 
Se obligaba la iglesia abacial a darle todos los materiales ( piedra, agua,  yeso, cal madera y arena) y los andamios y cimbrias a costa de los maestros de obras salvo la cimbra grande para el arco del zaguán de alhorí que le ayudaría un día o lo que fuera necesario. un carpintero puesto por la abadía. 
Se les pagaban cada sábado siete ducados por el trabajo de la semana y el de sus trabadores y labrantes.
  Más detalladamente  se dice sobre las paredes “ por cada tapia  común que son dos , una de larga.   Y una de alto de lass tapias que están formando se en la dicha obra  undiendo todas las paredes  y con tambores y `pagándoles los guecos a las  de las portadas y ventanas  por macizos se les an de dar  y pagar seis reales  y medio y acabada de seis reales y medio acaba dentro de la semana. Acabada la dicha obra se le dan de premio dos cargas de trigo. 
 Muy interesante la descripción de los arcos “ en lo que toca a los arcos que se an de hazer para ser pagados,  se an de medir desde los capiteles arriba y contando lo juego  por macizo  y en quanto al pilar que se a de hazer  para rescibir dos arcos que se han de hazer  en el dicho alhorí demás del que se a ha de hazer en el zaguán  lo harán los susodichos a jornal e se les pagará por ello con ello se contratare que el dicho pilar no   queda a su cargo  no se a de medir como la demás obra. 
El mayordomo Gonzalo de los Ríos firmó las presentes condiciones de trabajo y pobra con los maestros con las cantidades estipuladas y finalización de buena obra siendo testigos el capitán Pedro de Gamboa, Juan de Padilla y Luís de Leyva .



Es curioso que la ubicación de las casas de la Tercia y Diezmo con su correspondiente alhorí se ubicaban en la Calancha , lindando con el Bahondillo alto mirando al barrio de san Bartolomé y dando sus portadas a la Calancha, junto a él se encontraba la casa del corregidor, la del escribano alonso de castro y el mayordomo, es  586 n en 6 de julio de 1569, Pedro Cano y sus hermanos Ana y Martím hijos y erederos de Francisco Cano  se comprometían en venderle al provisor Gil Hernández, unas cámaras casas situadas en la Calancha, linderas con las Casas Abaciales, por un lado y, por, otro lado, casas de  herederos del cura Gonzalo Martínez de  Trasierra por dos mil maravedíes y por encima con casas de herederos de Martín de Alcalá. 

 DOMINGO DE AMASA

 Curiosamente, posteriormente se sabe por documentación, según afirma Lázaro Gila Medina, que intervinieron en las casas abaciales en 1569. Hemos  encontrado el testamento ante Hernán Sánchez en 22 sde agosto de 1569 ( legajo 4667, folio 165), por el que Domingo de Amasa  declaraba todas sus mandas. Se declaraba como maestro de cantería vecino de la ciudad de Alcalá la Real. Esta vecindad le obligó a participar como soldado  de la tropas alcaláinas que se enviaron a a la Guerra de las Alpujarras. Lo hizo con una espada que le confeccionó y debía, en el momento de testar, a Sancho de Herregil. ´Como detalle curioso, citó varios compañeros Aranda, Vizcaino y Pedro Bascarán   que habían paricipado en varias sacas de las que recogieron la cantidad de 18 ducados, que mantenía en su poder y las tenía reservadas poara repartirlas entre ellos. Y en concreto, estuvo en la zona de Órgiva, en donde el capìtan le ofreció una parte con al que pagoo a Matías de Bedmar.  Por su albaceas se ve la buena relación que mantuvo con loa familia de los Bolivar, en concreto con  Juan de Bolivar y su hijo que lo mantenía como cuñado, ya que estaba casado con María dee Bolívar y albacea.  Participaba del nuevo movimiento urbanístico de la extensión hacia el llano, por eso pidió ser enterrado en la ermita de la Santa Veracruz y dejó la sepultura y acompañamiento de la cofradía a cargo de sus albaceas. Aunque el modelo de mandas es muy similar a la mayoría de la población en misas de exequias, de intenciones y por difuntos y en la cera para el Santísimo Sacramento,- ya la primera manda destaca por el compromiso que mantenía con Alonso de Tudela, un  alarife importante que participó y colaboró en varias obras con Amasa-. Dice así la primera, "Declaro que yo e Alonso de Tudela de compañía por igualdad tomamos al servicio  del señor Provisor, de esta abadía la obra de las Casas Abaciales y para Tercua qye que se hace en la calle Ancha de la Mota de esta ciudad  e se concertó,traças, condiciones e prescios , ay escrituras ante Alonso de Castro( las ya comentadas) lo que aasý fecho parescerá para la obra y lo que  el dicho Alonso de Tudela e yo abemos recibido del dicho señor probisor e de los mayordomos de las yglesias e obreros que an sido de las dichas obras parescer ppor el libro  y razón que la dicha obra y de lo que  a pagado el dicho Alonso de Tudela,  e  a mi y a los dichos oficiales  que en nuestra ausencia an trabajado en la dicha obra  me refiero en todo el libro y razón a que el dicho señor probisor tuvbiere  no emebragante que porque no aya  firmas ni cédulasni muestas del rescibo , qunue hemos dado cartas de pago de algunas  cantidades de munchas cantidades que emops rescebido e  contratos los dichos oficiales  por tanto como es dichorremito a la que el libro del dicho señor Provisor y en quanto a la parte que yo tengo  rescibida de lo que sea pagado de la dicha obra e lo  a rescebido del dicho Alonso de Tudela no tento entera  memoria que el tenga rescibido más que encargo de la conciencia  del dicho Alonso de Tudela, mi compañero para que declare en esto que tiene rescebido  porque yo  o mi erederos no seamos obserbados en la que la dicha obra está referido y me pertenece".

LA CASA DE CORCHÓN y otras obras
No fue está la única obra que compartieronn trabajaron en casas particulares y edificios oficiales. En la casa de Corchón, se encuenta esta manda " Iten declaro que el dicho Alonso de Tudela e yo trabajamos en compañía e hicimos otra obra e la biuda de Corchón y otra doña Inés de Rueda y de Francisco de Góngora  su hijo  y para en quenta de los  de esas casas emos fecho  tenemos asimismo rescebido algunas cantidades que tiene rescebida más que el dicho Alonso de Tudela yo le ruegoi y encargo en conmicencia que haga de aquesto declaración de manera que cada uno de nos ayamos lo que nos pertenesce en lo mesmo ppareciere ; en lo que no paresciere  estar declarado por  una que en tal memoria que a nuestro ruego escribio Bartrolomé Jimenez de la Rivera". No fue la casa de Corchon, fueron las de Inés Rueda y Francisco de Góngora, todas ellas en la fortaleza de la Mota. 

OTRAS 
Como hombre de negocios, tenía varias deudas  y accreedores ( 34 reales a Pedro de Aranda Villalos y se lo hizo en Granada , donde trabajaba; mercaderes, artesanos... ). Por otra deuda ( 46 reales)  con el maestro de obras Juan de Riaño, que vino a la ciudad para la obra de las tiendas y torres de Gabán, se sabe que participó en la obra del Humilladero de la Magdalena.
Tambien sabemos que colaboraba y formaba equipo con otros canteros. Con Miguel Sánchez Vizcaino 
  

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