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sábado, 24 de octubre de 2020

EL OFICIO DE SOCHANTRE. GASPAR DE RAXIS SARDO

 


 

 

Con la divulgación del origen alcalaíno de Pablo de Rojas, se ilustró por aquellos tiempos sobre la familia de este ilustre imaginero.  Su madre Catalina González, engendró una numerosa prole, que encabezaba Gaspar nacido en 1529 y bautizado el 31 de marzo del mismo año, Curiosamente, en su testamento, aparece como Gaspar Sardo mientras algunas de sus hermanas ya se denominaban Rojas, y no era el caso de Pablo Sardo. Se supo posteriormente que el  primer  hermano no se ejercitó en las artes de la pintura ni de la escultura, sino que se entroncó  en el arte de la música. Pues se hizo sacerdote y fue sochantre de  la iglesia parroquial de Priego. Por lo tanto, no llegó a casarse. Al desplazarse a la ciudad cordobesa, no abundaron los documentos referidos sobre su persona, pero se comprendía que la presencia artística de los Raxis y de su hermano Pablo de Rojas proliferara en  las iglesias de esta villa Subbética. Sin olvidar que algunas  hermanas y sobrinas se afinaran  en esta tierra.

Este sochantre destacó en el canto de los diversos cultos de la liturgia católica de la parroquia prieguense. Ante Alonso Gutiérrez, en primero de octubre de 1561, aparece como sochantre contratando un préstamo o censo 8.000  maravedíes (la cuota anual 570 maravedíes), y siendo fiado por el mercader Alonso López de Antequera, relacionado con el mundo de estos artistas. Y ya sabíamos algunas de sus propiedades: una cas principales en la cerca de la villa de Priego, lindera con las casas de Hernán Martínez del Moral y  las de Francisco del Olmo, criado del prior,  un huerto que encontraba dentro de los callejones de Priego, Lindero con el de Domingo Hernández Cobo y huerta de Alonso García el Rubio, una aranzada de olivar con catorce olivos grandes y el resto pequeños, linderos con viñas de la memoria de Gregorio Moreno  y de Bernabé Ortiz en el pago de los Prados y por la hondonada por el camino real.  En el documento aparece como testigos su hermano Miguel Raxis, Alonso Castillo y Juan Cano[1]. En 18 de septiembre de 1578 compraba por 42 ducados unas casas en el Bahondillo, linderas con casas de Simón Pérez y propias de Alonso de Padilla y doña Luisa, siendo testigo su padre ante el escribano Francisco Jiménez. 

 Decíamos que en 1580 compró una casa en el Arrabal de Priego y adquirió algunas propiedades a lo largo de su vida con la herencia paterna y los peculios de las prebendas sacerdotales.  Y consistían en un huerto, u n  olivar y un cortijo en la Nava de Priego, con el valor de 200 ducados.
Legó todos ellos a su sobrina María de Rojas, hija de su hermana Ana de Rojas.
Sabemos la fecha de su muerte el 21 de octubre de 1593 y fue sepultado en la Iglesia Mayor de la Asunción de Priego, donde dejó una memoria en la que destacaba que se le dijeran por su alma 32 misas, se le extinguiera de los estipendios eclesiales, y reserva de  5.593 maravedíes para las obras de Santa María, de la San Francisco, San Pedro, San Antón y Virgen de la Cabeza[2].
El nombre de sochantre proviene del chantre, que como se define en el diccionario era “, dentro de la Iglesia católica, es el nombre de una dignidad eclesiástica dada dentro de algunos cabildos de colegiatas. Es un cargo que designaba al maestro cantor o del coro en los templos principales, especialmente en las catedrales. En algunos lugares, este término hacía igualmente referencia al sochantre que regía el coro gobernando el canto llano. Este cargo también existía dentro de algunos monasterios, encargándose además de organizar las procesiones de los clérigos y conservar los libros en ausencia de bibliotecario. Debía vestir con capa e indumentaria especial y portar la batuta o bastón cantoral de maestro durante el cumplimiento de sus funciones. Su equivalente en las sinagogas sería el Hazzán. Etimológicamente, procede del francés chanteur», y este del latín cantorem, acusativo de cantor. La primera aparición del término en castellano está recogida en la Primera de las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio:



















Chantre tanto quiere decir como cantor, et pertenesce á su oficio de comenzar los responsos, et los himnos et los otros cantos que hobieren á cantar también en las procesiones que fecieren como en el coro».

De ahí la palabra Sochantre  que (proviene de "So´sub " debajo y "Chantre") era a el siguiente cargo por debajo del Chantre  que  debía  elegirle, nombrarle y remunerarle. En ocasiones también es nombrado  como Chochantre. En tiempos antiguos, además de como auxiliar del Chantre, solía encargarse de la enseñanza del canto a niños y capellanes. Como es lógico, al desaparecer el coro abacial y solamente usarse en momentos solemnes por fiestas importantes. El sochantre se mantuvo en algunos lugares, entre ellos en Alcalá la Real, y como dice este documento, en Priego. Su presencia se mantuvo hasta los años sesenta del siglo XX. Uno como monaguillo de Santo Domingo de Silos recuerda la figura luenga y erguida (que se fue  encorvando  con los años), lo vimos incluso vestido de sotana y roquete ampulosos hasta la rodilla, tocando el armonio de las iglesias con sus sarmentoos dedos. y entre una voz ronca y , carrasposa y de un bajo profundo sonaban  los responsos de todas las misas y exequias funerales, con un latín macarónico de pronuciación ecesiastica. 

Con la cruz de guía parroquial aquella  escena del féretro  en la puerta de la iglesia, las campanas tocando a entierro, y el sochantre con el Dies Irae dies  ille me causaba un temblor en mis piernas que me aliviaba  y  me disipaba mi compañero de diaconado tomando a guasa el canto con esta versión “Cinco, duros, cinco duros, eso sí que son seguros…”  No comp`redíamos aquel responso del himbo de las tinieblas. Ni el mismo sacristán... que socarronamente me susurraba por debajo cuerda dirigiéndo la vista  a la comitiva funeraria "APORTA INFELIZ".  Aquel personaje fue miembro  de una saga artística, se llamaba Juan de Dios Gámez. Y yo pude descubrir con misaños de latines en los seminarios de Baeza y Jaén, y luego en la Universidad de Gran ada. Aquel engendro de mi sacristán: AD PORTAS INFERI. Ante las puertas del infierno, ¿Quién no iba a pagar los estipendios? 



[1] AHPJ.4676. Folios 246-248.

[2] ARCHIVO MUNICIPAL DE PRIEGO. Libro  Primero de defunciones.

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