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viernes, 27 de septiembre de 2013

CUANDO LLEGUE SEPTIEMBRE, TODO SERÁ MARAVILLOSO


CUANDO LLEGUE SEPTIEMBRE, TODO SERÁ MARAVILLOSO

 

          
  En Alcalá la Real, por eso de “Agosto, frío en el rostro”, se nos adelanta casi medio mes,  septiembre. September, el que hacía siete  (del número latino  Septem)  en el sistema lunar romano, se convirtió en el noveno del calendario solar, aún vigente con ciertos cambios históricos. Un mes que creó precedente para el resto del año, pues, a partir de él, se inició la denominación  mensual  con los adjetivos de procedencia numeral,

Ni los romanos acudieron, para denominarlo,  a su dioses míticos  ni a  sus grandes personajes históricos,  ni el santoral  cristiano santificó el mes.  Y eso que el calendario   bendice, con un refrán devocional,  casi todos los días,  y, así,  comienza el mes vaticinando un cambio brusco temporal y laboral en estos términos religiosos “Por san Gil, el uno de septiembre, enciende tu candil”.

Parece como si Septiembre no quisiera arrancar laboralmente por nuestras tierras, ya que le viene como anillo al dedo este refrán “Septiembre festero, que empieza por san Raquel y termina por san Miguel”.   Pues,  las fiestas  ocupan, de nuevo, todos los fines de semana  de Septiembre, y se anteceden con un programa repleto de prolegómenos festivos y religiosos: concursos, conciertos,  novenas, triduos, quinarios y septenarios. En el primer domingo de Septiembre, el Cristo de la Salud, su  festividad de gloria  recuerda el día de la Exaltación de la Cruz;  en el domingo siguiente, una clara rememoración de la festividad de la Natividad de la Virgen  tuvo , en otros tiempos,   una celebración muy importante con la cofradía de  la Virgen de la Cabeza, la popular Virgen del Turrón, también para los hortelanos “ por la Virgen melonera, verano fuera”, para los hermanos de la Virgen de la Caridad,  y para  otras advocaciones menos conocidas como Guadalupe. Actualmente ha ocupado su lugar y fecha la fiesta de la Virgen de las Angustias ; y ha mantenido la tradicional advocación de la Aurora y el Cristo de la Misericordia. No se olvidan, en el mes septembrino,  los actos deportivos como la Subida de la Mota, o los certámenes agrícolas  como el de las Hortalizas.   

Y ocupa el centro del calendario festivo de septiembre, la feria de la ciudad, cristianizada a finales del siglo XIX con el complemento del  nombre de  san Mateo, feria que ha sufrido más cambios que la plaza del pilar de la Fuente de la Mora Nueva. Pues, nació por el día de san Agustín, y los de Noalejo, Torredonjimeno y Alcaudete,  nos la colocaron en el día del evangelista patrón de los banqueros, contadores y recaudadores de impuestos,   sin ningún fundamento histórico  sino más bien económico, como lo hizo Carlos II cuando la concedió a Alcalá la Real  como  un gran privilegio allá por los  años ochenta del siglo XVIII.

Por eso, el pueblo vive el mes de septiembre como aquel millonario neoyorquino, creado por Robert Mulligan, director de la comedia romántica “Cuando llegue Septiembre” que lo transformó en mes vacacional.  Pero la película era una mera ficción, cuyas  escenas sorpresivas interpretaron maravillosamente Rock Hudson y Gina Lollobrígida. Ahora,  la sorpresa  no puede  vestirse con ropaje de sarao, pues las cifras son claras: los parados no han subido por el mes de agosto,  pero  el nuevo empleo no llega ni  a los cincuenta  trabajadores  en toda España; la Seguridad Social decrece,  y  se sacan las reservas de los fondos  de las Pensiones ;  las becas no son el recurso que ha dado salida a muchos jóvenes para perfeccionarse en un momento de desierto de ocupar su primer puesto de trabajo; los precios de recursos básicos del hogar como la electricidad ha sufrido una subida significativa;  el desaliento civil no  se recupera y las encuestas se  llenan de dígitos de abstencionismo y votos en blanco.

Más valdría que recuperaremos aquella canción  de la cantante granadina Gelu de los años sesenta  del pasado siglo “Cuando llegue septiembre, todo será maravilloso”, y, en este caso,  el amor intimista, que reflejaba la letra de  aquella melodía, se transformara en un  compromiso colectivo para salir adelante, sin exclusiones de ningún tipo.  Y es que, recibiríamos  el  otoño  con  nuevos bríos llenos  de altruismo  en medio del veranillo de San Miguel cuando   “Todo fruto viene bien con calor por San Miguel”. Pues, es verdad que el refrán  se refiere al calor físico, pero estamos necesitamos  del calor humano, o lo que es lo mismo la solidaridad, la fraternidad y, por qué no decirlo, la caridad política, algo muy distinto a lo que algunos interpretan como la beneficencia. Pues aquella  excede a la justicia y  no es jerárquica, y, en cambio, la beneficencia se queda en repartir las migajas como el rico Epulón (o se queda con el banquete como los banqueros). Se necesita un paso de más altas miras.

           

 

 

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