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sábado, 15 de septiembre de 2012

MI HOMENAJE A LOS PROFESORES


 

 

                        Por septiembre, comienza el año agrícola, los agricultores  abordan muchas tareas que posteriormente darán su fruto en  la estación estival  y van anotando en su peculiar calendario, confrontado con el zaragozano, los aciertos y desaciertos de las previsiones de la cabañuelas de agosto;  otros muchos colectivos también principian  su periplo laboral, así lo hace el mundo político con el nuevo periodo de sesiones; no olvidemos tampoco  que el año religioso emprende su correspondiente  ciclo  litúrgico  y pastoral por estas fechas. Pero, por encima de todos  estos  grupos humanos, es la escuela la que ocupa, en estas fechas,  el primer plano de  todos los rincones de España. Además, este macrogrupo abarca  todas las edades: los  niños que se integran en los estudios primarios; los adolescentes que cambian de  ciclo con la ESO  o continúan el Bachillerato y los Ciclos Medios Formativos; los jóvenes, y los no tan jóvenes ( porque debemos referirnos a los que ingresan ya edad madura en la UNED, Escuelas de Idiomas,…) que se integran en el mundo universitario; e, incluso ,se cierra el ciclo vital con los adultos , ya que, afortunadamente, con esta enseñanza se  ha conseguido exterminar el analfabetismo que  campeó por mucho tiempo en nuestra comarca.

Muchos factores y personas integran el  sistema educativo, y es imposible detenerse en cada uno de ellos para que funcione a la perfección. Pero es una realidad que ya no se frecuentan las tristes noticias de los primeros días de curso, en las que se multiplicaban los incidentes y adversidades. La ratio suele cubrirse con un  número adecuado en muchos rincones  de nuestra comarca; incluso, no encontramos con  muchas aulas  del núcleo rural en las que  la relación de alumno/profesor es casi idílica e ideal  para alcanzar los mejores resultados.  Por otro lado, si nos fijamos en los centros escolares, ya no se producen aquellos desplazamientos forzosos a un macrocentro escolar de ámbito comarcal sino que la enseñanza  suele estar muy cercana  a la vivienda de los escolares (fijémonos en muchos colegios de las aldeas, donde pueden impartirse todo el ciclo de estudios primarios y no digamos en la localidad con su amplio abanico de opciones desde los  estudios  de bachillerato  hasta la Escuela Secundaria de Adultos o de Idiomas sin hacer referencia a la enseñanza no reglada). Dejemos atrás los aspectos ambientales de los centros, los recursos humanos y materiales…que siempre serán pocos con relación al avance de la tecnología y a las apetencias racionales de la sociedad.

Dicho esto, en este principio de curso,  el profesor (maestro, docente, monitor…) juega un papel fundamental  y, en estos tiempos de carencias y recortes  es digno de revalorizarlo  con todas nuestras fuerzas. Hay y podrían darse muchas razones. Pues, en su persona, se centran, a veces, los ataques más furibundos, cuando es  el  que suele estar más tiempo con los alumnos a lo largo del día si restamos el  tiempo del sueño y ocio ( por cierto, a veces excesivo).  Con su auctoritas reconocida por sus discípulos,  es la figura que logra transformar al alumnado para que en el futuro alcance, gracias a su periodo formativo, los objetivos que se proponga en la vida. Por eso es el momento, que esta auctoritas no se deteriore en modo alguno y, cada vez  más, se  le  reconozca. Simplemente,  debe servir de pauta que se haga   a la altura del respeto que debe existir entre los miembros de la familia y eso se consigue  mediante el apoyo total de los padres de sus alumnos al maestro de sus hijos. De este modo, en tiempos de crisis, al menos lograremos que  suplamos con los valores morales lo que no le aportan y restan las carencias socioeconómicas del funesto momento.

 

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