TOPONIMIA EN ALCALÁ LA REAL
Son muy abundantes y bien documentados en la Edad Media. Para su estudio los dividiremos en
dos grupos:
A 1) Documentados en fuentes arábigas o cristianas anteriores al siglo XIII, como el nombre
de ciudades como Valencia u Ontinyent. Su etimología latina en el primer caso es
clara resolver la abertura de su vocal tónica: hoy se pronuncia Valéncia, pero en cambio los
apelativos con el mismo sufijo latino ENTIA;ència (ciencia), lo que hace dudar a muchos
estudiosos si Valéncia con e cerrada será un castellanismo. Yo creo que no: que los árabes la
pronunciaban e cerrada y así la tomaron los catalanes y aragoneses en un momento, al siglo
XIII, donde la E breve en ese contexto en catalán aún no se había abierto, y al fosilizarse
como topónimo ya nunca se ha abierto. En el segundo, Ontinyent, encontramos en el siglo XI
la grafía hisn Untinyán que sonaba igual que hoy sin la –t final añadida en el siglo XIV en
catalán. Los cristianos lo tomarían así. Su étimo es más complicado porque los dos étimos
postulados por ahora por Coromines y otros: ANTONIUS o UNTINIUS, no son posibles,
pero sí UNCTINIANUS. Así fundus, ager, rus UNCTINIANU>Ontinyent por la actuación de
la imala o metafonía arábiga que cierra la a>e (véase Casanova 2008).
Dentro de este grupo habríamos de situar los nombres de muchas ciudades importantes
como Alcalá, Alcaudte, Locubín , Cequia, Charilla, Majalcoron, Ambar, i, Alacant, Morvedre-Sagunt, Elche, Cocentaina, Denia, que se documentan ya en
fuentes latinas, y que aunque podrían ser de origen latino seguramente proceden de épocas
anteriores.
.
A 2) No documentados hasta el siglo XIII o en fecha posterior: Aquí la dificultad etimológica
se complica pues podemos dividirlos en tres grupos:
a) Topónimos que por su evolución pueden tanto haber nacido en época latina y ser
transmitidos por el árabe, como haber nacido a partir del XIII de lexemas románicos
propios de la lengua de los repobladores. Por ejemplo Porçons/Purçons
escrito como porsonex en el Llibre del Repartiment; Uixó/Uxó
cronología puede ayudar el uso de los sufijos como -et
plena actividad en el siglo XIII que nos indica que quienes lo lleven deben ser topónimos
originados en apelativos(véase Bastardas 1994). Lo mismo ocurre con los topónimos con
-ona
XV.
b) Topónimos que pueden tener ambos orígenes como Riola
Penyagolosa, Domenge9
, Sentiu
al posible traslado de muchos topónimos traídos con los repobladores (Polinyà), o
creados aquí a partir de una visión o paisaje que les recuerda su zona de origen
(Mariola)10.
Emili Casanova, Spain 185
1.3 Topónimos que son de origen latino pero no cumplen las normas de evolución románicas,
señal que han evolucionado en época arábiga. Aquí encontramos dos clases:
a) Topónimos llamados de origen mozárabe, es decir, su evolución latina quedó interrumpida
por la dominación árabe y ahora se nos han transmitido por ésta (véase Barceló 1999).
Presentan una parte del supuesto estado de la lengua románica de la zona en el siglo VII. Son
muchos como Aielo
Llutxent, Montitxelvo, Cairent. Todos los que se documentan en el XIII y no coinciden con
nombres apelativos catalanes y aragoneses pueden ser considerados topónimos anteriores.
b) Topónimos considerados mozárabes por los estudiosos, pero que tienen la misma forma
que un nombre apelativo románico catalán o aragonés o que un apellido. En este caso se ha
de ir con pies de plomo. Yo particularmente creo que se ha de optar por considerarlo mejor
un topónimo originado en un apelativo románico, especialmente porque su documentación
suele ser tardía. Por ejemplo, topónimos como campello/campillo/campiello
Posolo/posuelo
xella
de Valencia, hasta ahora no tenidos en cuenta suficientemente12. O topónimos como Montroy,
Beselga, Cairola, vienen de topónimos transportados. I Càrcer
Carritxal/Carrissar
Rotes
apelativos catalanes.
1.4 Aparte, encontramos también, topónimos que se consideran de origen latino pero que por su
frecuencia toponímica (más de dos resultados) y su documentación deben proceder también de
nombres apelativos ya en época románica. Por ejemplo: Buscarró, Espioca, Hortal (Montortal),
(séquia) jussana, Bega (véase Casanova 1999).
1.5 Toponimia de origen románico, especialmente del catalán, lengua mayoritaria de la Edad
Media y lengua del rey y de la Cancillería, y normalmente creada a partir de nombres propios:
Poco a poco van creándose topónimos sea a partir del léxico común, sea a partir de antropónimos.
Estos pueden ser de diferentes tipos:
a) A partir de apelativos transparentes, como Herbés, La Salzadella, Espioca, Domenge,
Obaga, Querola, Fontarda, el Forcall, les Tosques, el Portell(véase Casanova 2007).
b) A partir de lexemas que también podían existir en época mozárabe, como Cabanes,
Peníscola, Redonda, Cano, Ares. Hasta ahora se les ha considerado mozárabes, pero
realmente tienen un origen antroponímico, como Gavarda, Alberic, Saranyana, Pla d’en
Gamell, Penadesa, Maymó, Albasset.
c) A partir de nuevas creaciones como Vilavella, Vistabella, la Pobla de Rugat.
d) Por toponimia transportada, como Mariola, Sorita, Benlloc, Bellús.
e) A partir del aragonés, lengua que directamente o a través de apellidos también ha dejado
muchos topónimos como Castellarejo, Cano, Somo, Tollos, Sombrials, Madronyar, Verdeijo,
Exea (véase Ferrer-Casanova, en prensa).
f) En muchos casos el topónimo es una evolución o deformación d’una forma anterior, lo que
puede complicar el descubrimiento de su origen si no se encuentra buena documentación,
como Micalàs
Rúbia
Prago/Fondo
Emili Casanova, Spain 186
2. Conclusiones:
Seis ideas sacamos de manera clara del análisis monográfico de cada topónimo:
a. Que hay unas tendencias toponímicas generales pero que hemos de estudiar cada topónimo
de manera individual fijándonos en su documentación, forma, contenido descriptivo, lugar y
lengua.
b. Que hemos de intentar distinguir la fecha de creación de los topónimos árabes y latinos
pues su desarrollo pudo producirse durante siglos incluso después de su substitución
lingüística.
c. Que una parte de los llamados mozarabismos pueden ser romanismos de creación
medieval, sea de base aragonesa o de base apelativa catalana.
d. Que desde los mismos orígenes de la conquista de Jaime I, al siglo XIII, encontramos
topónimos creados a partir de apellidos catalanes y aragoneses de los propietarios, incluso los
documentados en el Llibre del Repartiment, hecho que no se puede desconocer.
e. En el estudio de la pervivencia y pérdida de topónimos encontramos que el 85% de los
topónimos documentados a la Edad Media perduran hoy.
f. Hemos descubierto nuevas etimologías diferentes de las postuladas por Coromines,
buscando siempre la solución más probable y lógica, interpretando los documentos y el
terreno donde se asienta, y no queriendo ver a través de una forma actual, otra supuestamente
anterior, como Coromines postula para muchos topónimos como el Torrater i el Gafaut 24.
Espero que estas pautas sirvan para que nuestros investigadores dejen sus prejuicios en el
momento de su enfrentamiento con la historia del topónimo.
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