dos arroyos del paisaje,/
otoñal, erial y llano, /
cantan un fronterizo romance/
entre los molinos de Huéscar/
y el cortijo centenario.//.
Y con la égida de Paco,/
el camino se hace corto/
y el cerro se hace Llano.//
Junto al cortijo del Cerro/
entre restos de anticuario/
se divisa la fresca Vega/
con las brujas bailando./
y al bajar el Salobrar/
por el cemento del vado/
nos saluda Cucharero/
cortijo de viejos hidalgos.//
Al pasar por el camino/
real entre Venhuyendo/
y Toro andando/
los árboles de la alameda/
enmarcan los extensos secanos.//
Y a la fábrica Batmala atràs dejando/
las pisadas se vuelven raudas/
a los peones imitando.//
Al pasar por el Velillos/
el aire está zarandeando/
el puente de barandilla/
con elementos metálicos./
Se recogen los peones/
y se despiden saludando.//
Y este vate improvisando /
le da las gracias a todos/
y al guía, un mureño muy majo.//
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