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viernes, 10 de enero de 2014

LA PRIMERA CRÍTICA


LA PRIMERA  CRÍTICA

 

 

            El primer número de enero invita a hacer un repaso del año anterior (¡ojala no hubieran pasado por nuestra vida tantos  retrocesos,  trampas y zancadillas  de muchas personas y pueblos!) o a  ponerse las pilas para emprender el  tiempo que se nos avecina, lleno de buenas intenciones, ánimo para emprender  proyectos ilusionantes  y nuevos bríos para superar esta nueva etapa de la crisis. Como es lógico, muchas herramientas pueden utilizarse a la hora de  dar el primer paso de esta escalera de doce peldaños:  los habrá que jueguen a la técnica del contraste, y eviten todos los vicios, defectos y maldades que hasta  ahora le han venido ocurriendo; abundarán  quienes asuman el  mensaje conformista  y digan “ ¡Virgencita, virgencita,  que nos quedemos como estamos!; finalmente,  se encontrarán los optimistas que no bajarán la guardia, pero afrontar el nuevo reto con  renovadas ganas y la esperanza de que el mundo puede cambiarse entre todos.

Como es lógico, ahora que la filosofía casi ha  desaparecido del currículo básico de la enseñanza escolar , junto con   la ética y el estudio de los valores, no nos queda más remedio que echar mano  a la crítica, en el buen sentido de  la palabra, o de su etimología que  deriva del  latín “ criticus”, y este, a su vez , del verbo griego “krínein ”  con la acepción  principal  o significado de “ discernir”. Es decir,  tras el tramo recorrido  del año 2013, cualquier persona  puede separar lo bueno de lo malo; cribar lo esencial de lo superfluo;  decidir entre las bocanadas de humo y la brasa;   juzgar que es lo conveniente, lo necesario  y lo básico frente a lo accidental, lo inútil y lo  consumista;  y, en muchas casos, sin  pasar por alto las ocasiones que se  presenten  de “acusar” la injusticia  o las circunstancias injustas a las que se nos sometan, ampliándola  a los momentos de manipulación , cinismo y filibusterío político, social o económico y, en algunas personas, revelando el rencor escondido  o  las malas artes para conseguir los objetivos más perentorios.

Pues la crítica, según la RAE, tiene como acepción principal  “ el arte de  juzgar de la bondad , la verdad y belleza de las cosas”. Y, en esa línea tan noble se alinean  los buenos tratadistas de las obras literarias y artísticas  y dejan bajo la mesa, valores secundarios de esta  palabra como “ la murmuración” “ opiniones sin fundamento” , e incluso las “censuras no fundamentadas”.  Ni qué decir, en cribar las posturas interesadas y egoístas sin buscar el bien común. Pues, coincidimos con el papa Francisco en estas dos frases “ una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos”, y,  como es natural “ la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos y , aunque la sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer,  encuentra muy difícil  engendrar alegría”. Eso es lo que pretendemos buena crítica y alegría para todos en 2014.       

 

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