LA
GINETA
Se celebra por esta fecha las efemérides del nacimiento
del rey Alfonso X. Exactamente, el investigador Juan Ángel Pérez Arjona me
recordaba que en el martes de la semana
pasada se conmemoraba el 800 aniversario del
nacimiento de Alfonso X el Sabio. Y lo relacionaba con las incursiones
castellanas en tierras del Sur de la provincia de Jaén. Este rey castellano estuvo en varias
ocasiones en nuestra tierra y, a iniciativa de rey granadino, pactó la tregua
de Alcalá de Abenzayde (1265), por la que el Castellano se comprometió a
desamparar a los rebeldes musulmanes y Alhamar al pago de 250.000 maravedíes en
concepto de parias y a ayudar a Alfonso X contra los musulmanes de Murcia,
todavía sublevados.
Si es verdad que el pacto es importante, hay un topónimo de esta zona de
frontera, que despierta mucho interés. Nos referimos al Cerro de la Gineta, que
alinda con el río Palancares y el cerro de Malabrigo. Por el camino meridional,
que parte del puente de la Media Luna del arroyo del Velillos.
Pues relacionaban este término con la creencia de que la monta a la
jineta fue un uso introducido en Al-Andalus a fines del siglo XIII por las
tropas zenetes del Magreb al servicio de Muhammad I y encadenaban con el nuevo
tipo de espada, más ligera, corta, y con una
empuñadura característica del repertorio armamentístico nazarí. Soler
del Campo demuestra que la monta a la jineta se introdujo ya desde época califal. Y lo
fundamente en la confusión e inexacta interpretación del pasaje de la crónica
de Alfonso X, donde se refiere que los caballeros enviados a Granada por Aben
Yuzaf “fueron los primeros caballeros jinetes que pasaron aquen la mar
después que el Miramamolin fue vencido [sic]. Simplemente indica tan solo que fueron las primeras
tropas relativamente numerosas llegadas a territorio andalusí después de la
batalla de las Navas de Tolosa, y no que fueran los introductores de la monta
ligera, la cual ya se conocía y practicaba desde mucho antes . Con esto, se
desvincula el origen y la relación entre estas espadas y la práctica de la monta a la jineta. Más bien, jineta recogió el nombre de los
zenetes o ginetes, que dio nombre a la
espada. Este término “jineta” recoge esta tipología de arma en la documentación
bajomedieval y moderna, se mantiene en
su denominación actual. Este recinto es
testigo de la GINETA, que no tiene nada
que ver con ningún animal equino ni el juego de la caballería de los jinetes.
Procede de las tropas que ayudaron al rey nazarí Alamar en su lucha contra Alfonso X, eran los que se
denominaban zenete o genetes y, se pasó del Cerro de la Cabeza de los genetes o gineta,
y, por deformación, la Gineta. Esta tribu
norteafricana introdujo esta espada más ligera que la castellana, de nombre
gineta. El
ejemplar más completo que nos ha llegado se encuentra la espada jineta de Aliatar,
suegro de Boabdil, fallecido en la batalla de Lucena (1483) y donde el monarca granadino, fue asimismo
apresado.
Se ofrece una ruta de acceso, que se
refresca con las aguas del arroyo Palancares, y, entre cortijos abandonados,
alamedas y terreno árido, recorre un camino de ruedo a la Gineta, donde puede
uno detenerse junto a la mina de almagra y contemplar
la boca atiborrada de escombros y
derrumbes, y un túnel que se infiltra en
el vientre de la Gineta. Tras llegar a
las faldas y entorno del cortijo de la Jineta, se asciende por una vereda en
torno a las faldas del cerro, donde se topa en primer lugar con una cueva, un refugio
de vigías y soldados de todos los eventos bélicos de este entorno. Recuerda el pasado de la Gineta partiendo de
un yacimiento del Bronce Medio y Final, una zona de paso entre la
Alta y Baja Andalucía y en el que aparece cerámica con superficies muy bruñidas,
y con ónfalos, de color blanco y decoraciones reticulares. Dentro
de la cultura del Argar, aparecen el
asentamiento urbano, el avance tecnológico en la alfarería y la metalúrgica y
la jerarquización de la sociedad con presencia de grupos aristocráticos,
economía agropecuaria, y gran transformación de las costumbres funerarias como
reflejos de cambios ideológicos y sociales. Las tumbas no son colectivas como
las de las cuevas sino individuales existiendo diversos tipos de ajuar. En el museo local, se muestran aleaciones del
bronce con poco contenido de estaño, fíbulas y lanzas puñales,
alabardas Responde a un movimiento comercial que nace del Cerro de la Mora
de Granada y de un comercio de prendas textiles dentro de la cuenca del río
Frailes/ Velillos, es decir un movimiento desde el interior de las
Sierras Subbéticas con las tierras granadinas del Sur para salir al
Mediterráneo, donde toman contacto. Pero, lo más importante en el Bronce final
es la aparición de un desarrollo urbano en la Gineta, debido a la influencia
orientalizante fenicia con murallas y casas.
Siguiendo por esta senda hay testigos de
cerámica, restos de muros, casas, alquerías hasta llegar a un olivar,
desde donde se contempla la necrópolis
de la que dependían las villas romanas del exterior y donde se han encontrado elementos visigodos como una
hebilla colocada en una vitrina del Museo, que demuestra la ruralización
del final Imperio Romano en villae potentes de su alrededor (Media Luna, Cequia…).
Se llega a la cima que rodea un
escarpado tajo con elementos que sirven de muro o restos de amurallamiento. Es poblado
de difícil acceso y de fácil protección, cuyo recinto fortificado se reduce al
sector más elevado o solo parte del asentamiento, que queda en manos de la
mayoría de la población que son guerreros. Muestra una planificación
preconcebida, con espacios comunes con calles de servidumbre y áreas de usos
colectivo para subsistencia de la comunidad. Los guerreros ejercían el
control sobre los metalúrgicos y estos sobre los agroganaderos. Las casas eran
ovales y rectangulares sobre un pequeño muro una pared de
barro y adobe reforzado con vegetal., techos ramaje y suelos de
tierra pisada; las murallas eran incipientes o no existían Varios
miradores sirvieron para contemplar la
entrada de Alcalá la por la Peña el
Yeso, las aldeas noroccidentales ( Santa Ana, Riberas…), Los Llanos, La
Martina; otro mirador fija la vista hacia el sudoeste por la dehesa del
Camello, los tres núcleos de Ermita Nueva (Cequia, Pilillas y Ventorrillo , con
su origen e historia) entre campos de propios y cortijos de la ciudad; en otro
mirador la vista se extiende la Dehesa, Cantera y aldea Mures;
más cercanas, un mirador explica
el paisaje mediterráneo, la vía de acceso entre Malabrigo y Cerro Mulero.. Se
comprende perfectamente que se descubrieran el tesoro hispano musulmán de Ermita Nueva por Juan Ángel Pérez Arjona y un asentamiento del homo neaderthalensis.
En el poblad o, los muros, y el oppidum, se puede palpar el pasado íbero y
romano, pero fue más importe su presencia en la época musulmana, fijándose en la batalla de 1267 por la toma de Alcalá la Real, y el
asentamiento de los soldados granadinos que ayudaban al rey Alhamar.
En la bajada, se encuentran una Cruz blanca en la que murió un soldado del ejército de
Franco, el refugio y aprisco de las ovejas y, a los pies de la Gineta,
un refugio/polvorín de los soldados de la Guerra Civil Española,
porque aquí estuvo asentado un puesto de guardia que sufrió dos ataques de
corregir fronteras en 1937.
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