Los edificios de las instituciones y personas que regentan cargos siempre han dado prestancia a la ciudad y definido su tiempo, estilo y fisonomía urbana. Este es caso del corregidor de Alcalá la Real, Loja y Alhama. Este corregimiento tripartito dio lugar a que dispusiera de tres edificios en cada una de las ciudades, Se conserva en parte , en la ciudad de Loja; y los cimientos y sótanos de la Casa de la Justicia en la ciudad fortificada de la Mota. Pero, cuando la ciudad bajó al llano, el corregidor no disfrutó de un edificio propio, sino que siempre hasta la extinción del corregimiento este dispuso de una casa arrendada en las partes en el entorno al ayuntamioento. Como el ayuntamiento, se levantó en las casas de Ana de Tapia, ubicadas en la calle Real, unas casas más abjo haciendo esquina con la calle Tejuela fueron el alojamiento del corregidor, con lo que se aseguraba la relación institucional entre las dos instituciones . Cuando por los años treinta se trasladó el ayuntamiento a la ubicación actual, el corregido lleó a vivir en estas nuevas casas consistoriales. Pero esto fue esporádico, porque volvió a residir y disfrutar del arrendamiento de las casas de la calle Real, las que hoy vive la familia Mesas.
Por un documento ante el escribano Nuñez en dos de enero de 1776, los regidores comisionados delegados, Domingo Jiménez y Féliz de Mesa arrendaron en nombre del ayiuntamiento la casa de Juan Gregorio Utrilla, comentada anteriormente, y ubicada en la calle Real y lindera solo por la parte alta con la del presbítero Manuel Gámez. Lo hicieron por el valor de 80 ducados.
El corregidor se obligaba a pagar toda reforma que hiciera en cambiae puertas, tabiques y ventanas, obras menores; y la obra mayor a cargo del arrendador Juan Gregrorio ( tabiques, paredes maestras, tejados...) .
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