Y SU CODICILO
Era hijo del maestro Fernando Espinosa y fue el arquitecto por excelencia de este tiempo junto con Juan Manuel Guardia. Vivió en la calle Caridad y tuvo que abandonar el ejercicio de su oficio por una enfermedad hemipléjica. Su huella marca la impronta sobria en el barroco clásico de sus edificios y en el austero neoclasicismo que le corregía desde el mundo de la Corte , auspiciado por la Real Academia de Bellas Artes y Ventura Rodríguez. Murió en los años finales del siglo XX.
Los testamentos son unos documentos básicos para conocer no sólo las biografías de muchas personas sino también las realizaciones particulares o colectivas. Este es el caso del testamento de Antonio Martín Espinosa ( así simplemente sin ·de los Monteros). A través de la declaración, se nos aportan muchos datos sobre su entorno familiar, social y artístico.
Antonio Martín Espinosa era hijo de Fernando Martín Espinosa, también maestro mayor de obras de la ciudad de Alcalá la Real, que sustituyó a Manuel del Álamo y al arjonero Primo a mediados del siglo XVIII, y de la alcaláina Rosa López. Era hombre culto que sabía leer y escribir y tenía conocimientos de arquitectura y canalización de obras.
Se casó en las primeras nupcias con Inés Calvo, hija de Pedro Calvo y Gabriela Peñalver1. De ella le nació el hijo Fernando casado con la montefrieña Marina Pareja; Y la hija Maria Manuela, que casó con Manuel de Zafra, que murió antes de Antonio Martín Espinosa, y tuvo un hijo José Martía Ruiz Zafra, que casó con Ana López Nieto. María Manuela casó en segundas nupcias con José Antonio López Nieto y tuvo varios hijos María del Rosario López Nieto. Su tercer hijo fue Pedro Martín Espinosa casado con Mariana Morales, natural de Montefrío; se marchó al reino de Nápoles, donde fue juzgado y condenado, viéndose su padre obligado a pagar tres mil reales para poder salir de tierras italianas. Debió andar sin fijar paradero, porque al final de la vida de Antonio no se sabía ni su paradero ni su existencia.
Tuvo una relación especial con el cura José Ortega. Pues, como hombre emprendedor, se veía obligado a recibir préstamos de personas, entre ellas, al final de la vida tuvo uno significado de más de dos mil reales con este albacea el cura José Ortega. Y como su hombre de confianza, le delegó la administración de las rentas y bienes del conde de Torres Cabrera, vecino de Córdoba, que el regentaba.
Continuó el oficio de maestro de obras de su padre Fernando como alarife y fontanero) e se intervino en la construcción de edificios importantes de Alcalá la Real ( Ayuntamiento, Palacio Abacial, iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, torre de la iglesia de Consolación, canalización de las aguas desde la Mora Vieja hasta el Tesillo...) . También participó en algunas obras de ciudades de la comarca de Sierra Sur.
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Ya anciano, compró la casa de Francisco Serrano Priones, valorada en nueve mil reales que saló en una subasta pública por estar empeñada al no pagar de la Limosna de la Bula de la Santa Cruzada ante el subdelegado de esta administración Andrés Hernández Pozo blanco, notario de este tribunal. . En los últimos años de su vida quedó enfermo parapléjico , se había quedado perlático de las dos manos y encamado sin perder juicio y memoria cuando se dispuso a llevar a cabo su testamento en 7 de mayo de 1793 ante el notario José Gutiérrez. Cumplió con sus deberes de misas y mandas testamentarias. Dejando donaciones para la cera del Santísimo Sacramento, los Lugares Santos de Jerusalén y la Redención de Cautivos. Facultó para ejecutar sus mandas a al cura Antonio Ortega, su hijo Fernando Martín y su nieto José María Zafra como albacea. Fue sepultado en la tumba de su hermandad de la iglesia del Seráfico San Francisco de la Observancia de Alcalá la Real, vestido de franciscano y acompañado de los beneficiados de la parroquia de Santo Domingo de Silos, pues su casa de la calle Caridad pertenecía a esta colación eclesiástica ( esta casa fue comprada en los últimos años de su vida y tenía deudas con sus nieto José Zafra). Se le dijo una misa cantada en el entierro y cien misas cuenta . ya cuarta parte se reservó a la parroquia y el resto según la anuencia de los albaceas.
1AHPJ. José Gutiérrez Año 1793. Legajo 5495 Folio 291 Ante los testigos José de Sola, Francisco Álvarez y Domingo Pine ParedesY Siguientes. Hizo un anterior declaración de dote ante Antonio López Nieto.
Participó como maestro de obras en las de la ciudad de la MOTA. La gran renovación urbanística comentada se produjo desde el reinado de Felipe V hasta la muerte de Carlos III. El actual diseño simétrico de laa ciudad con los dos ejes del Llanillo y la calle Real, se corrigió con nuevos edificios que encuadran la ciudad: las Casas de Cabildo y las Casas de Enfrente. Al mismo tiempo, los nuevos edificios del Pósito, del Palacio Abacial, de las iglesias de san Antón, las Angustias y la Cárcel nueva le daban a las calles y a la ciudad una perspectiva más abierta y acorde con los nuevos tiempos. Un servicio vital como el agua sufría una gran transformación en 1777 con los maestros de cantería y de aguas,Antonio Martín Espinosa y de Francisco Machuca, maestro mayor de aguas de Granada. Un nuevo recorrido desde el nacimiento de san Marcos dio mucha funcionalidad a una de las principales fuentes de abastecimientos en el Paseíllo de la Mora , todo ello supervisado por los maestros de arquitectura de Bellas Artes de san Fernando. Manuel Godoy fue uno de los que más intervino en las obras municipales y en los caminos. Sin embargo, uno de los más importantes arquitectos fue el alcalaíno Antonio Martín Espinosa. A él se le deben una gran cantidad de edificios públicos y religiosos y algunas obras de ingeniería, entre ellos el puente de la Hondonera en el año 1759. .- A mediados del siglo XVIII, fue muy afectada por el terremoto de 1756, interviniendo en su reconstrucción Antonio Martín , porque (12.4.1773) se le pagaron cuarenta reales como maestro mayor, Antonio Martín Espinosa, para el remate y parte de las obras de los Arcos, muy afectados por el terremoto de dicho día. Y también (29.12.1676) por el empiedro hasta Capuchinos, casilla y puerta de los Arcos.E inclus, en 16 de junio de 1781, con motivo del terremoto se cayó casa de la Puerta de los Álamos , se hizo con piedras de cocheras y tiendas de la Mota.
Pues, la ciudad, por estos años, recupera también lugares arruinados y adecenta algunas zonas como el Paseo de Capuchinos que se traza a cartabón desde los Arcos hasta la Magdalena , un nueva torre se coloca en Consolación, obra de Martín Espinosa, se amplían las zonas linderas con la fuente de Marí Ramos y Álamos y cuartel de los Arcos. La iglesia de las Angustias se construye en su mayor parte y participó intensamente en toda la obra . Las medidas de embellecimiento se aplicaron a la vida de la ciudad con el derrumbe de las casas abandonadas, la reconstrucción de edificios y adorno de fachadas , siempre que contaran con la licencia municipal, Por eso, no es de extrañar que en el año 1784 el propio regidor Pedro de Lastres pidiera permiso apara la instalación de un testero o lienzo con la imagen de la Santísima Trinidad en sus casas cercanas a las casas de Cabildo. Este motivo iconográfico tuvo una escultura en la propia calle Real con motivo de la misión espiritual del Padre Diego de Cádiz.
Una obra de ingeniería importante en la ciudad se lleva a cabo con la reforma de todo el sistema de abastecimiento con una cañería que surtía a las fuentes de la Mora , Álamos, Utrilla, Pilar de las Tórtolas, Plaza y Utrilla. Las fuentes también jugaron un papel importante como abrevaderos de ganados como la Fuente Ardales , que fue diseñada por Antonio Martín. A esto hay que añadir que los caminos y calles de la ciudad experimentaron una reforma importante, para lo que hubo que emprender nuevas fuentes de financiación, que demuestran un intento de racionalización y saneamiento de las arcas municipales. Así en el año 1781, los caminos del Levante, Granada, Málaga y Madrid se cubrieron con arbitrios de subastas de servicios básicos como la carnicería, nuevas roturaciones de tierras en Mures o las ilícitamente usurpadas, nuevas elevaciones de los impuestos del aguardiente, e , incluso con fiestas públicas de toros . También se inaugura el pago en licencia de casas, solares y huertos en las aldeas y el casco.
El nuevo Pósito del Castillo, fue diseñado y construido por Antonio Martín junto con Juan Manuel Contreras, comienza a plasmarse y levantarse en el año 1787, en contra de los intereses y la oposición de los regidores alcalaínos que veían un flanco de pérdida de poder y de sus antiguos privilegios, a lo que hay que añadir algunos problemas constructivos que surgieron en la obra. PÓSITO DEL CASTILLO DE LOCUBÍN
Contrajo el compromiso de edificar el Pósito del Castillo de Locubín junto con los maestros alarifes el castillero Francisco Roldan y el alcaláino Juan Manuel Contreras. Debieron tener problemas a lo largo de su construcción, porque así lo refiere “ con motivo de aver segundo y aver
hallado pendientes autos en virtud de la Real Orden de la Superintendencia General de Pósitos del Reinos sobre la fábrica de que se construye y crea en el Castillo de Locubín”. Pues se llevó a cabo una serie de inspecciones, y se detectaron una serie de defectos que posteriormente se advirtieron en el final de la obra; tras las cuales fueron condenados. Francisco Roldán y Antonio Martín pagaron la mitad de las partes que les correspondía, pero la parte de >Juan Manuel quedó sin pagar y se guardaron maderas y materiales de obras para recuperarse de lo que ellos había avalado. Por esto, cuando hace el testamento se los advierte a sus heredero
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