A lo largo de varios artículos, hemos constatado varios y unidos a un batán en el entrono de Frailes; por la Ribera Baja hemos constatado la existencia de dos en Cerrato, un batán, varios por la zona de Huéscar, el Alto y el Bajo, el del Vado de Chiquero, y el de Córdoba. Por la zona de la Ribera Baja, constatamos muy distinguido el del Cubo relacionado con la familia Cabrera. Pero hemos encontrado un documento de finales del siglo XVIII, en el que podemos distinguir muy claramente la ingeniería e industria hidráulica con la existencia de varias obras y edificios que nos permiten comprender este entorno. Ante José´ Gutiérrez, en 4 de abril de 1780 se firma un contrato de compromiso entre las monjas del monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación y Baltasar de Castro. Se sacan las siguientes conclusiones:
Desde el nacimiento del río de Frailes hasta las Juntas, entre los ríos de Mures, Palancares y Velillos, existió una ruta molinera que desgraciadamente tan solo conserva el testigo de algunos de ellos. En ocasiones, con maquinaria y albergue renovados; en otras algunas partes del molino y el caz; y tan sólo el testigo de la casa de molino completamente renovada ha quedado solo en el nombre.
- Existían tres molinos harineros, cuyos propietarios eran el presbítero Feliz Carrillo, Manuel García Ibañez y las monjas dominicas, y una huerta en el sitio de la Ribera Alta con árboles frutales.
- Disfrutaban del derecho de moler y regarse con las aguas que bajaban de l Nacimiento de la Población de Frailes. Para cuyo fin tenían construida una presa, que había quedado destruida (desbaratada y en estado quasi imposible de volverse a construir) por causa de las tempestades y crecidas lluvias de 16 de enero de 1780 y faltaban las aguas para los expresados molinos y huertas.
- -Ante esta situación, Ante los crecidos gastos que podía originar una nueva presa, que los podían arruinar, y sin muchas seguridades, consideraban que no podían perder ni rentas ni propiedades, y, por ello acordaron con Baltasar de Castro, realizar una zanja por su tierra de huerta para dirigir las aguas a los dichos molinos., con tal que se le haga atajo y se le pague los gastos y daños causados con el valor de un censo en favor del vínculo que poseía la dicha huerta.
-Las condiciones eran las siguientes: primero, Baltasar de Castro permitía abrir una zanja de una vara de profundidad ( 0.80 metros) d por la parte alta de la Huerta que poseía bajo su vínculo en el sitio de Frailes y por lo bajo de los cárcavos del molino harinero que el dicho poesía en el mencionado sitio; segundo le daba otra vara de anchura a corta diferencia y según el terreno por donde conduzcan las aguas del Nacimiento del dicho sitio salían para la molienda de molinos y riego de la Huerta de las monjas dominicas. ; tercero, la zanja o acequia había de atravesar la huerta de Baltasar de castro por línea recta hasta introducir el agua que lleve el río, que baja de la cortijada de Frailes , dejando de un lado y otro de la abertura de la dicha zanja o caz como una vara de terreno para en ella echar lo que quede de las limpias que se hagan ; cuarto se obligaban a pagar 300 reales de vellón de tributo que se pagaban por el día de San Juan y Navidad, repartiendo las partes en tres por los tres propietarios de los molinos, q quinto se obligaban a respetar laos espacios establecidos o señalados, la limpia del caz y los daños inopinados que ocurrieran; una persona se encargaba para la limpia y por los contratantes, y , si no lo impondría Baltasar de Casto, y pagaría el convento dominico los daños a él o sus sucesores. ; sexto, se pagara el justiprecio del terreno ocupado al arrendador de la huerta ocupada; séptimo , los gastos de abertura y protocolos notariales son de los otorgantes y deben entregar una escritura a Baltasar de Castro; octavo, las aguas no podían entrar ni emplearse por el caza desde el mediodía del sábado hasta las ocho horas de las noche del Domingo, que se reservaban para el riego de la huertas que tenían ese privilegio , sin que pueden alterarse esto; noveno, si las aguas tomase n otro rumbo desde el Nacimiento por otro conductos , por algún acontecimiento, y no llegaran al cauce del caz o acequia , no caía responsabilidad alguna al que daba este acuerdo.
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Por
lo tanto, los molinos de la Ribera Alta fueron tres y se hallaba en la huerta
del convento de Nuestra Señora de la Encarnación. Algunos se mantuvieron y se
renovaron en su maquinaria hasta finales del siglo pasado. Ya son un testigo sus
edificios, y pocos restos quedaron salvo algunas zonas de caz y el nombre. Por cierto,
en muchas ocasiones, uno de ellos aparece con el nombre de las Nogueras. Entre
las tierras del convento se levantó la iglesia de san Juan.
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EJEMPLIFICO
ESTE TEXTO CON LOS MOLINOS DE ALCALÁ DE GUADAIRA, pues simulan muy bien otra
ribera de un río como el Velillos con sus molinos, caz y presas.
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