Estuvo muy arraigada la tradición de erigir oratorios en las casas paritculares, generalmente de las familias hidalgas y hacendadas. Solía reservarse una habitación en forma de pequeña capilla, en la que se colocaba un altar y un retablo con im´`agenes y cuadros. Disponía de todos los ornamentos y objetos sagrados para celebrar misa y otros actos de culto. La familia de los Montijanos, el marqués de la Hermida, los Cedilllo, Valenzuela y Aranda fueron alqunos de los que dispusieron de oratorios. Lo mismo aconteció con la familia de los Utrilla. En concnreto , por el testamento de don Gerónimo de Utrilla, hijo de Diego Nicasio de Utrilla y Ana de Hinoijosa, sabemos que este clérigo disponía de una capilla en sus casas principales y había recibido licencia papal a través de un breve para decir misa y fundar oratorio . Manifestaba que su oratorio estaba compuesto de caliz, patena y vestuario y otros enseres, , que había inventariado y catalogado para realizar sus últimos deseos post mortem. Salva de ello, un alba blanca y la casulla, con las que se entrerraba y usaba de mortaja. Todo ello lo destina como última voluntad, a una capilla y altar de la nueva iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, para que se diga misa se haga cargo el administrador de este templo y cofradía, que se encontraba en las callejuelas de la Plaza Pública.
Mandó ser enterrado en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, sita en la iglesia de San Juan, y le dio una limosna de cien reales, lo mismo que a la capilla de Nuestra Señora del Rosario para la cera y aceite le ootrga otros cien reales al padre rosarista por una vez.
Poseía un vínculo de don Anonso de Ribera, vecino de Santa Fe que dejó en legado a su sobrino don José de Benavides y Mendoza, regidor pertpetuo, y que se componía una pieza de 12 fanegas de tierra en el camino quue se dirigía a Cantera Blanca, iotras dons fnegas en Puertollano y ,media fanega en el camino que se dirigía a San Bartolomé; tambien en otra capellanía que el anterior fundó y recaía en el cura Cejalvo, y otra tercera que recaía en su sobrino Ricardo Utrilla , teniente del regimiento de milicias de la ciudad de Jaén. Y una cuarta sobre una tierra que se hallaba en el cmino del Castillo y dejaba a don Antonio Durán. Y una quinta porcedente de su tía doña Beatriz del Castillo y Mazuela sonbbre 70 fanegas en Fuente Álamo, haza de tres fabegas en Cantera Blanca y casa esquina calle del Puerto y placeta de san Blas., a la que piso de sucesor doña Ana Gerónimo de Utrilla y Benavides, y doña manuela de Benavides, monja dominica.
Hace unos años la familia Utrilla dejó en legado a mi persona varios cuadros que deposité en la Iglesia de San Juan, entre ellos un bello cuadro de la Inamculada Concepción que se encuentra en su capilla de la Limpia Concepción.
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