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miércoles, 13 de octubre de 2021

EN LA REVISTA BAJO LETRADOS, ALCALÁ LA REAL, FRONTERIZA, LEVÍTICA L Y JUDICIAL

ALCALÁ LA REAL, FRONTERIZA Y ABACIAL, LEVÍTICA Y JUDICAL

Por el recinto de la ciudad de Alcalá la Real, fortificada y asentada en torno al cerro de la Mota, transitaron varias civilizaciones desde el mundo del Cobre hasta los castellanos cristianos que la conquistaron definitivamente en 1341, pasando por la cultura íbera, romana, visigoda y árabe (la Qalat Banu Said, emporio cultural en tiempos de los almohades y almorávides). Ya en este tiempo de la ciudad musulmana, destacaron importantes juristas de su tiempo como  el letrado Abu Marwan, el cadí Abul -Hasan y el polígrafo, hombre de ciencia y cultura Ibb Said  que escribió el compendio Mugrib o Libro de las Banderas.

Con el rey Alfonso XI  es tierra de frontera, de pactos y de guerras, de alfaqueques y alwayas, blindada por una corona de hins, castillos y atalayas que establecen dos líneas entre en los reinos nazarí y castellano:  las anteriores a los tiempos calatravos, estableciendo la limitación de términos con el señorío de Alcaudete, de origen  árabe y las góticas estableciendo la comunicación con el reino de Granada. En estos tiempos los regidores, jurados, el alcaide, y el alcalde mayor ejercieron la justicia  en el recinto amurallado de la Mota. Lugar de soldados, caballeros, y pecheros que convirtieron la ciudad musulmana de Ben  Zayde en Alcalá la Real; sede de la Abadía vere nullius, en la que la justicia eclesiástica se administró en la Iglesia Mayor Abacial, obra de  Diego de Siloé y Martín de Bolívar; refugio de la justicia de la Chancillería de Granada en tiempos de epidemias  y capital del corregimiento donde este cargo 21 ejercía el gobierno y la justicia de los territorios de Alcalá la Real, Loja y Alhama. La huella de la justicia quedó plasmada en las torres de la Justicia o de la Imagen, donde se mantuvo el corregidor hasta tiempos de Carlos I, y la del Gabán con el mismo nombre, el palacio de la Justicia o Casa del Corregidor, donde se celebraba la audiencia todas las mañanas acompañadas de jurados y regidores.  Los edificios relacionados con la Justicia, como la Cárcel Real ( la mudéjar torre  Nueva), que albergó una vivienda anterior de tiempos de los Banu Said, la Cárcel Eclesiástica,  la Mazmorra, y la Sala de la Audiencia de las Casas de Cabildo. Esta ciudad se corona con la parte militar de La Alcazaba, en la que gobernaba el alcaide de nombramiento real de la familia de los Fernández de Córdoba y el conde de Cabra entre otros,. La ciudad de la Mota bajó al Llano, entre dos cerros, y allí desde el renacimiento hasta la modernidad se jalonó con diversos edificios. Templos  de órdenes religiosas (San Francisco, Nuestra Señora de Consolación, Remedios, Encarnación San José de Capuchinos), Santo Domingo de Silos sobre la antigua mezquita, San Juan, Veracruz, San Blas, Nuestra Señora de las Angustias, San Antón, y el actual del Salvador. No faltaron hospitales ( Dulce Nombre de Jesús y Caridad y Nuestra Señora de las Mercedes),  casonas, palacetes, fuentes,, parque,  edificios públicos como  el nuevo ayuntamiento de tiempos del corregidor Calderón de la Barca Iruña, la Cárcel  y  los Juzgados ubicados en el barroco Palacio Abacial, antigua residencia de abades desde  el siglo XVIII y adquirido por el  ayuntamiento  alcalaíno como sede judicial  hasta finales del siglo XX ( actualmente su sede se encuentra en  la calle Isabel la Católica).  . Estos últimos respondieron al paso de una nueva forma de administrar la justicia sustituyendo el corregimiento y el alcalde mayor  en el distrito o partido  judicial de Alcalá la Real, que administra  los municipios de Alcalá la Real, Alcaudete, Castillo Locubín  y Frailes bajo la autoridad de los jueces.

Alcalá  consiguió ser Real en tiempos de frontera. Pero no olvida  sus tiempos levíticos y, menos aún, que, con el corregimiento, se convirtió en sede de ciudad judicial, cuya huella todavía se hace presente en nuestros tiempos. Por eso, no extraña que aparezca en una orla del Salón de Plenos del Cabildo de la Mota. Varones, sed muy derechos, / en regir u gobernar, /Alcalá libre de pechos, / Real por los grandes hechos, / si gloria queréis alcanzar.

           

 

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