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domingo, 30 de mayo de 2021

TENER EL MAL DE AZOGUE

 


 


 

 


 

Me apostillaba mi madre, cuando era pequeño, o increpaba a un familiar y amigo con las frases “parece que tienes azogue”, “tienes azogue” y , muy frecuentemente  “tienes el mal de azoque”. Con esta última, le daba una cualidad negativa al azogue. Nunca nos inquietábamos por el significado de esta expresión, pero la escuchamos muy repetidamente. Y competía con otras como “eres más nervioso que el rabo de una lagartija”.

Nunca reparábamos en aquella palabra mágica que interrumpía en normal comportamiento del cuerpo humano. Y, en un documento del escribano Juan Gutiérrez de Rueda de tres de enero de 1589 (Legajo 4812, folio 282) supimos el alcance de aquella expresión . Se trataba de un contrato de una tendera y el abastecedor del azogue y solimán en todos los territorios de España. Este había recibido esta merced real de Felipe II de Diego de San Pedro, tesorero de estos dos elementos en Castilla y Portugal y se lo entregaba a mercaderes que negociaban con ellos. En el caso alcalaíno con el mercader granadino Pedro Núñez, que debía abastecer a la tendera alcalaína María de Salazar, viuda de Santiago de Villavasco, y a sus dos hijos. Se comprometía a aportarle cada año durante un trienio 25  libras de solimán y 5 de azogue, al precio de 36 reales la libra de cada uno de los productos. Ella y sus hijos se obligaban a venderlo en sus tres tiendas y en los cortijos.

       Importancia debió tener el anterior documento. Pues el azogue y solimán eran unos productos muy apetecidos y valorados para muchos fines. El azogue se relacionaba y coincidía con el mercurio y ya lo empleaban hasta los griegos con el término «hydragyros», que significaba «agua» y «plata» , un metal líquido que escondía la clave de la piedra filosofal. También fue usado mucho tiempo por alquimista y sombrereros locos, a los que provocó muchos problemas de toxicidad.  Fue descubierto en concreto, ya con este nombre en 1. 490 por un fabricante de tinas de madera esloveno, por una cosa que brillaba en el agua, era el mercurio, el azogue. Junto con la mina de mercurio de Almadén aquella mina de  Idrija (Eslovenia) compartieron la primacía en la explotación de este mineral.

 

Como algunos destacan de la azogue “ Su interés radica no sólo porque es el único metal que se encuentra en estado líquido a temperatura ambiente sino porque durante siglos los alquimistas creían que era un ingrediente básico para conseguir la piedra filosofal, la sustancia capaz de transformar cualquier metal en oro, curar enfermedades y conceder la inmortalidad”. Frente a su carácter curativo, se encuentra el lado nocivo, por su toxicidad, ya que como solimán, al integrar parte de este nuevo producto servía para curtir las pieles que empleaban los sombrereros que fabricaban sombreros de fieltro y recurrían a este producto que, sin darse cuenta, lo inhalaban y dañaban sus neuronas, No es de extrañar que surgieran personajes de este órfico como el Sombrerero Loco del  Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. La patología a la que daba lugar era una dolencia caracterizada por temblores, cambios de personalidad, irritabilidad, nerviosismo y depresión.

Este arabismo que se refiere al mercurio y que los alquimistas y médicos  utilizaban para preparados medicinales y como motivo ornamental,  tenía como derivados el bermellón, y el solimán ( Este se producía a partir del azogue y se utilizaba para el curtido de cueros). A partir del siglo XVI, el mercurio se convierte en un bien con gran valor por su utilidad en la amalgamación del oro y la plata que provenían de América. Almadén se desarrolla como un importante centro minero-industrial, que contribuyó a la explotación de las riquezas traídas del Nuevo Continente y que, aunque fuera indirectamente, favoreció la extensión de la presencia española en América. Se sabe que  durante los siglos XVI y XVII la mina se arrendó a los banqueros alemanes Függer (Fúcares, en el lenguaje popular español) para pagar los préstamos concedidos a Carlos I para los gastos de su coronación y que esta familia de banqueros introdujo en Almadén numerosas innovaciones tanto técnicas como organizativas, que dieron por fruto el incremento de la producción y la obtención de buenos beneficios tanto del azogue como del solimán. La mayor parte del azogue producido, se enviaba a Sevilla, desde donde se embarcaba a América. Ni qué decir de la importancia de esta mina y el mercurio hasta la actualidad.

Pero volviendo al solímán  es otro arabismo sulayman, proveniente de un latinismo adaptado sublimatum , sublimado corrosivo, cosmético hecho a base de preparados de los polvos del mercurio. Jayme Boy en su Diccionario lo define como  "Preparación química, cuya base el  mercurio ó azogue; es de dos clases, el sublimado corrosivo, y el sublimado dulce. El primero es uno de los más violentos venenos y, por consiguiente, los Mercaderes, Drogueros ó Especieros deben procurar tomar todas las precauciones, para no venderlo ni entregarlo sino á personas conocidas, y según las leyes vigentes en la materia. Se compone de azogue, cinabrio, espíritu de nitro, de vitriolo, y de sal marina decrepitada, reducido todo a una masa blanca, y brillante por la calcinación en los vasos sublimatorios. Es preciso escogerlo, muy blanco, y brillante, ligero y poco compacto. A mas del sublimado, que se hace en España, viene bastante de Holanda, Venecia y Smyrna; este último es el peor, y se sospecha que lo hacen con arsénico, así es, que es más pesado que los otros, y presenta muchos espejos, esto puede servir para reconocerlo; para cerciorarse más, es preciso echarle algunas gotas de tártaro destilado ó frotarlo con sal de tártaro; si se vuelve amarillo es bueno; si ennegrece es preciso desecharlo.

El sublimado dulce, es lo mismo que el corrosivo, pero se corrige por medio del mercurio dulce y reducido a masa blanca, cristalizada en agujas duras y brillantes, a fuerza de pasarlo por el fuego repetidas veces y por diversos matraces de vidrio. Para quitarle toda su malignidad, es preciso dulcificarlo tres veces a lo menos. Viene también de Venecia y Holanda; para ser bueno debe ser blanco, brillante, formando pequeñas agujas duras, que probado en la lengua sea insípido, y reducido á polvo, tire á un color amarillento".

El solimán cayó en desuso  y ya los recogía  la Real Academia en su DRAE como cosmético. D
el solimán  no hemos encontrado algún dicho que perdure actualmente. Pero del azogue abundan “ Este muchacho no se puede  estar quieto ni un segundo, parece que tiene azogue”. Su etimología árabe es evidente   al-zawq (mercurio).  Y está claro que la persona intoxicada por este metal sufre ataques de pánico, palpitaciones, o alucinaciones, de modo que  la  expresión "ser un azogue" con un significado similar sea recogida por la DRAE. No es de extrañar que estos elementos se elevaran al terreno literario con  obras de novelas de intriga, como de China Miéville, «El Azogue». 0 la  homónima de Neal Stephenson, «Azogue». E incluso hubo el  disco de Marea: "El azogue".

Creo que relacionado con el bullicio y hormigueo de los recintos comerciales , antiguamente se conocía como azogue el mercadeo.  Resultado de ello es la multitud de calles y plazas que reciben el nombre de "del Azogue".

       No creíamos nunca que el azogue  fuera de sangre azul, pero la Corona ni sus súbditos la emplearon como privilegio.  Al menos, mi madre no comprendía este valor y significado . Niño, tienes azogue, Sorpresas que da la vida.

 


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