LA PRIMERA IMPRENTA ALCALÁINA

De todos es sabida que existió una imprenta en la ciudad fortificada de la Mota; también que aconteció en tiempos del abad  Diego Castell de Ros y Medrano. Este abad fue muy prolífico en escribir y no  cabía duda que debió equiparse de dicha imprenta y sus libros aparecen con el impresor granadinos Francisco de Ochoa Fernández de Castilla.  Este es el documento de compromiso de la creación de la imprenta alcaláina entre el impresor real de la ciudad de Granada y el abad, a fecha de 10 de abril de 1704 ante el escribano Pedro Monte Lezcano. La representaba su esposa doña Paula Gertrudis Mora

y Villalta y su hijo don Baltasar Ochoa Fernández de Castilla,  por un padre ante el escribano granadino Francisco Recio, que le permitía ajustar impresiones o imprimir en cualquier lugar de los reinos de España. Y su marido tenía pendiente varias impresiones del señor abad don  Diego Castella de Ros y Medrano, del  Supremo Consejo de S.M Felipe V, Calificador del Santo Oficio de la Inquisición y abad de Alcalá la Real. Los impresores se obligaron a a hacer las impresiones y a trasladar  a la ciudad de Alcalá la Real la nueva imprenta con todos los adherentes que le pertenecen y tres oficiales: uno de caja, y dos de prensa, con la circunstancia de que el abad debía poner el papel. Además debía pagar sesenta reales por cada pliego que se debía hacer, y se le anticiparon tres  mil reales, al mismo tiempo que se le dieron los poderes, que plasmaron en el contrato. Fueron testigos los presbíteros Juan Francisco Navarro, Francisco de Velázquez Vázquez y Juan de Vega Montijano.