Hijo de Francisco de Colmenares Hurtado de Mendoza, abogado
de la Real Chancillería de Valladolid, y
de Ana María de Velasco y Cosío y nieto de María Jiménez de Espinaredo y de
José de Colmenares, oidor de la Real Audiencia de la Coruña . Nació en Valladolid, casó con Catalina de
Aguiluz y Herencia en Madrid en 1680 , y
alcanzó un amplio currículo hasta obtener el corregimiento de Alcalá la Real,
Loja y Alhama, al que acompañaba el de superintendente de todas las rentas reales . Fue caballero de la Orden de Calatrava, en la
que obtuvo el cargo de visitador de ella. Ostentaba el cargo abad de la parroquia de San Pedro de las Rozas, dignidad seglar en las montañas de la villa de Ruinosa del
arzobispado de Burgos y señor de Cembreros, que pertenecía al patronazgo de los
Cosío de Villellla (cuyo mayorazgo también poseía). Era poseedor de los mayorazgos del solar y
casa junto con sus heredades de los
Palentinos de Colmenares junto con los de su padre de la villa de Villaescusa,
de la casas y huerto de la Torre, Jaraíz y Cueva, 140 obradas de heredad,
viñas, guindalera de Cordobilla de la villa de Castrojeriz, poseía las
capellanías con capilla de sepultura,
asientos y preeminencias de las familia Mendoza y Manrique de la parroquia de
este mismo lugar, que fundó Valadiano Hurtado de Mendoza del lugar de
Cordobilla. Por su familia había
adquirido grandes beneficios y mercedes, como el juro de heredad de 7.000
reales sobre las alcabalas de la ciudad
de Palencia, heredadas por su tío canónigo don Marcos de Colmenares. Por la de
abad, se le permitía nombrar a l cura y el estipendio de dos partes de las
tercias de los diezmos mayores y menores y del rompimiento de sepulturas. Como
lo gozaban por una Bula de Pio IV. También poseía el vínculo y mayorazgo de Bustamante
Estrada en el valle de Ibuña, fundado
por Gerónimo de Bustamante Estrada, maestre escuela de la Iglesia Capitular de Aguilar
de Campoo. Por su familiares más
directos, su abuelo Pedro de Colmenares, beneficiado de la iglesia de
Herrera, oidor de la Chancillería de Valladolid y miembro de Consejo de Felipe
IV, el patronato de la capilla de Nuestra Señora de Burejo de Herrera.
Remontaba por su esposa el mayorazgo de los Velasco señores de los condes de
Haro, condestable de Castillo, en la villa de Herrera y lugares de Cembreros,
Calahorra y otros de su entorno, que fundo don Francisco de Velasco. También era patrón de la capellanía del cronista
don Diego de Colmenares denominada de Santiago Apóstol, que fue arcediano de la
iglesia de Palencia. Entre su familia y personal de servicio se encontraba dona
Ángela Ruiz, viuda de Tomás de Campo, que dejó varios enseres, un paje, de
nombre Juan Antonio Vázquez, que le dejó un capote de campo, una cocinera María
Tomizo y otro criado Francisco, con otro capotee
Tomó el cargo el día once de febrero
de 1728 y se mantuvo en Alcalá la Real hasta la muerte. Ocupaba el cargo de
teniente de corregidor su hijo don José Francisco Colmenares y Velasco Eguíluz,
emparentado con Francisco Aguirre Creúsa, rentero anual de las Dehesas,
caballero de la Orden de Santiago y de Felipe V, guarda mayor del sitio y
bosque del Pardo. Su teniente corregidor en Alhama fue José de
Arroyo y Biedma que sustituyó a alcalde mayor don Fabián Carlos Tejeiro.
SU
EQUIPO DE MANDO
Fue
nombrado el veintitrés de diciembre de 1727 y vino a Alcalá el once de febrero
de 1728. Fueron alcaldes mayores de Alcalá la Real, Lorenzo Rodríguez, y Luís Antonio de Ayerbe; de Loja, Eusebio
Serrano Salvaje, abogado, y en Alhama: D.Fabián Carlos Tejero.
Alguacil Mayor en Loja don Juan
del Castillo. Y de Alcalá Juan Castillo Extremera y Diego Riojano y Lorenzo de
la Cruz.
Alguaciles del Castillo de Locubín. Alejandro de Reyes y Antonio de
Aguayo.
Alcaldes del Castillo de
Locubín. Alejandro de Reyes, Pablo Antonio Cortés ( 1628) Cristóbal de Molina(1730)
HACIENDA
No
estaba claro el ´órgano administrativo
por el que se englobaba el corregimiento, pues en algunos casos como en el
repartimiento se hacía al reino de Jaén, y en el impuesto de la sal a Granada. Por
otra parte, a los anteriores impuestos de millones, medias annatas, la lanza
del abad, valimientos de oficios
enajenados, arbitrios y milicias-pajas y utensilios- de los reinados
anteriores, y de tiempos de Felipe V, que se añadieron otros nuevos y algunas medidas
impopulares: el de la tercia parte de los montes y yeguas que gravaba a los
ganaderos que pastaban en los montes del término, y los donativos de 1712 y 1719 que importaban
51,289, y 69.294 reales, durante su
corregimiento afrontó el de los mil
pesos de 1729 y el crecido importe de la sal, que perjudicaba los ganaderos que
no podían hacer frente para darla al ganado y abandonando esta rama de riqueza
que conllevaba la pérdida del abasto de la
carne en detrimento de los vecinos( se prohibió su venta como el jabón
en casas particulares), con una pragmática real que regulaba el precio y los
lugares cercanos de abastecimiento. Fueron años los dos últimos de sequía, y
los dos primeros no hubo cosechas, por las avenidas de aguas y tormentas (
otoño y primavera de 1727 y 1729.
Pero
la sangría mayor venía ocasionada por las reclutas de soldados y los batallones
que se alojaron estos años por la ciudad así como la contribución de la milicia
alcalaína a la nueva administración militar. Hubo momentos de regimientos
completos que pernoctaron durante meses en los mesones del Llanillo y el de
Alba en los Álamos, provocando enfermedades, la principal de ellas, el
tabardillo, y enfrentamiento entre los vecinos y soldadados por el impuesto de
paja y falta de forraje. Un ejemplo muy
significativo fue el regimiento de Dragones de Bélgica que alojó seiscientos
caballos y 700 soldados entre Alcalá,
procedentes de África, entre Alcalá
y el Castillo, en medio de un momento sumamente seco y sin forraje para
el ganado; a lo que se añadía que trajeron gran cantidad de soldados enfermos
que lo extendieron en la población.
Si
hiciéramos un breve repaso de las tropas alojadas y los servicios militares, pasaron y alojaron con los respectivos gastos
de hospedaje y forraje el regimiento de
Andalucía con siete compañías y el de Pavía en 1723 y 1727, el de Barcelona en
1728, y el de Pavía en 1729, el
Regimiento de Salamanca por abril de 1730 y el de Dragones de Tarragona en 1731.
GOBERNACIÓN
En
el año 1728 renació el conflicto con la villa del Castillo de Locubín, al
recaer una de las alcaldías ordinarias en Fausto de Moya que trató de nombrar
como su representante a Alejandro de los Reyes. Pronto, el resto de los
regidores contradijeron este nombramiento, porque despertaba el recelo de los
vecinos, que alegaban que había cometido diferentes excesos durante el año
anterior de tenencia de alcaldía. Incluso, aparecieron en el pueblo coplas y
libelos contra su persona. Lo cierto fue que el enfrentamiento trascendió a la
esfera del cabildo, ya que el regidor Fausto de Moya pretendía un cambio de sus
tierras del Palancares por otras que estaban linderas a los predios de
Puertollano, donde muchos vecinos castilleros tenían roturas .
El
asunto alcanzó unos límites que sobrepasaron la simple protesta, y la ciudad,
encabezada por un fraile capuchino- anteriormente se le había denegado por el
guardián del convento del Castillo el nombramiento de uno de ellos que fuera
alcalde ordinario- , el escribano Manuel
Antonio Álvarez de Morales y otros vecinos llevaron a cabo el intento de
independencia.
No hemos encontrado ningún documento en los
archivos de protocolos notariales sobre la trascendencia del intento, sólo esta
frases del escritor castillero Rafael Alvarez de Morales Ruiz.
ante el atropello que se pretende
hay quien decide denunciar lo que ocurre, y preparando justificantes de los
abusos pasados y de los agravios presentes, toma la representación del
Castillo y se eleva la representación al
Real Consejo una representación de queja
y simultáneamente nueva petición de independencia del Castillo [1].
Como era costumbre
el rey mantuvo a la villa bajo la jurisdicción alcalaína. Años más tarde, a
principios del 1734 renacían los recelos por las cargas que impone Alcalá y
considerando qeu abusaban de la villa. El propio corregidor Oruña y el
recaudador de impuestos Domingo Torres, alguacil mayor avisaron al cabildo
alcalaíno, refiriendo el 25 de febrero la noticia de que la villa del Castillo se hallaba en dessosiego sobre otorgar un poder para eximirse de la jurisdicción de
Alcalá..... y se volvieron a Alcalá
habiendo hallado la dicha con dessoiego a causa de averse juntado la mayor
parte de los vecinos de dicha villa en la Iglesia y Plaza de ella para otorgar
poder para eximirse de esta ciudad y que por no encontrarse con algún
incoveniente no aplicaron dlixenxia alguna.
Pronto, el
cabildo alcalaíno investigó la
situación, nombrando una comisión que consiguió descubrir el promotor del
motín, que, según decían, había sido el padre fray Manuel de Espinosa,
religioso de la Orden de Predicadores, residente por aquel tiempo en la villa y
varios frailes que le acompañaban. Escribieron al Provincial de la Orden
dominicana para abortar el plan. No se escamotaron
esfuerzos para enviar la carta y se recibió la respuesta del padre Provincial,
que se hallaba en Cádiz en los primeros días de marzo, comunicándose que quedaba muy mortificado de que los religiosos
se mezclan en dependencias y negocios que causan disturbios y que, aunque tene
dado orden a los referidos, mandó se abstengan de semejante asumpto ..
Un
asunto de gran alcance en los años 1717-1731 provoca una nueva revisión del
problema. En espera de la publicación de un trabajo en curso, presento sus
elementos más destacados. Algunos se conocen ya. Henry Lea indicó hace tiempo
que la trama había sido totalmente desmantelada tras ciertas informaciones
proporcionadas por un tal Diego Díaz, que habría recibido una pensión de la
Inquisición en pago a sus servicios (36). Un contemporáneo, Juan Pérez de
Herrasti, afirmaba haber comprado la casa confiscada con este motivo por la
Inquisición a unos ricos comerciantes de seda, los Aranda (37). Julio Caro
Baroja ha elaborado la lista de los 46 mahometanos, 35 mujeres y 11 hombres,
presentes en el auto de fe de mayo de 1728. El hallazgo de un voluminoso legajo
permite confirmar estos hechos aislados. A partir del 1 de octubre de 1727,
fueron perseguidas por la justicia en Granada 226 personas por profesar el
Islam y condenadas a figurar en los autos de fe que se sucedieron a partir del
9 de mayo de 1728: 46 ese mismo día, 28 el 10 de octubre, más de un centenar
probablemente en 1729, 18 el 25 de junio de 1730 y 7 más el 4 de marzo de 1731
(38).
RELACIÓN
CON LA IGLESIA
En
el mes de febrero de 1730, llegó a la ciudad el abad y cardenal Carlos de
Borja, que visitó la ciudad y lo recibieron en la iglesia de Santo Domingo de Guzman.
Este abad gozaba de mucha influencia en
la vida cortesana y en el Vaticano, pues llegó a ser votado sin ser elegido para
papa. Este año, se celebró una rogativa
por la sequía en honor a Santa Ana.
UNOS
MORISCOS POR ALCALÁ
En
1729, los vecinos de Alcalá la Real tuvieron que afrontar la llegada de un
grupo de más 80 personas que habían sido penitenciados por el Tribunal del
Santo Oficio de la Inquisición de Granada. Algunos investigadores consideraban que
estas personas eran moriscas. No era de extrañar que estas víctimas pertenecientes
a cincuenta familias, muchas de las cuales se hallan emparentadas entre sí,
pasasen por Alcalá y refugiarse en muchas viviendas de la ciudad, por lo menos estuvieron
cerca de un mes buscando casa y alojamiento. Damos este dato recogido en las
actas de cabildo que se acerca a otros estudios de otros investigadores, y para
compararlo con los que Julio Baroja establecía de 114 mujeres frente a sólo 82 hombres. Tampoco, no extraña su relación con el mundo
comercial, pues en Alcalá la Real, la industria textil abundaba además del
comercio de la seda. Y todos ellos
estaban relacionados con este mundo, la administración y profesiones liberales
( Hay trece comerciantes de seda junto a, entre otros, seis tintoreros, un
tejedor, dos hilanderas, ocho costureras, cuatro notarios, un abogado, un
médico, tres administradores de rentas reales, un procurador de la Chancillería
y hasta un sacerdote). Algunos, por sus apellidos se relacionaban con personas que lo ostentaba
en Alcalá la Real, y en ella se encontraban sus ascendientes en el núcleo compuesto por los Aranda, los Chaves y
los Figueroa). Entre los doce miembros de la familia Aranda figuran cuatro
tratantes en sedas y un capitán de caballería; entre los veintinueve Chaves se
hallan cuatro comerciantes de seda, dos notarios y dos pasantes de notario;
entre los ocho Figueroa están Melchor, sacerdote, y Gabriel, administrador de
rentas reales y concejal. Isabel de Aranda es la esposa de Gabriel de Figueroa,
María de Chaves Aguilar la de Felipe de Aranda, María de Chaves Benavides la de
Gabriel de Aranda, hermano del anterior. En el acta del cabildo se insinúa
que responden a un retorno relativamente masivo de moriscos exiliados o una
inmigración regular de berberiscos, que se habían procesado y las autoridades
locales, habitualmente alertas, se habían alarmado, en concreto se cita “penitenciados
por tales herejes, mahometanos, y ser conocidos que fueron penitenciados·”. Ante
la estas circunstancias, se extendió la noticia y el malestar de los vecinos
por que se encontraban buscando casas y con la intención de domiciliarse y permanecer en
la ciudad de la Mota. El cabildo trata de impedir la estancia para evitar el contagio,
pues consideraba que podían producirse muchos daños en el comercio y la relación
con los vecinos al introducir las malas costumbres, y aquí aparece la palabra , de los moriscos, y el ataque a la religión católica. Y aboga a que
no permanezcan en la ciudad, porque gracias al esfuerzo de la gente de Alcalá
nunca se introdujeran entre sus vecinos y ganaron muchos privilegios por su
defensa contra cualquier gente morisca o
de otra clase. No debió ser prolongada
la estancia, pues ya no se publicaron más noticias, y apuntamos la acusación de
moriscas, sin entrar en detalles como
María Soledad Carrasco Urgoiti y Mikel de Epalza han publicado recientemente un
importante documento, se refieren a ellos ·. Estos musulmanes de principios
del siglo XVIII se adhieren además a las tesis desarrolladas en los apócrifos
del Sacromonte, superchería basada en el sincretismo entre Islam y Cristianismo
elaborada por moriscos granadinos a finales del siglo XVI (40). Por último, es
muy posible, a juzgar por los textos, que Nicolás Díaz, guía espiritual de la
comunidad y padre del delator, jugase un papel importante en la transmisión del
saber entre varias generaciones.
CULTURA
Y OBRAS
Todavía
se encuentra en funcionamiento El Corral de las Comedias, que, por las fiestas
patronales del año 1729, representa obras del autor Juan de Ordóñez,
En
1730, tras su muerte, dejó de ser maestro mayor de obras de la ciudad Manuel
del Álamo siendo sustituido por Felipe Peinado. En este año se edificó un arco
que unía dos solares de Juan Montijano en la calle Gala frente a la Puerta
Villena, que permitiera el paso de coches y carretas. Comienza a la repoblación
y construcción de casas con el nombre de albergas en las aldeas, donde
transforman las chozas de retama en casas en lugares junto a sitios de propios,
como cerca de la Ermita de Santa Ama.
Comienzan
a caerse y derrumbarse muchos edificios municipales, que necesitan reformas y
rehabilitaciones como el Matadero, puentes, cortijo del Piojo, Medianil, Cabeza
Carnero, Acequia Baja y Cerro Batán, , Pósito que tenía los arcos muy
maltratados, la bodega con amenaza de ruina y caída de vigas, y el Oratorio y
la Cárcel que manifestaba indecencia
para decir misa. .
Se
hizo un concierto entre el Convento de Consolación el cabildo para el
recudimiento de las tierras de Navasequilla.
Por
Semana Santa y el Corpus Cristi se engalanaban las Casas Capitulares.
RELACIÓN CON
OTROS ESTAMENTOS
En 1729, pasó el duque de Osuna con dirección a Granada y se
le agasajó con un refresco y un gran banquete. En el mes abril junto con dos
diputados del cabildo municipal Fausto de Moya, Leonardo Lizaur, Gerónimo Serrano
de Cabrera y Antonio de Ortega) acudió a Granada a rendir pleitesía al Rey. El
viaje se había preparado el año anterior, por estar programado su pasaje por tierras
alcalaínas desde Sevilla a Granada,
pasando por Córdoba y volviendo por Jaén, se arreglaron seis pasos, se
pagaron seis pesos por vecinos para acomodar entradas y salidas, muy deterioradas
por los temporales. Se llevó una concordia entre los cabildos de Acaudete y Alcalá
sobre utilización de pastos. En diciembre, pasó el embajador de Viena.
MUERTE
Murió
en Alcalá el día trece de octubre de 1729,entre las una y las dos de la
madrugada, siendo sustituido unos día como teniente de corregidor por su hijo,
Francisco de Colmenares. A continuación estuvo de corregidor interino don Luis
Cano, y posteriormente don Antonio Ayerbe.
Muy enfermo y en la cama, había
testado el día cuatro de este mes dejando heredero a su único hijo, ya que se
encontraba viudo. En 16 de octubre de 1729, por
declaración verbal de su propio hijo José Francisco de Colmenares y Velasco y
Eguiluz, recibió el poder de testar y recogió todas sus intenciones post mortem en
la fecha anterior. No pudo ser enterrado provisionalmente en el convento de Consolación,
como era la intención del difunto por no haber sitio, y, lo fue, para luego ser a la de la abadía de
las Rozas o el convento franciscano de
la villa de Herrera, donde poseía una capellanía, trasladado a la Bóveda de la ordenación de los
frailes del monasterio de San Francisco de la Observancia, que era propiedad
del familiar del Santo Oficio de la Inquisición
y secretario del rey Felipe V don Juan Ramírez del Postigo en el nicho primero y más alto de los que había
bajado por la escalera a mano derecha, donde se puso su título. Ejercieron como
albaceas el cura Tesifonte Miranda y Gabriel Delgado Miranda el abogado.
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