LA FAMILIA DE PABLO DE ROJAS Y LA
VIRGEN DE LAS MERCEDES
Habían
desparecido casi todos lo miembros más directos de la familia de Pablo de Rojas
en la ciudad de Alcalá la Real por el segundo decenio del siglo XVII.
Curiosamente, no quedaba vivo ningún hermano de Pablo de Rojas, tan solo
algunos sobrinos y sobrinas de su hermano Nicolás y Melchor. No obstante,
quedaban vivas algunas cuñadas. Este es
el caso de Catalina López Palomino [1] que realizó el testamento
con fecha de 1616 enferma de cuerpo, pero sana de entendimiento. Para la vida
religiosa y cotidiana de aquel tiempo nos aporta datos interesantes. Su rama, (
padres, marido y alguno de su hijo, en concreto , Pablo de Rojas como su tío)
disponía de una sepultura de enterramiento en la iglesia de Santo Domingo, al
que califica de los abades para distinguirlo de la Orden de Predicadores.
EL ALTAR DE LA VIRGEN DE
LAS MERCEDES
Sus devociones se
manifestaban en las misas que le debían dedicar: Santísima Trinidad (3), Gozos
y dolores de María, llagas de Cristo (15), Santa Ana (10), Nuestra Señora de la
Soledad (5) , San Amador ( un santo muy arraigado en la diócesis de Jaén, 30 ),
Llagas de Cristo (5), a San Francisco (3), a San Antonio (3), a los arcángeles Rafael , Miguel y Gabriel
(3), Ángel de la Guarda (3), y a la
Virgen de las Mercedes que lo hace con estas palabras:
“Mando a Nuestra Señora
de las Mercedes en su altar privilegiado de la Iglesia Mayor , que su advocación lo era de Santa Catalina diez misas”. Por lo que, en
esta fecha ya está asumido que la capilla o altar de Santa Catalina estaba
ocupado por la imagen de Nuestra Señora
cuya advocación era refrendada por el pueblo con el nombre de las
Mercedes. Pues era muy frecuente que este altar privilegiado albergara la
dedicación de misas para sacar las ánimas del Purgatorio hacia el cielo. Y en eso consistía las
mercedes: a conseguir con las plegarias.
No olvidaba tampoco en
sus plegarias de dedicar misas por las almas de sus padres y par sacar ánimas
del Purgatorio (10) ni a otras
advocaciones de María ( tres a cada una del Carmen, y Limpia Concepción).
Tampoco dejaba atrás la limosna de cera para el Santísimo Sacramento y una bula
que pagaba de difuntos (Bula que se tomaba con el
objeto de aplicar a un difunto las indulgencias en ella otorgada). Todas las
misas debían celebrarse en el convento de San Francisco y parroquia de Santo
Domingo salvo diez que debían celebrarse en el altar de Nuestra Señora del
Rosario por los frailes dominicos.
Era cofrade de San Juan, Soledad,
Santa Ana , Santísimo Sacramento y de las ánimas que estaba instituida en el comentó
de san Francisco. Como se acostumbraba, pagaba los óbolos a los santuarios
acostumbrados de los Cautivos y de la Casa Santa de Jerusalén.
. PABLO DE ROJAS
El dato más importante
que ratifica la relación de su familia con el escultor e imaginero Pablo de
Rojas , viene dado por conservar en 1616 todavía los cincuenta ducados heredados por su hijo
Antón de Raxis, que era menor de edad y con las facultades disminuidas.
“Declaro que soy guardadora
de mi hijo Antón de Raxis de los cincuenta y seis ducados que le mandó Pablo de
Rojas, su tío, quiero que los aya con sus réditos en alcanzare en tres alanzadas de viña en el pago de la Acaiceruela, linde
con viñas del licenciado Madrigal por
lo alto y por lo bajo con Bartolomé
Sánchez Serrano, y si el dicho Antón de
Raxis mi hijo no las tuviere por bien de la manda que le mandó su padre, tengo
una haza de tres fanegas en el Barrero ,
en lo que resultare del quinto de la herencia”.
Hay otros datos curiosos con esta misma cantidad de cincuenta ducados referidos a una mula rucia de Bartolomé de Espejo que pagó en cincuenta ducados con cargo de los cincuenta ducados que le dio a su hijo Pedro de Raxis y no le había devuelto más que tres de lo que le entregó el muletero Gregorio Hernández. Y a este mismo le prestó más dineros para afrontar pagos de préstamos y deudas con el Pósito y Hacienda real No repara en manifestar que le había dado a su otro hijo Nicolás ocho ducados para el alquiler de la vivienda que le había contratado al presbítero Juan Jiménez en la parte correspondiente de la herencia , Le encarga esta manda a su hijo Lorenzo y la gestión de esta tierra del Barrero por la voluntad y amor que le tiene y confianza para encargarse de la minoría de edad Antón de Raxis. También lo avala con la media casa de enfrente al Pósito , una haza y tres fanegas en Monte Rey Y funda una memoria de dos misas cargadas sobre ellas para decir dos misas, una de Nuestra Señora de la Concepción y otra a San Antonio de Padua . La otra media casa, lindera con las casas de la Veracruz, las deja en herencia para pagar otra memoria de su padre Juan Rodríguez Palomino con dedicación de tres misas ( una en San Juan , otra Limpia Concepción y otra San Antonio de Padu
a ; y el remanente de un quinto de la herencia al final quedaba para la cofradía de Santa Ana y de Nuestra Señora de las Mercedes (sic) para decir dos misas por su alma. Establece como herederos y patronos de la memoria a Lorenzo, su mujer Ana de Figuera, s u hermana y nietos Mate y Juan
Por lo que se muestra el
arraigo de la devoción de la Virgen de las Mercedes en la población y se
insinúa que ya no es una imagen, sino que se constituye con una fórmula que
varía entre esclavitud, hermandad, y hasta cofradía.
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