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martes, 2 de abril de 2024

PEDRO HERNÁNDEZ MÉNDEZ DE JAÉN, MIEMBRO DE UNA FAMILIA JUDAIZANTE A FINALES DEL SIGLO XVI

 

Ya hemos tratado sobre los judíos alcaláinos en varias ocasiones. Hubo un personaje sigular que vive en la ciudad de la Mota  y fue uno de los judaizantes giennenses más influyentes en el último cuarto de siglo. En 1578, se realizó una   visita de inspección al distrito de la Inquisición de Córdoba,   en la cual se declaraba que no había ningún detenido por judaizante. Según Luís Coronas, la Suprema se quejaba de que los inquisidores de Córdoba, no eran tan activos como ésta deseaba e incluso se considera que la inoperancia de uno de ellos es tal que debe de recriminársele. En concreto, se actuó  contra el inquisidor Vallecillo en 1587. A fines de enero de 1590 estaban las cárceles de la Inquisición de Córdoba vacías después del solemne auto de fe que condenó a los alumbrados.


Hace años relatamos la visita del inquisidor Tamarón a la abadía de Alcalá la Real, porque, terminado el auto contra los alumbrados,  la Suprema encargó a los inquisidores realizar las visitas de las distintas zonas del distrito de las que había algunas que no habían sido inspeccionadas desde hacía más de veintitres años, como ocurría con Cazarla, Noalejo y Alcalá la Real. lo que también relatamos en el mismo artículo( CANCIONERO, RELATO Y LEYENDAS, junto con Domingo Murcia) y dispusieron que recorrieran este territorio abacial. No fueron muy diligentes os los inquisidores ante los deseos  y objetivos de la Suprema o no encontraban materias para detener en el reino de Jaén a judaizantes; tan solo conocemos casos de extravagancias de algunos sacerdotes en el momento de la consagración, algunos intentos de adulterios, hechicería y superstición . Las pesquisas de la Inquisición se dirigen en los últimos años del siglo hacia la población portuguesa establecida en esta época;  y son numerosos los procesos en localidades de Jaén. Se iniciaron  a finales de siglo algunas detenciones. Se plasmaron ante las denuncias provocadas por la lectura de Edictos de fe que ligaban a los cristianos "en conciencia" a denunciar a todas aquellas personas y hechos que pudiesen ser objeto de investigación; muy cercana a la abadía resultó la denuncia y posterior proceso de una familia portuguesa avecindada en Alcaudete, donde existía una gran relación con el comercio de la seda de Alcalá la Real a través de los franceses como Juan Serrete, y protugueses.Y muchos procesos estuvieron relacionados con comerciantes y mercaderes del mundo del paño, y, en muchas ocasiones, contra judíos portugueses que controlaban el comercio , venta y producción de paños y seda.


En 1588, tras ser condenado el abogado  y descendiente de este mu ndo de los lienzos Juan Díaz,  la Suprema pidió información sobre Pedro Hernández Méndez de Jaén, de quién había la sospecha de judaísmo; este hombre se relacionó con el sur del reino de Jaén y la abadía de Alcalá la Real en el mundo del comercio de las telas y paños, lanas, venta de esclavos ( en ciudades de Martos) e incluso ventas agroganaderas ( novillos a labradores de cortijos o en otras ciudades como Torrecampo) . Poseía las tenerías de la Tejuela, que lindaba con los corrales de  su   casa  que la dio a censo a Cristóbal de Ormaz, tintorero, que se llamaba  la Casa Honda de Pedro Hernández en 1600, valorada en la suculenta cantidad de 220 ducados, lo que demuestra otro pèrfil de sus actividades, como buen judío el prestamo a los acreedores y relacionados con sus ingresos anteriores.

De nuevo en 1600 la Suprema trató sobre este personaje, que con otros habían hecho información de cristianos viejos. Se conserva un poder en Alcalá la Real , por el que se muestra su clara influencia entre las élites de la ciudad, e, incluso, llegó a alcanzar cargos municipales de jurado  y los hijos de Francisco Medez y Juana Ordoñez lo heredaron Juan y Cristobal Méndez Zamorano. En este mismo año varias personas relacionadas con su familia daban poder al regidor alcalaino don Alonso de Villalba ante el escribano ( Legajo 4863 , Folio 147 escribano Gregorio Salido ,    4 de julio 1600) para que lo defendiera ante  el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Y, aunque el documento no es muy explícito, señala que los afectados eran el propio Pedro Hernández, o el regidor Juan Zamorano Méndez, su hermanos  doña María Méndez Zamorano. casada con regidor don Alonso de Quesada  y  el regidor Cristóbal Méndez Zamorano que residía en la Corte de  Madrid. Y daban la representación a Alonso de Quesada en su nombre y sus deudos, sobrinos y otros culpados  ante los  señores apostólicos del Distrito de la Santa Inquisición de Córdoba en contra el licenciado Cañete, Y especificaban por un libelo infamatorio contra su  honra  y calidad  y lo demás que  hicieron y publicaron. Le daban el poder y la potestad de poderlo otorgar a otras personas en su representación y defensa. 






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