También se podía haber titulado este
artículo La Fuente del Rey y el hidalgo
don Gabriel de Miranda. Este se había casado con doña Juana de Molina
Lizaur. Su familia se componía de dos sirvientes y dos
criadas (Figuraba omo el vecino 1090 en el Catastro de la Ensenada de 1751). Ante Francisco José Ruiz Ruano, hizo testamento don
Gabriel Miranda, licenciado abogado de los Consejos Reales en 21 de mayo
de 1759, y dio poder para testar a su esposa Juana de Molina y Lizaur
González de Lara y a su hermano Diego Molina Lizaur. Solicitó que fuera
enterrado en la capilla de Nuestra Señora Santa Ana de la Orden
Tercera de San Francisco, cuyos fundadores eran miembros de su familia y
tenían la obligación de enterrar a sus bienhechores. Si no pudiera realizarse,
se hiciera en la capilla de Santo Cristo del Convento de la
Encarnación, propiedad de los Molina, que se encontraba entre las dos
puertas (dato interesante para ubicación de capillas, hoy de la Virgen de
Fátima). Los albaceas fueron los anteriores y Pedro Isidoro de la Oliva,
vicario y cura de Santo Domingo. Concedió bienes muebles, joyas y haza del
ruedo de Fuente Nueva a su esposa.
Como abogado de Alcalá recibía unos beneficios
de 400 reales; y, además, era escribano de cabildo y de millones por la memoria
fundada por don Juan Rodríguez de la Rosa, arrendados en la cantidad de 3.000
reales (uno, el de cabildo, en 160 ducados, y el de millones 140 ducados).
Esta memoria estaba gravada con la memoria del Santo Sepulcro, que
consistía en dos cargas: una misa rezada en todas las fiestas del años ( por lo
que se pagaban 172 reales a razón de 86 días por la limosna de a dos reales
cada misa); la pensión de costear y pagar todas las obras pías para la
conservación y decencia de los cuerpos de la Iglesia y sacristía del Santo
Sepulcro, así como el adorno de sus altares y ornamentos para decir misa,
cera, vino y las demás ocurrencias ( se le regulaban 200 reales).
Para centrarn
os en el entorno de la
Coronada y la Fuente del Re, no vamos a desarrollar sus amplios caudales en
bienes inmuebles entre casas y fincas, tan sólo nos vamos a fijar en las casas
de vivienda. La primera en la calle
Real, recibida por la memoria de doña Ana
Montijano, nos ilustra de su poder y
prestigio hidalgo; estaba compuesta de bodega con ocho tinajas, y encima un
cuarto bajo para despacho, otra bodega con cuatro tinajas, otras dos pequeñas
sin vasos, dos despensas, caballeriza, cuartos segundos principales que son dos
antesalas, dos salas, tres alcobas, un dormitorio, cocina, candiotera, tres
cámaras; de doce varas y media de frente por y 61 de fondo; su ubicación
no puede estar más clara, porque tenía correspondencia a otra casa accesoria ,
que le servía de puerta falsa a la calle Braceros, ambas incorporadas, y
en medio un patio y dos corrales, por donde se servían; sus recintos de
alojamiento se componían de portal, caballeriza, aposento, cocina y cámaras; y
la ubicación era lindera con la casa del presbítero don Antonio Contreras, y
por la baja, con don Fernando Montijano de la Rosa.
La otra casa principal de la Calle Real era
lindera con la casa de Don Diego de Moya, por la parte alta; y, por lo bajo,
con la del presbítero don Eladio Serrano, también la habitaba este escribano y,
si se alquilara, rentaría 440 reales; estaba gravada con una misa y fiesta
cantada en el convento franciscano de Nuestra Señora de Consolación con una
limosna anual de 44 reales.
Dejando
atrás los inmuebles de las casas en las
calles Fuente Nueva, Utrillla , Espinosa (dos), Gala , El Gitano , Rosa, del Portillo y Placeta de Juan Vázquez , Mesa (2)
, y Juan Jiménez, y los corrales, el del albergue del ganado del
Pilarejo de las Tórtolas y el de la
calle la Peste, es muy interesante, para
conocer el entorno de la ermita de la Coronada, que poseía UNA CASA DE CAMPO en
la Fuente del Rey que distaba un cuarto de legua de Alcalá la Real, junto al
lavadero común, que servía de colada a las lavanderas. Tenía por habitación una
cocina, caballeriza, aposento, cámaras y corral, inmediato a este, otros dos
corrales más pequeños a poca distancia de dichas casas, de 12 varas de frente
por cinco y media de fondo, lindera por un lado con casa hundida de Fernando
Serrano, y, por la parte baja, con el callejón de servidumbre para la Fuente
del Rey y por los corrales pequeños, rebozaba con el corral de otra casa de los
herederos de Pedro Serrano hasta la cabezada; y por el lado derecho con el corral de la
cofradía de la Coronada (Si se hubiera arrendado , habría rentado 132 reales).
Entre las hazas, olivares y
huertas, en este mismo entorno poseía una fanega y celemín y medio de
regadío de la misma memoria en Fuente del Rey. regada por el agua del
nacimiento de este sitio por acequias que ocupaban dos celemines, con cuatro
morales, de segunda calidad y otras de primera calidad, lindera con huertas de
Pedro de la Cruz (Este), María Vela(Oeste), don Alonso de Pineda (Norte), y la acequia de
la Fuente del Rey y huerta de don Gerónimo de Rojas de Loja (Sur). Estaba gravada
con una memoria de cuatro misas cantadas en el convento de la Orden
Tercera de Nuestra Señora de Consolación y una limosna de 16 reales; otra
misa cantada y dos rezadas en la Iglesia Mayor y otra en la iglesia del
Hospital de la Caridad con una limosna de cuatro reales. Muy ligada la
memoria a la Hermandad de la Coronada, con las advocaciones de los Desamparados
y Caridad, que como se ve se mantenía hasta mediados del siglo XVIII.
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