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martes, 27 de agosto de 2019

EN EL PROGRAMA DE LA CORONADA 2019. LA FUENTE DEL REY HACE MÁS DE 260 AÑOS










También se podía haber titulado este artículo La Fuente del Rey y el hidalgo don Gabriel de Miranda. Este se había casado con doña Juana de Molina Lizaur. Su familia se componía de dos sirvientes y dos criadas (Figuraba omo el vecino 1090 en el Catastro de la Ensenada de 1751). Ante Francisco José Ruiz Ruano, hizo testamento don Gabriel Miranda, licenciado abogado de los Consejos Reales en 21 de mayo de 1759, y dio poder para testar a su esposa Juana de Molina y Lizaur González de Lara y a su hermano Diego Molina Lizaur. Solicitó que fuera enterrado en la capilla de Nuestra Señora Santa Ana de la Orden Tercera de San Francisco, cuyos fundadores eran miembros de su familia y tenían la obligación de enterrar a sus bienhechores. Si no pudiera realizarse, se hiciera en la capilla de Santo Cristo del Convento de la Encarnación, propiedad de los Molina, que se encontraba entre las dos puertas (dato interesante para ubicación de capillas, hoy de la Virgen de Fátima). Los albaceas fueron los anteriores y Pedro Isidoro de la Oliva, vicario y cura de Santo Domingo. Concedió bienes muebles, joyas y haza del ruedo de Fuente Nueva a su esposa.  
Como abogado de Alcalá recibía unos beneficios de 400 reales; y, además, era escribano de cabildo y de millones por la memoria fundada por don Juan Rodríguez de la Rosa, arrendados en la cantidad de 3.000 reales (uno, el de cabildo, en 160 ducados, y el de millones 140 ducados). Esta memoria estaba gravada con la  memoria del Santo Sepulcro, que consistía en dos cargas: una misa rezada en todas las fiestas del años ( por lo que se pagaban 172 reales a razón de 86 días por la limosna de a dos reales cada misa); la pensión de costear y pagar todas las obras pías para la conservación y decencia de los cuerpos de la Iglesia y sacristía del Santo Sepulcro, así como el adorno  de sus altares y ornamentos para decir misa, cera, vino y las demás ocurrencias ( se le regulaban 200 reales).
Para centrarn
os en el entorno de la Coronada y la Fuente del Re, no vamos a desarrollar sus amplios caudales en bienes inmuebles entre casas y fincas, tan sólo nos vamos a fijar en las casas de vivienda. La primera  en la calle Real, recibida  por la memoria de doña Ana Montijano,  nos ilustra de su poder y prestigio hidalgo; estaba compuesta de bodega con ocho tinajas, y encima un cuarto bajo para despacho, otra bodega con cuatro tinajas, otras dos pequeñas sin vasos, dos despensas, caballeriza, cuartos segundos principales que son dos antesalas, dos salas, tres alcobas, un dormitorio, cocina, candiotera, tres cámaras; de doce varas y media de frente por  y 61 de fondo; su ubicación no puede estar más clara, porque tenía correspondencia a otra casa accesoria , que le servía de puerta falsa a la calle Braceros, ambas incorporadas,  y en medio un patio y dos corrales, por donde se servían; sus recintos de alojamiento se componían de portal, caballeriza, aposento, cocina y cámaras; y la ubicación era lindera con la casa del presbítero don Antonio Contreras, y por la baja, con don Fernando Montijano de la Rosa.

La otra casa principal de la Calle Real era lindera con la casa de Don Diego de Moya, por la parte alta; y, por lo bajo, con la del presbítero don Eladio Serrano, también la habitaba este escribano y, si se alquilara, rentaría 440 reales; estaba gravada con una misa y fiesta cantada en el convento franciscano de Nuestra Señora de Consolación con una limosna anual de 44 reales.
 Dejando atrás los inmuebles de  las casas en las calles Fuente Nueva,    Utrillla ,  Espinosa (dos), Gala , El Gitano , Rosa, del  Portillo y Placeta de Juan Vázquez , Mesa (2) , y Juan Jiménez,  y los  corrales, el del albergue del ganado del Pilarejo de las Tórtolas y el de  la calle la Peste, es muy interesante,  para conocer el entorno de la ermita de la Coronada, que poseía UNA CASA DE CAMPO en la Fuente del Rey que distaba un cuarto de legua de Alcalá la Real, junto al lavadero común, que servía de colada a las lavanderas. Tenía por habitación una cocina, caballeriza, aposento, cámaras y corral, inmediato a este, otros dos corrales más pequeños a poca distancia de dichas casas, de 12 varas de frente por cinco y media de fondo, lindera por un lado con casa hundida de Fernando Serrano, y, por la parte baja, con el callejón de servidumbre para la Fuente del Rey y por los corrales pequeños, rebozaba con el corral de otra casa de los herederos de Pedro Serrano hasta la cabezada;  y por el lado derecho con el corral de la cofradía de la Coronada (Si se hubiera arrendado ,  habría rentado 132 reales).

 Entre las hazas, olivares y huertas, en este mismo entorno poseía una fanega y celemín y medio de regadío de la misma memoria en Fuente del Rey. regada por el agua del nacimiento de este sitio por acequias que ocupaban dos celemines, con cuatro morales, de segunda calidad y otras de primera calidad, lindera con huertas de Pedro de la Cruz (Este), María Vela(Oeste), don Alonso de Pineda (Norte), y la acequia de la Fuente del Rey y huerta de don Gerónimo de Rojas de Loja (Sur). Estaba gravada con una memoria de cuatro misas cantadas en el convento de la Orden Tercera de Nuestra Señora de Consolación y una limosna de 16 reales; otra misa cantada y dos rezadas en la Iglesia Mayor y otra en la iglesia del Hospital de la Caridad con una limosna de cuatro reales. Muy ligada la memoria a la Hermandad de la Coronada, con las advocaciones de los Desamparados y Caridad, que como se ve se mantenía hasta mediados del siglo XVIII.



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