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viernes, 25 de septiembre de 2015

EN ALCALÁ LA REAL, INFORMACIÓN , LA CONCARABA DEL ABUELO.

LA CONCARABA DEL   ABUELO


Son importantes todas las funciones del lenguaje. Desde la  representativa o comunicativa hasta la conativa pasando por la expresiva. Y no digamos las que no descubrió Karl Bühler y se las debemos a Jakobson o a los lingüistas del Círculo de Praga como la metalingüística,  la poética, la  mágica y la lúdica. Aunque estas dos últimas se encuentran a pie de calle y, por otra parte,  falta mucho trabajo de campo para ponerlas en valor, ofrecerían un amplio elenco para una tesis doctoral e, incluso un tratado enciclopédico. Y mucho más en el argot y usos dialectales del habla del pueblo andaluz. Viene a esto a cuento de lo que me contó mi barbero y amigo Juan José en su rebotica, más bien en su lugar de trabajo. Sin pensárselo dos veces, aludiendo a los montajes que algunos proponen para defender lo imposible o alcanzar objetivos inexplicables, zahirió a todos los peludos presentes con este dicho que se lo había comentado un antepasado suyo " Esto es la concaraba del abuelo". Vaya palabreja, sonaba más a un americanismo de procedencia inca o maya que a un étimo grecolatino. Nadie acertaba por donde meterle la mano. Lo primero que vino a la boca de todos fue "esto es la caraba". Por más que le comentaban que hacía referencia a un hecho o dicho extraordinario, positivo y negativo de alguien " Nada de nada, rien de rien",  era la respuesta a la hora de contestar las sugerencias significativas de  aquel prefijo que había engrandecido a la caraba. Pues, esta podía referirse tanto a un hombre como a una mujer, a un animal o un automóvil. Pero, para el ingenioso creador de aquel sintagma "la concaraba del abuelo" sólo se refería a su pariente y  no podía trascender más allá de un instrumento. Ni con esas sugerencias ni esas pistas, nadie daba en el clavo.
Y mira por donde que el barbero  dio una lección magistral, que se remontaba a un aspecto fundamental de las fiestas locales. Sin tener conocimiento ni ciencia  de ello,  esta palabra hacía referencia a las murgas o comparsas  de los gremios que frecuentaban las actividades o actos festivos de las celebraciones extraordinarias de Alcalá la Real ( luego pasaron al Carnaval e, incluso al Corpus), consistentes en un desfile en los que trabajadores de una misma rama laboral e agrupaban para desfilar y ofrecer un ingenio o un invento a la ciudad, con el fin de divertir al público presente ( algo así como un montaje escénico o mecánico). En este caso, este personaje sumamente creativo tuvo la ocurrencia (palabra de moda) de proclamar por todos los lugares y de convocar a los presentes a "La concaraba de su abuelo". Todos los vecinos acudieron a un lugar cerrado en círculo  y picaron como las chinches, porque  atiborraron el recinto dejando un pequeño redondel en el centro y un pasillo, por donde pasó aquel personaje del gremio campesino. Y a la voz de "señores y señoras, entren, pasen todos, quieren  ver la concaraba de mi abuelo",  antes de que fuera respondido al grito de un "venga ya" colectivo, como si esperaran el elixir del físico más prestigioso  o la receta más potente contra todo dolor o antojo, sacó de un saco un viejo arado de madera " con que araba su abuelo". Mas no podía pedirse, reafirmaba su dicho y hacía añicos  el sueño ilusionado de un colectivo que rabiaba viéndose engañado. Esto no era la caraba, era algo más: la concáraba. Mucho más grande, había llegado al  alma de todos los presentes y no se creían engañados. Muy simple y muy real, sin fuegos de artificios ni montajes mágicos. Se sentían autoculpables  recordando   los versos calderonianos " y los sueños sueños son"  y habían caído en la misma trampa que aquel que simuló  un circo  y  atrajo a la gente por otro elemento básico: el pan .En este caso " el pan que habla ".  Y, aún más, en una sociedad donde el " pan y el circo" eran básicos, quién no iba a acudir a la cita, porque, sin lugar a dudas. le surtía de esos dos elementos esenciales para saciar su relación social y personal. Y fue otro fracaso. Pues, tras el desarrollo de las diversas escenas circenses, todos pasaron desapercibidas ante la ansiedad del "pan que habla" ( ni las fieras ni las panteras pudieron con el mago que les prometía la felicidad en el trabajo y en el circo de la vida). El final, en este caso, ni  fue otra concáraba del abuelo ni la caraba de una persona; fue algo más impresionante: el mago sacó el pan, condujo a un espectador de la platea y le preguntó  cómo estaba  el pan. El inocente, inmediatamente, respondió: " esta blando" Y , atónito y pálido como la cera,  bajó con gran esfuerzo la cara mirando  hacia atrás. Había picado como un pardillo.
Dos bellas lecciones, dos cuadros de la realidad puras y duras. Pues hay muchas personas que se montan un circo , en este caso a su apaño o  antojo, o , como los antiguos comparsitas hacían, un ingenio ficticio sin importarle las artimañas de la magia de la retórica del lenguaje ni las invenciones más exorbitantes y  alejadas de la verdad para conseguir lo que no pudieron con las buenas artes de la oratoria y  la verdad de los hechos. Pero, esta interpretación la corrigió mi amigo y mi sugirió que  aquellos inventos no eran sino fruto de una agudeza mental y creativa de nuestros antepasados que afinaban la mente para conseguir los recursos que les negaba su pobreza congénita. Tercera lección al mundo de hoy, decía, porque todo se les da hecho a muchas generaciones.           



jueves, 24 de septiembre de 2015

EN ALCALÁ IDEAL TORRE DE LA DE LA DEHESILLA

TORRE DE LA DEHESILLA                              
En el mes de septiembre, la torre de la Dehesilla comparte el  trajinar cotidiano de todas las gentes de Alcalá (No sólo de estos tiempos sino de épocas anteriores). En la lejanía de los siglos, la torre se levantó probablemente sobre una cimentación púnica en un lugar estratégico como un cuerpo de guardia para la fortaleza de la Mota; le informaba de avanzadillas nazaríes, caravanas monfíes, quemas de panes  y robos de ganados; no debió quedar la cima al descubierto en tiempos de los musulmanes, pues  los cristianos la orlaron con una corona de matacán  y fuego de  luminaria para cambiarla en atalaya del camino de los playeros; y, tras despedir a su alcaide, se convirtió en guardiana de la dehesa  de los caballos, la más cercana a la ciudad, donde pastaron los jumentos de las tropas que como transeúntes pasaban por Alcalá o se alojaban antes del  combate.
Fiel testigo de un cambio de un importante sistema productivo,  mudó a  los alcalaínos de  una actividad agroganadera a otra puramente agrícola;  fue, también, notaria fedataria de  las últimas labores de la cosecha veraniega antes de que entraran las maquinarias con sus segadoras de diesel; en el primer decenio del tercer milenio, casi está a punto de despedir la auténtica feria instituida por Carlos III,  la del  ganado  trasformada en una muestra de exhibición de maquinaria agrícola y  de productos  agrarios al amparo de un silo, que almacenó tantos sacrificios de los labriegos alcalaínos ( y ahora retumba con los timbales y trompetas entresemana y por los fines de semana  se convierte en recinto báquico de la juventud).
La torre de la Dehesilla, llamada antiguamente de los Caballos, dio su primer paso hacia la metamorfosis humana cuando  fue roturada y repartida entre los hombres de yunta; a mediados del siglo pasado,  hizo los primero guiños a las instalaciones industriales de la antigua CEPSA, a los herreros de la cooperativa de San José Artesano y a los primeros hornos de cerámica y barro. Ovacionó con un eco de Víctor prolongado  los goles de los equipos de  futbol y de las diversas categorías de Alcalá la Real; se entusiasmó con las buenas tardes del equipo de Baloncesto; se inició en nuevas modalidades deportivas como el hockey, bádminton, balonmano y tenis, que ejercieron los vecinos de Alcalá la Real ( con éxitos nacionales e, incluso, con participación olímpica) .Disfrutó  de grandes celebraciones como la inauguración del gran pabellón cubierto en el Llano de las Aves Frías o la Piscina Cubierta en  los terrenos de enfrente, los que pertenecieron al Dulce Nombre.
 En los  pies de su cerro, se  vio rodeada por un área de servicio con la implantación de una variante de la antigua carreta 432 poblándose con casas de segunda vivienda, grandes supermercados y un nuevo centro hospitalario  que despierta nuevas ilusiones en la mejora de la vida de las personas.
Pero también, se ha visto invadida por la técnica y el progreso, ofreciendo a veces caminos antiguos cerrados por el asfalto, veredas cortadas por los intereses particulares, antenas de radiotelefonía que desgarran el  horizonte paisajístico y  vallas que cierran  lo que anteriormente e ofrecía despejado sin miedo a  hurtos. Muchas fuentes públicas, algunas como las del Cañuelo, 

se han visto mermadas y secas por ese afán de robar el agua a la comunidad con pozos privados por doquier. Otros manantiales  y su lavaderos  se han transformado  en depósitos  fitosanitarios, como la Fuente Granada; y los  hay que han desaparecido por completo como las  de las Peñuelas.
Los antiguos caminos, abrevaderos, amebas  y descansaderos han dado  paso a espacios educativos, deportivos y recintos industriales en perjuicio de la ganadería y el disfrute humano. El olivar ha invadido al cereal y al viñedo y las antiguas hortalizas solo han quedado reducidas a unas cuantas parcelas y al experimento de los huertos urbanos. Poco queda de aquella antigua fábrica de  harina de los Sierras que lució su grandeza hasta en los extraordinarios del Blanco y negro por los años treinta del siglo XX. Tan sólo, un poste de luz caído, restos de la caseta y la carretera de entrada al recinto harinero son el canto de cisne de la primera industrialización alcalaína. 
No siempre, esta torre mantuvo la alegría sino que soportó los fríos y las nieves de invierno con cosechas afectadas por los hielos y agangrenadas por sus efectos nocivos. Incluso lloró en una tarde triste de toros allá por los años cincuenta. Pero, en septiembre siempre sonreía con las fiestas campesinas y la de San Mateo, aconsejando posturas en los tratos entre payos y gitanos, endulzándose con el turrón de Lucena y brillando con los reflejos del bronce de los calderos que se vendían en los tenderetes de lonas negras.

Todavía la torre de la Dehesilla pierde su vista avizora y le da la mano al horizonte todas las tardes envuelta en olivos y sonando las sirenas de las fábricas y la del parque de bomberos. Pues ya no relinchan los caballos n su suelo sino  que el sonido se ha enlatado artificialmente.  

martes, 22 de septiembre de 2015

ACTOS Y VIAJES PRÓXIMAS EN HUERTA DE CAPUCHINOS

ASOCIACIÓN DE VECINOS” HUERTA DE CAPUCHINOS”

ALCALÁ LA REAL
(JAÉN)
RUTA POR EL NACIMIENTO DEL RÍO SAN JUAN DE CASTILLO  DE LOCUBIN






1.      
BOLETÍN NONÁGÉSIMO  NONO (99)º) 9.30 HORAS   27 DE SEPTIEMBRE 2015.
  PROGRAMA
9.30  Salida de Los Sauces  hacia el Castillo de Locubín ( EN COCHES).
10 . CONCENTRACIÓN en el parque del Castillo de Locubín JUNTO ERMITA DE JESÚS.
10.15. INICIO DE MARCHA POR CARRERA HACIA  SAN ANTÓN, CEMENTERIO, NACIMIENTO DEL RÍO SAN JUAN Y HUERTAS.
Final 13.30 aproximadamente. COMIDA DE CONVIVENCIA   Distancia unos 8 Kilómetros.
NOTA IMPORTANTE
COMIDA SEIS EUROS EN EL RESTAURANTE CASTILLO. HAY QUE AVISAR A LA PÁGINA DE FACEBOCK, 65346 2306, 953582407, BODEGAS CAMPOAMENO. ANTES DEL VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE.





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III RUTA NAZARÍ . SIERRA MORENA Y ANDUJAR

1.      
BOLETÍN NONÁGÉSIMO  SÉPTIMO 8.30 MAÑANA 4 OCTUBRE  2015.
  PROGRAMA


8 .30 Salida de  calle Figueras  HACIA SIERRA MORENA.
                                                                       

11.30 SANTUARIO.
14. Comida
Tarde . ANDUJAR ( SI FUERA POSIBLE)

PRECIO  25  EUROS. ( Desayuno y Almuerzo)
APUNTARSE EN MIS TEJIDOS RM JUNTO A BAR  RÍO DE ORO.
PRECIO 25 EUROS
PROGRAMA ORGANIZADO POR HERMANDAD DEL ECCE-HOMO Y COLABORACIÓN DE HUERTA DE CAPUCHINOS.








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ASOCIACIÓN DE VECINOS” HUERTA DE CAPUCHINOS”

ALCALÁ LA REAL
(JAÉN)
EDADES DEL HOMBRE. ESCORIAL, ÁVILA, ALBA DE TORMES, Y SALAMANCA

1.      
BOLETÍN CENTÉSIMO PRIMERO (101º) 6 MAÑANA 10 OCTUBRE  2015.
  PROGRAMA


Día 10. 5 h  Salida hacia Escorial. Tarde en  Ávila.
Día 11. Pueblos de Ávila, Alba de Tormes y Salamanca. Edades del Hombre en Alba de Tormes.
Día 12. Edades del Hombre y Ávila.
PRECIO 217 euros
AGENCIA CONTRERAS



esta es nuestra lotería
 


FERIA. ACTOS FESTIVOS . GREMIOS, TOROS, COMPARSAS Y VELADAS

Los actos festivos

Como función preventiva para la formación de la caballería, el rey emanó a lo largo de este periodo algunas provisiones reales con el fin de fomentar la caballería y la yeguada ([1]). Pero, en consonancia con esta actividad,  hay que señalar el ejercicio de los caballeros, que llevaban a cabo actividades de preparación y entrenamiento en  sitios adecuados. En la ciudad  de Alcalá la Real, se fijaron dos sitios la carrera de san Bartolomé, el camino de san Marcos y el ejido de los Álamos. Pero, tampoco, por parte de la ciudad, no se  olvidaba la simulación de los combates, mediante la programación de  fiestas de toros, y, sobre todo, de cañas o alcancía, donde se realizaban  enfrentamientos personales o de cuadrillas, una de ellas, generalmente, la primera, estaba al frente del corregidor que  así mantenías sus cualidades físicas para la guerra ([2]).
Muestra de ellos son estos datos .
En tiempos del corregidor  FRANCISCO SEDANO y siendo su alcalde mayor de Loja Francisco Sedeño, nombrado en junio del 1522, TUVO UNA














 una labor de recapitulación de documentos en la ciudad de Loja, entre los que destacaba el libro de repartimientos. Hizo ordenanzas de incendios, reorganizó los gremios. Los campos se reanimaron. Logró que la ciudad  no concediera beneficios más que a los naturales de Loja y que los forasteros no pudieran comprar tributos ni heredamientos. en su tiempo se llevó a cabo el Paseo del Haz, lugar de carrera de caballos, corrida de toros, ferias, ejercicios y paradas militares.    Solían realizarse en las festividades estivales, cuando el tiempo permitía  su desarrollo, y podían acudir caballeros de las ciudades del entorno ([3]).
En el trece de abril del año 1556, se recibieron vairas  cédulas en las que se comunicaba la abdicación del emperador en su hijo Felipe II,  y por las que se permitían alzar los pendones al rey Felipe II. Sin embargo, éstas no tuvieron lugar  hasta el día de Santiago que se hicieron fiestas de toros, invenciones  y  alegría. .En cuanto la relación con la Corte, los letrados de la ciudad seguían pleiteando en la Corte para alcanzar la prórroga de la libertad de impuestos y de cualquier tipo de alcabala, lo que se celebró con grandes fiestas de toros al conseguirla en el año 1557. También se ganó una provisión por los vecinos del Castillo en la invasión de las tierras por su zona. Por el tres de septiembre de 1558,  se recibió una nueva merced que consistía en el pago del cortijo del Batán y el molino de Francisco de Jamilena..

En situaciones difíciles, tras largos periodos que dejaban a la población sumisa en la tristeza. De los primeros casos, podríamos exponer las actuaciones con respecto a las pestes que se extendieron en el reinado de Felipe II, el terremoto del 1580 y las consecuencias derivadas, pero, es significativa este acuerdo del año 1582: “ En este cabildo el señor corregidor atento a que esta ciudad y sus vecinos de ella  han tenido y estado este año presente y los demás de antes de muchas aflicciones( peste, guerra de Portugal, esterilidades) y trabajos y otras necesidades  que llevan mucha aflicción, y para el reparo della  y que la gente se alegre y regocije y se exercite la caballería en el servicio militar conforme al orden de Su Majestad, lo tiene, mandado por sus reales provisiones  lo prescribía y se hagan fiestas de Toros y Cañas para el día de Santa Ana primero venidero  de este año, día antes y después del que pareciere a esta ciudad, a quien el dicho cometido se encarga las dichas fiestas  con las solemnidades que acostumbra”. Como es lógico el cabildo municipal asumió dicha propuesta del corregidor, pues en boca de los regidores servían para alentar y alegrar a los vecinos de esta ciudad aflictos y afligidos acerca de las calamidades que han corrido y corren ([1]). Muy relacionado con lo anterior venía el ejercicio de la caballería para estar preparados por la milicia, que se escenificaba en las fiestas mencionadas, tal como se refleja en muchas, pero concretamente en ésta. : “En este cabildo mandó que se cumplan las Pragmáticas Reales  de Su Majestad , en que en ella manda se exercite la caballería , y usando la costumbre que esta ciudad tiene de hacer fiestas de toros y de cañas, y en cada un año, se mandó que para el seis de agosto de este año se hagan fiestas en esta ciudad de toros e cañas” ([2])Tras muchos años de ausencia de fiestas por agosto, en 1592, volvieron a programarse una serie de festejos , que se componía de corridas de toros, carrera de caballos y juegos de cañas, con la participación de cuatro cuadrillas, al mando de las cuales estaba el corregidor, el alcaide y dos regidores.




[1] AMAR. Actas de los cabildos de los días 3 y, 10 de julio  y 8 de septembre1582
[2] AMAR. Acta del cabildo del 20 de junio de 1585.


[1] Ibd. II, III, XXIX, VII.
[2] AMAR. Acta del cabildo seis de junio de 1584.
[3]  MARTIN ROSALES. Francisco.  El ocio en la Alcalá del siglo XVI. Toro de Caña. Nº1. 1995.Diputación Provincial de Jaén.



El concurso de gente daba lugar al desarrollo de otras actividades que venían celebrándose en otras fechas festivas del año, como son los toros, las veladas musicales y los espectáculos públicos.


         
Desde el año 1597, que lo fue de  grandes lluvias y nevadas,  hasta 1607 son años de sequía intensa, sobre todo éste último, de ahí que sea muy significativo el acuerdo del cabildo del día 23 de abril de 1607, que manifiesta:
“la ciudad da así la noticia que la gente está agotada y afligida por los años anteriores y la falta de temporal”
Y concluye:
“para que se alegre y divierta que se hagan fiestas de toros en la plaza de esta ciudad, donde se acostumbran a hacer las fiestas”


           
Consecuencia de la intensa sequía de los años comprendidos entre 1607 y 1608, y  entre 1616 y 1617, fueron la esterilidad de los campos, la miseria de los labradores y la pobreza de los jornaleros. Fueron años en los  que el único remedio era el que nos manifestaba  el cabildo del día 15 de abril:


“Como por la mucha necesidad que ay de agua, se trayga Santa Ana a esta ciudad, donde se an de hacer fiestas en el domingo primero, y, en este día acuda la ciudad y salga en forma de ciudad al recibimiento hasta los Álamos” 


 LA FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

            
            Las fiestas a la Inmaculada Concepción tuvieron lugar el año 1615. Fue una fiesta que vino propagada y fomentada desde la Corte, desde se sugería que se organizara a la manera que en Madrid con tres noches de luminarias y hachas en las Casas de Cabildo y otras partes de la ciudad, y con repique de campanas de todas las iglesias en la víspera. A partir del acuerdo municipal dichas fiestas nunca se interrumpieron, formaban parte de las tablas de fiestas ordinarias del cabildo y delegadas en el cabildo de suerte. Este fue el acuerdo de la ciudad:
La ciudad habiendo píamente considerado y conferido la gran devoción que hay en esta ciudad a la Pura y Limpia Concepción  de Nuestra Señora, y confesando como confiesa esta ciudad por sí  y en nombre de todos los caballeros, los regidores y jurados y los de esta ciudad,, ser concebida sin mancha ni mácula de pecado original, que a ello perderían vidas si es menester, acuerda que se haga fiesta a la Limpia y Pura Concepción de la Virgen Nuestra Señora  en su día perpetuamente para siempre jamás, cada año en su día, vísperas, y misa y se convide un predicador para este día, y que, en las suertes  que esta ciudad eche suerte particular para esta fiesta, echándolo como se echa para la Fiesta del Santísimo Sacramento, y lo que se gastare en ella, ha de ser de los propios, y, faltando de los propios de esta ciudad,.los regidores, jurados y caballeros”.
En este año, las fiestas consistieron en una corrida de toros de día, y,  por la noche, luminarias y una máscara o desfile de caballeros uniformados con armas, compuesta de varias cuadrillas ( la del corregidor, al del regidor Juan Méndez Zamorano, la de Pedro de Sotomayor y otras que procedían de fuera. Los actos religiosos, concertados con el abad, consistían en la misa de la Iglesia Mayor, la obligatoria comunión de todos los caballeros en la función mayor. También, se repitieron misas en el resto de los conventos de la ciudad[2].  
            En los años siguientes, la fiesta institucionalizada se amplió con fuegos ratifícales y alzamiento del pendón[3]



[1] MARTÍN ROSALES, Francisco. “LA Cofradía de la Limpia Concepción en la ermita de San Juan”Programa al Cristo de la Salud,  1994.
[2] AMAR. Acta de cabildo de uno de septiembre de 1615.
[3] AMAR. Acta de 18 de agosto de 1621.





En  un clima de empréstito y deuda municipal, la situación de la villa castillera dió lugar a un nuevo e importante incidente  en el que un alcalde ordinario, Salvador del Olmo, fue apresado por el corregidor Tomas Fontanét en el año 1648. El motivo no era otro sino que se había sobrepasado en las competencias de dar licencia para la celebración de una corrida de toros con motivo de las fiestas de la Virgen del Rosario el día 10 de septiembre. Los siete hidalgos y el clero apoyaron este movimiento de enfrentamiento del alcalde ordinario frente al corregidor, alegando que

es vergonzoso lo hecho por el señor corregidor con Salvador del Olmo, teniendo éste el Gobierno de una Villa tan principal, en donde hay Vicaría del señor Obispo, mucha clerecía y tantos y tan principales caballeros


En fechas cercanas y posteriores a la feria solían celebrarse corridas de toros y fiestas de moros y cristianos, -la mayoría de ellas organizadas por cofradías o conventos, como las que se hicieron para el dorado del retablo de la iglesia de Consolación-, en el siglo XIX, una vez que se restableció la tradición taurina, prohibida por Carlos III, se van a correr toros durante los días de la feria. Así en el año 182O, llegaron a celebrarse cuatro corridas de toros, según manifiesta el acta del dos de septiembre. Lo normal eran dos novilladas en los días más importantes de feria Durante este mismo siglo diecinueve, las bandas militares y grupos musicales van introducirse en la mayoría de las fiestas con actuaciones. A veces, circunstancias luctuosas como en el 1956, dio lugar a la interrupción de las actividades festivas con motivo de la caída de la plaza de toros. Incluso hubo años que por tormentas debió ampliarse el calendario festivo para resarcir a los comerciantes de las pérdidas ocasionadas. Sin embargo, desde entonces se ha venido celebrando la feria con una brillante exhibición de colorido y, en los recientes años, con un nuevo aspecto festivo y alegre, sin que hasta ahora se haya perdido, aunque solo queden vestigios de lo que fue una de las mayores ferias de ganado y comercial de Andalucía.
......
E

OTROS ACTOS FESTIVOS

Otro elemento de estas fiestas son los tradicionales paseillos y conciertos de las doce en el Paseo. Sin embargo, se prohibieron los concursos de comparsas o gremios que representaban mojigangas, tanto procedentes de las aldeas como de los gremios de la ciudad, por cierto muy frecuentes en la fiesta del Corpus y en la instauración de los Reyes. Recuerdos de estos son los gigantes y cabezudos, al mismo tiempo que el reparto de pan a los pobres jornaleros se distribuía por los comisarios de fiestas en un día señalado de la feria.


También la elevación de globos y fantoches son reminiscencias de los artilugios y obras que los gremios presentaban para distraer a la gente en otros períodos. Desde la edad media, este recurso de las invenciones se mantuvo en nuestra ciudad.
Conforme avanza el siglo, se observa que el cartel festivo se repite, normaliza y suele estar ocupado por tres o cuatro  veladas musicales, los teatros que se representaban en el claustro de Consolación y en el Teatro Martínez Montañés y los fuegos artificiales, hoy desaparecidos. Solían acudir bandas de pueblos cercanos como en el 1912, aconteció con la de los Villares o la de Martos por los años veinte.
A principios del presente siglo, el cinematógrafo hace su presencia en nuestra ciudad y fue un acontecimiento público en la feria del año 1912. A partir de aquel momento, las películas de estreno y los films de mayor aceptación se proyectarán en nuestro Parque Cinema, aunque en los primeros tiempos fue gratuito.
Los puestos de las casetas fueron una preocupación municipal que encargó su fabricación al gremio o sociedad de carpinteros para que los contrataran con motivo de la feria. Finalmente, la luz va a ser un elemento esencial de la feria festiva, contratándose a una compañía  granadina de electricidad. Como dato curioso, en el año 1918 solían contratarse doscientas treinta y dos bombillas. Con el transcurso del tiempo, el alumbrado  oficial se fijará como una actividad que inidque el principio de la feria.  

lunes, 21 de septiembre de 2015

Las fechas dela feria





EL DÍA DE SAN AGUSTÍN

lA FERIA DE ALCALÁ LA REAL se celebraba en nuestra ciudad para servir de sitio de transacción de ganado y productos agrícolas  y otras mercancías a finales del mes de agosto a partir del día de san Agustín. Así en el cabildo del diecinueve de abril del 1655, los miembros del ayuntamiento solicitan al rey  que les
dé permiso para que se le conceda feria desde el día de san Agustín hasta el cuatro de septiembre y se pueda cobrar
al mismo tiempo recuerdan que era una costumbre de la ciudad dicha actividad comercial, donde vendía, compraba y traficaba animales, enseres del campo y otras menudencias entre los alcalaínos y otros habitantes de pueblos de la comarca por estas fechas.
Pero la feria fue instituida y concedida a la ciudad por Carlos II por cédula del julio de 1688, En el cabildo del veintiséis de agosto ilustra de los preparativos de la feria que se mantuvieron hasta el año 1984. Se establecía una aduana, en donde se registraran todos los ganados que vinieran a la feria, en la puerta del mesón de María Abaastro o en un pasaje que estuviera cercano, lo que durante muchos años fue la posada o cuartel de los Álamos y hoy esquina con calle del abad Palomino. Allí era el sitio donde concurría más gente y estaban preparados dos regidores y jurados, los concejales de hoy, para recibir cualquier denuncia de fraude. Además, disponían cuatro guardas de campo, montados a caballo, hoy sustituidos por la policía municipal y el cuerpo de la guardia civil, que se encargaban de controlar todos los ganados que entraban y salían de la feria. Los forasteros solían poner tiendas que eran controladas por el señor corregidor, el alcalde actual, y los anteriormente nombrados comisarios de ferias para imponerles el impuesto del cuatro por ciento. Este impuesto y toda transacción corrían a cargo de un corredor que no sufría alteración de sus ingresos durante la feria.
 
DEL SEIS DE SEPTIEMBRE AL CATORCE DE SEPTIEMBRE

 

A pesar de que sufrió algún cambio de fecha por las actas de principios del siglo XVIII, la feria se celebraba desde el seis de septiembre hasta el catorce de septiembre. El control de la justicia era bastante más riguroso y algunos años como en el 1708 debió verificarse un registro especial entre los labradores. Curiosamente, la roturación de nuevas tierras en detrimento de la actividad pecuaria va a dar lugar a que, a partir de ahora, se controlen las transacciones agrarias de cereales que se llevaba con gran intensidad en la feria. Al mismo tiempo, van a ser tiempos en los que la Corona continuamente reclame los derechos y privilegios concedidos de esta actividad, unidos a los del dosel y el tratamiento de señoría, como síntoma de una época en la que se intentaba recaudar de las ciudades todo tipo de recursos.
  LA FERIA A PARTIR DEL CATORCE DE SEPTIEMBRE











En tiempos de Fernando VI, ya se iniciaba  la feria a partir del día catorce de septiembre, según pone de manifiesto el catastro de la Ensenada.También , hasta el año 1834, respetó la feria de Noalejo, que acontecía por los días del diez al doce. se iniciaba, a principios de siglo desde el día quince hasta el veintidós.

LA FERIA A PARTIR DEL DÍA DE SAN MATEO


A mediados del siglo XIX, va a sufrir varias transformaciones atendiendo a las fechas de otros pueblos como Torredonjimeno  hasta fijarse a finales de siglo el día veintiuno de septiembre, ya que la tosiriana se celebraba por los días comprendidos entre el ocho y diez.  

 LA FERIA A LOS FINALES DEL SIGLO XX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI
Se acomodá al último fin de semana en torno al 21 de septiembre, por razones puramente de ocio más que comerciales y atracción de visitantes, figurando el día del santo como algo convencional. 



domingo, 20 de septiembre de 2015

HISTORIA DE LA FERIA EL PASEO DE LOS ÁLAMOS

 HISTORIA DE LA FERIA EL PASEO DE LOS ÁLAMOS..

Si buscáramos el origen mitológico de las ciudades, como hacían nuestros antepasados, de seguro que encontraríamos  que el dios Mercurio debió asentarse en Alcalá y parió una amplia estirpe de comerciantes, regatones, o  corredores de comercio, y, actualmente, tocaría con su citueso el  nido de inmobiliarias que actualmente abundan como setas. No somos sino un eslabón más de aquellos que nos precedieron. De los hispanorromanos, que desde sus villas esparcidas en la comarca alcalaína acudírían a las oppida para intercambiarse, en  los días feriados, producto -el trigo por el aceite, o la vid por el buey-,. al mismo tiempo que se fomentarían los sacrificios y los juegos en honor a Hércules.
Además,  Alcalá es una ciudad de feria, porque, a lo largo de su historia, Alcalá ha sido, es y siempre será cruce de caminos, un lugar de encuentro de hombres y pueblos, y, sobre todo, el principal paso de Andalucía hacia muchos lugares para feriantes y hombres de comercio. En el siglo XII, ya  lo escribía Pero Marín refiriéndose a la venta de esclavos cristianos que se realizaban en la fortaleza de Aben Zayde. Allí estaba el rastro, la alhóndiga, los pesos de la harina, los mesones y los mercados.
 Como diría mi amigo, colega y profesor de la universidad sevillana Pedro Cano Ávila acerca de la enorme importancia de este puerto terrestre de entrada de Castilla al reino de Granada:
            “Si nos atenemos ahora al valor económico del comercio entre los reinos de Castilla y Granada, y sobre todo a través del puerto de Alcalá la Real, llegaremos a la conclusión de que fue realmente importante”
  Y, de la fortaleza Alcalá bajó al Llanillo. Fue, en tiempos de Felipe V cuyo cuarto centenario celebramos este año. Cambiaron los sitios del comercio y los géneros de trasacción.
Desde este tiempo. el recinto de la venta de ganado comenzó a ubicarse el espacio comprendido  desde la Puerta de los Álamos hasta la ermita de la Magdalena, ya que era un lugar adecuado para todo tipo de transacción económica que se desarrollaba en medio de los caminos de Madrid, de Baena, de Montefrío y Frailes. A partir del siglo XIX, el Llanillo y  el Paseo de los Álamos se convirtieron en el eje radial de la ciudad.  Curiosamente,  una de aquellas aceras recibía también el nombre  de los Mesones, porque era lugar de posada obligatoria para viajeros y caballerizas en el paso por la ciudad. No sólo había posadas, sino que también se jalonaban todos los comercios y todas las tiendas artesanales, donde se mezclaba el trabajo con la venta directa. 
 Y, la feria  se hizo amiga fiel de esta columna vertebal urbana.  Poco a poco, la llegada de comerciantes de nuevas mercadurías, aperos de labranza y de calderería dio lugar a que se ampliara el recinto y comenzó a  ocuparase el Llanillo, la calle Real, el Juego Pelota y parte del camino de Madrid por los Álamos hasta el punto que el paso y el aumento del número de coches de caballos ocasionaron algún que otro incidente por la intensidad de tráfico cada vez más numerosa. Y así, el año 1879, por este motivo  se trasladó  por primera vez y en exlclusiva al Paseo de los Álamos, aunque se mantuvieron tiendas de comercio de forasteros a lo largo del Llanillo, incluso se alquilaron las dependencias del Palacio Abacial por aquellos días los feriantes y comerciantes. Como lugar definitivo de la feria, se estableció en el Paseo de los Álamos en el año 1899, para evitar el peligro de peatones que corrían en la carretera entre Alcaudete y Granada, según manifiesta el acta del trece de septiembre de este año.
 Esta ubicación se mantuvo hasta el año 1983, que se trasladó provisionalmente al recinto ferial de la Magdalena, y en el año 1988, se inauguraron las excelentes instalaciones que hoy día disfrutamos los alcalaínos, siendo alcalde Felipe López García. No obstante la ferai genuina del ganado tuvo que adaptarse a los lugares cercanos, que ofrecían un lugar para el reducido comercio ganadero que todavía se mantiene entre los pueblos.
A su vez,  las posadas  y mesones de los Álamos resistieron el envite del desarrollismo hasta que se inauguró el hotel de los Tres Amigos. Y, de nuevo, vuelven los lugares de hospedería.
 Y es que el  Paseo de los Álamos ofrecía una ubicación ideal para  las nuevas corrientes que impregnaban  las actividades de la feria, que se adaptaban a los progresos de la técnica y de las costumbres. Su jardín de estilo borbónico, al principio, facilitaba en sus diversos rincones y parterres  los más variados usos que podía encontrar el visitante. Como punto cardinal se encontraba la  glorieta, donde la músca amenizada por las veladas militares, ofrecía desde antaño a los vecinos conciertos de zarzuelas, pasadobles y marchas. A lo más, los grupos de música de cámara transformadas en orquestas de bailes o la intervención de alguna estudiantina amenizaban la danza  de los mirones y más atrvidos.  En las calles laterales, se ubicaban todo tipo de casetas artesanales, que, con el paso del tiempo, dieron lugar al traslado de las tabernas de barrio a estos habitáculos hechos de madera y cubiertos de lonas para resguardarse de las tormentas de  otoño. Otras actividades quedaban relegadas al reparto del pan de los pobres y  la elevación de globos que se llevaban  a cabo en iglesias y en la plaza del Ayuntamiento. Pero llegaron los años cincuenta, y la velada musical  fue sustituida por la caseta  popular, la del Pellizco o, en otros años, la de la familia  Gálvez. Las bandas militares dejaron paso a las orquestas de  saxofón, trompeta y batería con bombos y platillos como la orquesta Florida. Las canciones de  las copletistas españolas y de  Antonio Machín se abrieron paso a los valses  y  la múica de fanfarria militar. Mercurio quedaba relegado por el dios Cupido, y en aquellas casetas, con vallas de madera blanca, se encontraron muchos seguidores de las cuitas amorosas. Ya, el espacio de ocio se amplió y los jardines de las entre calles sirvieron de lugar oculto para desvelar los primeros atrevimientos amorosos.








            



Finalmente, poco a poco, el desarrollismo de los  años setenta  quedó reflejado  en una nueva versión reproductora del dualismo de la sociedad. La tradicional caseta del Pellizco tuvo una competidora “La Caseta Andaluza”. La primera mantenía su carácter popular y se convirtió el lugar de  escape de la clase popular ; la segunda  ocupaba el  sitio de honor de la feria, era su blasón y su emplema, donde acudía el gobernador de turno para  ser agasajado. Esta última se distinguía por su inversión municipal en  portadas de albañileria, las vallas de pintura y  barra selecta, así como la oficialidad del ambiente. El pueblo sencillo y de las aldeas mantuvieron  su  lugar de ocio, con precios populares y las orquestas que enseñaron a muchas parejas a rebajar el colesterol  en el parterre central  del Paseo hasta que  la fiesta fue conquistada por la emulación del elitismno aristócrata . Fueron los años del Duo Dinámico o de  los Tres Sudamericanos, entre otros. Fue el momento de los concursos de mises, en el que  las jóvenes de la nueva burguesía y las clases bajas comenzaron a competir con las bellas damas de los Juegos Florales de los años cincuenta. Parecía que se anunciaban  nuevos tiempos. En los años setenta, soplaron nuevos ritmos, nuevas orquestas con guitarras eléctricas. Surgió la competencia con la Caseta de la Juventud que trajo aires de los Beatles, los Módulos, y los Pekenikes. A las casetas de vinos, se controponía la elitista del Cículo el Pireo con la de RLos puestos de calderería, a un margen de la carretera, junto con los puestos del turrón y de buñuelos acudían puntuamente a la cita festiva procedentes de Lucena, Rute y Baena. . Al otro lado, el infierno de la feria: los aviones. el látigo, el carrusel, los caballicos, los coches de choque y el tren taponaban, durante dos semanas, todas las calles de los alrededores. Los cables y mangueras de electricidad se pisaban por todos los sitios. En un chapuezón, el ferial quedaba desalojada en cinco minutos. Pero, con la calma volvía todo el mundo a la feria.   
 La transición democrática afectó de lleno  a este recinto. Fórmulas que habían obtenido un relativo éxito ya no acumulaban sino fracasos. No se podía comprender una caseta ofical, cuando el pueblo había conquistado la libertad. Tampoco las clases sociales se ofrecían a ser distingos de casetas. Aquel recinto era invadido por la inseguridad de la tiranía del automóvil. Las casetas  de vino se vestían con banderas de los partidos y de las asociaciones. Faltaba espacio. Tdo el mundo clamaba  un cambio de ubicación. Pero se resistía el pueblo, que  no quería dejar abandonado  aquel eje radial, donde el teatro, el cine, y  las salas de exposiciones enriquecían los progrmas festivos por la cercanía con el Paseo de los Álamos..