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viernes, 19 de marzo de 2021

DE LA VENTA DE PANTALONES A CHARILLA, EN EL JAÉN DE HOY.

DE LA VENTA DE PANTALONES A CHARILLA





 Actualmente, comienzan a renacer antiguas rutas que tuvieron su auge en siglos pasados. La ruta de la frontera jiennense entre los calatravos y el reino nazarí, siglos pasados, fue la vía de entrada de las tropas castellanas al reino musulmán, y, a la inversa, camino de razias, gacíes y de paso de las tropas granadinas. Actualmente, se conservan testigos en esta zona entre el olivar y el monte mediterráneo, atravesada por el río Víboras, San Juan y Guadalcotón. Algunos testigos de núcleos dispersos quedan en esta ruta y paraje de disfrute medioambiental. Entre ellos Venta de Pantalones, Hoyo de Piedra y Charilla, en una zona de la Sierra Sur, que parte del término municipal de Martos, linda con Alcaudete, y se adentra en el Castillo de Locubín hasta finalizar en el partido de Alcalá la Real. Comentar sobre Venta de Pantalones es adentrarse en un lugar de paso, de cambio o estafeta de caravanas, de siglos muy recientes, que, durante el siglo XX, frecuentaban los vecinos de la Sierra Sur a la hora de acercarse a la capital, ahora lugar de veraneo y de turismo interior. Por ella pasaba, la antigua carretera que unía la ciudad de la Mota con la capital, y enlazaba con la Nacional 432, antiguo camino de la Corte Sus calles manifiestan el despoblamiento de una aldea blanca, rememorando su pasado del antiguo horno y de tienda de todos los productos y taberna. Llegar a la Venta de Pantalones es adentrarse en las tierras del Víboras, esa fortaleza que conquistó el rey Alfonso XI y fue sede de los calatravos, y disfrutar de un entorno natural único, donde se desvanecen los malos ensueños de encontrar algún ófido, por ser Víboras, el nombre de una antigua ciudad árabe la doble Bora (BisBora). Por estas tierras la caravana del Jaén reivindicó con la voz de Santi Rodríguez el bucolismo del mundo del campo, un reclamo del mundo de las tierras abandonadas De tierras calatravas, a través de rondar la Caracolera, el Ahillos, y Orbes, se acerca uno a la antigua dehesa de Encina Hermosa, entre olivar y encinar, los restos del antiguo oppidum iberorromano y las atalayas de la Cogolla y la Gallina. Y a un paso, por pina cuesta hizo su presencia la comitiva del rotativo en Hoyo de la Piedra, en forma de hundidero o hontanar. Entre olivos, se encuentra la fuente, lavaderos, casas andaluzas y (antiguos cortijos), y una ermita que, combina la cal blanca y las lascas de la zona, alberga una imagen de la Morenita, a la que los lugareños celebran la romería de la Tosquilla en los primeros días de agosto. De allí, se puede enlazar con la antigua ruta mozárabe y califal para llegar a Charilla a través del Castillo dejando atrás parejas singulares como EL Nacimiento del río de San Juan, la Nava con su atalaya árabe, la Hoya Redrada, la actual de Charilla, y la ribera del Gudalcotón. Cada lugar suele tener un emblema distintivo, para los charilleros, es su torre-atalaya, que se yergue en la cima del cerro de Flora. Esta torre parece como si quisiera manifestar que fue vigía de tantos esfuerzos vuestros y callados en convertir el monte bajo mediterráneo en una tierra rica en olivo, vid y cerezos. Porque, en Charilla, se ha cultivado con sabiduría la apicultura , y la miel de la colmenas ha abastecido muchos hogares de la comarca; aquí el queso de cabra ha porfiado con el famoso manchego en mercados andaluces; aquí la vid ha producido los vinos más ricos e impregnados de nutrientes minerales y de los soles de los Arrañales de la Fuente del Gato, de la Vega o de las faldas del Camino de Charilla; aquí, la cereza ha dado los mejores calibres y los mejores sabores, siempre conseguidos por el sabio equilibrio que se produce en vuestra agricultura al unir la destreza humana y la generosidad del humus de vuestras tierras. La caravana del periódico Jaén se detiene en la plaza, duerme la sombra de la recoleta escuela y se escucha el surtido del agua de la fuente y el lavadero. La ermita atrae a la visita de la Patrona de la Virgen del Rosario. Sus pistas deportivas y centro Social crean sociabilidad. La chiquillería ha acudido a la cita del Periódico y escucha el sonido preparatorio de del conjunto agropop de la zona. Su historia es la colectiva por crear una comunidad de vecinos afables y laboriosos. Sus hitos o momentos históricos son sencillos, no son de caballeros ni hidalgos de batallas; su lucha fue por hacer fértil la tierra o por intentos en sacarle de sus entrañas sus frutos como “los muchos pozos y minas que se abrieron a las faldas de Rompezapatos en busca de metales”; su historia es la de los colonos y la de los pegujareros; la de los propietarios y campesinos, la de los ganaderos y la de los hortelanos. La del fandango de Charilla y la de las murgas de carnaval, que recogía Manolo Urbano, un charillero orgulloso de la tierra o las coplas del baile del candil, de Doroteo Hidalgo con su orquesta de caña y violín Pero Charilla siempre mira hacia el horizonte. Ya jugó un papel fundamental en las rutas comerciales y de comunicación viaria, porque fue lugar de paso en tierra de fronteras, (primero en la época romana, luego en el mundo visigodo, más tarde del mundo califal), Por su tierra, pasaron los antiguos caminos viejos del Castillo y de Jaén, los caminos frecuentados por los monfíes y los caballeros de la sierra, los caminos de los arrieros que acudían a los ventisqueros de la sierra de Valdepeñas. La caravana del rotativo del Jaén era un canto para un nuevo reto de Charilla con la voz de Santi Rodríguez, el conjunto de la zona y el baile del fandango. Ahora corresponde a no ser conformistas, sino dar un paso hacia delante en emprender nuevas iniciativas. Las iniciativas de reivindicar un espacio que atraiga con su paraíso interior: Quiéreme, charillerita, mira que soy charillero, y tengo para comprar Charilla y sus Charilleros

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