Esta tierra recuerda aquellos versos, donde un poeta de la zona cantaba:
Ea, trae el vino./ Su llegada es la alegría y no hay más tristeza que en su continuo alejamiento.//Cuando se va, las gotas del porrón son lágrimas,/ y//, cuando viene, la boca del vaso ríe como burbujas//.Aquel Centro formó al pueblo en tiempos republicanos. Incautado, se convirtió en escuela de primeria. Si las paredes hablaran...
Pero, no sólo Charilla es su historia, tierra y su laboriosa
gente, sino que también es la cultura que empapa y se absorbe a
través de los poros del saber. Ya en 1851, “ Existía una
escuela de primera enseñanza, con cien ducados de dotación, a la que concurrían
30 niños”. (Hoy, es una escuela primaria, que cubre todo un ciclo muy
importante en la formación del hombre antes de integrarse en la Enseñanza
Obligatoria). Aquella escuela y este nuevo sistema escolar dejan entrever
vuestro perenne amor por la educación. Pues, los charilleros son
gente abierta al saber y, por eso, en esta tierra
siempre recalaron aires de libertad, desde finales del siglo XIX. Aquí
llegaron famosos maestros que dieron cultura a todos los
vecinos, trajeron nuevas corrientes, y os hicieron pioneros de muchas
iniciativas que luego se extendieron en el resto de la comarca.
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