LAS TROPAS
DE MÁLAGA PASAN POR ALCALÁ EN TIEMPOS DE ESPARTERO
Una de los levantamientos menos estudiado ha sido el de 1844,
o al menos bastante desconocido. Hay que encuadrarlo con
la figura del general Espartero, durante su regencia. Está claro
que Baldomero Espartero se había hecho famoso con la batalla de Ayacucho contra
los independentistas americanos, pero, sobre todo, fue la primera guerra
carlista y su acertada resolución. De ahí que se afirme:” lo que le llevó al
encumbramiento, convirtiéndose en el personaje más admirado de la política
española”.
Al asumir el cargo de regente, María Cristina, madre de la futura Isabel II,
en 1840, asumió la regencia hasta su
caída en 1843. Pero sin duda, puede afirmarse que “Espartero llevó a cabo una regencia
unipersonal que le granjeo graves problemas y numerosos enemigos, incluso
dentro de su propio partido. La división entre los propios progresistas, una
actuación económica equivocada, su propio personalismo y su talante militarista
fueron algunos de los factores principales de su fracaso”. En 1841 abortó
un pronunciamiento moderado,
organizado desde Paris por hombres del círculo de la ex regente María Cristina;
tuvo que afrontar n 1842, la oposición de
su izquierda con los disturbios de Barcelona, dando lugar a una verdadera
insurrección popular, ordenando el l 3 de diciembre el bombardeo de la ciudad, que destruyeron cuatrocientos edificios y ocasionaron numerosos
muertos. A pesar de la rendición de Barcelona,
la dura represión provocó la oposición de todos los sectores catalanes al regente de
modo que el general sufrió en las Cortes
el ataque de todos los grupos, quedado su imagen dañada ante la opinión pública
En 1843, se celebraron
unas nuevas elecciones, que lo dejaron a
Espartero sin apoyos ( por cierta , por la demarcación de Jaén fue elegido Gregorio Abril), y se formó una auténtica coalición
antiesparterista. . El 23 de enero de 1843, se acabó la minoría de edad de
Isabel II, y con ella la regencia de Espartero y el trienio progresista
esparterista (1840- 43) y se formó el Gobierno Narváez-Gonzalez Bravo
(moderado); el 23 de mayo se inició una sublevación en Málaga al grito ¡Abajo
el Regente! (el general Espartero) que se secundó por toda Andalucía, Valencia
y Cataluña (Espartero marchó a Londres); los progresistas no esparteristas o
puros ocuparon el poder presididos por Joaquín María López (23 de julio) que
convocó cortes para evitar la situación de interinidad.
El alcalde alcalaíino envió esta circular al BOP
DE PRIMEROS DE JUNIO DE 1843
El Gobierno inició la supresión de las juntas formadas en
provincias contra Espartero, lo que produjo manifestaciones populares contrarias
(movimiento juntista).
En concreto, la insurrección se generalizó en el verano de 1843 contra el general fue
dirigida por miembros del partido progresista en defensa de la Constitución y
frente a lo que se consideraba la tiranía de Espartero, pero triunfó por el
apoyo moderado, cuando el ejército, dirigido por el general Narváez, se pasó a
los insurrectos. Espartero, aislado, decidió abandonar el país y se embarcó el
12 de agosto hacia Londres. Otros líderes progresistas optaron por exiliarse
con él. Tras el triunfo, las propias divisiones del partido progresista
precipitaron en su contra los acontecimientos. Ante la falta de alternativas,
los diputados y senadores votaron el adelantamiento de la mayoría de edad de
Isabel II, que fue proclamada Reina el 8 de noviembre de 1843. Ya por entonces
los dirigentes moderados, vueltos del exilio, habían tomado posiciones clave en
el entorno de la Reina, fácilmente controlable a causa de su juventud y escasa
formación política. El general Narváez, el líder de la revolución de agosto, se
convirtió en esas semanas en el hombre fuerte del momento. Con unas Cortes en
las que ahora había mayoría moderada, los progresistas no pudieron mantener su
programa. Desde diciembre de 1843 el nuevo Jefe de Gobierno, González Bravo,
emprendió una política claramente regresiva. Ordenó la disolución de las
Milicias, aumentó el tamaño del ejército hasta 100.000 hombres, y restableció
la ley Municipal de 1840, depurando los Ayuntamientos. Se dieron órdenes de
detención contra los principales políticos progresistas, la mayoría de los
cuales consiguió huir a tiempo. Se sucedieron las ejecuciones sumarias, y el
ejército aplastó violentamente dos intentos de sublevación militar en Cartagena
y Alicante, que se saldaron con más de doscientos fusilamientos. El 1 de mayo
de 1844 la Reina nombró presidente de gobierno al general Narváez, líder ya
indiscutible del partido moderado; comenzaba así lo que los historiadores
denominan la década moderada. Cartagena, por tanto, se había sumado una vez a
otra lucha desesperada por la libertad y por la defensa de sus ideas
progresistas, aún a riesgo de ser aplastada por el poderío militar del ejército
gubernamental.
En 10 de noviembre, la Reina juró la Constitución de 1837.
Con motivo de estos movimientos se formó otro gobierno progresista
antiesparterista presidido por Olózaga, que rápidamente dio paso –presionado
por Narváez (Capitán General de Madrid) y los moderados- a un gobierno moderado
presidido por González Bravo (1 de diciembre), que inició una dura represión de
los progresistas, con la consiguiente reacción de éstos, que produjo un
endurecimiento represivo.
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