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miércoles, 21 de junio de 2017

CHARILLA III. SUS HOMBRES PÚBLICOS Y SUS RETOS. EN IDEAL ALCALÁ LA REAL.



“Con estas mimbres, se dice “se puede  hacer estos canastos”. Con hombres de cultura, pues,  se forjaron  hombres de bien. Y  Charilla ha sido tierra de personas entregadas al servicio de los demás. Si nos remontamos a los orígenes de la aldea, podemos recordar algunos ministros de justicia, los  que administraban  la justicia  y gestionaban todos los asuntos públicos que emanaban de la vida municipal, ellos fueron  los predecesores de los actuales alcaldes pedáneos. Todo, a cambio de nada; en aquellos tiempos con su jaca  o sus pies para recorrer cortijos y comunicar a los vecinos lo que le pedían las autoridades, el llamamiento al ejército, las contribuciones a la hacienda…tan sólo, a algunos afortunados el reparto de alguna tierra comunal que el cabildo le concedía en forma de censo.
Estos, junto con los capellanes  de las aldeas, fueron los primeros altruistas de Charilla. Pero, en estos tiempos, tan solo quedaron viviendo en ella y al frente de vuestras inquietudes los alcaldes pedáneos. Se les debe dedicar un canto especial a todos ellos y un reconocimiento oficial a cada uno de los que os representaron a lo largo de vuestra historia, porque ellos han sido los intermediarios de las demandas ante las autoridades superiores, se convirtieron en los catalizadores de muchas empresas que son realidad entre vosotros, se dejaron la piel en ser defensores de vuestras reivindicaciones:  en silencio, sin ser recompensados y sufriendo muchas veces el desdén y la ingratitud;  ellos fueron, en vuestra intrahistoria, los organizadores de miles de  actividades y actos de  iniciativas plasmadas y empresas concluidas; ejercieron  el buen oficio de ser  los hombres buenos en los difíciles conflictos vecinales, los enfermeros accidentales en momentos carentes de servicios médicos o sanitarios, los mancebos de boticas, los cosarios de  traeros productos y mercancías,  los fedatarios  y notarios de conciertos en los tratos e, incluso, en los testamentos verbales; los  jefes de obras sin recibir paga alguna…. Podía escribirse un libro de la biografía de cada uno de ellos. Podía recordarse  miles de anécdotas  de  su  entrega a la comunidad,  aquel que introdujo una novedad en la fiesta: la caseta, el certamen de juegos de mesa, la bandera… de ahí que un recuerdo especial al trío de los  pacos que regentaron estos cuarenta años la  alcaldía pedánea: Francisco Galán, Paco Barrios, Francisco García, el actual.
Y junto a los alcaldes pedáneos, Charilla siempre dio personas que sirvieron a la comunidad en el ayuntamiento alcalaíno, Hago mi reconocimiento por concejales como los Sánchez González de tiempos pasados, o más recientes como   José López, Julián Cortés Esteo,  o  Luís Gallego o Custodio Pablo López . Dieron  las horas de su vida en defensas de los intereses colectivos, y siempre aportaron la nota del saber charillero, prudencia y laboriosidad.
Y, hasta Charilla, llegó a tener un diputado nacional por Barcelona, Francisco Parras Collado, que nunca se olvidó de sus orígenes, siempre venía a visitar su tierra y, en Barcelona, era un claro testimonio del charillero que defendió a los hombres sencillos, creando cooperativas de trabajadores, o en el parlamento proponiendo leyes, o,  representando los s intereses del pueblo  a las autoridades catalanas  siempre que se referían a los emigrantes  andaluces..
Y, a todos aquellos, que forman asociaciones, cooperativas, sociedades, o cualquier tipo de agrupación, y entregan horas y horas, para colaborar en el progreso de los demás, en la asistencia de los más desvalidos  o, simplemente,  en  cubrir el ocio de la vecindad. Como ese grupo de teatro o el del baile que tanto impacto tuvo en los años anteriores y  renació con fuerza y dedicación en los presentes días.

CHARILLA, EN LA RUTA DEL CALIFATO

Pero Charilla siempre miró hacia el horizonte. Ya  jugó un  papel fundamental en las rutas comerciales y  de comunicación viaria, porque  fue  lugar de paso en  tierra de fronteras, (primero en la época romana, luego en el mundo visigodo, más tarde del mundo califal, principalmente, por donde se adentraban las huestes castellanas a las tierras nazaritas o, a la inversa, las tropas de  los musulmanes realizaban correrías a la capital del Santo Reino). Por su tierra, pasaron  los antiguos caminos viejos del Castillo y de Jaén, los  caminos frecuentados por los monfíes y los caballeros de la sierras, los caminos de los arrieros que acudían a los ventisqueros de la sierra de Valdepeñas.
Hoy es un hito fundamental de la ruta del Califato, ruta esencial que une esas dos bellas ciudades andaluzas: Granada y Córdoba. Ruta que nos quiere marcar la senda de un progreso asentado en  la  historia, pero  fundamentado en el esfuerzo de  los pueblos.
Este es un nuevo reto  de Charilla: el campo ya lo tenéis, en  recursos humanos no hay parangón; y las administraciones están de vuestra parte y os ha proporcionado muchos servicios. Ahora  corresponde a   no ser conformistas, sino dar un paso hacia delante en emprender  nuevas iniciativas.



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