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sábado, 10 de junio de 2017

DE LAS CARROCERÍAS A LOS COCHES EN EL VIAJE AL CERRO POR LOS ROMEROS ALCALAÍNOS





           

DE LAS CARROCERÍAS A LOS COCHES EN  EL VIAJE AL CERRO POR LOS ROMEROS ALCALAÍNOS                







Hasta el decenio tercero del siglo XX, las cofradías solían acudir al Cerro para celebrar la romería a caballo, con mulos o en carros tirado por animales.  La cofradía de Alcalá la Real hace testimonio de este tipo de transporte con estos versos de María del Pilar Contreras en su  “Romance descriptivo de la Romería anual al Santuario de la Virgen de la Cabeza[1]”  en 1909,  cuando fue su hermano Moisés, hermano mayor de la cofradía y lo ilustró con todo tipo de detalles acerca de la romería.  Destacan estas descripciones:
Primero, La entrada en la iglesia de Consolación, como principal parroquia y sede la antigua abadía se canta de este modo:
Formada la Cofradía
Con la Junta a la cabeza
Y el digno Hermano Mayor
Que sus insignias ostenta;
Los cofrades con las bandas
Cruzando el pecho, penetran
De la multitud seguidos
En la principal Iglesia del pueblo
Y después de oír
La obligada misa, ondean
 Con entusiasmo en los aires
La tradicional bandera,
Y se organiza la marcha,
Que es lucidísima y bella.
Luego, recoge el momento de la marcha de Alcalá la Real, describiendo los medios de transporte de aquel tiempo y las vestiduras de los  romeros:
Van los romeros ginetes
En potros de resistencia
Y en caballos enjaezados,
Con andaluza majeza,
Que van luciendo arrogantes,
Ya albarda con madroñeros,
Ya silla de airosos porte;
Firme brida, recia espuela,
Delante la rica monta;
Atrás, la alforja repleta.
Las mujeres adornadas,
Con joyas y ricas prendas,
Hacen el largo viaje,
Sobre pacíficas yeguas,
Y en la cómodas yeguas
Que cubren colchas soberbias,
Entre cuyos lindos flecos
Los almohadones ostentan
Ricas boquillas de encajes(…)
La vistosa comitiva
Vitoreada y contenta,
Casi veinte años después, Pepe Ibáñez  así nos lo describe: con motivo de la celebración del VII Centenario  de la aparición al pastor de Colomera.
            El último jueves de abril( …) siguiendo la tradicional costumbre, se  reúnen  en el lugar conocido como el Toscalillo. Encabeza esta cofradía su Hermano Mayor8 a quien acompaña la hermana” mayora”). Se pone en la caravana, compuesta por la más diversos bestias , tal como caballos, yeguas, mulos y hasta burros, eso sí, muy bien enjaezados, , especialmente aquellas yeguas tranquilas que habían de soportar la carga de las más ataviadas señoras metidas en apretadas carnes que acomodadas en jamugas, de las que pendía largos flecos de colchas multicolor.. El resto de las bestias que servían para llevar a sus lomos a los hombros. También eran portadoras de las viandas que para un periodo de cinco días se necesitaban, y lo que es más importante en esta clase de viajes, las botas repletas de buen vino que iban pasando de unos a otros  sin descanso.
Todavía, en 1931. se llevaron a cabo obras de unos colgadizos de la Casa de la hermandad alcaláina en el santuario, para  albergue de la caballería. Pero, conforme avanzaba el siglo, la publicata se celebraba el sábado y se usaban otros medios de transporte como carretas y vehículos de motor, entre ellos camionetas y  los autobuses. En concreto por primera vez, tenemos noticias de que iba la cofradía en otros medios con motivo de la situación política de la I República. Así nos lo cuenta el joven castillero Federico Castillo. 
“Hoy es una de las fiestecillas locales de más sabor arcaico ante mis ojos. Se va ‘la gente del cerro’ como vulgarmente se les dice a los romeros de Nuestra Señora de la Cabeza, y es una cosa que me infunde respeto y simpatía a la vez el ver los saludos a la imagen  y unas con otras. Este año ha resultado bastante deslucida, pues  la Cofradía de Alcalá, por cuestiones políticas no va este año en bestia y además de aquí ha ido con reducidas personas”.[2] Este año,  era hermano mayor Antonio Sánchez y a la romería se acudió en coches. Se distribuyó  en tres días:  en el sábado último de abril,  se llevaba a cabo la salida de la cofradía hacia el santuario; el domingo estancia a en el Santuario; y el lunes se llevaba a cabo el regreso como era tradicional. Curiosamente el acta de 27 de marzo indica que “ si la autoridad no lo impide, se hará  la entrada al regreso a usos y costumbre.       Tras Antonio Sánchez Nieto, le correspondió el cargo a Antonio López Aguilera y se volvió a recorrer  la romería en coche, porque las circunstancias  y  los nuevos tiempos imponían el traslado en automóvil. Pero no debían andar los ánimos muy tranquilos, ya que a la junta preparatoria del último domingo de marzo de 1932 hubo que realizar otra extraordinaria para confirmar el viaje definitivo al santuario, No se sabe la empresa que lo llevó a cabo, pero, por estos tiempos abundaban los chóferes  y camiones con  coches alquilados, como los de Mateo Barrio, Fuentes y Ortiz.  
Con Francisco Arenas Padilla, hermano mayor en  1933, en tiempos de que el gobierno local cambió de signo , y se nombró  como alcalde al republicano conservador  Antonio Calvo Montañés, la romería se llevó a cabo con mayor ornato y menor dificultad, porque , según dice el acta preparatoria de la cita romera, se acordó hacer el viaje en coche , pero "echando tres días y haciendo salida y entrada”, lo que demuestra que , en los años anteriores, tuvo dificultad para la manifestación religiosa de los romeros celebraron. Sin embargo,  en 1935 , la romería se  celebró en coche sin hacer salida ni entrada en Alcalá la Real. Entre 1936 y 1939 fueron  unos  momentos de los más difíciles de la vida cofrade alcalaína y no hubo romería. Tras la posguerra, la romería olvidó el camino a pie y con las caballerías, para asumir el traslado de los romeros en coches, camiones y, finalmente, en  autobuses. Los días de romería se redujeron a la salida del  sábado por la mañana y  el regreso el domingo por la tarde sobre las siete y media, aunque en ocasiones se celebró el  viernes la salida y se acabó la entrada del domingo. Para el final, reglamentar misa romera, desfile, salida, presencia romera y  anulación de la entrada a la ciudad en los últimos años.  Curiosamente en 1941 Domingo Sánchez Velasco,  famoso maestro de obras que había destacado en muchos pueblos de la Sierra Sur por su estilo modernista; también fue un emprendedor industrial  del mundo oleícola. Amplió, con respecto al año anterior, en tres días la romería: la salida se llevó a cabo a las diez de la mañana del sábado;  la fiesta del santuario durante el domingo último de abril; y el lunes a las siete de la tarde se regresó a la ciudad..  En el regreso de la romería se produjo la triste desgracia del accidente de dos niños, que fue muy lamentado en la localidad.



 


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[1]CONTRERAS,  María del Pilar,  “Romance descriptivo de la Romería anual al Santuario de la Virgen de la Cabeza[1]”. Imprenta de Antonio Álvarez. Madrid 1909. Se lo dedica a su hermano Moisés Rodríguez.,
[2] ARFRAMAR. Diario de Federico Parera. 

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